Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 5

Interludio 1: Eris La Cazadora de Goblins

Disculpe la brusca digresión, pero hablemos de un joven llamado Cliff Grimor.

Cliff tenía doce años en la actualidad, justo entre Eris y Rudeus en edad. De joven, había residido en un orfanato en Millishion. Esta instalación era operada por la Iglesia de Millis, y servía como símbolo de su poder y prestigio. Naturalmente, no le faltaban fondos o apoyo; sus niños estaban bien cuidados en todos los sentidos, y muchos fueron finalmente adoptados.

Después de varios años en esta lujosa institución, Cliff fue adoptado a la edad de cinco años por su actual padre adoptivo. Este era Harry Grimor, un anciano de alto rango en la Iglesia de Millis.

Una vez que Cliff se unió a la familia de Harry, se sometió a un riguroso programa educativo diseñado para nutrir sus talentos naturales. En sólo unos pocos años, alcanzó un rango avanzado en Curación, Desintoxicación y magia de Golpe Divino. También aprendió a hacer hechizos de rango intermedio en todas las disciplinas de magia ofensiva, e incluso hechizos de fuego de nivel avanzado.

En una palabra, Cliff fue un prodigio.

Todo el mundo alrededor del chico le colmaba de elogios; todos le decían que algún día dejaría su huella en el mundo.

En este sentido, sus primeros años fueron similares a los de Rudeus. Pero a diferencia de Rudeus, que tenía los recuerdos de su vida anterior para mantenerlo humilde, Cliff se volvió arrogante. El chico estaba lleno de sí mismo, francamente. Mucho.

En cierto sentido, era difícil culparlo. Incluso entre sus instructores, no había nadie que pudiera usar una variedad tan amplia de magia tan eficientemente como él. Algunos podían hacer hechizos de curación de nivel santo, cierto; otros habían dominado los hechizos de desintoxicación de nivel santo. Sin embargo, sólo Cliff era avanzado en cuatro disciplinas distintas. La amplitud de sus habilidades era tal que algunos decían que era un sabio en ciernes. El ego del chico crecía cada día más. Gradualmente, dejó de escuchar a sus tutores por completo.

Algún día en el futuro, se esperaba que Cliff sucediera a su padre adoptivo y tomara un puesto en la Iglesia de Millis. Cliff era consciente de esto, por supuesto. Pero en el presente, anhelaba ser un aventurero.

¿Por qué un aventurero, podría preguntarse?

La causa estaba en sus primeros años en el orfanato. Muchos de los que se criaron en esta institución se convirtieron en aventureros. Los niños que no fueron adoptados al cumplir los 10 años fueron enviados a una escuela operada por la Iglesia de Millis, donde recibieron cinco años de entrenamiento en las artes prácticas de combate de esgrima y magia. Después de graduarse, tomaron trabajos adecuados a sus talentos particulares. Aquellos que obtenían excelentes resultados académicos, en el manejo de la espada y la magia, a veces se convertían en caballeros, pero la mayoría de estos graduados terminaban como aventureros.

Estos jóvenes hombres y mujeres se detenían frecuentemente para visitar su antiguo hogar. Disfrutaban de la oportunidad de ponerse al día con sus antiguos maestros y de contar historias emocionantes de sus aventuras a los niños que vivían allí. Muchos de los huérfanos, cautivados por estos cuentos, soñaban con seguir sus pasos, y Cliff no era una excepción.

Por supuesto, él no creía que su sueño se hiciera realidad. A pesar de lo que su corazón quería, entendía claramente sus circunstancias actuales. Un niño adoptado de un orfanato no podía esperar elegir su propio destino.

Podía aceptarlo… al menos al principio. Pero la aburrida rutina de su vida diaria se llevaba en Cliff, y los constantes elogios que recibía le hacían crecer la cabeza. Y así, un día, se le ocurrió la idea de huir de su casa para registrarse como aventurero.

Sólo quería poner a prueba sus habilidades, de verdad. Incluso algunos de sus instructores de magia se habían hecho un nombre como jóvenes aventureros. Seguramente debería adquirir una experiencia similar mientras era joven… al menos, eso es lo que se dijo a sí mismo. Con el bastón que su padre adoptivo le había regalado para su décimo cumpleaños en sus manos, Cliff se dirigió del Distrito Divino al Distrito de los Aventureros, donde se compró una bata de mago azul.

Ahora que ya estaba vestido, se dirigió al Gremio. Preocupado de que la iglesia lo localizara rápidamente si se registraba como sanador, decidió listar su profesión como “mago” en su lugar. Por alguna razón, pensó que esto haría la diferencia.

Muy pronto, el registro de Cliff estaba completo. Ahora era oficialmente un aventurero. Un nuevo mundo de peligro, emoción y gloria se había abierto ante él.

Con su corazón palpitante de euforia, Cliff miró alrededor de la habitación. Casi todos los que vio eran hombres musculosos. Estaba claro que la mayoría de ellos eran espadachines o guerreros de profesión.

Cliff había aprendido de los aventureros que visitaron el orfanato que los magos con talento eran muy solicitados. Asumió que simplemente presentándose como mago, encontraría rápidamente un lugar en el grupo de alguien. No había prestado atención a la explicación de la recepcionista sobre el sistema de rangos del Gremio, así que pensó que podía entrar en cualquier grupo, sin importar su rango.

“Eso no va a funcionar, chico.”

Inevitablemente, fue rechazado. Todos los que se acercaban a él lo rechazaban. Cuando esto sucedió por cuarta vez consecutiva, la paciencia del chico finalmente se agotó.

“¿Por qué? ¿¡Por qué no me dejas entrar en tú grupo!?”

“Ya te lo he dicho. Nuestros rangos son diferentes.”

“¿Qué importa eso? ¡Soy tan poderoso como cualquier mago de rango A! ¡Deberías estar agradecido de que estoy dispuesto a trabajar con gente como tú!”

