A Monster Who Levels Up

Capítulo 127: Un Orco y una Dama Caballero (Parte 2)

Con sus ojos completamente frenéticos, el gran lobo que llevaba al Orco se abalanzó locamente sobre el Cisne Gigante. Kim Yu-Rin ni siquiera tuvo tiempo suficiente para sorprenderse. Incluso si era el Héroe Orco, esto iba a ser muy peligroso: tan pronto como pensó en esto, sus piernas se movieron hacia el Orco por sí mismas.

¡¡Kwahck!!

La maza lanzada por el Orco golpeó el pico del Cisne y causó una gran herida antes de regresar a sus manos como un bumerán. Ahora bien, ese era un espectáculo verdaderamente loco de contemplar.

– ¡¡Ppeuph!!

Después de que su pico fuera atacado, el Cisne Gigante finalmente dejó de emitir su terrible chillido, pero todo su cuerpo comenzó a brillar en rojo intenso. Esa era la muy mala señal de que se estaba preparando para crecer, o para evolucionar más, por así decirlo. Sin embargo, tanto el orco como el lobo no se preocuparon por esos pequeños detalles.

¡¡Ta-aht!!

El lobo Lakcorn saltó alto, lo que puso al Orco justo al lado de la nariz del Cisne. La maza rebosante de Maná se balanceó justo frente al Monstruo. Un poderoso ruido de impacto explotó y la onda de choque sacudió los alrededores. Sin embargo, desafortunadamente, parecía que el Cisne Gigante usó el daño para empujarse a sí mismo y evolucionar un paso más allá.

* Sonido de vapor ascendente *

El cuerpo del Monstruo, que enrojecía rápidamente, comenzó a disminuir de tamaño y emitía una temperatura increíblemente alta. El vapor blanco opaco que transportaba un calor intenso bloqueó el cielo, derritió los árboles cercanos y quemó el suelo a su alrededor.

Esta ola de calor fue tan intensa que incluso la barrera de maná de Kim Yu-Rin estaba temblando más allá de su control, acercándose mucho a romperse en pedazos.

Rápidamente se dio la vuelta y les gritó a sus compañeros de equipo.

“¡¡CORRAN!!”

Su grito resonó en la ladera de la montaña como un grito solitario. Los Caballeros que dudaban en la retaguardia finalmente retrocedieron un poco más. Al ver esto, Kim Yu-Rin tragó una gran cucharada de su propia saliva. ¿Era posible soportar lo que estaba por venir? ¿No ella, sino el Orco?

No podía permanecer indecisa por mucho tiempo.

Corrió hacia el orco. No lo hizo por alguna emoción innecesaria profundamente arraigada en su corazón, no. Se convenció a sí misma de que era así, de que era por la curiosidad y las preguntas hacia el orco que daban vueltas en su cabeza.

Corrió hacia el Orco y le agarró la mano. Y al mismo tiempo…

El Orco la miró. Ella también lo miró. El lobo entre ellos ladró. Y, del cuerpo del cisne, estalló una explosión masiva.

¡¡¡KKKWAAHHAAANNNNGGGG!!!

Una explosión tan violenta que aparentemente aplastó el mundo a su paso; una nube de color negro azabache con forma de hongo espantoso se elevó desde el lugar de la explosión.

En ese momento cuando la explosión descendió sobre ellos, el Orco tiró a Kim Yu-Rin en sus brazos y activó las Escamas de Leviatán. Bueno, todavía tenía que salvar a esta loca sin importar sus razones para caminar hacia el radio de explosión ella sola. Quienquiera que estuviera actuando en ese momento, Kim Sae-Jin o el Héroe Orco, sus dos personalidades no querían que ella muriera, después de todo.

La explosión del suelo se convirtió en humo y se elevó por los aires. Tras el caos apocalíptico que sacudió toda la ladera de la montaña, descendió un silencio pesado y asfixiante. Sin embargo, la tierra donde estaban los dos ya no existía. El sitio de la explosión paralizante se hundió como la boca de un volcán, el final del pozo no era visible a simple vista.

Swish ~ swish ~

Las partículas de polvo nebulosas se depositaron en el suelo como lluvia radiactiva. Había un puñado de plumas de pájaro blanco gigante mezcladas entre esta niebla.

***

Sae-Jin el Orco abrió lentamente los ojos en la quietud de la oscuridad. Sólo que ahora sentía que su cabeza, perdida entre la rabia ardiente y los instintos mordaces, se había enfriado para que pensara correctamente.

Poco a poco, su visión borrosa se agudizó.

Vio a una mujer hermosa, justo frente a su nariz: sus ojos cómodamente cerrados, nariz perfectamente formada, labios ligeramente húmedos con sangre. Y le rozó esos labios con su dedo grueso inconscientemente.

