Tensei Shitara Slime Datta Ken (NL)

Volumen 4

Capitulo 1: Negociando con el Reino de las Bestias.

Parte 1

 

 

Pude ver a un montón de niños jugando afuera. Tres niños y dos niñas. A primera vista corrieron hacia mí, encantados de verme.

“¡Sensei! ¿Qué vamos a hacer hoy?” todos preguntaron, con los ojos brillantes—un chico de aspecto determinado; un chico tímido; un chico de aspecto desconfiado; una niña alegre; y una niña de aspecto inteligente.

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Todos eran mis alumnos, y los adoraba. Hoy, sin embargo, mis emociones eran una mezcla agitada de felicidad, tristeza y soledad.

“Bueno”, les dije, “esa es una buena pregunta. ¿Qué deberíamos hacer?”

Esta era mi vida normal hasta hace un poco. Una vida que yo misma tiré, una vida que nunca volvería.

—Pero estos son sus recuerdos, ¿no? No los míos.

Los apegos persistentes de Shizu, de vuelta durante sus días de instructora. Podría decir, desde mi punto de vista, que ella no quería que estos niños se involucraran en su lucha. Pero tal vez, se sintieron abandonados. Quizás lloraron. Pero incluso si no lo hicieron, todo era así…¿Hmm? ¿Todo qué? ¿Qué estaba tratando de…?

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Y entonces mis ojos se abrieron.


—Por favor. Esos niños…

¿Esos niños? ¿Los que están en el sueño?

—Por favor, rescata a esos niños.

¿Rescatar…? ¿De qué?

No había nadie para responder. Ella quería que yo hiciera algo. Eso estaba claro. Pero eso era todo. Sin más palabras, su voz se hundió en la oscuridad y desapareció.

Esto se sintió como el primer sueño que tuve en mucho tiempo.

Desde que me convertí en un slime, que por definición nunca dormía, la única oportunidad para soñar era durante emergencias como agotar mi reserva de magículas. No me parecía bien en absoluto, así que me obligué a participar en períodos diarios de inactividad—trabajando duro para descansar, de alguna manera.

Sí, suena como una contradicción, pero no lo es. Darse tiempo para relajarse nunca es algo malo, y no hay dolor en trabajar duro por cumplir tus metas. Todo ese esfuerzo valía la pena. Por breves períodos de tiempo, al menos, podía aflojar mi conciencia y lograr un estado de serenidad pura. El experimento funcionó, en otras palabras. Olvidé de qué se trataba el sueño, pero eso no era importante.

De todos modos, eso es lo que son los sueños.





“Ahh, ahora puedo vivir mis días llenos de pura pereza…”

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“¿Sobre qué tipo de tontería está hablando, Rimuru-sama?”

Ella estaba enojada. La sonrisa de Shuna nunca vacilaba cuando estaba enojada. Eso es lo que la hacía tan aterradora.

Alegremente, seguí el ejemplo de Shuna, y me arrastré fuera de la cama, refunfuñando.

Estaba ocupado durante el día—el entrenamiento de batalla con Hakurou estaba programado, al igual que un viaje de inspección para ver cómo avanzaba la construcción. Uno pensaría que no hay daño en relajarse un poco por la noche. Acababa de terminar de analizar y evaluar las habilidades que aprendí de Charybdis, por lo que no quedaban problemas importantes por resolver.

Por cierto, Charybdis me dio Interferencia Mágica y Controlar Gravedad, ambas habilidades extra. La interferencia mágica, junto con Control de Partículas, daba como resultado la nueva habilidad adicional Controlar Magia—que, cuando se asocia con la barrera multicapa, daba un fuerte impulso a mis defensas. Los ataques mágicos no eran motivo de preocupación ahora—eso, junto con la habilidad Resistir Magia que adquirí de Gabiru y el resto de dragonewts recién evolucionados, significaba que podía resistir cerca de cualquier ataque mágico directo. Por supuesto, tenía a Glotón conmigo, así que ya podía consumir y neutralizar cualquier ataque mágico que pudiera identificar—pero aun así, estas cosas nuevas podrían protegerme de emboscadas y ataques sorpresa, y eso era increíblemente útil.

