Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 1: La Hija De Un Soldado I

Capítulo Extra 1: Un Día sin Myne

«Oye, Lutz. Voy por delante».

«Lo tengo. ¡Estaré justo detrás de ti, Ralph!»

Al escuchar que mi hermano Ralph estaba saliendo, envolví rápidamente mi jamón y mi pan antes de meterlo en mi cesta junto con mis herramientas de caza. Luego puse la cesta en mi espalda y salí corriendo de mi casa.

Ralph ya no tenía que ir al bosque con todos los demás, ya que fue bautizado y trabajaba un día y medio. Pero ahora podía ir al bosque cuando quisiera, lo que significaba que generalmente iba con amigos del trabajo. Ya no iba a ir al bosque con él a menudo, así que me sentí un poco excitado mientras bajaba los escalones.

«Oof, supongo que hoy va a hacer mucho calor».

Mientras me dirigía al grupo de niños que esperaban para ir al bosque, sentí el cambio de las estaciones a través del calor de la luz solar que golpea mi piel.

También pude ver a Fey y Tuuli en el lugar de reunión. A pesar de que también fueron bautizados, hoy iban al bosque con los niños pequeños. Ver a los tres juntos aquí me hizo sentir nostalgia.

«¡Ralph, Lutz! Buenos días.” Tuuli se giró en esta dirección y saludó con la mano después de vernos.

«Buenos días, Tuuli. Como esta Myne, han pasado tres días enteros, ¿así que supongo que su fiebre se está yendo ahora?»

Al parecer, Myne se había agotado tanto por cortar madera y hacer esas cosas mokkan que terminó en cama por días.

«… No, en absoluto. Han pasado tres días desde que se derrumbó en la habitación de almacenamiento y su fiebre aún está muy alta. Estoy realmente preocupada.»

Tuuli, frunció el ceño, miró hacia abajo y negó con la cabeza. Un día o dos de estar en cama fue normal para Myne, pero no una fiebre alta que duró tres días. Parecía enferma de preocupación.

«Ella estará bien, te lo digo. Myne no ha hecho un libro todavía, no morirá tan fácilmente».

Myne era débil y enfermiza, pero siempre fue perseguida por sus sueños con todo lo que tenía. Nunca entendí de qué estaba hablando cuando sacó libros. Las explicaciones simplemente no me llegaron. Pero sabía que Myne estaba haciendo absolutamente todo lo que podía para hacerlos. Nada me inspiró a hacer mi mejor esfuerzo que verla trabajar tan duro para conseguir lo que quería en su pequeño y débil cuerpo.

… Además, ella dijo que me presentaría a un antiguo comerciante ambulante. Como los comerciantes ambulantes siempre se movían entre ciudades, me costaba encontrar uno que me tomara como aprendiz. Escuché que el maestro de Myne en la puerta solía ser un comerciante ambulante, así que le pedí a Myne que me presentara. Alguien como él probablemente todavía tenía conexiones con los comerciantes ambulantes actuales. Tal vez él podría presentarme a uno y yo podría ser su aprendiz.

Cuando Myne prometió presentarme a él, me dijo: «También te ayudo, Lutz», y luego se rió con orgullo.

«Tengo una promesa con Myne, por lo que definitivamente va a mejorar».

«Tienes razón, Lutz. Myne estará bien. Definitivamente.” La expresión de Tuuli se iluminó un poco.

«¡Nos vamos!» Con el anuncio de Ralph, el grupo de unos diez niños comenzó a caminar hacia el bosque.

«Podemos caminar mucho más rápido sin Myne, ¿eh?»

«Ahaha. Myne realmente camina lento. Pero eso está bien, ya que siempre la estás ayudando».

Una vez que el grupo de niños pasó por las murallas de la ciudad, Tuuli, siendo una niña mayor con un fuerte sentido de responsabilidad, siempre terminaba cuidando a todos. Ella no pudo pasar todo el tiempo mirando solo a Myne.

«Ralph, me voy con Fey para liderar el grupo. ¿Cuidarías la espalda con Lutz por mí?”

«¡Sí! De todos modos… Lutz, me sorprende que te molestes en hacer todo eso», Ralph me murmuró en un tono de voz exasperado después de ver a Tuuli alejarse.

Lo fulminé con la mirada.

«¿Haciendo todo qué?»

«Cuidando de Myne. Puedo decir que solo con verlo es un gran dolor en el culo».

Ralph era conocido en todo el vecindario como un buen tipo que cuida a los demás, pero actuó de esa manera en público porque quería presumir a Tuuli. Él me trató de manera completamente diferente cuando ella no estaba cerca.

«Me alegro de tener la misma edad que Tuuli».

