Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 4

Capítulo 10: El Camino De La Espada Sagrada

Parte 1

La víspera antes de dejar el pueblo de Doldia, Eris y Minitona tuvieron una pelea. No hace falta decirlo, estoy seguro, pero Eris ganó fácilmente. Por supuesto que lo hizo. Después de todo, pudo seguir el entrenamiento de Ruijerd. Cuando la otra persona era más joven y no tenía entrenamiento, apenas era un oponente. Era más como si el fuerte intimidara al débil.

Pensé que al menos debería avisar a Eris sobre esto. Sabía que ella era ese tipo de persona, pero pronto tendría catorce años. Aunque técnicamente todavía era una niña, a los catorce años era lo suficientemente mayor como para no poder golpear a otra persona indiscriminadamente. ¿Pero cómo iba a decirlo?

Nunca antes había detenido una de las peleas de Eris. Normalmente dejé Ruijerd para ocuparme de ella y de sus disputas en el Gremio de Aventureros. Entonces, ¿qué podría decir en este momento? ¿Debería decirle que los aventureros y las chicas del pueblo son cosas diferentes?

“N-no, es culpa de Tona”, dijo Tersena en protesta.

Según ella, ahora que la temporada de lluvias había terminado, Eris había dicho que iba a dejar la aldea y Minitona trató de detenerla. Eris se alegró de que Minitona quisiera que se quedara, pero explicó por qué tenía que continuar su viaje, señalando que la petición de Minitona era egoísta. Normalmente era al revés con Eris.

Siguieron hablando durante un rato después de eso. Al principio los dos estaban tranquilos, pero su disputa pronto se acaloró. Minitona comenzó a lanzar insultos. Entre ellas había cosas sobre Ghislaine y sobre mí. Eris parecía molesta, pero lo soportó todo y respondió con calma.

Al final, Minitona lanzó el primer puñetazo. Ella fue la que intentó pelearse con Eris. Eso requirió mucho coraje. Le di apoyo para eso. Definitivamente era algo que no podía hacer. Eris no se echó atrás. Como era de esperar, golpeó despiadadamente a Minitona.

“Eris”. “¿¡Qué!?”

Me detuve para reconsiderar la situación. En primer lugar, Minitona debería haber sabido que perdería la pelea, pero aún así se calentó y empezó a lanzar insultos. Incluso después de haber sido pulverizada por Eris, no se echó atrás. El mejor de los adultos se rompió fácilmente al enfrentarse a Eris. Minitona tenía que ser de voluntad fuerte.

“Te reprimiste, ¿verdad?” Le pregunté a Eris.

“Por supuesto que sí”, dijo ella, alejándose de mí. En el pasado, Eris nunca habría tenido piedad de alguien que le enseñara los dientes, ni siquiera siendo un niño. Lo sabía especialmente bien.

***

“Normalmente serías más mezquina con las cosas, ¿no?”

“Sí, bueno, es mi amiga”.

Cuando la miré, Eris parecía avergonzada, con los labios llenos de pucheros.

Hm. Parece que se arrepintió de haber golpeado a Minitona al menos un poco. Eso es algo que nunca había visto antes. En tres meses, tal vez se había convertido en un poco más adulta. Estaba madurando sin que me diera cuenta. En ese caso, sólo había una cosa que decir.

“Será mejor que hagas las paces con ella antes de que nos vayamos mañana.” “…no quiero.”

Sigues siendo una niña, ¿eh?

***

Estábamos ocupados preparando nuestra partida el último día, así que no me reuní con la Sagrada Bestia. En vez de eso, recibí dos visitas en medio de la noche.

“¡Ah!” vino un pequeño grito acompañado de un fuerte estruendo.

Esos dos sonidos fueron suficientes para despertarme. Me levanté, consciente de lo mucho que había bajado la guardia últimamente, y me puse a buscar el equipo que estaba a mi lado. El aura de nuestro intruso era demasiado patética para ser un ladrón. Ruijerd lo habría notado mucho antes de llegar tan lejos. Eso hizo que el silencio del intruso fuera aún más extraño.

