Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 5

Capítulo 1: El País Santo De Millis

Parte 2

Dado eso, nuestro mayor problema a largo plazo sería probablemente de naturaleza financiera. “Por el momento, creo que deberíamos quedarnos en esta ciudad por un tiempo para ahorrar algo de dinero”.

“¿Por qué?” preguntó Eris, frunciendo su ceja.

Era una pregunta razonable. Traté de responder tan claramente como pude. “Bueno, hemos logrado atravesar el Continente Demoníaco y el Gran Bosque muy bien, pero las cosas tienden a ser mucho más caras en territorio humano.”

Pensé en la investigación de mercado que había realizado en nuestro camino hacia aquí. Nunca tuve la oportunidad de husmear en el Puerto Zant, pero todavía recordaba lo que la mayoría de las cosas se hacían en varias partes del Continente Demoníaco y en el pequeño pueblo en el que nos detuvimos pasando la montaña del Wyrm Azul. Casi todo lo que había en el mundo era más caro en Millis y en el Reino de Asura. La tarifa nocturna de esta posada habría sido completamente alucinante para los estándares del Continente Demoníaco.

La humanidad era un grupo codicioso, evidentemente. Nos importaba mucho más el dinero que cualquiera de las otras razas.

“El valor de la moneda de Millis es muy alto. Sólo las monedas de Asuran valen más, hasta donde yo sé. Eso significa que todo es caro aquí, pero también significa que los trabajos en el gremio local pagarán muy bien. En vez de parar una semana en cada pueblo como hicimos en el Continente del Demonio, creo que es más eficiente para nosotros quedarnos aquí por un mes y ahorrar mucho dinero en efectivo de una sola vez”.

Una vez que tuviéramos una buena pila de valiosas monedas de Millis en nuestros bolsillos, el resto del viaje sería mucho más fácil. Nos ayudarían mucho a atravesar las regiones del sur del continente central.

“Para empezar, no sabemos cuánto cobrarán a un Superd por el pasaje en el barco al continente central, ¿verdad?” Dije que…

Eris hizo una mueca con la palabra “barco”. Nuestro anterior viaje por mar fue un recuerdo miserable para ella. Me sentí muy diferente, por supuesto. Mis recuerdos de haberla consolado mientras estaban mareada siguieron siendo una fuente de gran placer.

“Considerando todas las cosas, creo que deberíamos concentrarnos en ganar dinero en Millishion por un tiempo, y luego dirigirnos directamente al Reino de Asura. Puede que no podamos hacer mucho para mejorar la reputación de los Superd durante un tiempo, aunque…

¿Te parece bien, Ruijerd?”

“Por supuesto”, respondió Ruijerd, asintiendo ligeramente.

No esperaba que se opusiera. En ese momento, estaba ayudando con eso porque quería hacerlo.

Personalmente, me hubiera gustado instalarme aquí por un tiempo y dedicar un verdadero esfuerzo a cambiar la opinión pública de su pueblo. Seis meses o un año de trabajo diligente en una gran ciudad como ésta podría tener un impacto de gran alcance.

Dicho esto, ya habíamos pasado un año y medio sólo para llegar hasta aquí. No quería alargar este maratón de un viaje más largo de lo necesario. Quiero decir, yo había estado “perdido” durante dieciocho meses, ¿verdad? Paul y Zenith probablemente estaban muy preocupados.

Me pregunto qué están haciendo ahora mismo… Nunca llegué a enviarles una carta,

¿verdad?

Siempre quise hacerlo, pero los acontecimientos conspiraban constantemente para distraerme. Se me debe haber olvidado media docena de veces. Bueno, no hay momento como el presente…

“Bien entonces. Hagamos de mañana un día libre, ¿sí?”

Esto no era un concepto nuevo para nosotros. Había anunciado “días libres” varias veces en el pasado. Al principio, fue por la preocupación por Eris, pero en algún momento, empecé a llamarlos principalmente por mi propio bien. La chica nunca mostró ningún signo de fatiga, y Ruijerd era el hombre más duro que conocía. Yo era definitivamente el débil de este grupo.

Por supuesto, era mucho más fuerte de lo que había sido en mi vida anterior. No podía sostener una vela ante estos dos, pero al menos estaba al nivel de un típico aventurero. El agotamiento físico no solía ser un problema.

El agotamiento mental, por otro lado… Esa era una historia diferente. Por un lado, todavía

tenía algunos problemas para matar a los seres vivos. Cuanto más íbamos por ahí matando monstruos, más estrés se acumulaba en mi interior.

Aunque no llamaba a este particular “día libre” por la fatiga. Sólo quería asegurarme de no olvidarme de volver a escribir esa carta. Si pasábamos el día de mañana reuniendo información, revisando la lista de trabajos del Guild y lidiando con todas las demás cosas de nuestra lista de tareas, se me iba a olvidar una vez más. Esta vez, iba a tomarme un día para finalmente encargarme de esto.

“¿Te sientes mal otra vez, Rudeus?”

“No, este es un poco diferente. Necesito tomarme un tiempo para escribir una carta”. “¿Una carta?”

Asentí con la cabeza a Eris. “Deberíamos dejar que todos en casa sepan que estamos bien,

¿verdad?”

“Hmm… bueno, está bien. Supongo que te dejaré eso a ti, entonces.” “Sí. Me ocuparé de ello”.

Mañana, finalmente iba a terminar esto. Me tomaría mi tiempo, pensaría en mis días en Buena Village y escribiría a Paul y Sylphie.

Cuando me envió a servir como tutor de Eris, Paul me advirtió que no le enviara ninguna carta… pero bajo estas circunstancias, seguramente no le importaría.

