Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 4

Capítulo 2: Conexiones Perdidas, La Precuela

Parte 1

Al día siguiente, salí y cargué mis brazos con comida de uno de los puestos antes de vagar por los callejones traseros por un rato. La comida estaba asada y ensartada. Había algunas conchas parecidas a las que teníamos en Japón, un pez similar al jurel, y algunas otras criaturas marinas que no pude identificar. El dueño del puesto no aclaró cuáles eran sus mercancías, y los puestos de la calle tenían una variedad de ellas. Así que decidí comprar lo que fuera más fácil de llevar.

La última vez que el Dios-Hombre me dio un consejo, pensé demasiado. Así como un cocinero aficionado agrega demasiados ingredientes a un plato, pensar demasiado me había aterrizado en un montón de mierda figurativa. Esta vez iba a seguir su consejo exactamente. Seguí sus instrucciones sin pensar, compré la comida que me dijo que hiciera, y luego me abrí camino sin pensar a través de cualquier evento que ocurriera en el callejón trasero. Esto era un juego de rol. Lo que ocurriera de aquí en adelante sería completamente imprevisto. Yo no pensaría demasiado; actuaría de la manera más simple posible. A ese idiota le gustaba el entretenimiento. Contaba conmigo para que pensara las cosas de nuevo. Mientras yo no hiciera eso, él no se entretendría.

Esos pensamientos me preocupaban mientras deambulaba sin rumbo durante varios minutos antes de darme cuenta repentinamente de algo.

“Espera, esto es exactamente lo que espera, ¿no?”

¡Me habían engañado! Me guió con su impresionante charla suave y ahora estaba a punto de hacer exactamente lo que él quería que hiciera. Cuando me di cuenta de eso, me cabreó. Estaba bailando justo en la palma de su mano.

Recuerdo su intención original, me dije. Recuerda cómo te sentiste la primera vez que lo viste. El Dios-Hombre no era alguien en quien pudiera confiar.

Muy bien, esta sería la última vez que haría lo que me dijo. Seguiría su consejo y vería cómo salían las cosas esta vez, pero de ninguna manera le obedecería la próxima vez. No había manera de que me convirtiera en su marioneta y dejara que me engañara. ¡Punto!

***

Caminé por el callejón. Yo solo, por supuesto.

¿Por qué tenía que estar solo? Esa fue la parte clave de su consejo esta vez. Debe ser algo que Ruijerd y Eris no aprobarían. No, no lo pienses demasiado, me dije. Si quieres pensar en algo, entonces piensa en lo feliz que serás si resulta ser algo sexy. 

Le había dicho a Ruijerd y a Eris que me quedaría solo todo el día. Era peligroso dejar a Eris a su suerte, así que le confié a Ruijerd su protección. Tal vez los dos se fueron a ver la playa ahora mismo.

“Espera… ¿no es una cita?” En mi mente los vi a los dos juntos en la playa justo antes de que sus siluetas desaparecieran a la sombra de una gran roca.

¡No, no, no, no! ¡No hay forma alguna! Sólo cálmate, ¿de acuerdo? Estamos hablando de Eris y Ruijerd, ¿verdad? Esto no es una fantasía sexual. No es nada más que hacer de niñera. Bebé. ¡Sentado!

 Pero Ruijerd era muy fuerte después de todo, y Eris parecía respetarlo mucho. Últimamente me había tratado como a un Maestro de la Perrera.

No, no, ¿por qué demonios estás entrando en pánico? Me reprendí a mí mismo. Respira hondo, todo está bien. Sr. Ruijerd, no me la robaría, ¿verdad? No tengo nada de qué preocuparme, ¿verdad? Cuando regrese, ustedes dos no se habrán acercado misteriosamente el uno al otro, ¿verdad? Confío en ustedes, ¿de acuerdo?

 En mi cabeza simulé una pelea entre Ruijerd y yo. No había forma de que pudiera ganar en un combate a corta distancia. Si quería tratar con él, tenía que empezar

En mi cabeza simulé una pelea entre Ruijerd y yo. No había forma de que pudiera ganar en un combate a corta distancia. Si quería tratar con él, necesitaba empezar en algún lugar fuera de su rango de detección. Entonces tendría que usar agua para acabar con él. Se metió en el camino de nuestra diversión junto al mar, después de todo. Lo atacaría con agua como retribución por eso. Si produjera una gran cantidad de agua, podría arrastrarlo hasta el océano.

