Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 4

Capítulo 7: Apartamento Gratis

Hola a todos. Mi nombre es Rudeus y solía estar encerrado.

Actualmente estoy revisando un apartamento nuevo y gratuito que es el tema de conversación de la ciudad. Sin depósito de seguridad, sin pago de llave, sin alquiler. Un espacio de una habitación completo con dos comidas y tiempo libre para una siesta. La cama está hecha de paja infestada de insectos, lo cual es una desventaja, pero el precio es barato.

¡Después de todo, el alquiler es gratis!

El inodoro es un jarrón grande situado en la esquina de la habitación. Una vez que hayas hecho tu trabajo y el frasco esté lleno de excrementos, tendrás que tirarlo en un agujero en el lado opuesto de la habitación. No hay agua corriente, así que es un poco antihigiénico, pero puedes arreglártelas con magia. ¡Si eres un mago como yo, que puede hacer agua caliente, tus problemas están completamente resueltos!

Sólo hay dos comidas. Para la gente moderna, eso podría ser muy poco. Sin embargo, esta comida es bastante increíble, la especialidad regional de frutas y verduras de una tierra exuberante. Carne también. El condimento es ligero, sacando a relucir el sabor natural de los ingredientes, lo cual es suficiente para hacer que cualquier persona acostumbrada a la vida en el Continente Demoníaco golpee sus chuletas en el deleite.

Ahora, la característica principal del apartamento: su seguridad. Por favor, eche un vistazo a estas barras de hierro duraderas. Puedes golpearlos todo lo que quieras, tirar de ellas todo lo que quieras, pero no se mueven ni un centímetro. Su única debilidad es que pueden ser abiertas con magia.

Seguramente no hay ningún ladrón vivo que mire estos barrotes y piense, ¡hey! ¡Creo que quiero entrar ahí! Sin embargo, entrarán, porque este apartamento gratuito es una celda en la cárcel.

 ***

Colgado sobre la espalda de Gyes, continué mi viaje por el bosque. Incapaz de moverme, no tuve más remedio que dejarme llevar. Mientras viajábamos por las sombras del bosque a una velocidad vertiginosa, vi algo en el rabillo del ojo. Allí, entre la mancha de los árboles que pasaban volando, había una mancha de pelo plateado siguiéndonos.

Aún era un cachorro, pero el perro tenía bastante resistencia. Habíamos estado en movimiento durante dos o tres horas para entonces. El guerrero bestial conocido como Gyes había estado corriendo durante mucho tiempo. Sólo se detuvo cuando finalmente llegamos a dondequiera que estuviera.

“Sagrada Bestia, por favor, regresa a la casa.”

Observé los alrededores con sólo usar mis ojos. Los árboles estaban muy agrupados y no sentí a ninguna otra persona en las cercanías. Sin embargo, vi luces aquí y allá sobre nosotros en los árboles. Gyes continuó caminando un rato, acercándose a uno de los árboles.

Conmigo todavía colgado sobre su hombro, enganchó sus manos en una escalera que yo no podía ver y subió rápidamente. Parecía que me estaban llevando a las copas de los árboles.

Desde allí entramos en un edificio. No había nadie más presente. Era una cabaña desierta hecha de madera. Ahí es donde Gyes me despojó de toda mi ropa.

¿Qué demonios me estaba haciendo? ¡Ni siquiera podía mover mi cuerpo!

Me levantó por el cuello y me arrojó dentro… como si fuera algo. Un momento después, oí el crujido del  hierro y un ruido cuando algo cayó. Entonces Gyes se fue, sin ninguna explicación. Ni siquiera me interrogó.

Después de un tiempo, pude volver a mover mi cuerpo. Produje una pequeña llama en la punta de mi dedo y la usé para revisar mis alrededores. Vi las barras duraderas y me di cuenta de que esto era una celda. Me habían metido en una celda.

Eso estaba bien. A juzgar por la conversación que habían tenido, sabía que esto iba a pasar. Me habían confundido con un contrabandista. Por eso no me entró el pánico. Este malentendido se resolvería pronto. Aún así, ¿por qué la necesidad de desnudarme? Ahora que lo pienso, esos niños también habían sido despojados de toda su ropa.

