Kage no Jitsuryokusha

Volumen 2

Capítulo 3: ¡Los problemas se resuelven con Explosiones!

Parte 1

Ahora estaba en un lugar en ruinas.

Aquella sensación de estar dentro de un sueño, desapareció, y ahora mis sentimientos se llenaban de un ambiente mucho más fresco.

El techo era alto, y todo estaba siendo iluminado por la luz de un círculo mágico.

“Así que este es el centro”.

Violeta-san giró de un lado a otro, observando la sala en la que estábamos.

“¿Y bien? ¿Qué es lo que tengo que destruir?”

No veía ningún núcleo mágico, solo una gran puerta un poco más al fondo de la sala.

“Creo que está al otro lado de esa puerta”.

Violeta-san recorrió el camino hecho de bloque, y luego se acercó a la puerta.

“Ya veo”.

La puerta era inmensa, lo suficientemente grande para que entraran 100 personas a la vez, o bueno, tal vez exagero.

La cuestión es que era grande.

En esta puerta antigua, también había sangre seca, color negro y unas letras antiguas inscritas en su superficie. La puerta estaba sellada con cadenas más gruesas que un cuerpo humano, lo que la mantenía cerrada.

“¿Debería romper las cadenas?”

“Sería lo más lógico”.

Traté de agarrar las cadenas y jalarlas, pero no se movieron.

“Bien, parece que no se puede”.

Aun si pudiera ganar en un torneo de gente sin poder mágico, me era imposible romper unas cadenas tan gruesas con las manos.

Incluso si intento cortarlo con la espada, sería la espada la que se rompería.

“¿Sabes? Debería haber una llave por algún lado”.

“Tiene sentido”.

Encontré la llave en 3 segundos.

Por alguna razón, había una hermosa espada clavada al lado de la puerta, clavada en algo que parecía ser un pedestal.

“Tiene que ser esta”.

“Debe de ser esa”.

El pedestal también estaba cubierto con letras antiguas.

“Parece que las cadenas se rompen con esta espada”. Dijo Violeta-san mientras leía el texto antiguo.

No obstante, me di cuenta de otra cosa. Sí, este tipo de partes donde hay una espada clavada… ya lo había visto antes.

“Pero esta espada no se puede sacar…”

“¿Eh…?”

“Ya conozco este tipo de cosas…”

Traté de tomar la espada para sacarla, pero esta no se movió ni un poco.

“Lo sabía… así que esto es…” Dije pensante.

“Esta espada solo puede sacarla el elegido…”

“¡¿El elegido…?!” Dijo Violeta-san, tocando las letras antiguas con sorpresa.

Luego solté la espada.

“La espada… me rechazó…” Dije con mucho drama de por medio, aunque realmente no sentí ningún tipo de rechazo.

Sin embargo, la espada clavada en un pedestal siempre es signo de que no puede ser sacada a menos que el héroe elegido lo haga. Es una plantilla usada desde la antigüedad.

“Parece que esta espada solo puede ser retirada por la descendencia directa del héroe… eso está escrito. Me sorprende que pudieras leer este mensaje encriptado tan rápido”.

“L-La plantilla me lo dijo todo…”

“Entonces transformaste el patrón de encriptación del mensaje en una plantilla para luego leerlo… ya veo”.

“Sí, algo así”.

Asentí con satisfacción.

No solo era la espada sagrada en el pedestal, sino que esto de romper las cadenas de la puerta con esa espada, eran el tipo de clichés que me encantaban.

Genial, vuelvo a sentir que estoy en un isekai.

“Pero ahora qué hacemos…” Murmuró Violeta-san, sentándose cerca del pedestal.

“¿No hay otra forma?” Dije, mientras me sentaba al lado de ella.

“Al menos no escrita aquí”.

“Ya veo”.

Me quedé pensando en silencio por un rato. De seguro los dos estábamos pensando en cosas distintas.

Luego abrí la boca.

“¿Quieres desaparecer?”

“¿Desaparecer?”

“Ya sabes, si destruimos el núcleo desaparecerás, ¿no?”

“Umm, yo diría más que más que desaparecer, seré liberada”. Dijo Violeta-san, sonriendo, pero sin mirarme.