“¿Qué demonios? ¡Ya he tenido suficiente de tu mierda, mocoso estúpido! ¿¡De verdad quieres pelear conmigo a corta distancia!?”

“Todo lo que sabes, tonto, es cómo blandir una espada. ¡Yo no me pondría muy arrogante si fuera tú!”

“Pequeña mierda…”

El corpulento aventurero frente a Cliff se adelantó y lo agarró por la parte delantera de su camisa. Así no era como esperaba que fueran las cosas, pero si lograba derribar a este hombre, serviría para demostrar su fuerza.

“Deténgase. Estás siendo infantil.”

Sin embargo, antes de que tuviera la oportunidad de intentarlo, una chica pelirroja de su edad intervino para ayudar.

***

Demos un ligero paso atrás en el tiempo.

Esa misma mañana, Eris Boreas Greyrat se había separado de Rudeus y Ruijerd para visitar el Gremio de Aventureros de Millishion. Mientras se apresuraba por la calle principal que conducía al edificio, la sonrisa en su rostro era tan grande que cualquiera que la viera probablemente también sonreiría. Llevaba su habitual traje de aventurera: una camisa gruesa, un protector de pecho de cuero, pantalones de cuero y botas de suela fina pero duraderas. Con su arma en la cadera, era obvio a simple vista que era espadachina de profesión.

Hoy en día, había elegido no llevar su capucha habitual. Durante el último año, había aprendido que llevarla a un gremio era una buena manera de confundirse con un mago… lo que tendía a animar a hombres extraños a acercarse a ella.

En poco tiempo, Eris había llegado a su destino. El Gremio de Aventureros de Millishion estaba al final de una calle principal. Era la sede de toda la organización, y el edificio más grande del Distrito de Aventureros.

Su imponente puerta delantera no era suficiente para intimidar a Eris. Ella se acercó directamente al interior. El tamaño del vestíbulo del edificio, sin embargo, casi la hizo detenerse y cruzar los brazos. La habitación no sólo era más grande que todo lo que había visto en otros edificios del Gremio, sino que era más grande que el salón de banquetes de la mansión de su familia en Roa. Cualquier joven que entrara aquí para registrarse en el Gremio probablemente dudaría ante esta impresionante vista.

Pero por supuesto, Eris no era una recién llegada tímida. Era una aventurera de primera categoría, una veterana establecida. Sólo le tomó un segundo llegar al tablón de anuncios.

El tablón de anuncios era mucho más grande que cualquier otro que hubiera visto, pero sin embargo estaba lleno de hojas de papel. Doblando los brazos, Eris comenzó a mirar por encima de ellos.

Hoy en día, en lugar de dirigirse a las tareas de rango B que eran el pan de cada día de Dead End, estaba estudiando la sección de rango E del tablero, buscando tareas clasificadas como Open Quests. Estas eran misiones especiales, publicadas periódicamente por el país en el que se encontraba el Gremio. Sus recompensas estaban en el lado inferior, pero como eran de alta prioridad, cualquier aventurero podía aceptarlas sin importar su rango.

No había habido ninguna de estas en el Continente Demoníaco, por supuesto. No había “países” que se encontraran allí.

De entre un puñado de misiones abiertas, los ojos de Eris se fijaron en una en particular.

***

TAREA: Exterminar goblins

PREMIO: 10 monedas de cobre de Millis por oreja

DETALLES: Ayude a eliminar la población local de goblins

LOCALIZACIÓN: Al este de Millishion

DURACIÓN: Ninguna / Fecha límite: Ninguna

CLIENTE: Los Santos Caballeros de Millis

NOTAS: Los nuevos aventureros deben desconfiar de los Hobgoblins, que a veces se encuentran entre los grupos de Goblins. No quite esta petición del tablero; simplemente lleve las orejas que recoja directamente al mostrador de enfrente.

***

Los goblins eran una especie de monstruo que vivía principalmente en los límites entre los bosques y las llanuras abiertas. Tenían forma humanoide y usaban armas rudimentarias, pero no podían comprender el habla humana. En pequeños números, eran en su mayoría inofensivos, pero si se les dejaba solos por mucho tiempo, se reproducían rápidamente y empezaban a atacar cualquier pueblo cercano. Se consideraban una plaga algo peligrosa. Sin embargo, como residían en las afueras de las zonas boscosas, también actuaban como una especie de amortiguador natural contra los monstruos más peligrosos que desovaban dentro de los bosques.

Eran criaturas débiles y podían ser asesinadas sin demasiada dificultad por cualquier joven o mujer que supiera cómo usar una espada. El Gremio de Aventureros se aprovechó de este hecho, ofreciendo tareas regulares de exterminio de goblins con recompensas ligeramente generosas como una especie de introducción a las misiones de combate.

Lo que era más, aunque Eris no era consciente de esto, las criaturas también eran usadas a veces como herramienta de tortura contra espías extranjeros capturados. Por todas estas razones, el País Santo de Millis no hizo ningún esfuerzo para exterminar a los goblins dentro de sus fronteras, prefiriendo mantener su población en un nivel estable.

Eris era una aventurera de rango A cuyas habilidades habían sido reconocidas por Ruijerd Superdia, y era perfectamente capaz de vencer a un guerrero promedio de rango C con sus puños desnudos solamente. Se preguntarán por qué se molestaría con un trabajo tan básico en este momento.

Había dos razones.

Primero: esto era algo que había soñado hacer durante mucho tiempo.

Durante el breve período de su vida en que asistió a la escuela, Eris había escuchado a menudo a un grupo de chicos de su clase. Hablaban constantemente de lo que harían una vez que se convirtieran en aventureros. Su plan era empezar por cazar goblins. Después de ahorrar algo de dinero y fortalecerse, finalmente se abrirían camino hacia las regiones del sur del continente central, donde podrían asumir trabajos de alto nivel y sumergirse en laberintos.

