Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 5

Capítulo 4: Reunidos

Parte 3

Necesitaba calmarme y pensarlo bien. Rudy era un chico listo, pero de alguna manera no había visto mi mensaje, o incluso no se había enterado de la situación. Si hubiera pasado algún tiempo en el puerto de Zant, se habría encontrado con ese tipo de información sin siquiera intentarlo.

En otras palabras, debe haberse mezclado en algo en el momento en que llegó allí, algo que le hizo ser transportado por la tribu Doldia. Lo que sea que haya sido, debe haber sido un incidente mayor.

Algunos de los habitantes de Puerto Zant deberían regresar en dos o tres días para hacer su informe regular, pero tal vez algo grande se ha ido al norte.

“Bueno, yo mismo no conozco todos los detalles”, dijo Geese. “Pero estaba con el Mildett en el Gran Bosque cuando me enteré de un rumor de que los Doldia habían encerrado a un niño humano”.

“¿Hm? Espera un segundo. ¿Dónde estabas?” ¿El Mildett? ¿No era una tribu de beastfolk?

Eran los que tenían orejas de conejo, ¿verdad?

“En el pueblo Mildett. Es donde vive su jefe, así que es bastante grande, pero…”

La explicación de Geese fue dolorosamente larga y molesta. Honestamente, estuve tentado de cortarle el paso. Pero me perdí información importante al impacientarme con Rudy antes. Y aunque rara vez aprendía de mis errores, no era tan estúpido como para meter la pata exactamente de la misma manera dos veces en un mismo día.

Eventualmente, el cuento de Geese llegó a su fin. Traté de resumir lo que me había dicho. “Así que, básicamente, ¿estabas yendo a todas las tribus del Gran Bosque… …y convenciéndolas de enviar a los humanos perdidos que encontraran a Millishion?”

“Así es. Heh heh. ¡Siéntete libre de bañarme en gratitud!”

“Sí, te debo una grande…” Eso probablemente explicaba el constante flujo de refugiados de la zona del Gran Bosque que venían a pedirme ayuda.

“¡Bueno, de todas formas! Cuando oí hablar de este niño humano, algo hizo clic, así que corrí hacia él. No es por presumir ni nada, pero soy un hombre con muchas conexiones, ¿sí? Sucede que incluso conozco a un par de personas en el pueblo de Doldia. Conseguí que uno de sus guerreros, buen amigo mío, me metiera en la misma celda que el chico”.

“Espera un segundo. ¿Por qué necesitarías entrar ahí con él?”

“Para poder ayudarlo a escapar, si lo peor llegara a suceder. Es mucho más fácil escapar de una prisión de beastfolk que entrar en una”.

Estaba familiarizado con el talento de Geese para escapar de las prisiones. Siempre que se encerraba por hacer algún tipo de estafa, volvía a aparecer muy pronto como si nada hubiera pasado.

“De todas formas, asumía que encontraría al chico acurrucado en una bola sollozando,

“¡Estaba holgazaneando casualmente desnudo, viejo! Y las primeras palabras que salieron

de su boca fueron “¡Bienvenido al destino final de la vida! ¿¡Como se supone que iba a responder a eso!?” Geese tuvo que detenerse por un momento para reírse a carcajadas de su propia historia.

“Esto no suena como un asunto de risa, amigo…”

“Fue muy divertido, ¡sin embargo! ¡Pude ver enseguida que tenía que ser tu hijo, Paul!” No entendí qué tenía de gracioso. O cómo lo había descubierto tan rápidamente.

“Era exactamente como el viejo tú, amigo”, continuó Geese. “¡Ridículamente arrogante!

¡Listo para mandar a un completo desconocido! Una vez, estaba tratando de coquetear con una chica beastfolk, ¿verdad? Ella lo miró con desprecio y le dijo: ‘Puedo oler tu excitación’, pero él siguió mirándola con los ojos de todos modos. ¡Ese chico es tu hijo, de acuerdo!”

En este punto, el hombre se separó para otro ataque de risa. Me moví incómodamente en mi asiento, recordando algunas indiscreciones juveniles mías.

