Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 5

Capítulo 2:  Cuenta regresiva para la guerra de las hermanas

Parte 4

ncluso las mujeres jóvenes que trabajan a tiempo parcial en el café serían temidas por el Imperio. Incluso las chicas más dulces podían usar el poder astral para abrumar a un soldado imperial.

…Eso solía ser normal en el Imperio hasta hace un siglo… Incluso hubo ese incidente en el que una maga astral se desbocó, atacando a su novio no mago con sus poderes.

Los humanos no tenían forma de resistirse.

Sufriendo la herida mortal, el hombre debió dejar de verla como su pareja, y la catalogó como una de esas bestias “brujas”. Por eso el Imperio tenía una historia de perseguir a los magos.

—…¿Está bien que los soldados imperiales crucen las fronteras sin problemas?

—Te lo dije. No hay nada de qué preocuparse conmigo aquí —Sisbell estaba vestida con prendas deportivas unisex, se puso el sombrero sobre los ojos y se escondió detrás de unas gafas falsas.

Iska llevaba una camiseta delgada, su habitual atuendo de ciudad neutral. No estaba caminando con sus dos espadas astrales. Nada en él delataba que fuera del Imperio.

—Las fronteras de este estado tienen examinadores de alto nivel. Todos nos reconocerán a mí y a Shuvalts, sólo por la cara. Es como si nos dieran un tratamiento VIP.”

—Los mejores examinadores, ¿eh? ¿Y te dejan entrar sólo por la cara…?

—Obviamente presento una prueba de mi linaje como princesa. Una vez que me verifiquen, será grosero mirar demasiado a mis guardias.

Sisbell y Shuvalts tenían los medios para identificarse.

Para bien o para mal, la Comandante Mismis también podía pasar la prueba astral. Iska, Nene y Jhin, sin embargo, estarían empapados de su propio sudor hasta que pasaran el puesto de control.

—¿Y por si acaso exigen que pasemos por la prueba?

—Les diré que se retiren. Es un paso en falso dudar de los guardias de una princesa. Por supuesto, si se dieran cuenta, habría un gran lío…

Saldría a la luz que Sisbell invitó a los soldados imperiales. Eso pondría incluso la posición de la reina en riesgo.

—Estoy desesperada. Debo ir al palacio lo antes posible. El palacio es una guarida de monstruos en este momento. No puedo dejar a la reina sola.

El tono de Sisbell lo hizo sonar como si no fuera gran cosa, pero esto era algo que Iska escuchaba de ella por primera vez.

—¿Qué monstruos?

No estaba acostumbrado a escuchar esa palabra. Las grandes bestias como los basiliscos eran consideradas “monstruos”, pero le costaba imaginar a uno merodeando por el palacio de la reina.

¿Era la jerga de una bruja o un hechicero?

—…Oh, supongo que no te lo he dicho —Sisbell se quedó callada mientras caminaban por la acera.

Con el sombrero cubriéndole los ojos, sacudió la cabeza.

—Lo siento. Tuve un desliz. No tiene nada que ver con tus deberes.

— Entiendo.

—¿Sabes? Estoy un poco cansada de caminar desde la mañana —La princesa se detuvo, señalando una pastelería en el camino—. Paremos a tomar una bebida allí.

—¿No crees que les importará servir a un soldado imperial?

—Tú eres quien dijo que querías ver las calles de la Soberanía, Iska. Si este fuera el estado central, te habría aconsejado que no lo hicieras, pero esto es una tienda cualquiera en Liesbaden.

—¿Así que no es gran cosa si descubren que soy del Imperio?

—Exactamente. Esta podría ser la primera vez que uno de ustedes ha observado la Soberanía. ¿No estás rebosante de curiosidad?  —La princesa sonrió maliciosamente—. Debe ser la primera vez que ves este paisaje, incluso como un antiguo Discípulo Santo.”

—Tienes razón.

Sisbell no demostró ninguna señal de notar la respuesta incómoda de Iska.

…Supongo que nunca imaginó que su propia hermana me secuestró y me llevó al decimotercer estado como cautivo.

Tenía experiencia viajando por la Soberanía, aunque no conocía mucho del paisaje de la ciudad ya que estuvo confinado en la suite presidencial de un hotel en ese momento.

…Pero la Capitana Mismis, Nene y Jhin saben más que yo… …después de pasar unos días en Alcatroz para salvarme.

Iska era el único que no sabía nada. Por eso salió a vagar solo, dejando a los otros tres en las habitaciones con Shuvalts.

—No sería gracioso que se aprovecharan de ti en un espacio desconocido.

Pregúntame lo que sea.

—Tengo algunas preguntas. ¿Tienen detectores de energía astral?

Los había, instalados por todas las ciudades imperiales para detectar asesinos del ejército astral.

—Sí, pero con un propósito diferente. Nos alertan sobre cantidades explosivas de energía, no si son débiles.

—¿Lo que significa que no están al acecho de los soldados imperiales?

—Eso lo tiene que averiguar el puesto de control. Desde que Liesbaden se convirtió en un estado dependiente, hay mucha gente aquí que no son magos astrales.

—Entonces, ¿para qué sirven los detectores?

—…¿No hay gente en el Imperio que abusa de las armas? —La princesa ofreció una sonrisa dolorida.

Evitó una respuesta directa, pero Iska captó la indirecta.

—¿Son para detectar crímenes que usan el poder astral? ¿Para robos y daños a la propiedad y similares?

