Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 1

Capitulo 1: Aparentemente, No Era Un Verdadero Camarada

Parte 3

Otros aventureros del grupo rara vez hablaban a menos que tuvieran permiso de Albert.

“Como dije antes, nos vamos a encargar del oso búho, pero apenas hemos hecho ningún trabajo de recolección de hierbas. Realmente no sabemos mucho sobre las montañas”.

“Ya veo. ¿Entonces querías una guía?”

“Si. Somos más que capaces de cazar nosotros mismos, por supuesto. Pero no quiero pasar días persiguiendo algo como un oso búho. Si podemos hacer esto más rápido con usted como guía, mucho mejor”.

“Pero solo soy un rango D, ¿verdad? ¿No sería mejor preguntarle a uno de los aventureros de la primera expedición que fracasó?” Una mirada de desprecio cruzó el rostro de Albert ante mis palabras.

“¿Eh? Esta es tu oportunidad, ¿no? Todo lo que tienes que hacer es guiarnos y obtendrás un buen logro que puedes señalar. Incluso podría llegar al rango C fuera de él. ¿De qué estás tan asustado?”

A juzgar por su molestia, podría suponer que ya lo habían rechazado. Lo más probable es que los miembros del grupo anterior no estuvieran seguros de que el grupo de Albert realmente pudiera vencer al oso búho, o tal vez temían que quien actuara como su guía pudiera quedar atrapado en el fuego cruzado.

Era raro que un rango B desconfiara tanto frente a algo como un oso búho, pero Albert era un aventurero que había venido a Zoltan porque no pudo llegar a Central. Era un secreto a voces que el Gremio Zoltan doblaba un poco las reglas para reconocerlo como rango B porque lo necesitaban.

“Lo siento, pero yo también me niego”.

“¡¿Por qué?! ¡Si llegas al rango C, puedes aceptar más trabajos! ¡Y todos los demás te respetarán al menos un poco más! Incluso a ti no te gusta que te ridiculicen, ¿verdad?”

“No tengo ningún interés en ser rango C. Mi sueño es abrir una botica y tener una vida totalmente normal”.

“¡Kh, bien, entonces!” Albert gritó, mirándome enojado mientras se iba enfadado. El resto de su grupo corrió tras él. Dejada atrás, Megria bajó la cabeza, avergonzada.

“Sería un alivio si estuviera dispuesto a aceptar este trabajo. Incluso puedo garantizar el ascenso al rango C, si lo desea”.

“Lo siento, pero realmente no tengo ningún interés en eso”.

“Entonces no hay forma de evitarlo, supongo. Si me disculpas.”

“Bueno. Buena suerte.” Inclinó levemente la cabeza y se fue para seguir al grupo de Albert. Después de verla irse, regresé a mi casa.

***

Se oyó un golpe sordo en la delgada puerta cuando el sol comenzaba a ponerse.

“¡Red! ¡Soy yo! ¡Gonz! ”

“Oh, ¿Gonz el carpintero? Ya voy. No golpees tan fuerte. Romperás la puerta”.

A juzgar por el sonido de su voz, estaba claro que el carpintero estaba perturbado por algo. Me tomó solo un segundo deslizar mi espada en mi cinturón antes de abrir la puerta.

“¿Qué pasa?”

De pie al otro lado estaba Gonz, el carpintero semielfo de orejas largas. A pesar de que todavía tenía el atractivo distintivo y característico de los elfos, ejemplificaba el espíritu cordial y la habilidad de un carpintero de Zoltan. En cierto modo, ese tipo de apariencia desequilibrada era adecuada para un semielfo.

“Siento molestarte mientras estás descansando, pero el hijo de mi hermana pequeña cogió algo. Según el doctor, aparentemente tiene ojos blancos”.

“¡¿Tanta tiene los ojos blancos?! ¡¿Hasta dónde ha progresado?! ”

“Ummm, a partir de ahora, se ha derrumbado de fiebre”.

Entonces, la segunda etapa de la enfermedad.

“¡Está bien, iré enseguida!”

Desde que pretendía abrir una botica algún día, había estado estudiando lesiones, enfermedades, venenos y varios temas relacionados. Me había proporcionado cierta familiaridad con las aflicciones. El ojo blanco, como su nombre lo indica, era una enfermedad en la que las córneas se volvían de un blanco turbio.

Fue una enfermedad transmitida por aves. El patógeno adherido a los huevos de las aves y comer un huevo infectado propaga la enfermedad a las personas.

La enfermedad podía eliminarse calentando los huevos, pero tenía cierta resistencia al calor, por lo que si los huevos no se cocinaban lo suficiente, aún sería contagioso. La razón por la que se temía la dolencia era porque unos días después de que aparecieran los síntomas iniciales, el paciente se quedaba irreversiblemente ciego. El primer síntoma fue una fiebre alta, momento en el que el tratamiento tuvo que realizarse dentro de las treinta y seis horas.