“¡Tersena, trata de estar un poco más callada, miau!” Dejé mi bastón. Así que por eso Ruijerd no dijo nada. “Lo siento, Tona, pero está oscuro.”

“Si entrecierras los ojos lo suficiente puedes ver, miau… ¡Ah!” Otro sonido punzante y agudo.

“Tona, ¿estás bien?” “Owie, mew…”

Quizás los dos estaban tratando de susurrar, pero sus voces eran lo suficientemente fuertes como para que yo pudiera escucharles claramente. ¿Cuál era su objetivo? ¿Dinero? ¿Fama?

¿O apuntaban a mi cuerpo?

Bromeaba, por supuesto. Sabía que era Eris.

“Ah, aquí, miau?”

“Olfatea, olfatea… No, no parece ser ella.”

“No te preocupes por eso, mew. Probablemente estén durmiendo”.

Las chicas se detuvieron frente a mi puerta y oí un clic cuando entraron. Cuidadosamente se asomaron y miraron a su alrededor, sólo para mirarme a los ojos mientras me sentaba en mi cama.

“¡Muuuuuuuuuuuuuuu…!” “¿Qué pasa, Tona? ¡Ah….!”

Fueron Minitona y Tersena. Cada uno llevaba un vestido de cuero delgado con un hueco en la parte de atrás donde se asomaban sus colas que se meneaban. Esta ropa de dormir era peculiar de la gente beastfolk, y era verdaderamente adorable.

Hablé tan bajo como pude. “¿Qué haces aquí tan tarde por la noche? La habitación de Eris está al lado”.

“Lo siento, mew…” Tona se disculpó y empezó a cerrar la puerta antes de detenerse repentinamente. “Así es, aún no te lo he agradecido, miau.”

¿Eh, T-Tona?

Minitona habló como si acabara de recordar y se deslizó dentro de la habitación. Tersena la siguió tímidamente.

“Gracias por salvarnos, mew. Me dijeron que podía haber muerto si no me hubieras curado, miau”.

Eso era probablemente cierto. Sus heridas eran muy graves. Al menos lo suficientemente grave como para que yo estuviera bastante traumatizada en su lugar. Pensé que su actitud indomable era impresionante.

“No hay problema”, dije.

“Gracias a ti, yo tampoco tengo cicatrices, miau.” Enrolló el dobladillo de su vestido, mostrando sus piernas desnudas. Estaba lo suficientemente oscuro como para no ver lo que había entre las dos. Dama Kishirika, ¿por qué no tenías ojos de demonio que pudiesen ver en la oscuridad?

“¡Tona, eso es impropio…!”

“No es que no lo haya visto antes, así que está bien, miau.”

“Pero el tío Gyes dijo que los hombres tienen una larga temporada de apareamiento, así que si no te acercas a ellos con precaución puedes ser atacado.”

¿Una larga temporada de apareamiento? Eso fue una grosería. No es que estuviera mal. “Además, si se excita al mirar mi cuerpo, entonces es una buena manera de darle las

gracias…. ¿¡miau!? ¡Hace frío!”

“¡Eso es porque sigues sosteniendo tu vestido!”

En ese momento, ni siquiera estaba concentrado en las piernas de Minitona. Un sudor frío corría por mi espalda mientras enrollaba mis dedos alrededor del bastón que debería haber estado acostado a mi lado. Una viciosa y asesina intención salió de la habitación vecina.

“A-ejem. Aceptaré tu gratitud. Eris está en la habitación de al lado de la mía, así que adelante”.

Así es, no importaba si era una niña. No debería haber mostrado su cuerpo de esa manera. Causaría verdaderos problemas si fuera asaltado por un anciano enfermo que intenta jugar al doctor, después de todo.