Escuchando su emocionado parloteo, Eris comenzó a permitirse estas mismas fantasías.

Un día, se acercó al pequeño grupo y les exigió que la dejaran unirse a la conversación, lo que de alguna manera condujo a una pelea en la que los golpeó brutalmente a los tres. Fue expulsada de su escuela, pero pronto conoció a Ghislaine, cuyas historias sólo intensificaron su anhelo de una vida de aventuras.

Después de conocer a Rudeus, soñaba constantemente con convertirse en una aventurera con él. En su imaginación, formaron un grupo de dos: Eris la espadachina y Rudeus el mago. Juntos, desafiaron laberintos desconocidos en busca de un tesoro.

Sin embargo, cuando ella se encontró varada en el Continente Demoníaco con él, las cosas se desarrollaron de forma muy diferente a sus fantasías. En particular, Rudeus resultó ser muy serio en todo el asunto. Mantuvo al grupo lejos de los laberintos y sus peligros desconocidos. Si Eris hubiera propuesto que fueran a matar algunos goblins, probablemente habría levantado una ceja y dicho “¿Por qué nos molestaríamos en hacer eso?”

Para estar segura, Eris ya no era una novata. Ella había luchado su camino a través de los peligros del Continente Demoníaco, y sabía que no tenía sentido tomar este trabajo ahora. Pero, aunque no tuviera sentido, matar goblins siempre había estado en lo más alto de su lista de “cosas que quiero hacer una vez que me convierta en una aventurera”. Ella quería la experiencia, aunque sólo fuera eso.

Esa fue su primera razón. La segunda… era un secreto.

“Me pregunto si puedo regresar antes de que se ponga el sol…”

Estudiando la tarea que había visto en el tablero, Eris trató de averiguar cuánto tiempo tomaría el viaje de ida y vuelta. Ella iba a viajar a pie para esta ocasión. Todavía era de mañana, pero era mejor tener un cómodo margen de error.

“…¿Hm?”

Pero mientras lo pensaba, notó una nota en el borde del tablero, más allá de las tareas de rango F.

***

Ciudadanos desplazados de la región de Fittoa: Por favor, contacten a la siguiente dirección:

***

Después de leer la primera línea, Eris miró hacia otro lado. Ella había visto esta misma nota en el Gremio de Aventureros del Puerto de Zant también.

Rudeus nunca habló de la región de Fittoa. Eris asumió que esto era sólo porque no quería ponerla ansiosa. Sospechaba que la razón por la que había llamado a este “día libre” era para poder tomar alguna acción en ese frente.

Eris trató de no pensar demasiado en problemas complicados. Se convenció a sí misma de que no era lo suficientemente inteligente para entenderlos, y tenía a Rudeus para que pensara por ella. Una vez que llegara el momento, estaba segura de que él le explicaría su plan de una manera que pudiera entender. Ella nunca hubiera soñado con que Rudeus no estuviera al tanto de la existencia de estos avisos.

“¡De acuerdo entonces!”

Habiendo hecho lo que había venido a hacer, Eris se alejó de la pizarra con mucho ánimo y se dirigió a la salida. Ahora era sólo cuestión de ir hacia el este y matar algunos goblins. Dado lo entusiasta que se sentía en ese momento, probablemente acabaría con uno o dos nidos antes de terminar. No había nada ni nadie que pudiera detenerla. Un momento de silencio para nuestros pequeños amigos verdes, por favor…

“¿Por qué?”

Parece que nos hemos adelantado un poco. Justo cuando estaba a punto de salir del edificio, Eris se detuvo en seco al oír un grito.

Girando hacia él, vio a un niño rodeado por un grupo de hombres casi el doble de su tamaño.

“¿¡Por qué no me dejan entrar a su grupo!?”

El chico que había gritado parecía ser un mago, considerando su túnica azul. Era un poco más bajo que Rudeus; su pelo castaño oscuro era largo en la parte delantera, ocultando sus ojos de la vista. El bastón que llevaba no era tan impresionante como el Aqua Heartia de Rudeus, pero se podía ver por el tamaño de su cristal mágico que estaba hecho de materiales de calidad. Su familia era probablemente acomodada, pero no tan rica como la de Eris.

“¡Soy tan poderoso como cualquier mago de rango A! ¡Deberías estar agradecido de que estoy dispuesto a trabajar con gente como tú! ”

Su actitud arrogante no iba muy bien con los hombres que lo rodeaban. No es exactamente sorprendente. Eris le habría dado un puñetazo en la cara sin decir una palabra si él le hubiera dicho algo así.

“¿Qué demonios? Ya he tenido suficiente de tu mierda, ¡mocoso estúpido! ¿Realmente quieres pelear conmigo a corta distancia?”

“Todo lo que ustedes, tontos, saben es cómo blandir una espada. ¡Yo no me pondría muy arrogante si fuera tú!”

“Pequeña mierda…”

Uno de los aventureros agarró al chico por la camisa. Su cara se mantuvo en calma, pero Eris pudo ver que sus piernas temblaban ligeramente.

Caminando hacia el pequeño grupo, ella intervino para ayudar.

“Basta ya. Estás siendo infantil”. Si Rudeus hubiera estado allí, su mandíbula probablemente habría golpeado el suelo en este punto. Este no era el tipo de línea que uno esperaría escuchar de Eris, de todas las personas.

Honestamente, Eris encontró todo esto un poco emocionante. Como una aventurera de primera categoría, ella estaba por encima de cualquiera de estas personas. ¡Ella era la veterana tranquila, interviniendo para proteger al novato de un montón de matones! Muy guay, si lo dijo ella misma.

Por supuesto, Ruijerd frecuentemente tenía que intervenir de esta manera para evitar que golpeara a algún desventurado idiota en la cara, pero este hecho inconveniente se le había escapado por completo.

“…Tch. Sí, supongo que tienes razón. No estaba actuando demasiado maduro.”