La vista podría ser restaurada por la magia de un Sacerdote o Sanador disponible para alguien con un nivel de bendición suficientemente alto, pero… en Zoltan, en la frontera, solo había una persona que encajaba en esa descripción. El alcalde anterior, Master Mistorm. Sin embargo, se había jubilado en su vejez y actualmente se encontraba en algún lugar disfrutando de los años que le quedaban en paz. Nadie sabía dónde estaba ahora.

La hermana pequeña de Gonz y su esposo vivían al lado del carpintero. Tanta era su hijo. La casa no era particularmente espaciosa pero tenía un ambiente agradable. Estaba amueblado con un techo rojo y una veleta en la parte superior y un césped verde con un pequeño gnomo de jardín al frente. Todo el diseño le dio al edificio una sensación bastante acogedora. Era una hermosa casa, construida por Gonz e imbuida del amor que sentía por su hermana menor.

“¡Nao!”

“¡Gonz!”

Su hermana pequeña, Nao, también era semielfa, de piel blanca y hermosa y rostro hermoso. Sin embargo, al igual que con Gonz, ella también tenía otro aspecto, la madre criadora de niños con delantal, nacida y criada en el lado obrero de la ciudad.

Su esposo, Mido, era humano. Era un ex aventurero que se había jubilado y ahora trabajaba con su cuñado. Aparentemente, era menos hábil en el trabajo que Gonz, lo que provocó una buena cantidad de regaños por parte del semielfo, pero Mido era rápido en los cálculos y, a menudo, cubría los aspectos más ásperos de la personalidad de Gonz. Cuando Mido no estaba cerca, Gonz lo elogiaba por ser un tipo brillante. Si me preguntaras, probablemente sería bueno decírselo a la cara de vez en cuando, pero evidentemente Gonz no se atrevía a hacer eso.

Con su hijo padeciendo con los ojos blancos, las expresiones alegres habituales de la pareja se habían vuelto demacradas.

“¿Qué hacemos, hermano? No hay medicina… ”

“Estará bien. Podemos confiar en Red. Es el aventurero que ha recolectado más hierbas en todo Zoltan”.

Ahí fue donde un aventurero normal probablemente se habría enfrentado al hombre por decir tal cosa, pero para mí, fue un elogio genuino. Sin embargo, este no era el momento de pensar en cosas así.

“¿Cuál es la condición de Tanta?”

“El doctor está echando un vistazo, pero dijo que no había nada más que pudiera hacer sin el medicamento”.

“Entendido. ¿Podrías dejarme entrar?”

En el dormitorio, estaba el niño, Tanta, acostado en la cama, sufriendo lo que parecía una fiebre particularmente fuerte. El doctor Newman estaba a su lado, observando su estado. Tenía una expresión seria.

“Doctor.”

“Oh, ¿entonces eres el aventurero Red? Gracias por venir.”

“Escuché que era los ojos blancos”.

“Sí, no hay duda”.

Después de ese rápido intercambio, examiné los ojos de Tanta, los ganglios linfáticos y el interior de su boca.

“Sí, sus iris están pálidos, tiene úlceras en la boca y los ganglios linfáticos del cuello y las axilas están inflamados. Tiene todos los síntomas iniciales de ojos blancos, de acuerdo”.

“No hubiera esperado que un aventurero tuviera un conocimiento tan detallado”, dijo Newman mientras se secaba el sudor de la frente y el cabello ralo con una toalla.

“¿Cuánto tiempo ha pasado desde que tuvo fiebre?” Yo pregunté.

“Parece que sintió una sensación de fatiga alrededor del mediodía y se derrumbó alrededor de las tres de la tarde”.

“Será malo si no podemos conseguirle un medicamento antes de mañana por la noche”.

“Ese es el problema. No tengo ninguno”.

El medicamento para tratar el ojo blanco se basó en una preparación de hojas de koku y un hongo espinoso llamado aguja de sangre. Excepto el invierno, las hojas de koku se pueden encontrar básicamente en cualquier momento, pero las agujas de sangre solo se pueden recolectar desde la primavera hasta mediados del verano. Afortunadamente, era primavera, así que estaban en temporada.

“El mes pasado, hubo un brote de fiebre duende y ojos blancos. Ninguna de las tres clínicas de la ciudad tiene suficientes medicamentos”.

“Estoy seguro de que tienen las hojas de koku, aunque las agujas de sangre… Probablemente están empezando a brotar, pero…”

El Gremio de Aventureros gestionó el depósito de hierbas medicinales. Normalmente, estarían enviando solicitudes de trabajo con una prioridad en la recolección de agujas de sangre ya que el stock de ellas se estaba agotando, pero…

“Se necesita tiempo para que ese gremio apruebe algo”.