“Euh, mmm…”

Kim Yu-Rin mostró cierta reacción, lo que hizo que el Orco se pusiera un poco rígido. Por ahora, pensó que sería una buena idea salir de esta posición incómoda, donde parecía como si estuvieran abrazándose. Pero ella estaba usando su brazo como almohada.

Se preguntó si simplemente mover su brazo para perderla, pero al final, sólo dejó escapar un largo suspiro, en su lugar.

“Fuu-woo…”

Sin embargo, si había algo con lo que Sae-Jin no contaba, era que el suspiro de un Orco era incomparablemente poderoso a comparación de un humano.

Los vientos de tormenta que escapaban de los labios del Orco llegaron a sus ojos, le echaron el pelo hacia atrás y agitaron sus pestañas en el proceso. Y así, se despertó de su letargo, así como así.

“…”

“…”

Los dos parpadearon y siguieron mirándose. Desde el punto de vista de Kim Yu-Rin, esto era un cambio de ritmo demasiado rápido para ella.

Bueno, la cosa era, desde el momento en que el Orco apareció de repente, y cuando se mezcló en la explosión mientras perseguía al Orco, y luego… Después de que él la tomó en sus brazos, y finalmente, hasta este mismo momento donde su rostro estaba llenando completamente su vista, todo esto sucedió en poco más de un minuto para ella en lo que respecta al marco de tiempo.

“… Tú, deberías ponerte de pie ahora.” (Sae-Jin)

Después de mirarse así por quién sabe cuánto tiempo, la voz de barítono del Orco le hizo cosquillas en los oídos.

“Ah, sí. Cierto…” (Kim Yu-Rin)

Kim Yu-Rin se levantó rápidamente. El Orco también se puso de pie.

“¿Dónde crees que estamos ahora?” (Kim Yu-Rin)

Con una cara ligeramente enrojecida, Kim Yu-Rin le preguntó mientras echaba una rápida mirada al Orco.

“No lo sé. Posiblemente, caímos profundamente bajo tierra, debido a la explosión.” (Sae-Jin)

“…Puede que tengas razón.” (Kim Yu-Rin)

Kim Yu-Rin no pudo evitar sentir una clara sensación de deja vu en este momento. Hubo una situación como esta en el pasado, aunque había bastantes personas más en ese entonces.

“Este lugar, no una cueva como la última vez.” (Sae-Jin)

Dijo el Orco, mientras levantaba la cabeza para mirar el techo. Ningún rayo de luz visible penetraba desde allí, pero seguro que era muy alto…

“Ah, en ese caso…” (Kim Yu-Rin)

Kim Yu-Rin sacó su teléfono móvil del bolsillo. Pero no había forma de que un dispositivo electrónico sobreviviera a una explosión tan impactante.

“No funciona…”

El Orco negó con la cabeza mientras pensaba, Obviamente no lo haría… y luego examinó su entorno un poco más de cerca.

No sintió ningún flujo ‘curioso’ de Maná en particular, y pudo escuchar el sonido de una corriente subterránea que fluía no muy lejos de su posición. Entonces, este lugar podría ser…

‘… ¿Podría ser esto, nada más que un simple accidente?’

Esto era diferente de entonces, cuando quedó atrapado en la trampa de la barrera de aislamiento. Simplemente cayó bajo tierra después de ser absorbido por esa gran explosión.

“¡¡Euh, euh!! ¡¡Euh, euhk!!”

“¿…?”

Pero, literalmente, de la nada, Kim Yu-Rin comenzó a luchar por alguna razón, como una persona que hace todo lo posible por terminar su… negocio en un baño.

Las pestañas de sus ojos fuertemente cerrados temblaron mientras sus dos puños estaban muy apretados. Era una escena algo divertida de ver, pero al mismo tiempo, había visto algo similar a eso antes…

“… Yo, no puedo manejar el Maná.” (Kim Yu-Rin)

Después de diez minutos de lucha más tarde.

Con el rostro de alguien que acaba de perder su país, Kim Yu-Rin miró al Orco mientras estaba al borde de las lágrimas.

***

En el interior de este espacio oscuro, en las profundidades de la superficie del planeta, una hoguera ardía y difundía calor, con dos “personas” que se deleitaban con ella mientras pasaban el tiempo ociosamente.

Pensaban que, dado que se trataba de un accidente, debería haber un equipo de rescate viniendo a buscarlos lo suficientemente pronto y que deberían quedarse allí por ahora.

“Creo que es la habilidad del Cisne Gigante.” (Kim Yu-Rin)

Kim Yu-Rin repentinamente abrió la boca mientras miraba el fuego.

“Tengo una herida en la espalda que podría haber sido causada por la explosión. El Maná de ese Monstruo debe haber invadido mi cuerpo.” (Kim Yu-Rin)

“…”

El Orco no dijo nada. Echó un vistazo al Orco y continuó.