¡El fin! Podía flotar en el mar hasta ahogarse. ¡Mwahahaha!

Espera, no me malinterpretes. Confiaba en Ruijerd. Fue sólo que, bueno, ya sabes, ese dicho. El amor es un campo de batalla, ¿verdad?

Había silencio en los callejones traseros. Incluso las palabras “callejón trasero” evocaban la imagen negativa de un grupo de personajes sin escrúpulos reunidos en un solo lugar. En realidad, niños tiernos e inocentes como yo eran susceptibles de ser secuestrados por caminar por un lugar como este. En este mundo, el secuestro era una de las formas más comunes de delito para ganar dinero. Por supuesto, si alguien fuera tan estúpido como para secuestrarme, le aplastaría los brazos y las piernas con el fin de sacarle la dirección, entonces me llevaría todo lo de valor en sus casas antes de entregarlo finalmente a las autoridades.

“Heh heh heh heh. Niña, si vienes conmigo te daré suficiente comida para que te llenes”.

Como en el momento justo, una voz se filtró a través de uno de los callejones. Rápidamente me asomé en su dirección y vi a un hombre de aspecto sombrío tirando de la mano de una niña que estaba desplomada contra el costado de un edificio.

Era fácil deducir lo que estaba pasando. Sin embargo, el que se mueva primero gana, así que preparé mi equipo. Luego creé un cañón de piedra modificado con la velocidad y la potencia de un golpe de boxeador y lo apunté a la espalda del hombre. Me había vuelto bueno limitando el poder de mis hechizos este año pasado.

“¡¡¡Yowch!!!”

Cuando miró por encima del hombro, disparé otra vez. Esta vez lo reforcé un poco.

“¡Gah!”

El hechizo golpeó su cara con un violento ruido sordo, donde se fragmentó y se derrumbó en el suelo. El hombre trastabilló y tropezó antes de caer. Estaba seguro de que no estaba muerto. Había hecho un buen trabajo restringiendo mi poder.

“¿Estás bien, jovencita?” Traté de verme lo más guay y sereno posible mientras me acercaba a la chica que casi había sido secuestrada.

“S-sí…” Era joven y estaba vestida con un revelador traje de cuero negro: botas hasta la rodilla, pantalones sexys y un top de tubo. La piel pálida en su clavícula, la cintura delgada, el ombligo y los muslos estaban expuestos. Además de todo eso, tenía cuernos como de cabra y cabello púrpura ondulado y voluminoso.

Con una sola mirada sabía que era una súcubo. Una joven en eso. No había duda de que era más joven que yo. Tal vez esta era la forma en que el Hombre-Dios me recompensaba por mi arduo trabajo. Tal vez tenía algo de sentido común después de todo.

No, espera, esto no era una súcubo. Por lo que yo sabía, no había súcubos entre las razas demoníacas. Si no recuerdo mal, los súcubos habitaban el continente Begaritt. Paul tenía una mirada inusualmente tensa cuando me dijo: “Nuestra raza no tiene ninguna oportunidad contra ellas”.

Incluso yo sería impotente frente a una súcubo si realmente me encontrara con una.

Los súcubos eran el enemigo natural de la familia Greyrat.

Aparte de eso, no había monstruos en la ciudad. En otras palabras, no era una súcubo. Sólo era una niña demoníaca con poca ropa.

“Tú….tú ahí, ¿qué has…?” Estaba temblando como un ciervo.

“Este hombre es… ¡es…!”

Tenía una mirada de total incredulidad en su cara. Una mirada de oh, Dios mío, señor, ¿qué has hecho?

 “Ah, lo siento. ¿Lo conocías?” pregunté, inclinando la cabeza. La mirada en la cara de ese hombre de mediana edad no me dio la impresión de que conocía a este chico. Si tuviera que describirlo, era más bien como el aspecto de un hombre que ya ha pasado la flor de la vida, excitado por una niña pequeña. Míralo, su cara rubicunda se torció en una sonrisa a pesar de que estaba inconsciente. No tenía ninguna duda de que él la llevaría a casa y le daría una comida abundante y la metería en la cama, pero a cambio esperaría una noche larga y calurosa.