Alguien tuvo que señalar primero que las reservas eran bajas; la persona a cargo de esas reservas tenía que informar a su jefe; el jefe luego volvió a verificar la reserva; luego, el responsable tenía que redactar un informe que su jefe llevaba a los superiores para obtener la aprobación; y una vez hecho todo, el responsable tenía que rellenar los formularios para enviar las solicitudes de trabajo, que su jefe debía volver a comprobar, y…

“El Gremio de Aventureros de Zoltan se trata de la burocracia”, dijo Newman con una mueca.

De todos modos, ahora mismo, el quid de la cuestión era que no quedaba reserva de uno de los ingredientes fundamentales de la medicina. Según los síntomas de Tanta, necesitaba tratamiento en algún momento antes del anochecer de mañana.

Teniendo en cuenta que preparar el medicamento a partir de los ingredientes tomó tiempo, Newman probablemente necesitaba obtener las agujas para sangre mañana al mediodía.

“¡Te lo ruego, Red! Sé que las montañas están mal en este momento, ¡pero no tengo a nadie más a quien acudir! ¿Puedes conseguir los ingredientes? ¡Indique su precio y yo lo pagaré! No importa cuánto tiempo lleve, ¡juro que se lo devolveré todo!” Gonz se arrodilló, su cabeza inclinada al suelo mientras suplicaba.

“¡Lo digo en serio! ¡El chico es un genio en carpintería! ¡No puedo aceptar su sueño muriendo aquí así!”

Gonz no tuvo hijos. Él perdió a su esposa a causa de una enfermedad antes de que yo llegara a esta ciudad y continuó viviendo solo, sin mostrar ninguna inclinación a tratar de encontrar otra esposa.

Por eso, quería al hijo de su hermana. Tanto es así que declaró que el chico, que aún no tenía diez años, lo sucedería en todo. Tanta también quería mucho a Gonz. El niño se crio jugando en la tienda de Gonz y siempre decía que quería ser como su tío cuando creciera.

Pero…

“Es cierto que es peligroso, pero también la montaña está actualmente fuera de los límites. Puede que sea un aventurero, pero no puedo ir allí hasta que no se ocupe del oso búho. Si ignoro esa orden, podrían expulsarme del gremio”.

“E-Eso es cierto,  pero no hay ningún otro  lugar donde conseguir la medicina”.

Nao y Mido se alinearon al lado de Gonz, bajando la frente al suelo mientras presionaban su pedido.

… Albert y su grupo ya deberían haber estado buscando el oso búho en las montañas. Si no lo hubieran encontrado todavía, estarían acampando. También era posible que el  grupo lo hubiera encontrado y estuviera ocupado rastreándolo a través de la montaña, incluso durante la noche. Era una gran montaña, pero eran expertos a la hora de cazar. Incluso el más mínimo rastro podría haberme delatado al grupo de Albert.

¿Debería negociar con el gremio? No, eso sería inútil. No me he ganado tanta confianza de ellos.

“Hermano mayor, ¿eres tú?” Los ojos de Tanta se abrieron cuando gritó débilmente.

Las orejas puntiagudas que demostraban que su linaje elfo estaban rojas hasta las puntas de la fiebre. Sin embargo, el chico todavía me sonrió.

“Lo siento, cogí un poco de resfriado. Pero una vez que esté mejor, hablemos un poco más de los planes”, murmuró Tanta. Gonz y los demás me miraron.

… Sin embargo, no es como si el niño estuviera diciendo algo importante.

“Oh sí. Esa promesa de construir mi botica para mí. Una vez que estés mejor, podemos hablar un poco más”.

Fue solo una broma tonta que compartimos cuando Tanta pasó tiempo conmigo. Hablamos de todo tipo de cosas, como cómo iba a construir una botica, qué tipo de diseño debería tener, dónde debería construirse, ese tipo de cosas. El joven semielfo había jurado construirlo para mí, diciendo: “Cuando sea carpintero, construiré tu tienda para ti, Gran Hermano Red”.

Bueno sí. Estaba claro lo que iba a hacer desde el principio. Quiero decir, esa era la promesa, así que realmente no hubo nada que lo ayudara. Mi hermosa y lenta vida no estaría completa sin una pequeña tienda modesta pero no menos encantadora para acompañarla, después de todo.

“En este momento, el Gremio de Aventureros ha puesto la montaña fuera de los límites…”

“¿No puedes hacerlo?”

“No puedo aceptar este trabajo como aventurero. Pero lo haré como amigo. ¿Prometes que no se lo dirás a nadie?”

“¡Red!”

“Volveré pronto. Le dejo Tanta hasta entonces, doctor.”

“Haré lo mejor que pueda. Pero tomará una hora preparar el medicamento”.

“Me tomaría tres, así que si puedes hacerlo en solo una hora, te lo agradecería”.

La preparación a  alta  velocidad era algo que  solo podían  hacer las personas con una bendición en los árboles médicos o alquímicos, o tal vez alguien con la bendición de un Herbolario.

Estaba más allá de mi capacidad.