Para su sorpresa, el hombre se echó atrás inmediatamente. Ella esperaba que esto se convirtiera en una pelea, así que se sentía un poco anticlimático.

“Vamos, chicos. Vámonos.” Los hombres se marcharon, dejando al niño mago atrás. Eris esperó a que él le agradeciera con una pequeña sonrisa en su rostro. En su imaginación, sería algo como esto:

Chico: Gracias por ayudarme, señorita. ¿Quién es usted? Eris: Oh, nadie especial.

Chico ¡Por favor! ¡Por lo menos dime tu nombre!

Eris: Hmm. Muy bien … puedes llamarme Ruijerd Dead End, entonces. 

A Rudeus le gustaba usar esa última línea a veces. Había querido probarla.

“¿Quién pidió su ayuda, ¿eh!?”

La orgullosa expresión de Eris se congeló en su lugar mientras el chico le gritaba.

“¡Podría haber manejado bien a esos matones con mi magia! ¡No metas tu fea nariz en donde no pertenece!”

El chico fue afortunado, en cierto sentido. Después de todo, quedó inconsciente por su primer puñetazo, y eso hombres de antes todavía estaban en los alrededores. Si no hubieran corrido a sacarle a Eris, probablemente se habría despertado perdido una parte bastante delicada de su anatomía.

***

Con un humor un tanto pésimo, Eris se dirigió a la puerta principal de Millishion. Normalmente deja atrás las cosas desagradables rápidamente, pero esta vez, aún se sentía irritada. Había una razón para esto, por supuesto.

“¡Espera! ¡Por favor, espera!”

Fue porque el chico del Gremio, habiendo recuperado la conciencia, había venido corriendo tras ella.

“Siento lo que dije antes. Fue sólo el calor del momento…”

Una vez que la alcanzó, inmediatamente se disculpó e inclinó la cabeza educadamente. Debido a esto, el estado de ánimo de Eris se mantuvo en el único “algo” pésimo. El chico había escapado de un destino espantoso por ahora, pero apenas.

Por supuesto, si hubiera permanecido consciente después de ese primer golpe para ser testigo de su ira, no habría sido tan tonto como para perseguirla de esta manera.

“Me llamo Cliff. ¡Cliff Grimor!”

“…soy Eris.” Eris consideró brevemente usar el nombre de Dead End pero decidió no hacerlo. No iba a mencionar el nombre de Ruijerd a alguien con quien se había vuelto loca.

“Eris ¡Ese es un nombre maravilloso! Por tu traje, supongo que eres una espadachina, ¿no? ¿Te gustaría formar un grupo conmigo?”

Cliff se había plantado justo en medio del camino para hablarle de ella. Eris estaba muy tentada de pegarle un puñetazo en la cara de nuevo, pero se las arregló para controlarse.

“No, gracias”. Despreciadamente apartó la cara y empezó a caminar de nuevo.

Para ser honesta, no estaba especialmente acostumbrada a tratar con este tipo de cosas. Rudeus era básicamente la única persona que había venido a por más después de su primera paliza.

“Oh. Está bien. En ese caso, ¡al menos déjame apoyarte desde atrás! Todos dicen que soy un sabio en ciernes, ya sabes. ¡Definitivamente seré útil!”

Si Rudeus hubiera estado allí para presenciar esta desesperada conferencia de prensa, probablemente se habría hecho un comentario en la línea de “¡Más bien un sacerdote en ciernes, pequeño virgen espeluznante!” a sí mismo, por lo menos.

Eris no dijo nada tan grosero. Sin embargo, se preguntaba cuán “útil” podría ser el chico si lo cortaba en pedazos para fabricar abono.

“Estoy seguro de que nunca has visto un hechicero tan increíble como yo antes, Eris”, dijo Cliff con una sonrisa confiada.

“¡Soy incluso mejor que el mago promedio de primera categoría, como sucede!”

Este comentario marcó un poco a Eris. En lo que a ella respecta, el mago más asombroso del mundo era claramente Rudeus Greyrat. Incluso Ruijerd reconoció sus habilidades. Aunque era un aventurero de primera categoría, no había nada “promedio” en él.

“¡Realmente te debes a ti misma al menos ver lo que puedo hacer!”

Muy bien entonces, Eris se encontró pensando. Vamos a ver que tan bien hablas.

“Bien, de acuerdo. Sígueme.”

“¡Claro!”

Y así, Eris y el joven mago Cliff se dispusieron a matar algunos monstruos.

***

En un instante, una gran ola de llamas consumió a siete Goblins a la vez.

“¿Qué te parece? Bastante asombroso, ¿verdad?” dijo Cliff, observando los cadáveres de

los monstruos con una mirada de gran satisfacción en su rostro.

“¡Tu mago promedio nunca podría lograr eso!”

Eris también miró los restos. Todas las criaturas habían sido quemadas hasta las cenizas, lo que significa que no quedaban orejas que recoger.

“¿Crees? No puedo decir que estoy impresionada.” Esa fue realmente su honesta opinión. De hecho, no podría haber estado mucho menos impresionada. Cliff había usado un hechizo de fuego de rango avanzado llamado “Llama del Éxodo”. Eris había visto a Rudeus hacer ese también. Pero a diferencia de Cliff, no había hecho un largo conjuro primero, y sus llamas también eran más poderosas. Por supuesto, Rudeus no habría usado un hechizo como ese en esa manada de Goblins en primer lugar. Los habría matado sin dañar sus orejas.

Además, Eris había mantenido a los monstruos ocupados hasta que Cliff terminó su conjuro, dándole la oportunidad de mostrar lo que podía hacer; pero como no le había advertido cuando terminó, casi la atrapan en el radio de su hechizo. Rudeus nunca habría cometido un error tan peligroso.