Tal vez esa era su costumbre aquí. Tal vez la gente beastfolk se sintió humillada por estar completamente desnuda. Aunque sentirse avergonzado de estar desnudo no era una cualidad exclusiva de su raza. Despojar a un cautivo para destruirlo mentalmente era una práctica desde tiempos inmemoriales. Este puede haber sido un mundo de fantasía, pero incluso en mi libro favorito, la mujer caballero fue relevada de sus ropas cuando fue tomada prisionera. Parecía que todos los mundos tenían eso en común.

“Ahora bien…” Envuelto en la oscuridad, empecé a pensar.

Por ahora, me ahorraría hablar con ellos mañana. Incluso si no me creyeran, seguiría estando bien. Al parecer, el hombre mayor había salido a buscar a Ruijerd, en cuyo caso ya debería haberse encontrado con los niños. Ruijerd era una persona fácil de malinterpretar, pero los niños no abandonarían al guerrero que había venido en su ayuda, seguramente. Los niños regresarían sanos y salvos, y yo ya no sería confundido con un contrabandista.

El hecho de que yo no era contrabandista, sino que tenía una relación de trabajo complicada con ellos, probablemente era mejor no decirlo. Ruijerd tampoco quería trabajar con los contrabandistas, así que no diría nada que nos metiera en problemas. Por ahora, la principal preocupación era mi propia seguridad. El guerrero mayor dijo que no me pusiera una mano encima hasta su regreso. Eso significaba que estaba a salvo. Probablemente no me pondrían ningún monstruo tentáculo… ¿cierto?

De cualquier manera, sentí que finalmente había entendido el significado de las palabras de

Gallus. Si esto fuera lo que les iba a pasar, seguramente habrían tenido muchos problemas.

***

Pasó un día entero mientras estaba ocupado pensando en esas cosas. El tiempo era efímero. La mañana del día después de que me metieron en esta celda, apareció un guardia. Era una mujer. Tenía la constitución de un guerrero, pero era más delgada que Ghislaine. Aunque su pecho era igual de enorme.

Le dije: “Me han acusado falsamente, no he hecho nada”. Continué explicando que yo no estaba asociado con esa organización de contrabando, que por casualidad descubrí que esos niños estaban detenidos en ese edificio y que, alimentados por una justa indignación, me puse a liberarlos.

La mujer no escuchó ni una palabra de lo que dije. En vez de eso, llevó un cubo de agua a mi celda y me la tiró sobre la cabeza mientras yo protestaba. Hacía mucho frío, y ahora parecía una rata ahogada. La mujer entonces me miró como si yo no fuera más que basura.

“¡Pervertido…!”

Un escalofrío me atravesó. Allí estaba yo, desnudo, con esta hermosa anciana de orejas de animal que me destrozaba con sus ojos. No sólo me había echado agua helada encima, sino que también había abusado de mí verbalmente. Esto era lo que significaba derribar psicológicamente a alguien.

Parecía que no tenían intención de seguir las órdenes del viejo guerrero. ¿Qué me pasaría ahora…? ¡Ahh, Dios (Roxy), ¡dame tu protección! Y no, Dios-Hombre, ¡no me refiero a ti!

“¡Achoo!”

Bromas aparte, realmente quería algo de ropa. Por ahora, usaría el hechizo de fuego Arde en el Lugar para mantenerme caliente para no coger un resfriado.

Día dos.

Ruijerd aún no había venido a rescatarme. Después de haberme quedado desnudo durante dos días enteros, mi ansiedad comenzaba a aparecer de nuevo. Me preguntaba si le había pasado algo a Ruijerd. ¿Terminó peleando con ese guerrero mayor? ¿O las cosas con Gallus se complicaron? ¿O quizás algo le había pasado a Eris y él se estaba ocupando de eso?

Estaba ansioso. Increíblemente ansioso. Por eso estaba construyendo un plan de escape. A primera hora de la tarde, una vez que terminé de comer, empecé a usar mi magia en silencio. Mezclé fuego y viento, creando una corriente de aire caliente que golpeaba la habitación y hacía que toda la zona fuera agradable y tostada. El guardia, ampliamente dotado, se quedó dormido y comenzó a dormirse. Qué fácil.

