Kage no Jitsuryokusha
Volumen 2
Capítulo 8: ¡Hora de mostrar mi verdadero poder!
Parte 2
Cuando Iris entró a la arena, fue recibida por los gritos de admiración de los espectadores.
Esta gran popularidad, era la prueba fehaciente de que ella era la protagonista en este lugar.
Iris se paró en la arena y calmó su mente, mirando a Jimina quien estaba frente a ella.
Jimina Senen, él era sin lugar a dudas, un poderoso adversario. Ella no podía sentir su fuerza con solo verlo, pero sabía que él tenía algo que no podía ser percibido. Su primera impresión de él, fue de alguien con habilidades desbalanceadas, algo desiguales, un chico que engañaba a la verdad.
Sin embargo, Iris no pensó en una derrota, ella tenía que ganar.
Iris creía que ganar en este torneo del dios de la guerra, era su deber.
Ella no tenía ningún tipo de figura política, y lo admitía por sí misma. Por eso, tenía que convertirse en la representación de la fuerza del reino de Midgar.
Por eso, era su deber que todo Midgar se permaneciera tranquilo siempre y cuando ella estuviese con ellos.
No importaba si luego era venerada como algún tipo de diosa, porque ella sabía bien que, al tener solo fuerza bruta como especialidad, ella sería usada como objetivo político.
Sí, o al menos eso creía hasta hace poco.
El verdadero precio por el camino que había elegido, había aparecido cuando trató de hacer las cosas por sí misma. Preocupada por el futuro del reino, ella decidió formar los caballeros escarlata. No obstante, sin presupuesto ni personal que la ayudara, ella no pudo cambiar nada.
Aunque luego se unieran algunas personas, no era lo que ella esperaba o lo que ella había planeado.
Sin embargo, tampoco podía retirarse ahora y dejar que la usaran como objetivo político. Por eso, ella decidió dejarles la política a las personas especializadas en eso, y ella centrarse en lo que mejor sabía hacer.
Ella sabía bien, que la popularidad que tenía con el pueblo, era su fortaleza; además de que ahora, tenía a gente de confianza en los caballeros escarlata. Entonces, lo único que tenía que hacer era ganar el torneo del dios de la guerra, para que su popularidad con las personas se convirtiera en algo inalterable.
Creyéndose eso, Iris tomó su espada esperando el inicio del combate.
En su interior, se disculpó con Jimina. No sabía lo que él ocultaba, pero ella iba a ir en serio desde el inicio, no le iba a dar la oportunidad de mostrar lo que sea que él tuviera bajo la manga.
“¡¡Iris Midgar vs Jimina Senen!! ¡¡Empiecen!!”
Un desenvainé rápido.
Iris se movió al mismo tiempo que dieron la señal de inicio, y luego… se detuvo.
“… ¿Eh?” Dijo ella, dejando escapar una pequeña voz de confusión desde sus pequeños labios.
Por alguna razón, ella sentía que la figura de Jimina estaba mucho más lejos de lo que vio al principio.
¿Acaso cometí un error de cálculo? Pensó ella. Sin embargo, no había ningún error, ella realmente sentía que él estaba más lejos.
No entendía la razón, pero tal vez era a causa de sus nervios. Y aun así, ella se detuvo. Volvió replantearse su estrategia.
Iris volvió en sí, y luego tomó una postura con su espada, realizando una finta sencilla.
En cuando vio que la línea de visión de Jimina entró en rango con su espada, ella lanzó un ataque.
Pero… “¡¿…?!”
Ella se detuvo de nuevo.
Iris movió la parte superior de su cuerpo hacia atrás como si tratara de evitar algo, y luego dio un salto hacia atrás.
Ella vio una espada.
Vio perfectamente como la espada de Jimina cortaba su cuello.
Pero Jimina todavía ni había movido su espada, y por supuesto, ella todavía tenía su cabeza pegada al cuerpo.
“¿Cómo…?” Murmuró, solo pudo hacer eso.
Ella estaba segura que había visto la espada de Jimina. Incluso sintió el abrumador tajo de la espada cortando de forma perfecta su cuello. Ella pensó que estaba perfectamente preparada.
Pero… ella no se preparó para una derrota…, se preparó para morir.