“Ah, parece que no sabes mucho de magia, Eris. Verás, hay muchos tipos diferentes de hechizos, y.…”

Cliff procedió a darle una larga charla sobre los distintos rangos de hechizos, explicándole que la magia que acababa de utilizar era un hechizo de nivel avanzado, tan complejo que incluso la mayoría de los adultos eran incapaces de lanzarlo.

Eris ya sabía todo esto, por supuesto. Lo aprendió en sus lecciones con Rudeus. Y comparado con las explicaciones divagantes de Cliff, las clases de Rudeus habían sido diez veces más fáciles de entender.

“¿Y? ¿Ahora entiendes lo increíble que soy?”

Eris tenía muchas ganas de golpear a este pequeño idiota en la cara. Él estaba realmente poniendo un freno a su tan esperado día de caza del Goblin. Con los brazos todavía cruzados, dio fríamente su veredicto.

“Bien, ya he visto suficiente. No vas a ser de mucha ayuda, así que ya puedes irte”.

Si Rudeus hubiera estado en el lugar de Cliff en este momento, probablemente habría elegido una retirada táctica. Pero Cliff era ajeno a la hostilidad en los ojos de Eris.

“¿Hablas en serio? ¡No puedo dejarte aquí sola! ¡Estabas batallando para matar a un puñado de goblins!”

Tan pronto como las palabras salieron de su boca, Eris lo golpeó. Fuerte.

Cliff se tambaleó hacia atrás y puso una mano en su cara. Había sangre brotando de su nariz. Rápidamente se lanzó un hechizo básico de curación sobre sí mismo para detener el flujo.

“Hey, ¿para qué fue eso?”

Eris chasqueó su lengua en la irritación. Ella había sido un poco fácil con él esta vez, ya que dejarlo  inconsciente  en  medio  de  un  campo  abierto  no  era  realmente  una  opción. Aparentemente, necesitaba un poco más de castigo antes de aprender la lección.

Sin embargo, justo cuando apretaba el puño para un ataque posterior, Cliff finalmente pareció entender la situación.

“¡Espera, no! ¡Ya lo entiendo! Obviamente eres muy fuerte, Eris. ¿Qué tal si nos dirigimos al bosque por un tiempo, entonces? No puedo demostrar mi verdadero valor como mago contra un grupo de goblins, después de todo.”

No había motivos siniestros detrás de esta propuesta. Cliff sólo quería lucirse frente a Eris. No era que estuviera enamorado de ella, o incluso quería impresionarla; simplemente estaba ansioso por deleitarse con su propio poder.

“Los bosques son peligrosos”, dijo Eris bruscamente. Esto era algo que Rudeus siempre decía, y Ruijerd estaba de acuerdo con él. Ella confiaba completamente en su juicio.

“Seguro que no tienes miedo, Eris?”

“¡Claro que no!”

Pero por supuesto, Eris era una chica sencilla. Cuando desafiabas su orgullo, ella mordía el anzuelo cada vez. Ningún miembro de la familia Boreas que se precie dejaría que un aventurero novato les hablara con desprecio, después de todo.

“El bosque, ¿verdad? ¡Bien! ¡Vamos a ir!”

Y así, los dos se desviaron a un oscuro y sombrío bosque cercano.

***

“Supongo que ni siquiera el bosque está tan mal en Millis, ¿eh?”

Eris cortó una criatura parecida a un mono llamada Utan mientras hablaba. Este era un monstruo de rango D, considerablemente más peligroso que un Goblin, pero no representaba una amenaza real para ella.

“Supongo que no. ¡Estas cosas no son rivales para mí!”

Cliff, por su parte, estaba matando Utans con hechizos de viento de nivel intermedio mientras se adentraba cada vez más en el bosque.

“Oh…” De repente, Eris se detuvo en seco.

“¿Qué pasa, Eris?” Cliff dijo, girándose y acercándose a ella con una gran sonrisa en su cara.

Con una mueca, Eris cruzó sus brazos, plantó sus pies a la altura de los hombros y levantó su barbilla.

“Dime algo. ¿Estabas siguiendo nuestra ruta para salir de aquí?”

“No, en realidad no.” Cliff ni siquiera había pensado en prestar atención a eso. Todo este viaje había sido impulsivo y sin ganas, así que no había hecho ninguna planificación o preparación de antemano.

“Ya veo. Eso significa que estamos perdidos, entonces”, dijo Eris rotundamente.

Cliff se quedó en silencio. Después de un momento, su cara se puso muy pálida. “Uh …¿qué debemos hacer?”

Como Eris parecía tranquila, Cliff asumió que debía tener algún tipo de plan. Sin embargo, ese no fue el caso.

Esto no era bueno en absoluto. ¿Qué dirían Rudeus y Ruijerd si descubrieran que se había perdido en el bosque? ¿Cómo podría explicar que había terminado allí, cuando se suponía que estaba cazando goblins?

Por supuesto, Eris no dejó que su ansiedad se manifestara. Como mujer de la familia Greyrat, se esperaba que estuviera tranquila y serena en todo momento.

“Cliff, sube al cielo y mira hacia dónde está la ciudad”.

“¿Estás bromeando? Eso es absurdo.”

“Rudeus puede hacerlo muy bien”.

“¿Rudeus? ¿Quién diablos es Rudeus?”

“Es mi tutor”.

“¿Qué?”

Eris dejó escapar un pequeño suspiro. No tenía sentido entrar en una discusión en este momento. ¿Qué debería estar haciendo en una situación como esta? ¿No le había enseñado Ghislaine qué hacer si se perdía?

Sí. Se suponía que debía reunir muchas ramas y comenzar un incendio, ¿no? El humo sería visible desde una gran distancia. ¿Pero quién vería la señal? Ruijerd y Rudeus tenían otros asuntos que atender hoy. No estaban fuera buscándola.