En cuanto a Controlar Gravedad—bueno, mi investigación al respecto ciertamente valió la pena. Siempre sentí que era una pena no poder conseguir la magia de vuelo de Gelmud, pero Controlar Gravedad resolvía ese problema con mucha elegancia. Ni siquiera necesitaba cantar un hechizo de antemano—el vuelo de alta velocidad ahora era mío, en cualquier forma que quisiera.

Esta vez, no apresuré las cosas. No había olvidado las fallas con las que me topé en el camino con la Propulsión de Agua a Presión. Probar lo que salía de mi imaginación era un boleto infalible para algunas situaciones realmente divertidas.

Así que me lo tomé con calma, pasando todas las tardes examinando mis habilidades. Comencé levantándome en el aire y practicando un vuelo a baja velocidad. Podía controlar mi trayectoria con mis alas hasta cierto punto, lo que me ayudó a acostumbrarme la habilidad más fácilmente de lo que pensaba.

Ahora, ni siquiera necesitaba las alas. La barrera multicapa incluso me protegía contra la resistencia al viento; Apuesto a que podría romper la barrera del sonido en poco tiempo con esto. Pero no había prisa. Simplemente mantendría la práctica lenta y constante.

Mientras pensaba todo esto, Shuna me dio un suspiro exasperado.

“Rimuru-sama, está distraído de nuevo. Hoy despedirás a mi hermano Benimaru y a Rigur-san. Quiero que te concentres en ser la figura más majestuosa que puedas para la gran despedida”.

“Oh sí, eso era hoy. Seguro”.

Ah, sí. Benimaru y su grupo estaban de salida hoy.

Varios meses habían pasado después de la partida de Milim. Varios meses tranquilos, fríos y muy pacíficos. Estaba ocupado como siempre, pero aun así, hacía mucho frío.

Sin embargo, un día apareció un mensajero de Carrion, el Señor de Bestias y uno de los reyes demonio. No había forjado un tratado oficial con él por escrito, pero parecía que Carrion era un hombre fiel a su palabra. Como lo expresó el mensajero: “Enviaremos emisarios a nuestras respectivas naciones, para que puedan ver por sí mismos, si forjar relaciones comerciales sería beneficioso para ambas partes”.

Di mi aprobación inmediata, y Carrion ya había dado la suya. Lo que nos lleva a hoy, el día histórico de partida de nuestra misión de emisarios al Reino de las Bestias, Eurazania.

Benimaru, un guerrero talentoso y mi mano derecha, lideraría a los enviados.

Para su asistente, nombré a Rigur, hijo de Rigurd. Su misión: viajar a otras naciones e informar lo que observaran, para que yo pudiera descubrir cómo manejar mi propio país. Fueron acompañados por un pequeño grupo de otros hobgoblins, todos candidatos para futuros roles de liderazgo en mi gobierno.

Serían representantes de la Federación Jura-Tempest, o Tempest para abreviar. Nuestra nación. Una nueva y, por lo tanto, sin experiencia en casi todos los sentidos. Necesitábamos compensar eso, y para ese fin, todos estábamos trabajando juntos, haciendo el máximo esfuerzo a diario. Es gracias a esa ética de trabajo que creo que esta misión enviada a Eurazania debería darnos algunos resultados serios.

También estábamos completamente preparados para recibir al equipo del Señor de las Bestias. Vendrían aquí, observarían alrededor de nuestra nación y (con suerte) volverían con algunas cosas complementarias que decir. Si todo iba bien, nos mantendríamos en buenos términos y (nuevamente, con suerte) comenzaríamos el comercio formal—y, a partir de ahí, las relaciones diplomáticas formales. No debería tomar mucho tiempo.

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Pero eso aún estaba en el futuro. Un paso a la vez. Por ahora, necesitaba concentrarme en despedir a todos.

Al despertar mi conciencia, asumí mi forma humana. Había una ceremonia programada, así que me cambié a ropa formal adecuada. Mirando hacia atrás, extraño los días en que casi no teníamos nada que ponernos. Ahora, tenemos casi todo tipo de ropa. Una selección mucho mejor que la que tuve en mi armario en Japón.