Su tono era bastante sincero, pero me encogí de hombros. Estaba cuidando de Myne parcialmente para mi propio beneficio, por lo que no fue un gran problema. Nadie más parecía saber esto, pero yo si, Myne conocía todo tipo de historias extrañas, y sabía cómo escribir. Incluso podría presentarme a un comerciante ambulante.

«Myne es buena a su manera», dije, casi reflexivamente. Ralph me miró con los ojos llenos de interés.

«¿Cómo qué?»

Lo primero que me vino a la mente fue lo del comerciante ambulante, pero no quería hablar de eso. Ralph y mis otros hermanos mayores siempre se reían y me llamaban estúpido cuando dije que quería convertirme en un comerciante ambulante. Quería hacerme uno en secreto y sorprender a toda mi familia.

«Myne comparte su comida conmigo y me enseña buenas recetas, así que sí».

«Todo lo que te importa es la comida, ¿eh?»

Ralph se echó a reír, pero la comida realmente fue la razón más importante por la que estaba tan en serio de cuidar a Myne. Pasar tiempo con ella significaba más comida para mí. Y si la ayudaba, podía comer comida realmente sabrosa.

«¿De qué te estás poniendo presumido? Tú también comes esa comida”.

“Sí, porque sabe bien y ayudo a hacerlo. ¿Por qué no lo comía?”

Mis hermanos mayores generalmente robaban mi comida, así que me llené comiendo nueces y frutas mientras recolectaba. El invierno fue lo peor, ya que no podía ir a reunirlas. Sin reunirlas no significó ningún fruto, y como las ventiscas nos mantenían encerrados todo el tiempo, la comida era más escasa que en otras estaciones.

Las tortas de parue que Myne pensó un día para ayudar a llenar mi estómago durante el invierno fueron fáciles de hacer, utilizando principalmente las sobras de parue que normalmente dejamos para las aves. Podrías hacer toneladas de ellos sin sudar, y eran tan buenos que todavía no podía creerlo.

… Y lo mejor de todo, ya que cada uno tenía sus propios platos con sus propios pasteles, no tenía que preocuparme de que mis hermanos me los robaran.

Ese día marcó el comienzo de Myne, que nos enseñó deliciosas recetas cada día soleado que reunimos para celebrar. Si siguiera las instrucciones de Myne, obtendría mucha comida sabrosa. En el momento en que me di cuenta de eso, le prometí que la ayudaría y que sería la fuerza que no tenía. A cambio, me gustaría comer mucha comida. Trabajaría tan duro como se necesitaba para conseguir comida sabrosa.

«Está bien, nos encontraremos aquí una vez que suene la quinta campana. ¿Bien?»

«¡Esta bieeeennn!»

Nos establecimos en un lugar de reunión al llegar al bosque y luego dejamos que los niños se dispersaran para reunirse. Como Ralph y Fey estaban aquí hoy, yo iba a cazar.

«Debería ser sobre la temporada de shumil ahora. Hare mi apuesta, hay un montón de ellos corriendo por aquí». Ralph sonrió, sosteniendo una red.

Los shumils eran pequeñas bestias fey que incluso los niños como nosotros podían cazar. Eran tan altos como mis rodillas y eran útiles por su carne, piel, huesos, plumas y grasa. Su carne era especialmente suave y deliciosa en comparación con otras cosas que podíamos cazar. Como a los shumils les encantaba comer rutrebs, una fruta de verano, su carne mejoró aún más a medida que crecían en número durante el verano.

Cuando cazabas shumils, tenías dividirte en grupos. Uno para perseguir a la presa, otro para acechar con una red.

«Lutz y yo lo perseguiremos. Tuuli y Ralph, mantengan la red lista”, dijo Fey, nombre que no tiene relación con las bestias fey, mientras comenzaba a discutir un plan para atrapar al shumil con nosotros. Había una pequeña colina más profunda en el bosque, y ya que shumil tenía la tendencia de correr a lugares altos para escapar de los depredadores, lo mejor que podía hacer era perseguirlos y colocarlos en una red preparada.

Después de ver a Ralph y Tuuli subir al lugar acordado con la red, Fey y yo recogimos piedras y comenzamos a buscar shumil juntos. Si pudiéramos encontrar una parcela de rutreb, podríamos esperar encontrar shumil cerca. La caza de shumil era importante para evitar que se comieran nuestra parte de los rutrebs.

«¡Hay uno! ¡Hohwoah! ¡Hohwoah hohwoah!”.

Descubrimos un shumil que comía una tonelada de rutrebs súper rápido, su boca de color rojo brillante con jugo, e inmediatamente comenzamos a imitar los ruidos de animales grandes. El shumil se sacudió y comenzó a correr hacia los arbustos.