Eris se cruzó de brazos y empezó a fruncir el ceño. Cerró los ojos y trató de pensar cuidadosamente. Ghislaine siempre dijo que era crítico mantener la calma, especialmente cuando se sentía ansiosa, y así Eris nunca se permitió entrar en pánico.

“¿Qué hacemos, Eris?”

“Probablemente haya otros aventureros en este bosque, ¿verdad?”

“¡Oh, por supuesto! Podemos pedir ayuda… ¡Intentemos encontrarla!”

Cliff comenzó a correr de inmediato, pero Eris no se movió. Ruijerd le había dicho que era mejor no moverse en este tipo de situación. Le había enseñado a quedarse quieta y a agudizar conscientemente sus sentidos. Eris no tenía ese conveniente tercer ojo suyo, pero tenía sus orejas y su nariz. Y podía sentir el flujo de energía mágica en la zona. Todavía era inexperta en muchos aspectos, pero entrenaba todos los días.

“Uh, ¿Eris…?”

“¡Cállate!”

Con los ojos cerrados, Eris respiró profundamente y vació su mente. Escuchó el bosque. Podía oír el crujido de las ramas, los monstruos en movimiento, el zumbido de los insectos voladores… y en algún lugar de la distancia, los débiles sonidos del combate.

“Está bien. Sígueme”. Sin dudarlo un momento, Eris comenzó a caminar de nuevo.

“¿¡Qué está pasando!?” dijo Cliff, apurándose tras ella.

“¿Te has dado cuenta de algo?”

“Hay otras personas aquí, de acuerdo. Están por aquí.”

“¿¡Cómo puedes saber eso!?”

“Agudicé mis sentidos por un tiempo”.

“¿¡Tu maestro te enseñó a hacer eso también!?”

Eris tuvo que pensar en eso por un segundo. ¿Era Ruijerd su maestro? Probablemente sí. Le había enseñado muchas cosas, si no tantas como Ghislaine. Ella probablemente incluso podría llamarlo su actual maestro.

“Sí, es cierto”.

“Este Rudeus debe ser realmente alguien…”

“Hm… Sí, Rudeus es increíble.”

Un poco confundida en cuanto a por qué el tema había cambiado tan repentinamente, Eris siguió adelante.

Justo cuando ambos llegaron al borde del bosque, vieron un carruaje acostado de lado en medio de las ranuras que sus ruedas habían hecho.

“¡Agáchate!”

Eris agarró a Cliff por la cabeza y lo empujó al suelo, y luego se dejó caer a su lado para observar la situación.

Seis personas todavía estaban de pie en este punto. Uno era un caballero con armadura y casco, de pie con la espalda contra un árbol y la espada desenvainada. Los otros cinco eran hombres vestidos de negro, colocados en un semicírculo alrededor de este guerrero solitario.

Tres cadáveres yacían en la hierba cercana. Todos ellos llevaban la misma armadura que el caballero rodeado. Lenta pero firmemente, los hombres de negro se acercaban a su presa.

Esta batalla ya estaba perdida. Pero por alguna razón, el caballero no hizo ningún movimiento para huir. Al mirar más de cerca, Eris se dio cuenta de que había una joven acurrucada en la base del árbol detrás del guerrero acorazado, una chica cuyo rostro estaba lleno de terror y brillaba con lágrimas.

“Esa armadura … Eso es un Caballero Templarios, ¡Eris! ” Cliff susurró.

El corazón de Eris latía con fuerza ahora. Ella sabía acerca de los Caballeros Templarios. Eran una de las tres órdenes militares sagradas de Millis. A los Caballeros de la Catedral de élite se les confiaban los asuntos de defensa nacional. Los Caballeros Templarios fueron enviados al extranjero como mercenarios, para que pudieran difundir las enseñanzas de la Iglesia de Millis y demostrar su poder. Y los temidos Caballeros Templarios, con sus infames Inquisidores, fueron encomendados con la tarea de erradicar la herejía.

Los Caballeros de la Catedral vestían de blanco, los Caballeros Comisionados de plata, y los Caballeros Templarios de cerúleo. Incluso a distancia, la armadura del caballero acorralado era claramente azul. No había lugar a dudas. Era un grupo de Caballeros Templarios que había sido emboscado aquí.

“¡Tontos! ¿¡No saben quién es esta dama!?”

Sólo cuando el caballero acorralado gritó estas palabras, Cliff y Eris se dieron cuenta de que era una mujer.

Los hombres vestidos de negro se miraron entre sí y resoplaron de risa.

“Por supuesto que sí”.

“¿¡Entonces por qué buscan hacerle daño!?”

“¿No debería ser obvio?”

“¿¡Entonces son lacayos del Papa!? ¡Malditos brutos!”

Eris no podía darle mucho sentido a esta conversación. Pero una cosa estaba muy clara para ella: Esos amenazantes hombres vestidos de negro iban a matar a esa niña aterrorizada. Ella alcanzó la espada en su cadera.

“¿Qué crees que estás haciendo?” Cliff siseó.

“¡No podemos mezclarnos en esto! Esa chica es la Niña Bendecida que supuestamente es una futura Papa, ¿de acuerdo? ¡Eso significa que esos hombres de negro son los asesinos personales del actual Papa! Están bien entrenados y son despiadados. ¡Ni siquiera yo tendría una oportunidad contra ellos!”

Eris ni siquiera se detuvo a preguntarse por qué Cliff sabía tanto sobre todo esto. Sólo había una cosa en su mente en este momento: A menos que ella interviniera, esa chica iba a morir ante sus ojos.

Eris era miembro de Dead End por derecho propio. Si se sentaba y veía cómo asesinaban a un niño, no podría volver a mirar a Ruijerd a los ojos. Y más de una vez, había visto a Rudeus ponerse en peligro por razones muy similares.

“Vamos. Quedémonos callados y esperemos que no nos noten…”

“Lo siento, pero eso no tiene sentido. Ya saben que estamos aquí.” Uno de los hombres vestidos de negro había notado su presencia en el momento en que empujó a Cliff al suelo. Eris no había pasado por alto su ligera reacción.