Y realmente, en términos de las comodidades que ahora disfrutamos en la vida, era simplemente incomparable a los primeros días. Resolvimos el problema del azúcar, por ejemplo, por lo que actualmente teníamos un suministro constante. Nos ayudaba a adquirir nuevos sabores a nuestro repertorio de cocina, e incluso había una selección de dulces disponibles, aunque no era grande. En este punto, ahora que había dominado el arte de tomar siestas cortas, pensé que la siguiente pregunta para abordar era el entretenimiento.

Pero aún tenía un largo camino por recorrer. Todas estas ideas seguían asaltando mi mente, una tras otra, haciendo las cosas difíciles. No importa lo duro que trabajara, nunca parecía quedarme sin nuevos deseos. No se sabía cuándo sería capaz de sentarme con una gran bolsa de papas fritas frente a mi consola de videojuegos todo el día.

Sin embargo, no estaba dispuesto a renunciar a ninguno de estos objetivos. Y es por eso, que necesitaba que este equipo enviado hiciera lo mejor posible e hiciera realidad el comercio internacional.

Así que allí estaba, en la plaza principal de nuestra ciudad, de pie frente a la multitud con mi mejor atuendo. Se desencadenó un pequeño y excitado alboroto entre los monstruos, de todas las muchas especies. No tenía la costumbre de abordarlos en forma humana. Los vítores y los gritos parecían durar para siempre, pero un solo “¡Silencio!” de Shion los hizo callar a todos en un instante. Bien, Shion. Ella era muy buena manejando este tipo de escenas ruidosas.

Con los monstruos calmados, decidí darle a mi equipo algunas palabras de aliento.

“Damas y caballeros, ¡espero que hagan su mejor esfuerzo por mí!”

“… ¿Eso es todo?” preguntó la perpleja Shuna.


Hmm… ¿Fue demasiado corto, tal vez? El director de mi escuela secundaria duraba tanto que nadie lo escuchaba, así que pensé que más corto era mejor para discursos como éste… pero tal vez esta multitud estaba más entusiasmada con lo que tenía que decir.

“Sí, ¿tal vez eso no fue suficiente? Les daré un poco más…”

Con eso, decidí revisar la lista de cosas que quería que mis enviados vigilaran. El Señor de las Bestias, Carrion era un rey demonio, y ciertamente uno de los más inclinados hacia la batalla. No podía estar seguro de que la ley existiera en su dominio.

“Bien, escuchen. Están a punto de viajar a una nación de demonios que nunca creyeron en nada más que ‘Debería estar bien’. Subestimarlos podría ser un riesgo. Si los dejas, te harán obedecer lo que digan. ¡Podrían perder ante ellos en una pelea, pero quiero que se aseguren de no perder sus corazones! Recuerden: sus compañeros y yo estamos detrás de ustedes todo el tiempo. Tengan esto en cuenta al contarles lo que estamos buscando. Si creen que se está gestando una pelea, huyan y regresen. Uno de los puntos de la misión es ver si podemos mantenernos en buenos términos con estos tipos en el futuro. No necesito una relación en la que tengamos que mantener un margen y simplemente tolerarlos. Quiero que vean las cosas con sus propios ojos y se aseguren de que podamos mantener una relación amable y amistosa. ¡Cuento con ustedes!”

En el momento en que terminé, la plaza se llenó de vítores salvajes. Era como estar en un concierto de ídolos pop. Lo que dije probablemente no importaba. Estaban realmente interesados en escucharme. Estoy

seguro de que los enviados mismos estaban prestando atención, pero el resto solo trataba esto como un gran festival. Ah bueno.

El hecho de que escucharan indicaba un conjunto de monstruos bastante bien disciplinados. Ese es un gran paso para ellos.

También podría aprovechar esta oportunidad, supongo, para darles otra advertencia importante.

“A ver, ¿qué más…? Bueno, no me importa un error o dos, pero por favor no comiencen una pelea, ¿de acuerdo? Te estoy observando, Benimaru. ¿Crees que podrás hacerlo?”

Mi discurso asumía que cualquier hostilidad vendría del lado de Eurazania. Si mi equipo comenzara algo, toda esta expedición no tendría ningún valor. Tenía que decirles que no aceptaría ningún error en ese sentido.