“De acuerdo. Pero de verdad, gracias, miau.”

“Gracias”, dijo Tersena. Las dos se inclinaron y salieron de la habitación.

Después de unos instantes, crucé la habitación de puntillas y puse la oreja contra la pared.

Podía oír la voz hosca de Eris en la habitación vecina mientras decía: “¿Qué quieres?”

La imaginaba en su postura habitual, con los brazos cruzados sobre el pecho. Las voces de Minitona y Tersena eran un poco difíciles de escuchar. O tal vez la voz de Eris era demasiado fuerte. Escuché con ansiedad, pero la voz de Eris se fue calmando poco a poco. Parecía que las cosas iban a estar bien. Aliviado, regresé a mi cama.

Las tres chicas pasaron toda la noche hablando. En cuanto a lo que hablaron, no tenía ni idea. Minitona y Tersena estaban lejos de ser maestros de la lengua humana. Eris había aprendido un poco de la lengua de la Bestia, pero no lo suficiente como para mantener una conversación. Me preocupaba si realmente habían resuelto las cosas o no, pero cuando llegó el momento de separarse al día siguiente, Eris cogió la mano de Minitona y se llenó los ojos de lágrimas cuando se abrazaron. Parecía que eran capaces de hacer las paces después de todo. Estaba contento.

***

El Camino de la Espada Sagrada era un camino que atravesaba el Gran Bosque. Construido

hace mucho tiempo por la Santa Patria de Millis, estaba repleto de maná. A pesar de que el área alrededor de ella se inundó, la carretera permaneció seca e intacta. Aparentemente ningún monstruo pondría un pie en él. Nosotros tres estaríamos usando el carruaje tirado por caballos que habíamos recibido de la tribu Doldia para viajar por ese camino, hacia el sur.

La gente beastfolk preparó todo lo que pudimos necesitar para nuestro viaje. El carruaje, el caballo, el dinero para el viaje y los suministros. Podríamos ir directamente a la capital de Millis sin tener que volver al puerto de Zant.

¡Era hora de salir! O al menos eso se suponía, cuando por alguna razón un hombre con cara de mono se nos acercó.

“Oh viejo, este es el momento perfecto. Estaba pensando en regresar a Millis. Déjenme cabalgar con ustedes”, dijo Geese, arrastrándose sin vergüenza dentro de la casa.

“Oh, eres tú, Geese.” “¿Tú también vienes?”

Los otros dos no parecían tan molestos por su apariencia como yo. Cuando les pregunté si lo conocían, su respuesta mostró que poco a poco se había ido acostumbrando a ellos sin que me diera cuenta. Esto incluyó acercarse a Eris, Minitona y Tersena, y compartir anécdotas divertidas. También se había unido a Gustav y Ruijerd durante sus charlas, donde Geese ajustó sus modales para adaptarse al tono de la conversación. Realmente era un hablador suave y hábil en la manipulación. Se las arregló para congraciarse con ambas sin que yo me diera cuenta de nada. Y ambos le habían dado la bienvenida tan fácilmente. ¿Qué, me estaban engañando con Geese?

“¡Muy bien, entonces, vámonos!” Ruijerd declaró mientras el carruaje se ponía en movimiento.

Nos despedimos de la gente beastfolk que se reunió para despedirnos. Fue un poco conmovedor ver a Eris con lágrimas en los ojos mientras miraba a Minitona y a los demás.

Aún así, algo pesado pesaba sobre mi corazón, y fue por culpa de Geese. Si quería acompañarnos, debería haberlo dicho en primer lugar. No había necesidad de que actuara de forma tan sospechosa y se escabullera a mis espaldas. No lo habría rechazado si me lo hubiera pedido. Después de que comimos la misma comida y nos quitamos las pulgas, sentimos que nos distanciábamos.

“Hey, hey, jefe. No me mires así. Somos amigos, ¿verdad?”