Abrí la puerta de la celda y verifiqué que no había nadie más mientras salía del edificio.

“Ooh…”

La visión que se extendió ante mí fue como algo sacado de un sueño. Había un asentamiento construido sobre los árboles. Los edificios estaban colocados entre las copas de los árboles, con andamios alrededor de cada árbol para dar espacio para caminar. También había puentes que conectaban los árboles entre sí para que pudieras ir y venir sin tener que subir y bajar escaleras.

Realmente no había nada en el suelo. Podía ver lo que parecía ser una simple choza y las huellas de un campo, pero no parecían estar en uso. Aparentemente nadie vivía allí.

No había tanta gente. Podía ver algunas bestias por aquí y por allá, correteando por el andamio. Si una persona cruzara un puente, entonces estaría totalmente expuesta a cualquiera que estuviera debajo, y cualquiera que se moviera por debajo estaría completamente expuesto a los de arriba.

Ahora mismo estaba, en todo el sentido de la palabra, totalmente expuesto. Sería difícil escapar sin ser  visto. Aunque si me atraparan, aún podría huir. Si no pensara en las consecuencias, podría prender fuego a un árbol cercano y escapar al bosque en el caos resultante.

Ah, el bosque. No sabía cómo salir. Gyes había corrido a toda velocidad durante mucho tiempo, así que teníamos que estar a una distancia considerable de la ciudad. Aunque corriera con todas mis fuerzas, yendo derecho a vuelo de pájaro, probablemente me llevaría unas seis horas. Y estaba seguro de que me perdería en el camino.

Podría usar la magia de la tierra para construir una torre, dándome un alto punto de vista desde el que mirar hacia afuera. Esa era una opción. Por supuesto, si hiciera algo que llamara la atención, Gyes me seguiría de inmediato.

Todavía no sabía qué había detrás de esa magia que usó. Si no se me ocurre una forma de contrarrestarla en una pelea, podría perder. Además, la próxima vez me cortará las piernas para que no pueda correr. Quizás era mejor que esperara un poco más para que mis circunstancias cambiaran.

Sólo habían pasado un par de días. Ese guerrero mayor aún no había regresado. Ruijerd podría estar buscando a los padres de esos niños. No había necesidad de ser impaciente, decidí, y regresé a mi celda.

Día tres.

La comida que trajo el guardia estaba deliciosa. Era como se esperaba, la tierra aquí era tan rica en naturaleza. Era una diferencia notable con respecto al continente demoníaco. Las comidas consistían en una sopa de pasto salvaje o trozos de carne a la parrilla que eran

difíciles de digerir, pero ambas eran deliciosas. Quizás fue porque me había acostumbrado a

la comida del continente demoníaco. Si esta era la comida que le ofrecían a alguien en una celda, entonces sin duda el resto del asentamiento estaba teniendo un festín.

Cuando halagué la comida, el guardia hizo un gesto con la cola y me trajo otra. Basado en su reacción, probablemente fue ella quien lo hizo. Aunque todavía no me dijo ni una palabra, como siempre.

Día cuatro.

Estaba aburrido. No había nada que hacer. Tal vez podría crear algo con mi magia, pero si lo hiciera, me amordazarían o me vendarían las muñecas. Entonces realmente no habría nada que pudiera hacer. No había razón para arriesgarme a perder la poca libertad que tenía.

Día cinco.

Hoy tengo un compañero de cuarto. Fue llevado por dos bestias a cada lado. Inmediatamente lo arrojaron dentro, haciéndolo caer con una rápida patada a la retaguardia.

“¡Maldita sea! ¡Deberías tratarme mejor que eso!” La gente beastfolk ignoró sus gritos y se fue.

El hombre se frotó suavemente el trasero, susurrando de dolor mientras giraba lentamente su alrededor. Lo saludé en una pose de Buda reclinada, estirado de lado con la cabeza apoyada en mi mano. “Bienvenido al destino final de la vida.” Por supuesto, estaba completamente desnudo.