“¡Je! Está en buenas manos con nosotros”, respondió Benimaru, con una confianza suprema (casi aterradora).

“He aprendido bastante yo mismo. ¡Después de los días que pasamos con Milim-sama, cualquier tonto podría entender que la insolencia conduce al desastre!”

Las comparaciones con Milim también hicieron sonar las alarmas. Usarla como estándar para construir su propia confianza no me daba ninguna sensación de seguridad.

Sin embargo, al menos convenció a Shion. Verla asentir ansiosamente ante las palabras de Benimaru me hizo suspirar. Realmente, esperaba que Shion pudiera supervisar la ciudad mientras me unía a este grupo de emisarios, pero eso era demasiado arriesgado.

Aunque… Pensando en ello, Benimaru era un hombre bastante considerado, a pesar de las apariencias. Supongo que era grosero de mi parte compararlo con Milim y Shion.

“Es bueno escucharlo. Desearía haber podido unirme a ustedes…”

“En absoluto, mi señor. Creo que es mejor que no viaje al dominio de un rey demonio hasta que podamos confirmar que es seguro”.

De esa negación, quedó claro que Benimaru deseaba evaluar la confiabilidad de Carrion con sus propios ojos. No solo Carrion, sino todos los demás demonios que llamaban hogar a esas tierras. ¿Trabajar con ellos beneficiaría a Tempest? ¿O me causarían un daño incalculable? Realmente, me alegré de ver su iniciativa, a pesar de que solo aumentaba mis preocupaciones.

Imaginar a Rigur y al resto solos en una nación de demonios era un poco aterrador. Necesitaba tener algunos luchadores fuertes en el grupo, al menos para servir como guardaespaldas. Souei ya estaba protegiendo a nuestra nación desde las sombras, y Hakurou estaba ocupado con entrenamiento militar.

Geld no podía ser alejado de su trabajo de construcción, y Gabiru estaba trabajando duro para producir pociones superiores y pociones simples a partir de ellas. Shion, por supuesto, estaba fuera de discusión, y pensando en ese sentido, Benimaru era el único candidato restante.

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“Está bien. Haz tu mejor esfuerzo”.

“¡A su orden!”

“¡Y también, Rigur, y todos lo demás! Me gustaría ver cosas buenas llegar a nuestra nación”.

“Absolutamente”, respondió un Rigur con ojos brillantes.

“¡Vamos a correr la voz por todas partes!” Esos ojos me dijeron que no podía esperar para partir; realmente estaba aprovechando la oportunidad de probar algo nuevo. Estará bien, pensé.

“Ranga, quiero que te quedes a la sombra de Benimaru y lo acompañes. Mantenlos a salvo, pero no permitas que noten tu presencia”.

“¡No lo decepcionaré, maestro!”

Inmediatamente siguiendo mis órdenes, Ranga se deslizó directamente a la sombra de Benimaru. El aura de Benimaru lo estaba ocultando, y con suerte eso sería suficiente para mantenerlo invisible en el camino.

“¡Excelente! ¡Ahora, demos un gran aplauso a todos mientras emprenden su viaje!”

A mi señal, Shuna dio una señal con los ojos. Fue recibida por nuestra banda de músicos especialmente seleccionados, listos para tocar una melodía genial y animada.

Los enviados se abrieron paso entre la multitud vigilante, viajando hacia un futuro lleno de esperanza—la esperanza de que esta corriente de intercambio cultural ayudaría a plantar las semillas para futuros lazos diplomáticos. Nuestro primer enviado del gobierno partió con esta ceremonia.

El equipo de Benimaru se había ido, pero aún tenía muchas cosas que hacer. Tenía planes de visitar tierras humanas tarde o temprano, pero con un trabajo justo después del otro, no había tiempo para eso. Con todo lo que haces, ese primer paso que das es increíblemente esencial.

Toma atajos al principio, y a menudo pagarás caro por eso más tarde. Eso se aplica no solo al trabajo sino también a la vida misma, y ciertamente a poner en marcha una nueva nación. El hecho de que quisiera tratar con humanos no significaba que pudiera tirar todo lo demás por ahora.

