Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 5

Capítulo 2:  Cuenta regresiva para la guerra de las hermanas

Parte 3

Lord Mask se retiró porque determinó que perjudicaría a la Casa Zoa si las cosas se salían de control fuera de su territorio.

—Pero esto no disuelve ninguna de las sospechas que rodean a Sisbell. Si estuviera en su posición, yo…

—Lady Alice.

En sus ropas de sirvienta, Rin salió al balcón, azotada por el viento frío.

—Me disculpo por invadir su espacio cuando estaba a punto de retirarse.

—¿Qué sucede?

— Tiene una visita. Quería ver si debía rechazarlos.

¿Una visita? ¿A esta hora?

Desde el balcón, podía ver que el centro de la ciudad ya estaba oscuro. Alice ya estaba en ropa de dormir, claramente impúdica para aparecer delante de alguien. La seda de alta calidad era lo suficientemente transparente como para exponer su piel color melocotón.

—Recházalos. No pretendo entretener a alguien que visita a una princesa a estas horas de la noche… ¿Quién es?

—Es Lord Mask.

—………Espera.

Estaba al límite de su paciencia. Su cabeza se sentía pesada.

No debería haber preguntado. Debería haberse negado sin saber el nombre del visitante.

—…Rin, ¿qué piensas de esto?

—Tiene un don para molestar a la gente —La asistente ni siquiera trató de ocultar su disgusto—. Lady Alice, es usted una dama, incluso antes de ser una princesa. Es descortés que visite su habitación a esta hora. Si no fuera la figura principal de los Zoa, le habría dado una patada en el trasero.

—Tienes razón.

—Sin embargo, imagino que tiene una excusa. Insistirá en que es urgente. Estoy segura de que tiene algo preparado, pero tiene derecho a rechazarlo, Lady Alice.

—…Si lo rechazo, siento que no podré dormir toda la noche.

—Creo que eso es a lo que apuesta.

¿De qué planea Lord Mask hablar con ella? Tiene que ser algún tipo de truco. Sin embargo, Alice estaba segura de que perdería el sueño por ello si no lo escuchaba. En ese caso, prefería acabar con ello.

…Parece que interpretó mi idea… Es el estratega de la Casa Zoa, después de todo.

—Bien. Rin, prepara té y bocadillos. No necesitas prepararme ninguno — Alice se dio la vuelta sin esperar una respuesta, y se dirigió desde el balcón a su sala de estar.

Sacó una gruesa bata para ponerse mientras tomaba asiento frente a la mesa.

—Le acompañaré a su habitación —Rin comenzó a abrir la puerta.

Afuera había un hombre que se veía bien con su máscara habitual y su ropa negra.

—Perdóname. Debo disculparme por mi comportamiento descortés con una joven doncella.

—Quieres decir doncellas.

—¿Hm?

—Rin también es una.

—Oh, me disculpo. Es cierto. Rin es una verdadera doncella.

Al otro lado de la puerta estaba el hombre más dotado de los Zoa, de pie en el pasillo sin intentar dar un solo paso en la habitación de Alice.

—No estoy acostumbrado a visitar a alguien del sexo opuesto a altas horas de la noche. Alice, por favor, quédate ahí. Rin, no hay necesidad de té.

¡Qué desvergonzado! Después de tocar un nervio con esta inapropiada visita nocturna, todavía se las arregló para idear una manera de parecer caballeroso.

¡Qué hipócrita!

—¿Qué te trae por aquí?

—Se trata de tu hermana menor. Estaba hablando con Su Majestad sobre ella.

—…¿Sobre Sisbell?

Alice  había  anticipado  esta  conversación.  De  hecho,  su  enfoque  directo  la estaba haciendo sospechar.

—Déjame ser franco. ¿Eres consciente de la posibilidad de que Sisbell esté conspirando con el Imperio?

—No.

No hubo ninguna duda. Alice no estaba mintiendo.

Mientras que su hermana se involucró con Iska en ese incidente hace un año, Alice sabía que no estaba conspirando con el Imperio a sus espaldas. Por supuesto, la Casa Zoa se beneficiaría fabricando esta acusación.

—¿Crees que ella tiene lazos con el Imperio? ¿Qué quieres decir con eso?

—Me decepcionó descubrir que ese era el caso. Sisbell estuvo en contacto con un soldado imperial en Alsamira.

—…¿Y?

—Su majestad comentó que no había ninguna posibilidad de eso.

—Naturalmente.

No había forma de que su madre lo reconociera. Después de todo, ayer envió en secreto guardias para proteger a su amada hija.

—Espero que estas sospechas sean infundadas.

—¿Es eso realmente lo que piensas?