Las probabilidades de que una carta les llegara no eran tan buenas, por supuesto. Cuando Roxy y yo manteníamos correspondencia entre Asura y Shirone, parecía que tal vez una de cada siete cartas que enviábamos llegaba realmente, por lo que siempre teníamos que enviar varias copias del mismo mensaje. Yo también tendría que hacer lo mismo esta vez.

“Por cierto, ¿qué harán ustedes dos?” Yo pregunté.

Eris respondió rápida y enérgicamente. “¡Voy a ir a matar algunos goblins!” “¿Goblins?”

Espera, espera. ¿Goblins? ¿Son estos los goblins con los que estoy familiarizado? ¿Como… tipos amarillo-verdes, tal vez la mitad del tamaño de un humano, con los garrotes toscos? ¿Los que siempre aparecen en los juegos pornográficos de fantasía?

“Sip.” Yo le digo a alguien que tiene un montón de ellos apareciendo por aquí. Es exactamente el tipo de cosas con las que los aventureros deberían tratar, ¿verdad?” Eris respondió alegremente.

Para ser totalmente honesto, había oído hablar un poco de ellos en nuestro viaje. En este

mundo, los goblins eran considerados básicamente como una especie de alimañas. Se reproducían rápidamente y causaban todo tipo de problemas a la gente. Eran lo suficientemente inteligentes como para comunicarse verbalmente, por lo que técnicamente podrían ser clasificados como demonios, pero la gran mayoría de ellos vivían como animales salvajes. Así que cuando su número se les fue de las manos, típicamente eran exterminados.

“Muy bien, entonces. Ruijerd, ¿puedes ir con ella y.…?”

“¡Oh, vamos! ¡Puedo manejar algunos goblins por mi cuenta!” Eris interrumpió indignado.

La mirada en su rostro sugería que estaba más que un poco ofendida.

¿Qué se suponía que debía hacer aquí?

Eris era una luchadora muy competente. Y los goblins eran monstruos de rango E, no exactamente un enemigo desafiante. No vivían en el Continente Demoníaco, así que nunca había visto uno, pero por lo que había oído, incluso un niño que había aprendido un poco de manejo básico de la espada podía manejarlos, sin problemas.

Tal vez sería un poco sobreprotector que se llevara a nuestro guardaespaldas. Después de todo, la niña podía manejarse bien incluso contra monstruos de rango B… pero aún así. Cuando una chica aventurera es golpeada por un Goblin, es un final malo instantáneo como esclava sexual, ¿cierto? No sabía mucho sobre los Goblins de este mundo, pero eso era definitivamente todo lo que hacían en el mío. Y quiero decir, si yo fuera el Goblin afortunado que se las arregló para dejar a Eris inconsciente, ciertamente me sentiría con derecho.

Si algo tan terrible le pasara a Eris en el momento en que le quitara los ojos de encima, nunca más podría enfrentarme a Ghislaine o Philip…

“Está bien, Rudeus, dijo Ruijerd, sacándome de mi ensueño. “Deja que ella se encargue de esto sola”.

Eso fue inusual. Normalmente, se mantenía al margen de este tipo de discusiones. Durante el último año y medio, Ruijerd había estado dando lecciones a Eris sobre cómo luchar contra todo tipo de monstruos y enemigos diferentes.

Sus métodos educativos eran demasiado oscuros para que yo los siguiera, pero ella claramente había aprendido mucho de él. Si él estaba convencido de que ella podía hacer esto, probablemente iba a estar bien.

“Bien entonces. No te descuides ahí fuera sólo porque son débiles, Eris.” “¡Sí, lo sé!”

“Asegúrate de estar bien preparada antes de salir también”. “¡Claro!”

“Si las cosas se ponen difíciles, sólo gira y huye, ¿de acuerdo?” “¡Bien, bien! ¡De acuerdo!”

“Y en el peor de los casos, agarra al pequeño asqueroso por la mano y grita ‘¡Este goblin es un abusador!’ en la parte superior de tu…”

“¡Oh, ya basta! ¡Puedo ocuparme de exterminar algunos goblins, Rudeus!” Ups. Ahora yo había ido y la había hecho enojar.

Para ser honesto, todavía estaba un poco ansioso por esto, pero tendría que poner mi fe en el juicio de nuestro guerrero veterano.

“En ese caso, no diré nada más. Buena suerte ahí fuera, Eris.”

“¡Gracias!” dijo, asintiendo con la cabeza en satisfacción. “¡No te preocupes, yo me encargo!”

“¿Y tú, Ruijerd? ¿Qué harás mañana?” “Creo que iré a saludar a un conocido mío.”

Debía ser la primera vez que le oía usar la palabra “conocido”. “¿No me digas? No sabía que… tuvieras alguno de esos, en realidad”.

“Bueno, por supuesto que sí.”

Por lo que yo sabía de su historia, Ruijerd había estado vagando por el desierto solo durante bastante tiempo… pero después de quinientos años de eso, supongo que probablemente se había encontrado con algunas personas por casualidad.

Parecía un poco extraño que una de esas personas viviera hasta aquí en Millishion. Por otra parte, esta era una ciudad enorme, así que tal vez tenía sentido desde el punto de vista estadístico. “¿Qué clase de persona es?”

“Un guerrero”.

Ah. Probablemente alguien a quien rescató en las tierras salvajes del continente demoníaco en su día o algo así, ¿eh? Bueno, de una forma u otra, no estaba a punto de entrometerme. No era el padre de Ruijerd y no sentí la necesidad de interrogarlo sobre con quién andaba en su tiempo libre.