El hombre me miró fijamente, estupefacto. Parecía un aventurero. Su ropa era toda negra, con protectores de cuero en las articulaciones. Estaba desarmado, por supuesto. Tenía patillas largas y una cara de mono como Lupin III. Llamarlo cara de mono no era una metáfora. Era un demonio.

“¿Qué pasa, novato? ¿Ves algo que no funciona?” Le pregunté.

“N-no, no exactamente como yo lo describiría.” Me miró confundido.

Vamos, me avergonzaré si me miras así, pensé.

“Estás desnudo, pero actúas como si estuvieras muy orgulloso de ti mismo.”

“Hey, novato, mejor cuida tu boca. Llevo aquí más tiempo que tú. Eso significa que soy el maestro de esta celda, tu mayor. Muestra un poco de respeto”, ordené.

“S-sí.”

“¡Su respuesta debería ser ‘sí, señor’!”

“Sí, señor.”

¿Por qué, se preguntarán, estaba actuando tan orgulloso de mí mismo frente a alguien que acababa de conocer por primera vez? Porque estaba aburrido, por supuesto.

“Desafortunadamente no hay alfombra para que te sientes, así que siéntate aquí en alguna parte.”

“Sí, señor”.

“Ahora bien, novato. ¿Por qué te metieron aquí?” Traté de sonar duro cuando pregunté.

Esperaba que mi impertinencia, a pesar de ser más joven, pudiera enfurecerlo, pero él me contestó con una expresión de estupor en su rostro: “Me pillaron tratando de estafarlos”.

“Oho, ¿juegos de azar, no? ¿Restringido Piedra-Papel-Tijera? ¿Cruzamiento con marco de acero?”

“¿Qué demonios es eso? No, dados.”

“Dados, ¿eh?” Probablemente usó dados amañados que sólo aterrizaban en cuatro, cinco o seis. “Un crimen aburrido por el que ser engañado.”

“¿Y tú?”, preguntó.

“Se nota con sólo mirar, ¿no? Indecencia pública”. “¿Qué demonios es eso?”

“Mientras estaba desnudo, puse mis brazos alrededor de un cachorro de color plateado, y luego me arrojaron aquí”, expliqué.

“¡Ah! Escuché los rumores. ¡Algún demonio sexual atacó a la Bestia Sagrada de Doldia!”

Alguien ahí fuera fue muy descarado con sus palabras. Para empezar, era una acusación falsa. No es que ganaría algo reclamando tanto aquí.

“Novato, si eres un hombre, entonces lo entiendes, ¿verdad? La lujuria que uno siente por

una criatura adorable”.

“Ni idea”. Sus ojos cambiaron, y ahora me miró con sospecha. Bueno, en realidad no habían cambiado. Sus ojos habían sido así desde el principio.

“Así que, novato, ¿cómo te llamas?” “Geese”, contestó.

“¿Es usted un militar? ¿Comió más comidas como soldado que las que hay en el cielo?” “¿Militar? No, sólo soy un aventurero, supongo. Lo he sido por un tiempo”.

Geese. Veamos, sentí como si hubiera oído ese nombre antes. ¿Pero dónde? No podía recordarlo. Parecía que había mucha gente con ese nombre, así que probablemente no era el Geese que yo conocía.

“Soy Rudeus. Soy más joven que tú, pero aquí soy tu jefe”.

“Sí, sí.” Geese se encogió de hombros, se inclinó sobre donde estaba de pie y levantó la cabeza. “¿Hm? Rudeus…. He oído ese nombre antes.”

“Estoy seguro de que mucha gente tiene ese nombre.” “Probablemente tenga razón.”

Ahora ambos estábamos haciendo la pose de Buda reclinado mientras nos enfrentamos, aunque uno de nosotros estaba desnudo. ¿No fue un poco extraño, sin embargo? ¿Por qué estaba yo, la persona más grande que ocupaba esta celda, desnudo mientras el novato todavía estaba vestido? Extraño. Muy extraño en verdad.

“Hey, novato.”

“¿Qué pasa, jefe?”, preguntó.