Geese debe haber notado la mirada de descontento que sin duda tenía cuando nos sentamos en el carruaje y nos lanzamos por el camino a una velocidad impresionante. Me sonrió y se acercó a mi oreja.

“Puede que no lo parezca, pero confío en mis habilidades como cocinero, ya lo verás.”

Tenía una cara encantadora, y tampoco era un mal tipo. Aún así, desde el incidente con Gallus, tuve la sensación de que había algo más oscuro detrás de todo eso.

“Rudeus”.

“¿Sí, Sr. Ruijerd?”

“¿A quién le importa si va con nosotros?”, dijo.

“¡Maestro Ruijerd!” exclamó Geese. “¡Sabía que lo entenderías! Eso confirma lo que ya pensaba de ti. ¡Realmente eres un hombre entre los hombres!”

“¿Está seguro de esto, Sr. Ruijerd?” Le pregunté. “Este hombre es uno de esos criminales que tanto odias.”

“A mí no me parece tan malo.”

No tenía idea de cuál era la métrica de Ruijerd para medir eso. Geese estuvo bien, pero la doble moral de Ruijerd era mala. No, tal vez todo esto fue el resultado de la suave charla de Geese con él. El mono bastardo seguro que había hecho un buen trabajo.

“Heh heh. Yo apuesto, pero creo que nunca he hecho nada realmente despreciable a otra persona. Maestro Ruijerd, tiene buen ojo para la gente.”

Francamente, tenía una deuda con este hombre. Me dio su chaleco cuando tenía frío, y también me ayudó durante la pelea con Gallus. No estaba seguro de lo que estaba planeando, pero no tenía razón para rechazarlo. Sólo estaba un poco irritado por sus métodos indirectos, eso es todo.

“No me importa si vienes con nosotros, novato. ¿Pero estás seguro de que no tienes miedo de un Superd?” Hablé lo suficientemente fuerte para que Ruijerd pudiera oír. Aún no estaba seguro de si sabía que Ruijerd era un Superd, pero si participaba en sus festividades de bebida, puede que se enterara. No quería que se enterara más tarde y se quejara de lo aterrador que era estar con un Superd.

“Por supuesto. ¿Pensaste que no lo estaría? Soy un demonio, después de todo. He oído hablar de lo aterradores que son los Superd desde que era un niño”.

“Oh, ¿en serio? Sabes, Ruijerd puede que no lo parezca ahora mismo, pero es un Superd.” Cuando Geese escuchó eso, entrecerró los ojos. “Eso es diferente. Me salvó la vida.”

Curioso de lo que eso significaba, miré a Ruijerd, pero sólo agitó la cabeza como si no tuviera idea de lo que decía Geese. Como mínimo, no fue algo que hubiera ocurrido en los últimos tres meses.

“Supongo que no te acuerdas, ¿eh? Bueno, fue hace treinta años, después de todo”.

Geese entonces se lanzó a una explicación. Fue una historia épica que incluyó un encuentro inicial, una despedida, un clímax y una escena de amor. Cuando un héroe increíblemente guapo y duro dijo que iba a emprender un viaje, cientos de mujeres le suplicaron que no fuera. Partió de su ciudad natal a pesar de sus apegos persistentes a ella y encontró una belleza misteriosa cuando llegó a su destino.

Para resumir lo que de otra manera sería una larga historia, cuando Geese todavía era un aventurero novato, Ruijerd intervino para salvarlo cuando fue atacado y casi asesinado por un monstruo.

“Bueno, fue hace treinta años. No siento que le deba nada por ello”, dijo Geese. La tribu Superd daba miedo, pero Ruijerd era diferente, dijo el novato con cara de mono riendo.

Ruijerd se relajó cuando escuchó eso. Sentí como si entendiera el significado de la palabra

karma después de escuchar esa historia. Bien por ti, Ruijerd, pensé.