“Sin embargo, me llevó un poco más de tiempo estar completamente seguro” dijo Geese, deteniéndose para escurrir una segunda taza de cerveza. “Pero sí, así es la cosa. Difícilmente se puede culpar al chico por no haber entendido tu mensaje. Por lo que parece, no pasó ningún tiempo en el puerto de Zant”.

“¿Hm? Espera, Geese. Estuviste encerrado en la misma celda, ¿no? Entonces…

¿No podría haber explicado todo?

“¡De todas formas!” Dijo rápidamente Geese, levantándose de su asiento. “Estoy seguro de que habrá un poco de incomodidad familiar, pero hazle un favor a tu viejo amigo Geese y ve a reconciliarte con el chico, ¿de acuerdo?”

“Hey, espera. Todavía tengo más para…”

“Oh, claro. Se me olvidó antes, pero parece que Elinalise y compañía se dirigieron al Continente Demoníaco por ti. La gente decía que una dama elfa había ordeñado a la mitad de los hombres de Puerto Zant, y ambos sabemos lo que eso significa.”

“¿Qué? ¿En serio?” Pensé que Elinalise me odiaba aún más que los demás, francamente. “Heh heh. Cuando todo está dicho y hecho, no te odian tanto como dejan ver.”

Con eso, Geese salió del bar. No había pagado sus bebidas, por supuesto. Nunca lo había hecho. Pero esta vez, no me importaba pagar su cuenta.

En cualquier caso, había bebido más que suficiente por un día. Ya era hora de que me fuera a dormir.

Tendría que ir a hablar con Rudy pronto. Tal vez incluso mañana…

“No más alcohol esta noche, amigo”, dijo Geese, que había metido la cabeza en la puerta. “Vas a ir a la Posada de la Luz del Amanecer mañana sobrio, ¿entendido?”

“¡Sí, sí! ¡Ya lo sé!” Con un suspiro de irritación, dejé mi taza de cerveza.

Ahora que lo pienso, sin embargo, había estado exagerando últimamente. ¿Por qué seguí ahogándome en esta mierda? Todavía tenía muchas otras cosas que necesitaba hacer.

“Um… ¿Capitán Paul? ¿Ha terminado de hablar con su amigo?”

Mientras daba vueltas a las cosas en mi cabeza, una mujer se acercó vacilante a mi mesa. Había una expresión de disculpa en su cara. Mi cabeza no estaba lo suficientemente clara como para reconocerla al principio, pero después de estudiar su cara durante unos segundos, me di cuenta de que era Vierra, una de las integrantes de mi equipo.

“Heh. ¿Qué te pasa, chica? ¿Te apetece ponerte algo modesto por una vez?”

“Bueno, sí…” Con un asentimiento ambiguo, Vierra se sentó en el asiento que Geese acababa de dejar libre hace un minuto. Por alguna razón, no llevaba su habitual atuendo provocativo esta noche. Se había cambiado a un traje perfectamente normal y corriente que la hacía parecer más una chica de ciudad.

“Me preocupaba el hecho de que lo que pasó antes con su hijo pudiera ser mi culpa, señor.” “¿Qué? ¿Por qué piensas eso?”

“Er, bueno, parece que… la forma en que me visto podría haber causado que malinterpretara la naturaleza de nuestra relación…”

“Eso no tiene nada que ver. El pequeño rufián miró el tamaño de tu pecho y sacó sus propias conclusiones”.

Había una razón por la que Vierra se vestía como lo hacía. La mujer había sido una aventurera común y corriente en Fittoa, pero el incidente del desplazamiento la había dejado varada en el Continente de Millis sin ningún equipo. Rápidamente fue capturada por una banda de bandidos que la trataron como su juguete. Era el tipo de pesadilla que dejaría a la mayoría de la gente destrozada, pero ella se las había arreglado para dejarla atrás por pura fuerza de voluntad.

Sin embargo, también habíamos acogido a una chica que no se había recuperado tan rápidamente: su hermana Shierra. Incluso ahora, Shierra temblaba incontrolablemente cada vez que un hombre la miraba. Y teníamos varios casos similares en nuestro equipo.