“Creo que estaré bien en una semana.” (Kim Yu-Rin)

“Fuu.”

Entonces, el Orco dejó escapar un largo suspiro y se puso de pie.

¡¿Me va a pegar?!

Kim Yu-Rin se puso rígida notablemente. Como para confirmar sus peores temores, el Orco se acercó a ella, y luego…

¡¡Kwajeek!!

Rompió un gran trozo de roca que sobresalía del suelo.

“… ¿Qu-qué planeas hacer con eso?” (Kim Yu-Rin)

Kim Yu-Rin de alguna manera recuperó la calma de su estremecimiento y le preguntó. El Orco no dijo nada y simplemente usó la Técnica de Herrería del Orco. Luego, la superficie irregular se suavizó y su forma se alargó en forma de poste.

“… ¡¿Wah?!”

“Orcos, fabrican armas como esta.” (Sae-Jin)

Sintiéndose un poco incómodo por la reacción demasiado sorprendida de Kim Yu-Rin, Sae-Jin el Orco dijo algo y luego rompió otro trozo de roca.

Luego, el Orco continuó rompiendo rocas del suelo y luego, las trituró, las combinó y las remodeló durante los siguientes 30 minutos más o menos.

Inicialmente, Kim Yu-Rin observó con interés lo que estaba tratando de lograr, luego no pudo evitar sentirse profundamente impresionada por los resultados finales.

* Sonido de golpes de martilleo *

En el lugar por donde pasaban las manos del Orco, una pequeña pero notable choza de piedra se erguía orgullosa.

Aunque había una gran penalización en la Forma de Orco, la utilidad de la Artesanía del Goblin de nivel A que se muestra aquí todavía era bastante sorprendente, de hecho.

“Wow, ¿Cómo hiciste…?” (Kim Yu-Rin)

“Tú, duerme dentro.” (Sae-Jin)

Estaba tan sorprendida que ni siquiera pudo terminar correctamente la oración, pero el Orco habló como si no fuera mucho.

“Yo, duermo aquí.” (Sae-Jin)

Esta vez, derramó Maná en el suelo. El suelo de piedra maciza se elevó en forma cuadrada y luego se transformó en una cama de piedra.

“Uhm, eso… Gracias.” (Kim Yu-Rin)

Kim Yu-Rin murmuró mientras acariciaba el pilar de la adorable cabaña de piedra.

Sin embargo, sin prisa, golpeó a su lado y sonrió en su lugar.

“Pero vamos~, no me siento con sueño, ¿Entonces~?”

Las puntas de sus ojos se curvaron hacia arriba con coquetería. Las puntas de su cabello rozaron ligeramente su brazo.

¡¿Qué diablos pasa con este aegyo, de repente?!

Sae-Jin hizo todo lo posible para calmar su corazón tembloroso.

***

Aproximadamente medio día de estancia en la prisión subterránea más tarde.

Kim Yu-Rin había estado jugando con el teléfono móvil que no respondía y un cristal de comunicación durante un tiempo, antes de que un fuerte gruñido saliera de su estómago.

“¡Aht…!”

Fue un error vergonzoso. Dejó de hacer todo y lanzó otra rápida mirada al Orco. Tenía ganas de esconderse en un agujero.

El sonido debería haber sido lo suficientemente fuerte como para sorprenderlo, pero el Orco ni siquiera pareció perturbado mientras sacaba un gran trozo de carne de su Bolsa Expandible.

Los ojos redondos de Kim Yu-Rin comenzaron a brillar peligrosamente.

El Orco aumentó la fuerza de la hoguera y comenzó una barbacoa improvisada allí mismo. Después de compartir ‘amablemente’ la sabrosa carne, la expresión de pura satisfacción se dibujó en su rostro mientras se frotaba la barriga llena.

Sin embargo, no mucho después de eso, comenzó a chasquear los labios ruidosamente. El Orco la miró atónito, como si preguntara si había un grupo de mendigos sin hogar viviendo dentro de su estómago o algo así. Rápidamente agitó sus manos en negación, y dijo que esta vez, en realidad era su sed la que actuaba.

Sin decir ni una palabra, el Orco fue en busca de la corriente subterránea.

Solo necesitó diez minutos ya que estaba cerca. Cuando hizo un agujero en la pared donde parecía correcto, una pequeña pero constante corriente de agua subterránea comenzó a filtrarse. Rápidamente hizo un recipiente de piedra y lo llenó de agua, llevándosela a Kim Yu-Rin.

Definitivamente estaba avergonzada por su yo impotente que solo era bueno para molestar al Orco, pero aún así, bebió el agua con una expresión de éxtasis.

“Kkyah… aht.”

Fue tan, tan refrescante.

El Orco se rió entre dientes después de ver su reacción, y Kim Yu-Rin también sonrió levemente después de ver su expresión.

