Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 5

Capítulo Extra 1: Carne De Dragón, Estilo Nanahoshi

 

 

Habíamos llegado a la ciudad portuaria del Este en el Reino Rey Dragón, la ciudad portuaria más grande del mundo.

La gente aquí hablaba el mismo idioma que en el País Santo de Millis, pero los nombres y las apariencias de las tiendas eran sutilmente diferentes. Aún así, esta era la cuarta ciudad portuaria que veía, así que el lugar no parecía nada nuevo. Una vez que bajamos del barco, nos puse a trabajar en la tarea rutinaria de encontrarnos una posada.

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Mientras caminábamos por la calle, sin embargo, Eris se detuvo y murmuró, “Algo huele bien”.

Hmm. ¿Como el olor de tu cuello justo después de una sesión de entrenamiento? Soy un gran fan de eso, personalmente. Pero con una bocanada de aire, entendí lo que Eris quería decir. Ciertamente había un tentador aroma flotando alrededor de la zona.

Miré hacia el sol sentado en lo alto del cielo. Ahora que lo pensé, mi estómago se sentía un poco vacío en este momento.

“Creo que es hora de comer”.

“Sí…” Eris estuvo de acuerdo, asintiendo ligeramente.

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Los dos teníamos los ojos fijos en el restaurante que parecía ser la fuente de este interesante olor. Su exterior era menos que prometedor. Las paredes de ladrillo tenían una forma terrible, con agujeros visibles aquí y allá, y el cartel de madera de la parte superior estaba tan sucio y desgastado que era imposible de leer. Incluso la puerta principal estaba a punto de caerse de sus bisagras. Parecía más una casa abandonada que un establecimiento de comida fina.

Sin embargo, el olor que se desprendía de su interior era una historia completamente diferente. No era el tipo de fragancia rica que haría que a un hombre se le hiciera la boca agua inmediatamente, pero había algo de nostalgia en ella. Sentí mi estómago retumbar.

“¿Quieres entrar ahí?”

La pregunta de Ruijerd me sorprendió un poco. Había estado vagando más cerca del restaurante sin darme cuenta.

“…Sí. ¿Es eso un problema?”

“¿No dices siempre que deberíamos comer en restaurantes más atractivos?”

Recuerdo haber dicho algo al respecto, sí. Pero eso fue en el Continente Demoníaco, donde se podía contar con un lugar de aspecto destartalado para tener una comida realmente horrible. A veces encontrabas una excepción a la regla donde todo era mucho mejor de lo esperado, pero… de una forma u otra, normalmente no habría puesto un pie en un lugar que se pareciera a este.

Por alguna razón, sin embargo, me sentí realmente atraído por este.

“Un cambio de ritmo no puede hacer daño, ¿verdad?”

“Bueno, si tú lo dices…”

Con Ruijerd y Eris acompañándome, abrí la puerta principal. Protestó en voz alta por este trato cruel e inusual.

No es de extrañar que el propio restaurante también estuviera en el lado sucio. Bueno… tal vez “sucio” no era la palabra correcta. Parecía lo suficientemente limpio como para servir como un lugar para comer, al menos. Más que nada, estaba muy destartalado. A la mitad de las sillas les faltaban patas, la mayoría de las mesas estaban agrietadas y había agujeros poco profundos en el suelo.

Como era de esperar, no había otros clientes dentro.

“Tenemos el lugar para nosotros”, murmuró Eris alegremente. Supongo que no le pareció sospechoso que un restaurante estuviera totalmente vacío a la hora de comer. Era suficiente para ponerme ansioso, por supuesto. Pero por alguna razón, mi sentido de la anticipación era aún más fuerte.

“Bienvenidos, amigos…” Mientras los tres tomábamos asiento, un hombre delgado como un esqueleto se nos acercó con un menú. ¿Era él el que dirigía este lugar, tal vez? Tengo que decir que su cara estaba muy triste. Quiero decir, era obvio a simple vista que la tienda no estaba haciendo un negocio en auge, pero no podía hacer daño al menos poner una sonrisa falsa a sus clientes…

“Rudeus, ¿estás seguro de que no deberíamos reconsiderar esto?”