“Ese chaleco tuyo parece cálido. Entrégamelo”.

“¿Qué…?” Geese parecía disgustado cuando dijo: “Bien, aquí”, y se quitó el chaleco antes de arrojármelo. Tal vez era realmente bueno para cuidar de la gente, contrariamente a mi impresión inicial.

“Ah, muchas gracias”, dije, sonando muy educado. “Para que puedas mostrar gratitud”, observó.

“Por supuesto. Llevo días haciéndolo al estilo libre. Por primera vez en mucho tiempo me

siento como una persona de nuevo.”

“Jefe, no tiene que hablar tan elegantemente.”

Así logré la apariencia de un mocoso con mocos recién salido del período Edo. Nuestro guardia nos miró con una mirada hosca en su cara, pero no dijo nada. “Ahora puedo sentir tu calor irradiando desde este chaleco.”

“Hey, ¿no me digas que también te gustan los hombres?” Preguntó Geese.

“Por supuesto que no”, le contesté. “Con las mujeres llegaré a los 40 años, pero a menos que parezcas una mujer, no me interesan los hombres.”

“Así que estás de acuerdo con que parezcan mujeres…” Geese me miró con incredulidad. Pero si conociera a una mujer que fuera su tipo, una que extrajera su Excalibur como Arturo, entonces se convertiría en un Merlín también. En el sentido sexual, por supuesto.

“Por cierto, novato, hay algo que quiero preguntarte.” “¿Qué pasa?”

“¿Dónde está este lugar?” Le pregunté.

“Una celda en el pueblo de Doldia, en el Gran Bosque”. “¿Y quién soy yo?”

“Rudeus. El pervertido desnudo que puso sus manos sobre un cachorro”, respondió.

¡Pero ya no estaba desnudo! Además, era una acusación falsa. No era un pervertido. “¿Y qué hace un demonio como tú en la aldea de Doldia, apostando tu vida?”

Geese explicó. “Ahh, bueno, uno de mis conocidos de hace mucho tiempo era un Doldia, así que vine por si acaso podía conocerla.”

“¿Lo hiciste?” “No lo hice”, dijo.

“Así que aunque no estaban aquí, ¿apostabas? ¿Estafado?” Seguí adelante. “No pensé que me atraparían.”

Este tipo no tenía remedio. Pero tal vez no era inútil.

“Novato. ¿Qué más puedes hacer aparte de estafar?” “Puedo hacer cualquier cosa”, dijo.

“Oho, como si pudieras hacer un dragón con tu propia mano y derribar a alguien con él?” “No, eso es imposible”, respondió. “Apesto peleando”.

“¿Podrías enfrentarte a cien mujeres a la vez?” Le pregunté. “Uno es suficiente, dos como mucho.”

Para mi última pregunta, bajé lo suficiente la voz para que el guardia no pudiera oírnos y dijo: “¿Podrías llegar a la ciudad si salieras de aquí?

Se puso en pie, miró rápidamente al guardia, y luego se rascó la cabeza. Acercó su cara a la mía y habló en un silencioso susurro. “¿Intentas huir?”

“Mi compañero no vendrá, así que sí.” “Ahh, sí, eso es… Bueno, eso apesta.”

Hey tú, ya basta, pensé. Si lo pones así, haces que suene como si mis amigos me hubieran abandonado.

Ruijerd nunca me dejaría así. Estaba seguro de que estaba buscando por todas partes a los padres de esos niños ahora mismo. Eso, o algo había ocurrido y estaba en problemas. Tal vez estaba esperando mi ayuda.

“Huye por tu cuenta entonces. No tiene nada que ver conmigo”, dijo Geese. Le expliqué: “No conozco el camino a la ciudad más cercana desde aquí”. “¿Entonces cómo llegaste aquí?”

“Salvé a unos niños que fueron secuestrados por contrabandistas”, le dije. “¿Los salvó?”

“Y mientras estábamos allí le quité el collar que le habían puesto a ese cachorro, y cuando lo hice apareció de repente este bestia y me gritó. Luego no pude moverme más y me trajeron aquí”.