Sin embargo, era como si todo eso hubiera sido una ilusión, pues el mismo Jimina solo estaba parado, sin siquiera una postura.
Ella no podía entender lo que estaba pasando.
Iris volvió a tomar una postura con su espada, y comenzó a moverse en círculos alrededor de Jimina.
Una vuelta, dos vueltas, tres vueltas…
Ella estaba a la misma distancia, pero seguía sintiendo que Jimina estaba más lejos.
“… ¿No vas a atacar?” Preguntó Jimina.
Sin embargo, ella no pudo dar el siguiente paso. Sus instintos le estaban advirtiendo con fuerza que no debía dar otro paso.
“¡¡Haaaaaaaaaaaaaa!!” Iris gritó, como si tratara de cortar sus propias dudas.
Luego de dar un paso hacia adelante y hacia atrás, ella finalmente dio un paso hacia él, el paso más rápido que había dado hasta ahora.
¡Ya veo!
Ella captó directamente la mirada de Jimina.
A la vez, vio como él movía su mirada, como si tratara de señalar algo.
“…. ¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaa!!”
En ese instante, Iris se detuvo.
Ella sintió su cuerpo increíblemente pesado al mismo tiempo que escuchaba un desagradable ruido venir de la articulación de su rodilla.
Sin prestarle mucha atención, Iris se detuvo y luego saltó hacia atrás, rodando por el piso.
Ella lo había visto, ella había visto claramente como la espada de Jimina atravesaba su pecho.
“… No es verdad”.
Sin embargo, su pecho seguía intacto, Jimina tampoco parecía haberse movido.
“Esto es… no puede ser cierto…”
Frente a ella, estaba Jimina parado como siempre, sin siquiera una postura.
“… ¿Qué sucede?” Pregunto él.
Iris estaba temblando por algo que él tenía y ella no podía percibir. Tenía que hacer algo.
Sentimientos de apuro y miedo se mezclaron, haciendo que se moviera una vez más.
Al mismo tiempo, Jimina movió su mirada.
Él miró hacia adelante, apuntando su espada en la misma dirección como si estuviera prediciendo lo que iba a suceder.
En ese momento, Iris vio como su brazo era cortado.
“A-Ahhh…”
Finalmente lo entendió.
Se dio cuenta que Jimina, simplemente estaba haciendo fintas.
Él predecía todos los movimientos de Iris, y solo con su mirada y un leve movimiento de la punta de su espada, él le estaba advirtiendo esto…
Si te acercas, te cortaré.
Con solo eso, Iris tenía una visión de su espada.
Tenía una sensación muy real de cómo esa espada cortaba todo su cuerpo.
De inmediato, ella recordó las palabras que su maestro solía decirle; “El ‘vacío’ del maestro, es la ilusión de una realidad”. Tal y como decían esas palabras, la pequeña Iris estaba bajo la ilusión de su maestro.
Pero lo que estaba haciendo Jimina, era una “realidad” mucho más poderosa que la que hacia su maestro en aquellos días.
¿Eso de verdad era posible…?
Iris no se vanagloriaba de ser la espadachina más fuerte del mundo. Ella sabía que existe gente por encima de las demás personas, y aun así, ella se consideraba una de las espadachinas más fuertes del mundo. O eso pensaba ella.
Y si una simple finta la estaba abrumando hasta este punto…
Entonces, la fuerza de Jimina era sin lugar a dudas, la más grande del mundo. Era fuerza absoluta, capaz de doblegar a cualquier persona.
¿Eso era posible? ¿Realmente era posible? Iris se preguntó eso una y otra vez.
No me dejaré engañar. Pensó ella.
Él todavía no había movido su espada ni una sola vez, así que no tenía que llegar a conclusiones tan rápidamente.
“… No te detengas”. Murmuró Iris, tratando de dominar a sus propios instintos. Ella dio otro paso, ahora con la voluntad de no detenerse pasara lo que pasara. Luego, se escuchó el sonido de una espada cortando el aire, y entonces…
El cuerpo de Iris fue golpeado por un ataqué abrumador.
Su conciencia se había desvanecido por unos pocos segundos, y antes de darse cuenta, ella estaba mirando el cielo.
Iris estaba en medio de la arena, tirada boca arriba.
¿Qué fue lo que ocurrió?