Vaya. No todos los días Ruijerd me cuestionaba así. Aún así, no puedes ir por ahí juzgando a la gente por su apariencia, ¿verdad?

“Vamos, vamos… La comida puede ser deliciosa, ¿verdad?”

Sonriendo torpemente a mis palabras, el hombre esquelético abrió su menú para nosotros.

Sólo había dos artículos en él:

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***

 

 

 

• Carne de Dragón, al estilo de Nanahoshi
• Estofado de pescado Alba

***

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En Millishion, los restaurantes normalmente te daban más de diez opciones para elegir. Incluso los bares que se centraban principalmente en su bebida ofrecían un poco más de variedad que esto. En el lado positivo, los precios aquí eran bajos. Tal vez todo se canceló.

“¿Qué será, amigos?”

Así que la elección era carne o pescado, ¿eh?

El Pez Alba era una especie nativa de los mares del sur. Era una parte estándar de la dieta de la gente en esta parte del mundo; ya había probado algunos en Puerto Oeste. El menú decía que era un “guiso”, pero en este caso eso probablemente significaba una especie de sopa de pescado y verduras. Se supone que era un plato muy común en el Reino del Rey Dragón.

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Por otro lado, sin embargo, teníamos “Carne de Dragón, al estilo de Nanahoshi”. Nunca había oído hablar de este antes. Sabía que el Rey Dragón residía en una cordillera cercana que tomó su nombre de ellos. Se decía que eran capaces de manipular la propia gravedad.

¿Era esta realmente la carne de esos monstruos? ¿O tal vez algo que se veía y sabía muy similar…?

Además, ¿qué significaba “Nanahoshi”? El término era totalmente nuevo para mí, aunque sonaba casi… japonés. Por supuesto, no estaba muy familiarizado con las diversas cocinas de este mundo. Tal vez era un método de cocina popular en el Reino del Rey Dragón.

De una forma u otra, definitivamente me llamó la atención.

“Tomaré la carne”.

“Yo también”.

“Tres de carne, entonces.”

Una vez que sus huéspedes carnívoros hicieron sus pedidos, el hombre esquelético desapareció en la cocina sin expresión.

No había agua, no es que esperara algo diferente. Como regla general, no se conseguía mucho gratis en este mundo. Esto requería un poco de autoservicio. Creé tazas con magia terrestre, las llené con agua y se las pasé a Ruijerd y Eris. Con unos pocos cubitos de hielo, no se podía pedir un mejor estímulo para un cuerpo cansado.

Eris se tragó el contenido de su vaso en segundos, masticó el hielo y me devolvió su vaso.

“Rudeus, rellena.”

Sacudiendo mi cabeza con tristeza, la llené de nuevo para ella. Normalmente podría haberle dicho que hiciera el hechizo ella misma, pero estábamos en un restaurante. No hay razón para arriesgarse a que lo estropee e inunde el lugar.

Como siempre, Ruijerd estaba sorbiendo el agua. El hombre comía rápido, pero siempre se tomaba su tiempo con las bebidas.

“De todos modos, no parece que haya mucha información que recopilar en esta ciudad, ¿verdad?”

“Supongo que no. Quería ver las espadas un poco más, pero tal vez deberíamos ir a la siguiente ciudad.”

Había una gran variedad de armas blancas a la venta aquí. Incluso un puesto promedio al lado del camino tenía un rango de espadas en exhibición. Eris había estado mirando algunas con ojos brillantes, pero pronto se dio cuenta de que eran todas piezas contundentes de mierda dirigidas a principiantes que no sabían nada mejor. Sus habilidades como luchadora habían avanzado mucho, pero eso no significaba que pudiera diferenciar una buena espada de una mala de un vistazo todavía. No es demasiado sorprendente, en realidad.

“¡Oye! ¡Voy a entrar!”

Nuestra conversación fue interrumpida abruptamente por un fuerte golpe. Alguien había abierto la puerta. Un hombre de aspecto matón entró en el restaurante sin siquiera quitarse los zapatos. No es que nadie lo haya hecho aquí, es cierto. Eso no era realmente importante.

