Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 5

Capítulo 4: Reunidos

Parte 1

POV Paul

Todavía no había dejado el bar.

El sol estaba a punto de ponerse, así que el lugar estaba empezando a recibir más clientes que no eran miembros de mi equipo. Por otro lado, mucha de mi gente ya se había ido. No es que me importara mucho. Me plantaron en una mesa yo solo, tomando como un pez.

Aparentemente, era obvio que no estaba de buen humor. Todo el mundo en el lugar me estaba dando un amplio margen.

“¡Hola! Te he estado buscando, amigo”. Todos excepto el más reciente, al menos.

Levanté la vista y me encontré cara a cara con un hombre sonriente. Era la primera vez que veía su fea cara en un año. “¿Geese…? ¿Dónde diablos has estado, eh?”

“¡Ooh, agresivo! Pareces incluso más irritable de lo normal, amigo mío”. “¿Qué esperas?”

Chasqueando mi lengua en la irritación, me alcancé y me toqué la mejilla. Todavía palpitaba donde Rudeus me había golpeado antes. Tal vez debería haberme tragado mi orgullo y dejar que uno de nuestros curanderos me curara.

Ese maldito chico. Lo juro. “El continente demoníaco puede ser duro, pero mi magia era más que suficiente para él”, ¿eh? Bueno, bien por ti. Si fue tan fácil, ¿por qué no te tomaste un tiempo para buscar a tu madre?

Oh, pero al menos pude escuchar tu conferencia sobre las mejores formas de cocinar la carne de la Gran Tortuga. “Si no hubiera tenido la idea de crear una olla usando la magia de la Tierra, nos habríamos quedado atrapados comiendo trozos carbonizados y malolientes de esa cosa durante todo un año”. ¿No había nada más que pudieras haber hecho con el tiempo que pasaste cazando ingredientes para un guiso de monstruos?

Ugh. Maldita sea.

Y luego, para colmo, ¡tienes el descaro de acusarme a mí de ser infiel! ¡Ni siquiera he pensado en tocar a una mujer en el último año y medio, pequeño idiota engreído! No hiciste nada para ayudar, ¿y crees que tienes derecho a ponerte en mi caso?

Oh, no lo sabías, ¿eh? Gran excusa. Si te hubieras molestado en mirar el mundo que te rodea, ¡Zenith o Lilia podrían estar aquí con nosotros ahora mismo!

En serio. Qué broma…

“Hee hee hee. Por lo que parece, supongo que aún no se han encontrado.” Sonriendo para sí mismo por alguna razón poco clara, Geese ordenó una cosa u otra. Presumiblemente alcohol. El hombre era más bebedor que Talhand, y Talhand era un enano.

“Hey, Paul. Asegúrate de pasar por el Gremio de Aventureros mañana, ¿de acuerdo?” “¿Por qué?”

“Porque creo que te encontrarás con alguien interesante”.

¿Alguien interesante? Geese aparentemente pensó que esta reunión mejoraría mi estado de ánimo. Dado el momento de su llegada, y con quién me “encontraría” hoy… no fue difícil adivinar a quién se refería. “¿Estás hablando de Rudy?”

Haciendo un poco de puchero, el viejo mono se rascó la cabeza. “¿Eh? ¿Cómo lo sabes?” “Ya me he encontrado con él hoy”.

“No pareces particularmente feliz, si consideramos… ¿Tuviste una pelea o algo así?”

¿Una pelea…? Bueno, supongo que sí. Aunque apenas calificó como una. Maldita sea. Sólo de pensarlo me duele la cara otra vez…

“¿Qué pasó, Paul? Cuéntamelo todo”. Geese se levantó y puso su silla a mi lado. Con esa cara amigable suya, el hombre siempre había tenido un talento para escuchar los problemas de la gente. No era la primera vez que metía la nariz en mis asuntos y me animaba a quejarme.

“Muy bien, mira esto…”

Me adelanté y le dije a Geese lo que pasó antes.

Me había alegrado de ver a Rudeus, por supuesto. Pero sentí que no estábamos de acuerdo con la situación, así que le pregunté qué había estado haciendo hasta ahora. En ese momento empezó a hablar con alegría sobre su viaje a través del Continente Demoníaco.

Cada palabra que salía de su boca era una fanfarronada sin sentido, así que le señalé que podría haber utilizado su tiempo de forma más productiva. Entonces se enojó conmigo. Se burló de que yo me acostaba por ahí. Perdí los estribos por completo. Y luego nos peleamos, y me pateó el trasero. El fin.