«¡Phiiiiih!»

«¡Phih, phiiiih!»

Otro shumil que había estado comiendo cerca también se escapó después de escuchar los chillidos de sus amigos. Todos corrieron a la vez, se separaron y todos corrieron hacia la pequeña colina con la esperanza de maximizar sus posibilidades de supervivencia.

«¡Hohwoaaaah!»

La voz de Fey sonó desde un ángulo diferente. El shumil que había estado siguiendo su dirección cambió de rumbo apresuradamente. Corrí también, gritando para mantener el shumil empacando de modo que la mayor cantidad posible se encontrara con la red de Ralph y Tuuli. Al final, seis shumil corrieron juntos en un grupo apretado y corrieron directamente hacia la red. Los atrapamos a todos sin dejar que ninguno escapara.

«¡Sí!»

«Muy bien, ¡vamos al río!»

Después de apuñalar nuestros cuchillos en la red para cortar las gargantas de los shumils y quitarles las garras, los sacamos de la red y los arrastramos por sus patas traseras al lecho del río. Las garras de las patas delanteras de un shumil eran venenosas, por lo que las cortamos preventivamente para estar seguros.

Solo cazas todos los animales que puedas llevar a casa. Ralph y Fey podían cargar dos, pero eso aún era demasiado difícil para mí, así que supuse que solo llevaría uno. Lo mismo fue para Tuuli. Incluso mientras eran arrastrados hacia el río, esos shumils que no habían terminado de morir se sacudieron y lucharon, tratando de atacar con sus patas delanteras. Apreté mi agarre para que la mía no pudiera escapar.

Cuando llegamos al río, comenzamos a matarlos. Sentí un pulso en mi shumil y solté un suspiro de alivio. Si hubiera muerto, el hedor de la sangre se habría filtrado más en la carne. Cuanto más rápido pudiera sangrar su carne, mejor.

«Ten cuidado», advirtió Ralph. Todos asintieron mientras preparábamos nuestros cuchillos. Los shumil eran las bestias fey: criaturas mágicas. Si no los cortáramos con cuidado, nuestros cuchillos golpearían la piedra dura conocida como cristal de maná dentro de sus cuerpos, y en el momento en que lo hicieran, el shumil se derretiría y desaparecería.

Todos golpeamos las cabezas de los shumils con los mangos de nuestros cuchillos para noquearlos antes de apuñalar sus estómagos y tirar de los cuchillos hacia arriba.

«¡Kyaaah! ¡Me equivoqué!”

Tuuli, viéndose triste, observó cómo su shumil se fundía en un líquido oscuro y espeso. Luego tomó el cristal de maná del líquido oscuro y lo lavó en el río, con los hombros hundidos en la tristeza.

“Tuuli, puedes tener uno de los míos. Mátalo a este y llévalo a casa «, ofreció Ralph, señalando hacia uno de los shumil que había traído consigo.

«¿De Verdad? Gracias, Ralph. Puedes tener este cristal de maná, entonces.” Tuuli, resolviendo no arruinar esta vez, deslizó delicadamente en su cuchillo.

Fey le dio una sonrisa maliciosa.

«Ese shumil se parece un poco a Myne, ¿eh? Ambos son azules y esas cosas».

«¡No, no lo son! ¡Cállate, estás haciendo esto difícil para mí!”

Tuuli resistió la intimidación de Fey y terminó de forma segura su destaje, extrayendo los órganos del shumil y limpiándoles la sangre.

«Piénsalo. Myne y Shumils son súper débiles, ¿verdad? Pero cuando se enojan, sus ojos se vuelven todo un arco iris y esas cosas. ¿Cuál es la diferencia?”

Shumils normalmente se escapan, pero si los padres te vieron matar a sus hijos, sus ojos brillaron como un arco iris y te envisterían. Fey dijo que eso fue lo que Myne hizo cuando se enojó. Era cierto que cuando Myne se enojó de verdad, sus ojos se estrecharon y su atmósfera cambió totalmente. Entonces, sus ojos normalmente dorados comenzaban a cambiar de color, como si una capa de aceite los hubiera cubierto.

«Eso fue tu culpa por hacerla enojar, Fey. Pisoteaste todas esas cosas de barro que ella trabajó duro para hacer.”

Miré a Fey y me preparé para irme. Había terminado de matar a mi Shumil, pero él estaba empezando su segundo.

«No pensé que ella se enojara tanto… ¡Gah! Mierda, me equivoqué».

Pensamientos de la ira de Myne aparentemente habían alterado la concentración de Fey mientras él estaba cortando. Chasqueó su lengua al ver el estanque negro de shumil que había una vez debajo de él y luego, suspirando, sacó el cristal de maná para lavar la sangre.