Al oír la voz de este intruso, el hombre esquelético salió de la cocina.

“Shagall…”

“¡Hola, Randolph! ¿Finalmente estás de humor para tomar la decisión correcta hoy?”

“Mi respuesta no va a cambiar, no importa cuántas veces lo preguntes. ¿Podrías irte, por favor?”

“¡ha! ¿Cuánto tiempo vas a mantener este lugar vacío funcionando, viejo?”

“Hasta que muera, por supuesto. Ha estado en mi familia durante generaciones…”

A partir de su intercambio, podría hacer una suposición razonable de la situación aquí. En resumen, este negocio estaba luchando por sobrevivir. El propietario probablemente había pedido todo tipo de préstamos para mantener sus puertas abiertas. Este matón era probablemente un sospechoso que quería comprar la tierra a bajo precio o algo así.

“Espere aquí por un tiempo, al menos. Tengo clientes en este momento.”

“¿Clientes? Oh, wow, realmente los tienes. Eso sí que es una visión rara”.

“No me rendiré en este lugar, no mientras tenga un solo cliente.”

“¡ha!” Resoplando de risa, el matón cayó en una silla cercana. Con una mirada de reojo en su dirección, el hombre esquelético regresó a la cocina.

Definitivamente sonaba como si los tiempos fueran duros. No conocía todos los detalles, por supuesto, pero si la comida era buena, tal vez podríamos tratar de correr la voz sobre este lugar.

“Ese hombre nos está mirando…”

Tenía la sensación de que Eris podría reaccionar exageradamente a cualquier contacto visual de este tipo, así que me adelanté y le cubrí los ojos con mis manos. Un problema como este necesitaba ser resuelto a través del poder de la comida, no por sus puños de furia.

“Hey! Rudeus! ¡No puedo ver!”

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Agh. Espere. No mi muñeca, ¡Eris! Oh, mis huesos. Mis pobres y delicados huesos…

 “Perdón por la espera, amigos.”

Mientras jugaba con Eris, nuestra comida salió de la cocina… y mis ojos se abrieron mucho al verla.

“¡De ninguna manera…!”

“Carne de Dragón, Estilo Nanahoshi” era aparentemente una comida con tres partes distintas.

En primer lugar, había una sopa de verduras transparente de algún tipo. Podía decir de un vistazo que tendría un sabor simple y refrescante. Eso estaba bien. Cosas estándar. Pero las otras dos partes eran una historia diferente.

Primero, a la izquierda, teníamos un alimento básico que no había visto ni una vez después de venir a este mundo. ¡Era arroz blanco! ¡El emperador de todos los granos!

No… espera. Pensándolo bien, el color no era del todo correcto. Parecía que había otros granos mezclados allí también. Bien, entonces arroz multigrano. Hacía tanto tiempo que no veía nada de ese tipo que me había confundido un poco.

En cualquier caso, eso explicaba por qué el olor que venía de este lugar se había sentido tan nostálgico. Debía estar cocinando arroz en ese momento. No es de extrañar que me hayan atraído como un imán.

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Finalmente, estaba la tercera parte de nuestra comida. Consistía en trozos marrón dorado de bondad fritos. En otras palabras…

Fue, sin duda, el Karaage.

Lo que significaba… aunque la sopa no era exactamente miso, y el arroz no era exactamente blanco… esta era una comida clásica del karaage.

“¡No puedo creer esto!”

“¿Qué pasa, Rudeus…?” Eris me miraba con dudas. Es comprensible, ya que estaba temblando y agarrando la mesa con ambas manos.

“Uh, lo siento… No es nada.”

Ni siquiera soñé que la comida frita al estilo japonés pudiera existir en este mundo. ¡Los cielos me han sonreído de verdad hoy! Tal vez ese personaje de Dios Hombre estaba finalmente empezando a entender lo que yo quería de la vida.

¡De acuerdo entonces! ¡Vámonos! ¡Comamos! ¡Ahora mismo! 

Juntándome las manos, ofrecí una rápida oración de agradecimiento a todos los espíritus de los cielos y la tierra.