Con el fin de protegerlos de una atención no deseada, Vierra había comenzado a usar una armadura deliberadamente ligera para atraer los ojos masculinos hacia ella. También era la

integrante de nuestra escuadra más hábil para reconfortar y cuidar a las mujeres que habían

sido sometidas a ese tipo de trauma. Como hombre que no tiene forma de entender ese tipo de dolor específico, la consideraba una parte indispensable del equipo.

No teníamos una relación sexual, por supuesto. La idea era ridícula. “No fue tu culpa. ¿Queda claro?”

“…Sí, señor.”

Todavía con aspecto un poco abatido, Vierra se levantó y regresó arrastrando los pies a la mesa donde estaban sentadas las otras chicas. Mirando alrededor de la habitación un poco más cuidadosamente que antes, noté que más de unas cuantas personas me miraban con evidente preocupación en sus ojos.

“Oh, por el amor de Dios… ¡No me miren así, idiotas! ¿¡Me reconciliaré con él mañana, de acuerdo!?”

Empujé mi silla, me levanté y salí del bar.

***

Cuando volví a mi habitación en la posada, encontré a Norn ya dormida.

Me serví un vaso de agua de la jarra en nuestra mesa y rápidamente me lo bebí todo. El líquido tibio se abrió paso hasta mi agitado estómago.

Pude sentir que poco a poco me ponía sobrio. Siempre había tenido una alta tolerancia al alcohol; me emborrachaba cuando bebía mucho, pero los efectos nunca parecían durar demasiado. A medida que la niebla en mi cabeza comenzó a despejarse lentamente, miré a mi hija, que estaba acurrucada en la cama agarrando su manta, y la acaricié suavemente en la cabeza.

Sentí lástima por Norn. De verdad que sí. Con un padre como yo, ella tenía que tener muchas quejas, pero siempre las guardaba para sí misma y hacía todo lo posible por sonreír. Si alguna vez la perdiera, no tendría fuerzas para seguir viviendo.

“Mm… Papi…”

Norn se movió un poco en la cama. No parecía que la hubiera despertado; probablemente sólo estaba hablando en sueños.

Norn no era como Rudy. Era una niña normal. Tenía que mantenerla a salvo.

De repente, se me ocurrió un pensamiento extraño: Si Rudy hubiera sido un niño “normal” también, ¿no estaría durmiendo en esta habitación con Norn ahora mismo? Se habría quedado en casa con nosotros en lugar de irse a ser un tutor. Y en el momento del desastre, podría haber estado tirando de mi manga, preguntando si podía abrazar a Norn también.

Si Rudy hubiera sido un niño normal de once años, ¿no lo miraría de la misma manera que miraba a Norn? ¿Como alguien a quien necesitaba proteger?

Me temblaban las piernas debajo de mí. Finalmente entendí por qué Geese me había dicho “Todavía es un niño”.

¿Qué diferencia había si Rudy era ordinario o no? ¿Qué importancia tiene eso? ¿Y si Norn hubiera sido una genio? ¿Le habría hablado así? Si Norn hubiera vuelto a mí después de ir a una aventura, sin saber nada de lo que había ocurrido… ¿le habría dicho que esperaba más?

Una vez que empecé a pensar en eso, no pude dormirme. Ni siquiera quería acostarme en la cama. Salí de nuestra posada, encontré un cubo de fuego lleno de agua afuera, y tiré una jarra entera sobre mi cabeza.

Y entonces, recordando la mirada en la cara de Rudy al salir del bar, me agaché y vomité.

Refresca la memoria, Paul. ¿Quién fue el que lastimó tanto al chico?

Mirando hacia abajo en ese cubo de fuego, vi la cara de un completo idiota. Quienquiera que fuera este idiota, obviamente era el último hombre en el mundo que tenía algo que hacer llamándose a sí mismo padre.

“Ah, mierda. Esto podría ser difícil…”

Si estuviera en los zapatos de tu hijo, cortaría los lazos sin pensarlo dos veces.