«Hey Lutz, vete a casa temprano con Fey y vende esto en esa tienda de cristal». Tuuli y yo nos tenemos que quedar aquí para ver a los niños pequeños.

«Lo tengo».

Cogí el cristal de mana que Ralph me lanzó y comencé a ir a casa con Fey. Tuvimos que regresar a la ciudad antes de que la tienda que compró los cristales de mana cerrara.

Tomamos nuestros shumils, que habían terminado de sangrar, y los sujetamos a las ramas adecuadas que llevábamos en la espalda. Salimos antes que los demás y volvimos a la ciudad. Luego nos deslizamos por finas calles laterales, corriendo hacia la tienda de cristal cerca de la puerta oeste. La quinta campana sonó justo antes de llegar a la puerta, lo que significa que las tiendas más apresuradas ya estaban empacando. Incluyendo el que estaba al lado de la tienda de cristal, que daba miedo, pero en un momento de suerte nuestro destino aún estaba abierto. Nos deslizamos dentro juntos.

«Señor, los estamos vendiendo».

La tienda de cristal compró cristales de maná, por lo que pusimos nuestros cristales de maná del tamaño de meñique en el mostrador. El dueño de la tienda pellizcó un cristal y lo levantó para examinarlo.

«… ¿A juzgar por el tamaño, diría que estos son de Shumils?»

«UH, Huh. Nos equivocamos cuando los matamos».

«Jajaja, eso es duro. Aquí, un cobre medio cada uno».

«Gracias, señor».

Después de vender los pequeños cristales de maná que no podíamos usar nosotros mismos para un cobre medio cada uno, Fey y yo salimos corriendo de la tienda. Fey agitó el medio cobre en su mano y escuchó el bonito anillo.

«Lutz, vamos, vamos a pasarlo en el lado este».

«Este es el dinero de Ralph, no el mío. No tengo nada».

«No le importará compartir un poco, vamos».

El lado este de la ciudad tenía muchos comerciantes, posadas y lugares para comer. Con la apertura de los bares y los comercios que llaman a los posibles clientes, este lado de la ciudad definitivamente se pone muy ocupado muy rápido.

Nos dirigimos hacia allí y Fey inmediatamente usó su cobre medio para comprar dos ranshel, una fruta sabrosa que es fácil de comer. Luego lanzó uno a mi manera mientras me decía que no lo dejara caer. Salté en el aire para atraparlo, definitivamente no quería dejar caer la fruta que Fey estaba haciendo todo lo posible para darme.

Comenzamos a caminar a casa, masticando ruidosamente los ranshels. La sexta campana sonó poco después, lo que marcó el cierre de las puertas. Las tiendas y talleres de todo el lugar para cerrar. En unos momentos, la calle por la que nos encontramos caminando se inundó de personas que caminaban a casa como nosotros.

Nos deslizamos en un callejón lateral para evitar las multitudes y llevamos un atajo a casa. El sol comenzó a hundirse y pude ver en el callejón oscureciéndose ante mis ojos.

«… Ya sabes, Lutz, pasas mucho tiempo con Myne. ¿No crees que da miedo?», Dijo Fey en la oscuridad, su voz un poco más tranquila de lo habitual. Me volví para mirarlo con normalidad. Parecía asustado.

«Cuando Myne me miró con esos ojos de arco iris, sentí que no podía respirar. Duele. Sólo pensar en eso me asusta. Myne es simplemente rara y aterradora.»

Incliné un poco la cabeza e intenté pensar mucho en la temática de Myne.

«Da un poco de miedo, ya que es como si su cabeza estuviera construida de manera diferente a la nuestra. Si ella viniera hacia nosotros como si fuera un club, la golpearíamos fácilmente. Pero Myne nunca haría eso. Da miedo porque no sabes lo que te hará. Pero eso está bien. Solo tienes que no hacerla enojar. Y lo único de lo que se enoja es con las cosas del libro, sí que sí».

Escuché a Fey soltar un suspiro de alivio.

«Bien. Bueno, voy a tratar de evitarla. No sé qué la va a hacer enojar o no.» Él negó con la cabeza.

«No podría preguntarle esto a nadie más, porque no lo comprenderían. Me alegra saber qué hacer ahora», murmuró mientras tiraba el núcleo de su ranshel completamente comido.

… Rara y aterradora, ¿eh? No sé sobre eso. También tiré mi ranshel terminado y miré hacia el cielo azul oscuro. Una medida que se acercó a un cabello similar a Myne, a la luna se alzó, pareciendo exactamente al color de sus ojos.