“¡Vamos a comer!”

No había palillos, naturalmente, así que me metí un gran trozo de arroz en la boca con el tenedor.

“Aaaah…” Una sola lágrima se deslizó por mi mejilla.

En mi vida anterior, mi pasión por el arroz no tenía límites. Era básicamente para lo que yo vivía, especialmente a finales de mis veinte años. Debí haber engullido un galón de esta cosa todos los días. Y comparado con el arroz que comía en ese entonces, esta cosa era pésima. Bajo el sistema de clasificación de sabores japonés, ni siquiera habría ganado una C.

Y aún así, seguía siendo arroz. Arroz de verdad, honesto y bueno.

Por primera vez en mi vida, comprendí que todo el arroz fue creado igual.

“¿R-Rudeus? ¿Qué sucede?”

“¡Oh, no es nada… nada en absoluto!” Lloré en silencio mientras comía, haciendo mi mejor impresión de un soldado japonés que acababa de regresar a casa después de años en un campo de internamiento en Siberia. Cada bocado llenaba mi boca con el familiar y reconfortante sabor del arroz.

Oh, espere. No hay mucho, ¿verdad? Debería comerlo con los acompañamientos…

 Ya era hora de que probara este karaage. Con una codiciosa puñalada de mi tenedor, ensarté un pedazo de carne frita y lo llevé a mi boca.

“¡Mergh!”

Instantáneamente, mi alegría dio paso a la conmoción.

Esto era carne frita, para estar seguros. Pero definitivamente no era karaage. La capa estaba húmeda y aceitosa; la carne en el interior estaba seca y dura. Y cuanto más la masticaba, más fuerte era su olor rancio.

En realidad, me estaba dando náuseas.

La ira burbujeaba dentro de mí. ¿Esperas que… esperas que coma arroz con esto?

Podría comer arroz solo, por supuesto. Podría comer cantidades ilimitadas, siempre que tuviera un poco de sal. Sí, el arroz blanco salado era todo lo que el samurai de mi alma necesitaba.

Y aún así. No pude conseguir reprimir mi furia. Este karaage no fue nada menos que un acto de blasfemia contra el propio arroz.

“¡Quiero ver al chef! ¡Ahora mismo!”

***

 

 

 

Cuando el dueño del restaurante salió ansioso de la cocina, empecé con algunos cumplidos.

En primer lugar, el pseudo-miso era bastante pasable. Era una simple sopa de verduras clara y salada, pero complementaba muy bien el sabor distintivo del arroz multigrano. En combinación, esos dos platos casi se sentían como una comida completa por sí mismos. Sólo un hábil artesano podría haber logrado eso.

La forma en que cocinó el arroz también fue impresionante. Parecía que había usado la cantidad correcta de agua y la cantidad perfecta de calor. En esto también se podía sentir el toque de un profesional veterano. Cada grano que probé me hizo llorar. Si hubiera ido un poco más allá y hubiera prestado más atención a la calidad del agua que usaba, habría merecido una puntuación perfecta. Y estaba perfectamente dispuesto a presentarle unos pocos megatones de delicioso H2O de la marca Rudeus. El material que conjuré cuidadosamente de la nada era más sabroso que cualquier cosa que se sentara en su pozo del patio trasero.

Con todo eso dicho, pasé al tema del karaage… o mejor dicho, la carne de dragón al estilo de Nanahoshi.

La destrocé. La trituré minuciosa y brutalmente.

Esa cosa no era apta para el consumo humano. ¿Cómo se atreve a servirla a un cliente que paga? ¿Tenía alguna idea de quién era yo? Yo era Rudeus Greyrat del grupo “Dead End”,¡maldita sea! ¡Pagaría muy caro por este insulto!

En resumen, me volví loco con el tipo como un psicótico chef de celebridades con un humor particularmente asqueroso. En retrospectiva, ni siquiera estoy seguro de por qué me enfadé tanto. Tal vez el hecho de que todavía tenía hambre tuvo algo que ver con eso.