Iris no vio a Jimina usar la espada en ningún momento. Lo único que vio fue su mirada alineándose con la de Iris, y luego sintió aquel fuerte golpe.
Lo único bueno, es que ella no soltó su espada. Iris trató de ponerse de pie lentamente.
“Iris Midgar… ¿en serio eso es todo lo que tienes?” Justo frente a sus ojos, había una espada.
Jimina estaba mirándola en el piso con una mirada inexpresiva.
Aun cuando estaba a una distancia en la que podría tocarlo con solo extender su mano, ella seguía viéndolo demasiado lejos.
Muy lejos…
Ahh, ya veo…
Iris finalmente lo comprendió.
Que ella lo viera lejos no era ningún tipo de ilusión o algo por el estilo.
Sino que él, desde el principio, la estaba viendo desde un lugar muy lejano, muy lejos en las alturas. Una distancia tan alta que Iris nunca podría alcanzar sin importar cuanto tratara de lograrlo.
La espada de Iris cayó al suelo, haciendo un sonido seco.
Aquel sonido hizo eco en todo el estadio, el cual estaba en silencio. Iris Midgar había perdido de un solo golpe.
Todos se quedaron callados, incapaces de aceptar esa realidad.
En medio del silencio, se comenzaron a escuchar unas pisadas detrás de Iris. Poco a poco el estadio comenzó a hacerse ruidoso.
Las pisadas seguían escuchándose hasta que se detuvieron. Todas las personas vieron a la persona que hacía esas pisadas. Incluso el mismo Jimina estaba un poco sorprendido.
“He regresado, padre”.
La persona que había llegado, era la hermosa princesa de Oriana, Rose Oriana.
Rose no estaba viendo a Iris ni a Jimina, su ojos color miel estaban dirigidos únicamente hacia la sala VIP.
***
Iris Midgar cayó con un solo golpe.
Doem estaba boquiabierto ante esa realidad que acababa de suceder frente a él.
Doem, quien estaba conectado con el lado oscuro del mundo, conocía a muchas personas poderosas que superaban a Iris. Pero, incluso el espadachín más fuerte que él conocía,
¿podría derrotar a Iris Midgar de un solo ataque?
No.
La respuesta era no. A menos que la tomara por sorpresa, nadie podría ganarle de un solo golpe.
En pocas palabras, era algo simplemente inaudito.
Por eso, ahora que Jimina había derrotado a Iris de un solo golpe, Jimina se había convertido en el espadachín más poderoso que Doem hubiera visto.
¡¿Como alguien así de joven puede hacer esto…?!
Había sido superado por mucho, nunca antes había recibido tal herida en su orgullo.
El asombro que Doem tenía en su corazón, se fue deformando hasta transformarse en una envidia incontrolable.
Su cerebro negó a Jimina de forma natural.
De seguro, había una razón detrás de la derrota de Iris luego de un solo golpe, o una coincidencia. Si no fue coincidencia, entonces tal vez Iris no estaba del todo bien para el encuentro. O puede que Iris haya sido un contrincante fácil para Jimina por alguna razón externa.
El comportamiento de Iris también era un problema. Ella se detenía repentinamente, como si estuviera asustada de algo, y otras veces se ponía a dar vueltas en círculo alrededor de Jimina. Iris se sentía mal, o Jimina la había amenazado para que perdiera a propósito.
Había muchos materiales para negar la fuerza de Jimina.
Pero, aun así, el instinto de Doem sucumbió ante la espada de Jimina.
Él se dio cuenta que tal vez, el mundo que Jimina ve, no es el mismo que él ha estado viendo hasta ahora.
Su definición de batalla se alejaba de todo lo antes conocido, incluso si entrenaba por cientos de años, él estaba seguro que nunca alcanzaría a ese chico. La espada de Jimina era tan precisa, que podría ser considerada una obra de arte única, una que aprovechaba todos los puntos clave de las armas.
Al mismo tiempo que negaba la espada de Jimina, él comenzó a admirar sus habilidades.
La espada de Jimina tenía algo misterioso en ella, que atraía a las demás personas hacia él, tal y como lo hacía su maestro cuando él era joven.
Crrik, Doem apretó con fuerza sus dientes.
Inaceptable. Él todavía no quería aceptar la fuerza de ese chico.