Ella no sabía exactamente lo que harían una vez que su misión se cumpliera, pero apenas importaba. Ella tenía la intención de tomar la iniciativa aquí y ahora.

“¡Sólo escóndete aquí, Cliff!”

“¡Eris! ¡No!”

Desenvainando su espada, Eris saltó hacia los asesinos.

Los hombres vestidos de negro se dispersaron inmediatamente, pero…

“¡Demasiado lento!”

Eris se movió mucho más rápido de lo que habían previsto. Su ataque principal fue la técnica del estilo de Dios Espada Avanzado “Espada Silenciosa”, un movimiento de menor complejidad que la “Espada de Luz”, pero mortal por sí mismo. Su espada se movió por el aire sin el más mínimo sonido.

En el curso de su entrenamiento con Ghislaine y Ruijerd, sus habilidades de manejo de la espada habían sido pulidas en un grado notable. Su espada tomó a uno de los hombres por el hombro, lo cortó en diagonal a través de su caja torácica, y lo partió en dos.

Aunque era la primera vez que Eris mataba a alguien, no vaciló ni un instante. Su enfoque ya había cambiado a su siguiente objetivo. Los hombres vestidos de negro se movían rápidamente para rodearla, pero Eris fue un paso más rápido que cualquiera de ellos. Ruijerd le había enseñado la forma correcta de moverse cuando estaba rodeada por múltiples enemigos. Muchos monstruos cazaban en manadas; su objetivo era eliminarlos rápidamente antes de que pudieran rodearla.

“¡Haaah!” En un abrir y cerrar de ojos, Eris mató a otro de los asesinos.

Los tres hombres restantes estaban visiblemente desconcertados. Los movimientos de esta chica eran erráticos, y sus ataques venían de ángulos inesperados sin previo aviso. Era casi imposible esquivarlos mientras se intentaba hacer otra cosa.

Aún así, estos eran asesinos profesionales. En el momento en que Eris mató a su camarada, la rodearon con éxito. Dos de los asesinos saltaron hacia Eris casi simultáneamente, deliberadamente escalonando sus ataques.

Eran rápidos, pero no tanto como Ruijerd. Tampoco estaban tan perfectamente coordinados como los coyotes Pax del continente demoníaco.

Estos hombres no eran lo suficientemente buenos.

“¡Hay veneno en sus dagas! ¡Cuidado!” Gritando palabras de advertencia, el caballero que había estado defendiendo a la niña corrió hacia adelante para golpear a uno de los asesinos por detrás.

Eris anticipó con precisión cómo reaccionarían los hombres vestidos de negro, y encontró su oportunidad de liberarse de su cerco. En el instante en que se dio cuenta de que iba a ganar esta pelea, su espada atravesó a un tercer asesino.

“¡Maldita sea! ¡Retírense!”

Los dos hombres restantes giraron bruscamente y comenzaron a correr. Pero Eris nunca fue de las que dejan un trabajo a medio hacer. En un abrir y cerrar de ojos, alcanzó a uno y lo golpeó salvajemente por detrás, destripándolo. Sus entrañas se derramaron por el suelo mientras caía.

El último asesino no miró atrás. Para cuando Eris se giró hacia él, ya se había desvanecido en la distancia.

Con un pequeño resoplido de desdén, golpeó vigorosamente su espada para lanzar la sangre y arrancarle la sangre de su hoja. Por lo que parece, estaba tan tranquila como siempre. Pero su corazón seguía latiendo rápidamente en su pecho. Acababa de experimentar su primera batalla de vida o muerte contra otros seres humanos. Por primera vez, había matado a alguien.

Es más, sus oponentes habían empuñado dagas envenenadas, incluso un solo rasguño podría haber sido fatal. Y Rudeus y Ruijerd tampoco habían estado cerca para vigilar su espalda. Se había lanzado a la lucha sin pensarlo demasiado, pero si no fuera por esa mujer caballero, podría haber muerto.

Naturalmente, Eris mantuvo estos pensamientos completamente para sí misma. Envainando su espada, se giró para enfrentarse cara a cara con el Caballero del Templo blindado.

“Lo siento. Uno de ellos se escapó.”

Estas palabras dejaron al caballero algo aturdido. La chica que estaba delante de ella ni siquiera era una adulta, pero se había abierto camino a través de un grupo de asesinos mortales. Y parecía totalmente imperturbable, para empezar.

Sin quitarse siquiera el casco, la mujer apretó el puño contra su estómago y se inclinó al estilo de los Caballeros Sagrados de Millis. “Mi más sincero agradecimiento por su ayuda.”

Eris se encontró recordando cómo Ruijerd respondía a palabras como estas, y decidió seguir su ejemplo. Sin hacer ninguna reverencia, dijo “Me alegro de que la niña esté sana y salva” y nada más.

“Soy Therese Latria de los Caballeros del Templo. Supongo que eres una aventurera, ¿señorita? ¿Puedo preguntarle su nombre?”

“Yo soy Er-”

Eris comenzó a dar su verdadero nombre, pero luego se detuvo. Eso no era correcto. ¿Qué hizo siempre Rudeus en estas situaciones?

“Soy Ruijerd Dead End. Lo creas o no, en realidad soy un Superd.”

Debajo de su casco, la cara de Therese se tensó. Aunque Eris no estaba al tanto de esto, los Caballeros del Templo en su conjunto abogaron por la expulsión de toda la humanidad demoníaca del Continente de Millis.

Por supuesto, Eris carecía de todos los rasgos distintivos de una verdadera Superd. Sólo le tomó un momento a Therese para relajarse una vez más. Esta chica le había dado un nombre claramente falso y asumió la identidad de un demonio que los Caballeros del Templo verían con hostilidad. Esto parecía ser un mensaje de que no tenía interés en involucrarse más con ellos o en este asunto.