Eris y Ruijerd deben haber pensado que había perdido la cabeza. Al final de ese feo episodio, tuvieron que arrastrarme fuera del lugar pataleando y gritando.

Honestamente, fui demasiado lejos. Mi amor por el arroz había sacado lo mejor de mí, sí… pero eso no justificaba algunas de las cosas que dije. Especialmente porque yo mismo era sólo un aficionado.

Este mundo no tenía el tipo de ingredientes que estaban disponibles en Japón. Incluso el aceite que se necesitaba para freír la carne era probablemente de una calidad mucho menor aquí. Al final del día, aprendí que algunas personas en este mundo comían arroz con platos de acompañamiento, y que la fritura era una cuestión importante aquí. Fueron noticias fantásticas. Entonces, ¿por qué diablos me dejé poner tan furioso?

Para cuando salimos de su restaurante, el dueño del lugar se había marchitado por completo, y pude ver lágrimas brillando en sus ojos. Definitivamente había sido un imbécil infantil.

Hagámoslo mejor la próxima vez, Rudeus. 

***

 

 

 

El negocio era terrible.

Durante los últimos años, apenas había recibido visitas. Incluso cuando alguien entraba al azar, nunca se convertía en un cliente regular. Me estaba hundiendo más y más en deudas sin nada que mostrar.

Para colmo, hoy un cliente me golpeó con un absoluto aluvión de críticas. Aparentemente, no estaba calentando lo suficiente mi aceite, o atrapando suficiente humedad en la carne. Oh, y debería haber añadido condimento agridulce antes de poner la capa. Al final de su despotricamiento, el chico incluso me dijo que había elegido el tipo de carne equivocado en primer lugar.

Pero Dragón había sido la columna vertebral del menú de este restaurante durante cientos de años. ¿Qué se suponía que debía hacer si el problema era tan básico?

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“Hombre, eso me asustó seriamente…”

Un hombre que se parecía mucho a un bandido rompió el incómodo silencio. Se llamaba Shagall Gargantis, y me había estado molestando implacablemente durante años. “Aún así, creo que esto debería dejar las cosas muy claras, ¿no? Tu cocina es tan mala que hasta un mocoso puede hacerla pedazos”.

Shagall tenía una fea sonrisa en su cara, como siempre lo hizo. Cuando su expresión era seria, el  hombre era razonablemente guapo, y tampoco era estúpido. Si entraba en la habitación correcta, docenas de subordinados inclinarían sus cabezas ante él. Pero por alguna razón, le gustaba vestirse de matón y burlarse de mí.

Tal vez lo hacía como una especie de disfraz.

“Tienes razón… pero…”

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“Mira,  entiendo  por  qué  querrías  proteger  algo  que  ha  estado  en  tu  familia  durante generaciones. La cosa es, sin embargo, que no tienes cabeza para los negocios. O el poder para mantener este lugar funcionando”.

Esas palabras me golpearon como un puñetazo en el estómago. Tenía toda la razón. Yo era un hombre de negocios sin esperanza. Y ni siquiera tenía talento como chef, tampoco. Mi cocina era claramente atroz si no podía satisfacer a un niño como ese.

“Dicho esto, tienes verdaderas habilidades en un campo diferente. Todos tienen algunos trabajos para los que son más adecuados que otros, ¿no crees?”

“Supongo que sí…”

No pude evitar estar de acuerdo. Toda mi determinación se había desmoronado finalmente, dejando sólo la resignación a su paso.

“Está bien, tú ganas. Cerraré mi restaurante.”

Este lugar fue fundado hace 250 años; ha pasado a través de las generaciones de mi familia.

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Pero yo no había logrado preservar ese legado.

Tendría que llevar esta desgracia conmigo por el resto de mis días.

Ese día, el Alto General Shagall Gargantis del Reino del Rey Dragón tuvo éxito en reclutar a cierto individuo… a saber, Randolph Marianne, el Dios de la Muerte, clasificado cuarto entre las Siete Grandes Potencias.

¿Por qué Randolph aceptó de repente la oferta de Shagall, después de años de firmes rechazos?

Muy pocos sabrían la respuesta a esta pregunta.

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