Mis principales líderes militares y de seguridad se habían ido por el momento, y tuve que llenar esos vacíos. Souei podía manejar la seguridad, y nombré a Hakurou como líder interino de nuestro ejército por ahora. Eso dejará las cosas en buenas manos.

Lo siguiente fue hacer arreglos para recibir el contingente de Eurazania.

Una cosa que no quería que vieran era nuestra planta de preparación y crecimiento de hipokute o planta de fabricación de pociones. Todo lo demás era lo suficientemente seguro para la vista del público, por lo que decidí priorizar mantener la Cueva Sellada solo—sellada. Solo había una entrada, y una roca pesada o similar la cerraría perfectamente. Gabiru y el resto todavía tenían los círculos de transporte mágicos para viajar de un lado a otro, por lo que ocultar físicamente la entrada parecía la mejor opción.

Me preocupaba que sellarla pudiera afectar el contenido de oxígeno de la cueva, pero había tantos orificios de ventilación cubriendo las paredes de la cueva que no parecía un problema. Además, Vester tenía una magia bastante útil para contribuir.

“Hay magia para detectar cambios en el aire… o en el ambiente en general, se podría decir. También hay magia que alerta al lanzador sobre cualquier amenaza a sus vidas, así que veo poco de qué preocuparse”.

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Hay una preocupación menos. Vester era increíblemente talentoso. Si no tuviera una personalidad tan demente, todavía estaría usando esos talentos como el asesor más confiable del Rey Gazel, sin duda… pero, oye, si eso significa que está trabajando para mí ahora, entonces lo tomaré—definitivamente.

Por lo tanto, estaba resuelto—no más entrada a la cueva sellada por ahora. Y eso me recordaba algo más sobre Vester. Además de nuestra fábrica de pociones, estaba dispuesto a dejar que los enviados vieran lo que quisieran, así que revisé nuestros variados preparativos. Acabábamos de construir una casa de huéspedes para recibir visitas especiales como—un hotel lujoso, no como los alojamientos más simples que se asignaron a los equipos de Kabal y Yohm.

Y no solo estábamos construyendo habitaciones nuevas y elegantes—también estábamos entrenando personal. Los aprendices de Shuna se estaban convirtiendo en chefs talentosos.

En este punto, habían adquirido un instinto natural para agregar la cantidad justa de condimentos. Estaban completamente versados en el manejo de fuegos de cocina y picar ingredientes.

No me avergonzaría hacer que manejen ningún evento.

Las goblinas por su parte, habían aprendido el arte de la hospitalidad a través de su práctica con los equipos de Kabal y Yohm. Manejar la nobleza aún sería una tarea difícil para ellas, pero estaban más que educadas para cuidar de personas normales o aventureros.

Para el toque final, seleccioné a los de mejor desempeño del lote y les pedí que me trataran personalmente como invitado. Dada la multitud bulliciosa que solemos tener en la ciudad, no estaba muy seguro de si realmente podríamos ofrecer un servicio “de lujo”. Vester, una vez más, ayudó mucho—como nobleza, pensé que podría enseñarme sobre cosas en las que nunca hubiera pensado. Su conocimiento se contagió a mi equipo seleccionado, que realizó algunos de los trabajos más bellos que jamás hubiera visto.

“¡Lo están haciendo bastante bien! Manténganse diligentes, y seguramente todas crecerán con el talento suficiente para recibir emisarios de cualquier nación sin ofenderlos. ¡Espero ver cómo avanzan!”

“““¡Gracias por su instrucción, mi señor!””” Dijo el equipo encargado de la hospitalidad compuesto por goblinas mientras se inclinaban ante él. Si mantenían feliz a alguien tan nervioso como Vester, pensé, debían haber sido bastante buenas.

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“¡Seguro que me alegro de haberte pedido ayuda, Vester!”

“No, no”, respondió con una sonrisa alegre.

“¡Este ha sido un beneficio adicional para mí! Estaré encantado de ayudar en cualquier momento”.

Le regalé un pase de alojamiento gratuito a cambio. Podía quedarse cuando quisiera—tanto disfrutando de la casa de huéspedes como observando al personal para asegurarse de que no se relajaran. Dos pájaros de un tiro.

Con eso, pensé que estábamos listos para mantener felices a nuestros visitantes.

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