Desconcertado,  Geese  volvió a  rascarse  la  cabeza. Quizás  no lo  había  explicado lo

suficientemente bien. “Ahh, así que eso es lo que pasó. ¿Fuiste falsamente acusado?” “Exactamente.”

“Ya veo. Sí, entonces por supuesto que querrías huir”. “Por eso me gustaría que me echaras una mano”, le dije.

“No quiero”, contestó. “Huye por tu cuenta si tanto lo deseas.”

Podía decir todo lo que quisiera, pero eso no me ayudó a encontrar el camino. No sería cosa de risa si me perdiera en el bosque en mi camino para ayudar a Ruijerd.

“Pero si es realmente una acusación falsa, deberías estar bien. Lo entenderán”. “Espero que tengas razón”, le dije.

Desde mi punto de vista, Gyes no era de los que escuchan a la gente. Aunque era la verdad que yo había ayudado a esos niños a escapar. Si volvían, entonces los cargos falsos contra mí serían retirados.

“Entonces supongo que será mejor que espere un poco más”.

“Sí, deberías”, estuvo de acuerdo. “Huir no resuelve nada.” Geese volvió a caer sobre su costado.

Decidí esperar como él me sugirió. Afortunadamente, todavía me quedaban opciones. Si llegara el caso, podría envolver toda esta área en un mar de llamas y escapar. Me sentí mal por la tribu Doldia, pero fueron ellos los que me arrestaron por cargos falsos después de todo, así que estábamos a mano.

Aun así, Ruijerd se estaba tomando su tiempo. Asumí que le estaba llevando tanto tiempo encontrar a los padres de los niños, pero aún así, esto era demasiado.

Día seis.

Este apartamento era realmente cómodo para vivir. Se nos proporcionó comida. Estaba equipado con buen aire acondicionado (aunque hecho por el hombre), y aunque al principio me pareció aburrido porque no había nada que hacer, ahora tenía un compañero de conversación.

La cama había sido infestada de insectos, pero gracias al aire caliente que creé con mi magia, todos habían sido erradicados. El inodoro estaba en su habitual estado triste, pero era un poco emocionante pensar en esa hermosa mujer de orejas de animal que limpiaba después de mí.

Aún así, me sentía ansioso por el hecho de que no recibía noticias. Había pasado casi una

semana desde que me trajeron aquí. ¿No se había retrasado Ruijerd? ¿No era normal suponer que algo debió haber pasado? ¿Algún tipo de problema que Ruijerd no podría manejar por sí mismo?

No tenía ni idea de la ayuda que sería si fuera. Quizás ya sería demasiado tarde. Aún así, tenía que irme. Mañana. No, pasado mañana. Yo esperaría hasta pasado mañana.

Una vez que llegara ese día, reduciría esta aldea a un campo en llamas. O no, porque me sentiría mal por hacer eso. En vez de eso, tomaría al guardia como mi prisionero y huiría.

Día siete.

Este fue mi último día viviendo en esta celda. En lo más profundo de mi mente estaba elaborando cuidadosamente un plan, mientras que por fuera comía y dormía lentamente. No podía mantener esto al día; la mentalidad de encerrado de mi vida anterior reaparecería. Mañana, necesitaría mentalizarme.

“Yo, novato…” Llamé a Geese con mi habitual estilo de matón mientras me quedaba en el suelo.

“¿Qué?”

“¿Es esta la única celda del pueblo?” “¿Por qué preguntas eso?”, contestó.

“Bueno, es sólo que normalmente no meten a dos personas en la misma celda sin razón,

¿verdad?” Razoné.

“Normalmente no usan esta celda. Los criminales suelen ser enviados a Puerto de Zant”.

Enviado al puerto de Zant, ¿eh? ¿Entonces la Tribu Doldia sólo arrojó criminales especiales a esta celda? Me confundieron con un contrabandista y también me acusaron falsamente de tentativa de bestialidad en su Sagrada Bestia. Debe haber sido muy importante para el pueblo tener un título tan especial. Eso me convirtió en un criminal aún más extraordinario.

Pero espera.