En otras palabras, no esperaba ninguna recompensa, a pesar de haber salvado la vida de una persona importante. Therese encontró esto agradablemente sorprendente.

“Ya veo. Muy bien, entonces…”

Por un momento, se detuvo para estudiar a Eris mientras la chica la miraba con los brazos cruzados. Una vez que memorizó su cara, silbó fuerte.

En poco tiempo, un caballo salió corriendo del bosque.

Este era el animal que había estado tirando de su carruaje anteriormente. Huyó cuando el carruaje se volcó, pero ahora volvió a la llamada de Therese tal y como fue entrenado para hacerlo. Después de levantar su joven carga sobre su espalda, Therese saltó detrás de ella.

“Si alguna vez necesita ayuda, ¡pregunta por Therese de los Caballeros Templarios!”

Con esas últimas palabras, la dama caballero salió al galope. Eris la vio irse sin decir una palabra.

De vuelta a las sombras, cierto joven, que aún no podía ni siquiera quedarse de pie, también estaba mirando. Y a sus ojos, la caballera que huía y la intrépida espadachina pelirroja que la despidió parecían nada menos que personajes de un cuento de hadas.

***

Hace algún tiempo, un pastor de la Iglesia de Millis se enamoró de una mujer de la raza hobbit. La mujer le dio un hijo, y con el tiempo, ese niño creció y tomó una esposa propia. Cliff fue el primer y único hijo de esta pareja.

En el momento del nacimiento de Cliff, varias facciones dentro de la iglesia se vieron envueltas en una viciosa lucha por el poder. La violencia les costó la vida a sus padres. Para mantener a Cliff a una distancia segura del conflicto, su abuelo, el sacerdote, lo dejó temporalmente en el orfanato de Millishion. Procedió a triunfar sobre sus enemigos, tomar el papado como propio, y traer a Cliff de vuelta a su casa.

En otras palabras, Cliff Grimor era el verdadero nieto del actual Papa de Millis… aunque pocos, incluso dentro de la Iglesia, eran conscientes de ese hecho.

Debido a esto, Cliff sabía perfectamente bien por qué ese carruaje había sido atacado. Esa niña bendita, de la que se decía que poseía poderes milagrosos, era la herramienta más poderosa del arsenal de cierto arzobispo. Y esa facción del arzobispo estaba actualmente en conflicto activo con el abuelo de Cliff.

De hecho, Cliff ya había conocido a la chica antes. No tenía ni idea de lo que había estado haciendo en ese bosque, pero estaba familiarizado con los asesinos vestidos de negro que la habían atacado. Esos hombres estaban entre sus instructores. Sabía desde hace tiempo que hacían este tipo de trabajos para su abuelo. También sabía lo poderosos que eran. Se había enfrentado a ellos muchas veces, pero ni una sola vez estuvo cerca de ganar. Y, sin embargo, no habían tenido una oportunidad contra Eris.

En realidad, la lucha había estado muy cerca. Pero tal como Cliff lo veía, esta chica había dominado totalmente a un grupo de hombres que nunca podría haber vencido ni en un millón de años. Mientras caminaban de regreso a abajo, se encontró mirando su rostro cansado con profunda y genuina admiración.

Esta chica iba a ser alguien en poco tiempo.

Con ese pensamiento firmemente cimentado en su mente, Cliff lanzó una oferta impulsiva.

“Eris, ¿quieres casarte conmigo?”

“¿Qué? ¡Ni hablar!” Ella lo derribó al instante. Con una mueca horrible en su cara, nada menos.

A Cliff le pareció extraño que una chica rechazara una propuesta de alguien tan talentoso como él, así que empezó a buscar una explicación. Pensó en todas sus conversaciones. Después de un momento, recordó que ella mencionó a cierto “profesor” varias veces. ¿Cómo se llamaba? Ru… Ru…

“Rudeus”.

Eris se giró al oír ese nombre.

“Ese es el nombre de tu maestro, ¿verdad? ¿Cómo es él?”

En cuestión de minutos, Cliff se maldecía a sí mismo por haber hecho esta pregunta. Tenía la impresión de que Eris no era muy habladora, pero claramente no era así. Una vez que se puso en movimiento con esta persona Rudeus, ella orgullosamente balbucearía indefinidamente. Siguió yendo desde las llanuras de Millishion hasta el Gremio de Aventureros. Todo lo que decía era un cumplido efusivo, y la expresión de su cara hacía que la intensidad de sus sentimientos fuera muy clara. Era más que suficiente para poner a Cliff profundamente celoso.

“Voy a volver a casa ahora”, interrumpió finalmente, consciente de que su expresión era probablemente bastante sombría en ese momento.

Eris parecía dispuesta a seguir hablando durante una o dos horas más, pero ahora agitaba la mano en un gesto vago y desinteresado.

“Oh, está bien. Adiós”. Era difícil de creer que era la misma chica que había estado hablando tan apasionadamente de su tutor sólo unos segundos antes.

Cliff la miró en silencio mientras se alejaba hasta que desapareció de la vista. ¿Quién era ese “Rudeus” que había encantado tanto a esa chica poderosa, hermosa e impecable?

Con visiones de un misterioso rival flotando en su mente, el joven mago regresó al cuartel general de la Iglesia de Millis, donde recibió una dura charla de la gente que lo había estado buscando.

Por cierto, la lucha de poder dentro de la Iglesia se intensificó rápidamente tras el incidente con la Niña Bendita. El Papa pronto decidió que era demasiado peligroso para su nieto permanecer en Millishion, por lo que Cliff fue enviado a vivir a una tierra extranjera. Pero por supuesto, nada de esto tenía que ver con Eris.

En cuanto a Eris, básicamente se olvidó de todo el encuentro en el momento en que regresó a la posada y vio a Rudeus sentado miserablemente en su cama. Pero eso, también, sería una historia completamente aparte.