“Bueno, espero que me dejes quedarme contigo por un tiempo, Senpai~☆”

Y así fue como Dead End ganó un nuevo integrante con la forma de un cara de mono – Espera, ya no era un nuevo integrante. Sólo se quedaba con nosotros hasta que llegamos a la siguiente ciudad, me recordé. Geese afirmaba que era jinxed – cuando estaba en un grupo de cuatro personas, algo terrible sucedió. No tenía palabras sobre cómo se las arregló para que lo metieran en una celda conmigo a pesar de haber evitado a propósito ese maleficio. En cualquier caso, estaba bien que no se uniera a nuestro grupo.

Así fue como comenzamos nuestro viaje con un viajero adicional que nos acompañó.

El carruaje nos llevó por un camino sin escalas que atraviesa el Gran Bosque. Era realmente un camino recto, un camino que se extendía ininterrumpidamente en el horizonte, continuando hasta la capital del país santo. No había ni un solo monstruo, y el agua se drenaba del camino.

Sospechaba de cómo había llegado a ser ese camino, pero Geese me lo explicó. Esta carretera fue creada por el Santo Millis, el fundador de la fe Millis, la mayor denominación religiosa del mundo. Con un solo golpe de su espada, el santo Millis cortó las montañas y los bosques por la mitad, dividiendo en dos a un rey demonio en el continente demoníaco. El camino fue llamado el Camino de la Espada Sagrada con esa historia en mente.

Por mucho que quisiera descartar escépticamente la historia, el maná del santo Millis aún

permanecía. El hecho de que no hayamos encontrado ningún monstruo hasta ahora es una prueba de ello. El carruaje tampoco se había atascado en el barro. Estábamos navegando sin problemas. Fue nada menos que un milagro.

Ahora podía entender por qué su religión tenía tanto poder. Al mismo tiempo, temía el posible impacto negativo que podría tener mucho maná en el cuerpo. Mana era una cosa útil, pero una abundancia de ella podría ser aterradora.

También podría hacer cosas terribles, como convertir a los animales en monstruos y transportar a los niños del Continente Central al Continente Demoníaco. Aunque en este caso, no ser atacado por monstruos nos facilitó el viaje.

Había intervalos fijos a lo largo de la carretera donde se podía acampar. Fue allí donde pasamos las noches. Ruijerd cazaba algo en el bosque para cenar, así que no nos faltaba comida.

De vez en cuando venían beastfolk de un asentamiento cercano a vender sus productos, pero no necesitábamos más alimentos.

También había una gran abundancia de plantas, como se espera de un bosque. Flores que se podían usar como especias crecían en abundancia al borde de la carretera. Utilicé lo que aprendí de la Enciclopedia de Plantas que leí cuando era niño, y reuní algunos ingredientes para sazonar nuestra comida. No era un cocinero muy hábil, pero había mejorado un poco en el último año, aunque sólo iba de terrible a menos horrible.

El Gran Bosque proporcionó ingredientes de mucha más calidad que el Continente Demoníaco. No sólo en términos de bestias, sino también de animales normales. Los conejos y jabalíes sabían deliciosos asados sin condimentos, pero eso no era suficiente para mí. Ya que teníamos los ingredientes fácilmente disponibles, quería comer más platos deliciosos. Yo era codicioso como siempre en mi búsqueda de la buena comida.

Ahí fue donde Geese entró en escena. Tal como había profesado, era un maestro en la cocina al aire libre. Era como una brujería la forma en que tomaba las nueces y la hierba silvestre que yo recolectaba y las convertía en condimentos, inyectando los sabores más deliciosos en nuestra comida.

“Te lo dije. ¡Puedo hacer cualquier cosa!”

Tampoco fue una fanfarronería vacía. La carne estaba realmente deliciosa.

“¡Increíble, abrázame!” Le abracé con mis brazos sin pensarlo bien. A Geese le daba asco.

Me dio asco. Nuestros sentimientos eran mutuos.