“¿Entonces por qué te pusieron aquí? Fuiste arrestado por estafa, ¿verdad?”

“No me preguntes a mí. Probablemente porque ocurrió en el pueblo y no fue gran cosa,

¿verdad?”

“¿Así que esa es la razón por la que?”

“Esa es la razón”, respondió.

Algo me pareció un poco raro. Me rasguñé el costado y luego el estómago. Mientras estaba en ello, me rasguñé la espalda. Por alguna razón, me picaba. Tan pronto como me di cuenta de eso, miré hacia abajo y vi que algo saltaba. Una sola pulga, saltando.

“¡Gaaah! Este chaleco, ¡tiene bichos saliendo de él!” “¿Hm? Oh, sí, hace tiempo que no me la lavo”, dijo Geese.

“¡Entonces lávalo!” Me la quité y la tiré. Se agitó mientras volaba, enviando bichos esparcidos por el suelo. Inmediatamente los exterminé a todos con el calor de mi magia de aire. ¡Malditas plagas…!

“Hey, te he estado viendo hacer eso por un tiempo. Seguro que es increíble. Pero, ¿cómo lo haces?”

“El lanzamiento sin voz, usando magia sin un conjuro”, expliqué. “…Huh. Sin un conjuro. Eso es realmente increíble.”

Sí, y ahora que estaba pensando en cómo esos insectos habían estado pululando dentro de ese chaleco, de repente todo mi cuerpo se sintió extremadamente picante. Tendría que curar cada mordisco uno por uno. Quizás fue porque no llevaba nada debajo del chaleco, pero mi espalda parecía tener una cantidad ridícula de mordiscos. Así es, mi espalda. Justo donde mi mano no podía llegar. ¡Gaah!

“Yo, novato”.

“¿Qué?”

“Ven aquí y ráscame la espalda”, ordené. “Pica como el infierno.” “Sí, sí.”

Me senté con las piernas cruzadas y Geese subió por detrás de mí. Empezó a rascarse. “Sí, ahí, justo ahí. Sí, eres muy bueno en esto”.

“Te lo dije, ¿verdad?”, dijo. “Puedo hacer cualquier cosa. Si quieres, puedo masajearte los hombros también”. Cuando Geese dijo eso, puso sus manos sobre mis hombros. Dang. Era realmente bueno en esto.

Instintivamente enderecé mi espalda. “Ooh, eres realmente bueno. Eso se siente genial.

Ahh, la próxima vez ve un poco más abajo. Mm, sí, justo ahí… ¿hm?”

Justo entonces me di cuenta de que algo estaba muy mal. Pero, ¿qué? Algo era diferente

de lo habitual. “Hey, novato…”

“¿Y ahora qué? ¿Quieres que baje más? ¿Quieres que te rasque el culo también?” “No, ¿no sientes que algo es raro?”

“Sí, jefe, eres raro de la cabeza”, respondió. “¡Aparte de eso!” Me puse nervioso. Qué grosero. “Bueno, sí… esa guardia no ha venido.”

Sí, exactamente. Normalmente este sería el momento de nuestra comida del mediodía. Un tiempo en el que comíamos nuestra deliciosa, deliciosa comida antes de poner nuestras manos juntas en agradecimiento. Pero no teníamos reloj, así que era posible que me equivocara de hora. Pero mi dolor de barriga parecía pensar que era la hora del almuerzo.

“Además, suena como si fuera bastante ruidoso afuera.”

“¿De verdad?” Escuché atentamente y con seguridad, oí peleas a lo lejos. Pero también sentí que podía ser mi imaginación.

“También está un poco caliente.”

“Ahora que lo mencionas, es verdad, hoy hace mucho calor”, me di cuenta. “Además, ¿no hay un poco de humo aquí?”

“Ahora que lo mencionas…”

Él tenía razón. Un fino velo de humo gris se había filtrado. El humo entraba por el tragaluz y la entrada principal.

“Novato, préstame tu hombro.”

“Supongo que no tengo elección. Aquí tienes.”

Geese me levantó sobre sus hombros, y desde la vista ligeramente más alta de la ventana del tragaluz, miré hacia afuera.