—Por supuesto. Pero no puedo deshacerme de mis sospechas. Sisbell tendrá que mostrar pruebas de su inocencia. Si esto sigue así, el pueblo perderá la fe en la familia real. Rezo para que ella regrese lo antes posible… Sin embargo… —Suspiró desde detrás de la máscara—. Se fugó.

—¿… Perdón?

—Parece que tu hermana ya salió de Alsamira. Según la reina.

—Eso no es extraño. Ella había considerado esa posibilidad.

En lo que respecta a Alice, era normal.

Sisbell fue atacada por Objeto. Su encuentro con Iska fue visto por Lord Mask. Eso era suficiente para obligarla a esconderse en un país vecino con su asistente Shuvalts.

—¿Qué estás insinuando, Lord Mask?

—Estaba pensando que alguien podría haber estado ayudando a Sisbell.

Por eso he venido esta noche.

El hombre tenía el hábito de golpear con la punta del dedo contra su dura máscara. Indicaba que intentaba hacer que la otra persona aceptara lo irracional.

—Para hablar sobre las fuerzas imperiales.

—¿Qué?

—Un total de cinco personas fueron testigos de que Sisbell se reunió a solas con un soldado enemigo. Inmediatamente después, ocultó su paradero.

¿No es lógico pensar que ella tiene la ayuda de las fuerzas imperiales?

—No es posible.

De nuevo, Alice no estaba mintiendo.

…Sisbell fue capturada por su ejército antes. El que la rescató fue Iska… …y ella debe envidiarles por su comportamiento.

En ese momento, Alice era la única que estaba al tanto, y no había pruebas, lo que dificultaba las cosas. Para la Casa Zoa, era una oportunidad de oro para acusar a los Lou de crímenes atroces, ya que no podían revelar la verdad.

Era su oportunidad de eliminar a la Casa Lou y suplantarlos en el cónclave.

—En cualquier caso, sospechamos mucho más de Sisbell, ahora que se escondió.

—¿… Supongo que le dijiste lo mismo a la reina?

—Sí, y ella no pudo negarlo. Considerando que la situación es la que es…

¿Qué…?

Antes de que ella pudiera protestar, la comisura de su boca se curvó.

—Estamos formando un grupo de búsqueda de Sisbell, un esfuerzo conjunto entre los Zoa y los Lou. Yo seré el supervisor de nuestra familia. En cuanto a la tuya…

—¿Me estás diciendo que lo haga? ¿Viniste a preguntarme eso?

—Así es. Trabajemos juntos para encontrar a Sisbell.

Lord Mask alcanzó sutilmente la causa justa para este grupo de búsqueda. Sin embargo, era fácil adivinar sus verdaderas intenciones.

…Quiere que sea la supervisora porque cree que su propia hermana podría averiguar su ubicación antes… …Y quiere que le entregue esa información.

Le irritó los nervios. Si no hubiera estado parada a la vista de él, habría suspirado.

—Consentiré. ¿Terminamos aquí?

—Mhmm. Se está haciendo tarde. Bueno, Alice, Rin, dulces sueños.

—Sí.

Alice sabía que sus sueños estarían lejos de ser dulces. Se contuvo de discutir con él, viendo como dejaba la habitación.

—Rin —Esperó hasta que su asistente cerrara la puerta, apretando sus manos en puños—. …Odio perder. No puedo dejar que siga tomando la iniciativa.

—Lo comprendo.

—Préstame tu conocimiento. Haremos que todos los miembros de la Casa Zoa palidezcan de miedo.

***

En el Paraíso de las Brujas, la Soberanía Nebulis.

Su octavo estado, Liesbaden, estaba en la frontera de la  Soberanía, prosperando gracias al comercio con las ciudades neutrales. Era conocido como el lugar de nacimiento de los maestros literarios.

Los caminos estaban muy bien mantenidos, y la gente paseaba por ellos. Grupos de mujeres abarrotaban la zona exterior de los cafés con vistas a la plaza, dándose el gusto de un largo almuerzo.

—¿Tienes  algo   en   mente,   Iska?   —Sisbell    se   detuvo  en   la   acera, mirándolo—. ¿Quieres comer allí?

—..No. Sólo pensaba que los cafés son iguales en cualquier país.

Ya sea la utopía mecánica o el Paraíso de las Brujas, las civilizaciones se basan en la tecnología y el poder astral, respectivamente.

Aunque se consideran polos opuestos, la Soberanía fue fundada por rebeldes que vivían en el Imperio hasta hace sólo un siglo.

…Nuestros cimientos son los mismos. Incluso el idioma y las zonas comerciales… La única diferencia evidente es nuestra moneda.

Bueno, hay otra cosa.

Es invisible a simple vista, pero los que pasean por las calles son brujas y hechiceros.I