Ahora que había terminado con todo el trabajo secundario relacionado con ella, Sae-Jin el Orco se sentó en el suelo y comenzó el mantenimiento de su maza. Mientras escuchaba el sonido rítmico del metal que se cortaba y alisaba, Kim Yu-Rin cerró los ojos lentamente.

Desafortunadamente… surgió un nuevo problema después de aproximadamente una hora. Era de esperar, de verdad. Después de todo, ella había comido y bebido, por lo que la siguiente acción natural del sistema digestivo humano sería…

“…Euh, euhk…”

Buscó un ‘buen’ lugar mientras lo aguantaba desesperadamente. Parecía que, la llamada de esta naturaleza era para ambos números… Pero no, se dijo a sí misma que podía manejar algo como esto.

Después de todo, la paciencia y la resistencia de un Caballero no eran motivo de burla.

Pero su rostro siguió enrojeciéndose cada vez más. Sus muslos comenzaron a frotarse entre sí por sí mismos, y su cuerpo temblaba incontrolablemente.

Solo entonces, se dio cuenta de algo bastante importante.

Un Caballero sin el apoyo de Maná no era un Caballero y aquellos que ‘lo tenían pero lo perdieron’ eran más débiles que aquellos que ‘originalmente nunca lo tuvieron’…

“Uhm, perdón… yo, ah, necesito ir a algún lado, muy rápido…” (Kim Yu-Rin)

Finalmente, incapaz de aguantar más, comenzó a caminar hacia algún destino desconocido con pasos inquietos. Lástima, esta era un área abierta sin lugar para esconderse…

“Dentro de la cabaña. Hice un lugar pequeño.” (Sae-Jin)

“…”

El cuerpo de Kim Yu-Rin se congeló aún después de escuchar las palabras del Orco que sonaban como un oráculo divino del salvador celestial.

“No, no, es, no es así… Solo quiero lavarme las manos. Soy, un poco… una fanática de la limpieza… ya ves…” (Kim Yu-Rin)

Mientras pronunciaba algo, se acercó lenta y dolorosamente a la cabaña.

“Fuht.”

Luego escuchó la risa baja del Orco. Kim Yu-Rin se mordió los labios mientras las lágrimas se formaban en las comisuras de sus ojos.

Sin embargo…

Mientras los dos disfrutaban un poco de un evento que podría haber sucedido en la vida cotidiana…

Un ‘huevo’ que yacía no muy lejos de donde estaban comenzó a temblar levemente.

Y esta cosa era… un huevo que escupió el Cisne Gigante antes de que explotará.

***

[Una poderosa explosión ocurrió durante la incursión del Cisne Gigante, causando que la Caballero Kim Yu-Rin desapareciera en acción. La Orden de los Caballeros Cuervo ha enviado un equipo de rescate de emergencia al sitio, pero ahora se entiende que, debido al Maná parasitario y dañino único del Cisne Gigante que actúa como una lluvia radiactiva, ha demostrado ser excepcionalmente difícil descender a donde ella podría estar…]

Se podía ver una transmisión de noticias de última hora en la pantalla de televisión ubicada dentro de la oficina del director de operaciones de la Compañía de Mercenarios.

“Sí, señorita Sae-Jung. Ah, el Maestro de Gremio actualmente esta…” (Kim Sun-Ho)

[Al mismo tiempo, los Caballeros presenciaron la aparición del Héroe Orco en medio de la incursión…]

Actuando como director temporal, el sudoroso Kim Sun-Ho se encontró ocupado conversando con la ‘Señora Jefa’ mientras vigilaba las noticias transmitidas al mismo tiempo.

“Creo que es posible que no pueda regresar a casa durante unos días debido a una tarea difícil. Pero no tienes que preocuparte. Dado que la señorita Sae-Jung estaba en medio de un entrenamiento, él me dijo personalmente que se comunicaría con usted tan pronto como encuentre el momento adecuado…” (Kim Sun-Ho)

– “….¿Es eso cierto?”

“Por supuesto. ¿Por qué iba a mentirle alguna vez?”

– “Bien entonces. ¿Sabes dónde está Hazeline Unni ahora mismo?”

“Probablemente esté en la Casa de Alquimia de Yoseon en este mismo momento. Podrías llamarla y averiguarlo.”

– “… Hmph. Entiendo.”

Yu Sae-Jung terminó la llamada. Kim Sun-Ho dejó su teléfono y gruñó.

“… ¿Por qué fue e interfirió en esa redada, jefe?” (Kim Sun-Ho)

Murmuró amargamente para sí mismo.

En ese momento, la transmisión de noticias mostraba las imágenes del Héroe Orco montado sobre un lobo gigante corriendo hacia el pájaro blanco, mientras Kim Yu-Rin lo perseguía apresuradamente.