—Sí. Es poco realista asumir que cada mago poderoso es un ciudadano honrado. Antes había un flujo de criminales, aunque ahora hay menos. Hay torres carcelarias que retienen a los criminales, y si diera un ejemplo infame…

—¿Te refieres a Alcatroz?

—Nunca me decepcionas, antiguo Discípulo Santo. Tienes información sobre la Soberanía —Sisbell lo miró con admiración—. Llamamos a estos criminales ‘brujas’ y ‘hechiceros’. El peor es alguien llamado Salinger-whoops. Lo siento, me fui por la tangente. Me adelanté y dije demasiado.

—……

Salinger. El hechicero trascendental.

El  nombre  aún estaba fresco en su memoria.  Hizo  que  Iska tragara saliva audiblemente.

—La tercera etapa: la unificación de los humanos y el poder astral.

“En este planeta, sólo ha habido dos personas que han podido alcanzar ese estado con su propio poder. Ambos son verdaderos monstruos. Sin embargo, inevitablemente tendré lo mismo algún día.”

 No planeaba averiguar lo que eso significaba.

Aunque se jactaba de su habilidad, el hombre ya había sido aprehendido por orden de Alice.

Iska dudó de sus oídos cuando escuchó a Sisbell hacer su siguiente afirmación.

—La brigada policial está patrullando en cada estado de nuestro país para perseguir a Salinger.

—..¿Qué dijiste?

—Ocurrió justo el otro día. Salinger consiguió salir de la prisión. Mi hermana mayor estaba en Alcatroz y lo detuvo una vez. Pero por lo visto era un doble que hizo con sus poderes. La celda estaba vacía cuando se dieron cuenta de esto.

—……

—Es por eso que nuestro país está en alerta, lo que funciona en nuestra contra. Después de todo, la policía está en todas partes, vigilando… ¿Hm, Iska?

—Sisbell parpadeó con sus ojos muy abiertos—. ¿Qué es lo que pasa? ¿Algo te está molestando?

—…Algunas cosas. Pero tenemos que vigilar la carga y llegar al estado central.

—Tienes razón. Acabamos de empezar —Más allá de sus gafas falsas, sus ojos parecieron oscurecerse por los nervios—. Desde que pasamos  el puesto de control, mi ubicación habrá sido transmitida al palacio.”

—¿Y a Lord Mask?

—Sí. Puedo imaginarlo bloqueando nuestro camino al palacio. Planeo abrirme paso a la fuerza, aunque intenten detenernos. Sólo necesito regresar.

Con Illumination, sería capaz de descubrir la identidad del traidor y conspirador que filtró a Lord Mask que Sisbell fue al estado independiente.

“¿Lord Mask? ¿Por qué estás aquí…?”

“Sólo de vacaciones. No debería haber nada extraño en eso.”

 Había dos sospechosos.

Según Sisbell, ambos eran de la familia real. Iska no pidió detalles. No tenía intención de involucrarse en la disputa de sangre de la Soberanía.

—¿Puedo preguntar una cosa más?

—Lo que quieras.

—¿No son tus familiares tus aliados?

No tenía ni idea de la influencia que el hombre llamado Lord Mask ejercía en el palacio. Sin embargo, si Alice protegía a Sisbell, Iska no podía imaginar a Lord Mask poniéndole un dedo encima.

… No puedo revelar mi conexión con Alice… … así que sólo puedo preguntarle a Sisbell sobre esto en términos generales, aunque creo que entenderá la indirecta.

Se preguntaba: ¿No debería Sisbell haber intentado obtener protección a través de su hermana mayor?

Sisbell sólo se rió de forma burlona cuando entendió lo que él le preguntaba.

—Sólo mi madre. Todavía no puedo confiar en mi querida hermana Alice.

—Entiendo.

—… Parece que hemos hablado durante demasiado tiempo —Sisbell se detuvo y se giró sobre su talón.

Se adelantaron mucho, pasando la pastelería, su destino inicial.

—Volvamos atrás.

—¿A esa tienda?

—No, al hotel. He hecho esperar a Shuvalts. Tu unidad debe estar ansiosa por tu regreso. Me olvidaré del pastel.

Empezó a recorrer el camino por el que vinieron.

—…¡Uf, hace calor! Estoy sudando por caminar. Debo  tomar  un baño cuando volvamos.

—¿Quizás es el sombrero lo que te hace sentir cálida?

—Tengo tanto calor bajo todo este pelo. Es horrible. Tengo envidia del pelo corto —Sisbell inclinó el borde de su sombrero y suspiró antes de enredar su brazo alrededor del bíceps de Iska.

Actuó como si fuera perfectamente normal. Lo hizo de manera casual, como si fueran una pareja en una cita.

Ella empujó su pequeño pecho contra su brazo.

—Me siento mejor así. Volvamos al hotel.

—¡¿En esta pose?!

“Es parte de mi estrategia. La policía militar no soñaría con que su princesa pretendiera estar en una cita… ¿verdad, Iska? —Habló con su voz más linda, sonriendo con satisfacción y mirándolo sugestivamente—. Para que lo sepas, no me he dado por vencida en hacerte mi subordinado.

—Salgamos de aquí antes de que se ponga demasiado sombrío.

—¡Oye! ¿Me estás escuchando? ¡Hey, Iska! ¡Te estoy hablando!

Dando la espalda a Sisbell, Iska irrumpió en una tierra desconocida.