Doem conocía a muchas personas poderosas, aunque tampoco había visto todo el poder de los altos mandos del culto, por eso, Jimina aun no era el más fuerte.
“Beatrix-sama, ¿qué piensa de este encuentro?”
Doem quería palabras que le ayudasen a negar lo que acababa de ver.
Beatrix estaba viendo a Jimina directamente con sus ojos azules… lo que había en esa mirada era, admiración pura.
“… Quiero pelear contra él”.
“¿Qué?”
En cuanto Doem quiso preguntar los detalles, el público comenzó a alterarse.
Doem miró a la arena y allí estaba ella… “Rose Oriana…”
El rostro de Doem se deformó en una sonrisa. Ella estaba aquí.
Como pensaba, qué mujer tan tonta. No se ha dado cuenta que tanto el reino, como el rey ya son un caso perdido. Gracias a eso, controlo la mitad del reino, y aun así, decidió presentarse en este lugar. Qué princesa tan tonta.
Doem cubrió su boca para cubrir su sonrisa, y luego junto al rey de Oriana, salió de la habitación.
“Mi querida princesa Rose, por fin decidiste regresar”.
En la sala especial, había una escalera que conectaba a la arena. Doem comenzó a bajarlas junto con el rey.
“Rose, me alegra que volvieras. Ven a aquí”. Dijo el rey por orden de Doem. Él ya no era nadie, solo un cascarón vacío.
Doem les dio una señal a sus subordinados mientras bajaba la escalera. Esto era para que estuvieran listos para capturar a Rose.
Rose comenzó a subir las escaleras.
“Padre, he venido a disculparme. Hasta ahora he cometido y sé que cometeré muchos errores, sé que me equivocaré muchas veces. Pero he decido recorrer mi propio camino, creer en mi propia elección y caminar con la frente en alto como la princesa de Oriana, y como tu hija…”
La voz de Rose estaba temblando, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Pero, su mirada estaba llena de determinación.
Doem se dio cuenta de eso al instante, y dio un paso hacia atrás.
Primero hizo que el rey se pusiera adelante. Con el rey como su escudo, ella no podría hacer nada.
Mientras el rey siguiera siendo su títere, sus planes seguirían en marcha.
“Perdono todos tus pecados”. Dijo el rey de Oriana. Pero, esas no fueron las palabras que Doem le había ordenado decir.
“Muchas gracias, padre”.
Luego, eso sucedió en un instante.
Rose desenvainó su espada, y Doem por reflejo, se puso detrás del rey.
Los subordinados de Doem se movieron, pero los movimientos de Rose fueron más rápidos. Doem no podía creer lo que estaba presenciando.
“¡¿Qué?!”
Ella dejó todo atrás, y atravesó el corazón del rey de Oriana.
“Este es mi último deber como princesa… y como hija”.
El rey de Oriana extendió su mano, como si quisiera abrazar a Rose, pero rápidamente, perdió todas las fuerzas y dejó de moverse. La espada que atravesó el corazón del rey también había atravesado el vientre de Doem.
“Muchas gracias por todo lo que hiciste por mí hasta ahora, padre”. Luego, sacó la espada.
La sangre comenzó a salir a montones de su corazón, y luego, él cayó al suelo. De los ojos de Rose, salieron más lágrimas.
“¡¡Malditaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!” gritó Doem.
Doem estaba perdiendo mucha sangre también, pero no era una herida mortal.
Su ira, era por perder a su títere. Con esto, los planes de Doem se habían echado a perder.
“¡Atrápenla de una puta veeeeeez!”
Los subordinados comenzaron a correr hacia Rose. Pero ella no huyó.
Ella puso su espada en su propio cuello, y luego sonrió viendo a Doem.
Acaso ella…
El rostro de Doem se puso pálido.
“¡¡N-No, detenteeeeeeeee!!”
Luego, Rose trató de cortarse con su propia espada, pero… “… ¿Esa es tu elección?”
Con un solo golpe de espada, brillante como una fina obra de arte, la espada de Rose y todas las demás que la rodeaban, volaron por el aire.
Allí de repente, apareció un chico común y corriente.
“T-Tú eres…”
Sin embargo, la espada que él tenía en sus manos, era tan oscura como la noche, de un color negro azabache.
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