“Ahh… sí. Lo tengo…”

Geese había escuchado pacientemente toda la historia, asintiendo con la cabeza y lanzando algunos breves comentarios aquí y allá. Sentí que había estado simpatizando conmigo. Pero entonces, una vez que terminé de arreglar las cosas, me miró a los ojos y me dijo: “Bueno, parece que sus expectativas podrían haber sido un poco injustas, jefe”. “¿Eh?” Le contesté, sonando como un completo idiota.

¿Injusto? ¿Cómo estaba siendo injusto? ¿Y con quién? “¿Crees una expectativa demasiado grande? ¿De Rudy?”

“Quiero decir, piénsalo, viejo”, continuó Geese mientras yo parpadeaba confundido. “Claro, el chico es increíble. Nunca he visto a nadie que pudiera hacer hechizos sin una palabra de ese tipo. Y cuando lo vi yendo golpe por golpe con San Galo del Norte, me dio escalofríos por la columna vertebral. Rudeus es el tipo de prodigio que se ve una vez al siglo”.

Sí, claro. Rudeus era un prodigio. Era un genio. Siempre podía hacer cualquier cosa que se propusiera, incluso de niño. Durante un tiempo, tuve la impresión de que también tenía algunos defectos relativamente serios, pero… quiero decir, al final de su estancia en Roa, Philip estaba dispuesto a casar a su propia hija con él. ¡Philip! ¡El mismo tipo que hablaba mal de mí a mis espaldas! “Sí, es cierto. Es increíble. Cuando sólo tenía cinco años, él…”

“Pero al final del día, sigue siendo sólo un niño”.

Sorprendido por la firme interrupción de Geese, me quedé en silencio.

“Rudeus sigue siendo un niño de once años”, repitió lentamente, sólo para que el punto se entendiera. “Ni siquiera tú te escapaste de casa hasta los doce años, ¿verdad?”

“Sí…”

“Cualquiera más joven que eso sigue siendo sólo un mocoso malcriado. ¿No es eso lo que siempre solías decir?”

“Sí, de acuerdo, claro. ¿Y qué si lo hice?” Vamos. Rudy ya es más fuerte que yo.

Tenía algo de alcohol en mi sistema esta mañana. Sin embargo, aún teniendo eso en cuenta, era evidente que el niño había mejorado drásticamente. Yo podría haber estado borracho, pero también estaba haciendo todo lo posible; me rebajé a usar la “postura de cuatro patas” del Estilo de Dios del Norte, e incluso rompí la “espada silenciosa” del Estilo de Dios Espada. Pero mi espada sólo cortó las bragas que llevaba en la cara. Rudy tampoco se tomaba la pelea en serio. El hecho de que ninguno de mi gente sufriera nada peor que unas pocas heridas menores era prueba suficiente de ello.

Era difícil decir cómo había crecido como luchador desde la última vez que lo vi. Pero incluso a la edad de siete años, era más inteligente que yo. Ahora era tanto más inteligente y fuerte que yo. ¿Qué era tan irrazonable como para esperar que él lograra más de lo que yo podía, entonces? Su edad no tenía nada que ver con sus capacidades.

“¿Hm…?”

Como recordaba, pasé la mayor parte de ese año en casa entrenando con la espada y siendo regañado por mi viejo. Él encontró razones para quejarse de cada pequeña cosa que yo hacía, y aprovechó cada oportunidad que tuvo para golpearme.

“¿Crees que podrías haber sobrevivido solo en el Continente Demoníaco en ese entonces?”

“Heh. Te olvidas de un pequeño detalle, Geese. Rudy se encontró con un guardaespaldas demoníaco, ¿recuerdas? Este tipo habla Humano, Dios-Demonio y Dios-Bestia, y es lo suficientemente fuerte como para derribar a un monstruo de primera categoría con una sola mano. Cualquiera podría haber regresado con un acompañante como ese”.

“No”, declaró Geese con confianza. “No lo habrías logrado. No hay posibilidad. Aunque salieras ahora, no sobrevivirías por tu cuenta”.

No puedo decir que escuchar eso me haya puesto de buen humor. No ayudó que Geese todavía me sonriera desde el otro lado de la mesa. El hombre tenía una sonrisa seriamente irritante. “¡ha! ¡Bien! ¿No prueba eso mi punto, entonces? Rudy hizo algo que yo no pude. ¡Mi hijo es un prodigio! ¡Ya se ha puesto de pie por sí mismo! No tengo nada más que enseñarle.