“Me duele la barriga por el hambre… y este hombre me iba a dar de comer.” Un estruendo ruidoso y gorgoteante puntuó su frase, lo suficientemente fuerte como para que pudiera haber sido la prefiguración de un terremoto. Cuando el ruido cesó, las rodillas de la niña se doblaron y se dobló.

“¿Estás bien?” Me arrodillé y la levanté en mis brazos. No se estaba escapando. No me malinterpreten, sin embargo, la única razón por la que estuve allí fue para seguir el consejo del Dios-Hombre y salvarla. No era del mismo tipo que ese pervertido de hace un momento.

“Guh…urgh…han pasado trescientos años desde que reviví. Desmayarse en un lugar como éste es inconcebible. Laplace no puede saber nada de esto”.

Sentí como si me hubiera tropezado con el set de un mini-drama. ¿Era este atuendo en realidad un cosplay o algo así?

“De todos modos, come esto y recupera un poco de tu fuerza.” Le metí tres de los pinchos fritos que le había comprado en la boca.

Munch, munch. En el momento en que entraron en su boca, sus ojos se abrieron y permanecieron así mientras devoraba la carne en segundos. Luego me arrebató las otras brochetas. Tenía un total de doce, pero en un chasquido de dedos ya se había comido diez de ellas.

“¡Wh-whoa! ¡Delicioso! ¡Lo primero que he comido en un año y es tan sabroso!” La chica parecía haberse recuperado. Saltó al aire desde su posición prona, haciendo una sola rotación antes de aterrizar de pie. Ella estaba inesperadamente en forma.

“¿Un año? No sé cuáles son tus circunstancias, pero eso es un poco extremo”. No era como si fuera un isópodo gigante que podía vivir años sin comer y no morir de hambre.

“¿Hm? Bueno, no es como si hubiera contado la salida y la caída del sol, pero con lo vacío que estaba mi estómago, debería ser un cálculo aproximado”.

Uh-huh. Así que probablemente no había comido en dos días.

“¡En cualquier caso, tú me salvaste! ¡Tú! ¡Puedo durar otro año más con esto!” La joven finalmente se fijó en mí. Tenía los ojos desparejos, uno morado y otro verde. Esto tenía que ser otro aspecto de su cosplay. No, los lentes de contacto de color no existían en este mundo, así que tal vez ese era el color natural de sus ojos.

“¿Oh?” Su ojo derecho giró y se puso azul. ¡B-brusco!

“¡Whoa! Whoa! ¿Qué te pasa? ¡Eres horriblemente repugnante! ¿¡Qué es esto, qué es esto!? ¡hahahaha!” Gritó con demasiada emoción mientras me miraba a la cara.

Sí, no hace falta decir que fue un shock. Hacía mucho tiempo que no tenía a alguien que me mirara a la cara y me llamara asqueroso. Pero yo pensaba lo mismo cuando la miraba. Así que al menos estábamos a mano.

“¿Podría ser eso? Eras un gemelo en el vientre, pero el otro murió cuando naciste, ¿es eso?”

…¿Eh? ¿De qué diablos estaba hablando?

“No, no creo que haya pasado nada de eso.”

“¿Estás seguro?”

“Sí.”

“Pero tu piscina de maná es más grande que la de Laplace.”

¿Mi qué era más grande que quién? No tenía ni idea de lo que estaba hablando. Desde su extraña forma de hablar, hasta sus ojos raros, esta niña fue una gran decepción.

“¡A un lado, di tu nombre!”

“Rudeus Greyrat”.

“¡Muy bien! ¡Soy Kishirika Kishirisu! ¡La gente me llama la Gran Emperadora del Mundo Demoníaco!” Empujó con orgullo sus caderas hacia adelante con las manos apoyadas en la cintura.

Sus muslos aparecieron frente a mí tan repentinamente que saqué la lengua sin pensar.

“¡Aaaaaah! ¿¡Qué estás haciendo!? ¡Eso es asqueroso!” Volvió los dedos de los pies hacia adentro y se frotó vigorosamente los muslos donde yo la había lamido, antes de mirarme fijamente.