¿¡Estuvo mal que esperara que usara esos talentos, eh!? ¿¡Estoy realmente equivocado aquí!?”

“Sí, lo estás. Pero eso no es nada nuevo, ¿eh?” Todavía sonriendo, Geese se detuvo un momento para beber la cerveza que le acababan de dar. “¡Ahhhh! Esa es la cosa. No se puede conseguir alcohol así en el Gran Bosque, ¿sabes?”

“¡Geese!”

“Bien, bien. No hay necesidad de gritar”. Geese golpeó su taza de madera sobre la mesa y me miró a los ojos, su expresión repentinamente mucho más seria. “Escucha, Paul. Nunca has estado en el Continente Demoníaco, ¿verdad?”

“¿Y qué?”

Era cierto. Nunca había tenido el placer de visitarlo. Quiero decir, había oído los rumores, por supuesto. Todo el mundo lo convirtió en un lugar peligroso donde te encontrabas con monstruos cada vez que salías a caminar, y tenías que comerlos para sobrevivir. Pero “muchos monstruos” sonaba como algo con lo que podía lidiar, honestamente.

“Bueno, es donde nací y me crié, ¿recuerdas? Y en mi opinión, todo el continente es una desgracia”.

“Sabes, nunca hablaste realmente sobre el lugar, ahora que lo pienso. ¿Qué tiene de malo?”

“En primer lugar, no hay carreteras adecuadas. Tienen carreteras entre los pueblos, por supuesto, pero no encontrarás nada como las seguras, lisas y libres de monstruos que tienen

en Millis y en el Continente Central. Si viajas a cualquier parte, es mejor que esperes ser atacado por monstruos de rango C. O algo peor”.

De acuerdo, sabía que el lugar tenía muchos monstruos, pero ¿un rango C o peor? En el Continente Central, tendrías que adentrarte en un bosque para encontrar algo tan peligroso. Muchos de los monstruos de ese rango viajaban en grandes grupos, o tenían alguna habilidad especial letal. “Siento que estás exagerando un poco, Geese.”

“No. No te voy a contar ningún cuento ahora mismo, amigo. Así es como es el Continente Demoníaco. El lugar está lleno de monstruos desagradables”.

Geese se veían perfectamente serios, pero así era como usualmente se veía cuando te mentía. No iba a caer en su mentira esta vez.

“Ahora, digamos que dejamos a un niño en el medio de un lugar como ese. Es un chico muy talentoso, pero no tiene experiencia en combate en el mundo real”.

“…Correcto.”

Sin experiencia en el mundo real, ¿eh? Parecía que estábamos hablando de Rudy otra vez. Ahora que lo pienso, nunca había oído que se metiera en ninguna batalla real antes. Pero aparentemente se las arregló para luchar contra algunos secuestradores en Roa, y Ghislaine pensó que podría ganarle si tenía suficiente distancia al principio. No conocía a ningún espadachín mejor que Ghislaine. Si ella no podía acercarse a él con seguridad, entonces probablemente no había mil personas en el planeta capaces de vencerlo en su rango ideal.

Con respecto a esto, su falta de experiencia no me pareció tan importante. ¿Acaso Alex R. Kalman, el segundo Dios del Norte, ¿no cortó una Espada Emperador en la primera batalla que libró?

“En este punto, un adulto aparece y se ofrece a ayudar al niño. Este tipo es un demonio, y uno muy fuerte, también. De hecho, es un Superd. Seguro que has oído hablar de ellos”.

“Por supuesto”. Para ser sincero, no estaba seguro de haberme creído esa parte de la historia. Por lo que había oído, sólo quedaban un puñado de Superd, incluso en el Continente Demoníaco.

“El chico tiene a alguien que le ofrece ayuda cuando está en una situación desesperada. Este tipo está dispuesto a ayudarle a navegar por un lugar del que no sabe nada. ¡Y los Superd son aterradores, por supuesto! No tiene ni idea de cómo podría reaccionar este tipo si se niega. Básicamente tendría que aceptar esa oferta, ¿verdad?”

“Sí, probablemente”.

“Pero a medida que pasan los días, el pequeño e inteligente Rudeus comienza a preguntarse: ‘¿Por qué exactamente este tipo me está ayudando?'”

Claro. Eso sonó como Rudeus. Puede que nunca se me haya ocurrido la pregunta, pero el chico siempre fue muy agudo en ese tipo de cosas.