“¿Qué diferencia hay?”

“Esta es una prisión, donde los recuerdos se repiten perpetuamente. Eso para mí, es algo difícil…” Murmuró con una pequeña voz.

“Ya veo. En ese caso, tendrás que esperar un poco más”.

“¿Esperar…?”

“Pronto solucionaré lo de la puerta, pero parece que primero tenemos que encargarnos de los invitados”.

Una grieta de luz apareció frente a la puerta.

La brecha comenzó a agrandarse poco a poco, y de allí, salió un viejo calvo y una hermosa elfa.

“¿Nmm…?”

“¿Qué sucede?”

“Ah, no es nada. Solo que el rostro de esa elfa se parece a la de una amiga”.

Pero eran diferentes personas. La elfa aquí tenía otra contextura, otra forma de caminar y otros hábitos.

“Oh… así que liberaste a Aurora”. Dijo el viejo calvo mirando a Violeta-san.

“¿Lo conoces?”

“No lo sé. No recuerdo haberlo visto antes, pero como ya sabes, mis recuerdos todavía están incompletos”.

Nosotros seguimos hablando tranquilamente.

“Por desgracia para ustedes, no podrán abrir esta puerta”. Dijo el viejo calvo en tono de burla.

“Qué pena por ti, mocoso”.

“¿Por mí?”

Me señalé a mí mismo.

“No sé cómo terminaste en este lugar, pero ahora tendrás que morir por culpa del capricho de esa bruja. Por supuesto, Olivier se encargará de eso”. Dijo el viejo calvo, y como si fuera una orden, la hermosa elfa dio un paso al frente.

El viejo calvo ni siquiera vale la pena, pero la hermosa elfa sí era fuerte.

“No lo hagas, ella es…”

“Lo sé, es fuerte”.

“Huyamos de aquí”.

“¿Por qué?”

Y seguimos nuestra conversación.

“¡Si quieres culpar a alguien, culpa a esa bruja que tienes al lado… y a tu propia estupidez que te trajo a este lugar! ¡Mátalo, Olivier!”

Olivier-san sostuvo una espada, al parecer era una espada sagrada.

Yo también saqué mi espada, aunque era la espada barata que conseguí en la academia.

Olivier-san se me quedó observando con su mirada vacía.

Comencé a sentir como poco a poco una sonrisa iba formándose en mi rostro.

“¡Espera, no debes pelear contra ella!”

¿Por qué?

Escuché la voz de Violeta-san desde atrás de mí.

La batalla empezó con Cid siendo golpeado.

Él fue mandado a volar con un tremendo impacto, chocando contra la pared que tenía detrás y escupiendo sangre.

Cid estaba a punto de colapsar en el suelo, y aun así, Olivier no titubeó. Ella avanzó y con su espada sagrada apuntó al cuello de Cid.

Su cabeza voló por el aire… había sido una ataque más intenso de lo que cualquiera hubiera pensado.

Pero Cid evitó por poco el golpe de Olivier. Luego él dio un paso más, cerrando la brecha entre ambos.

Sin embargo, esa resistencia no duró mucho.

Cuando  Cid  dio  un  paso  hacia  adelante, Olivier  había  sido más rápida  y  ya  había retrocedido medio paso hacia atrás.

Luego, ella atacó nuevamente, derribando al chico que no había terminado de recuperarse. Se escuchó un sonido de metal roto, la espada de Cid se había roto.

Al menos había podido defenderse, pero su espada se rompió a la mitad y su cuerpo rebotó por el suelo.

Todo era muy unilateral, ni siquiera podía llamar a esto una batalla. Pero era obvio.

No se trataba solo de técnica. Había una diferencia increíble en velocidad, fuerza y resistencia.

Al igual que una batalla entre un adulto y un niño, lo mismo pasaba si un chico sin poder usar su poder mágico peleaba contra un héroe que sí podía usar poder mágico.

De hecho, era un milagro que esto no hubiera terminado con el primer golpe.

“Olivier,  ¿cuánto tiempo más te va a tomar acabar  con ese mocoso?”  Dijo Nelson, chasqueando su lengua con insatisfacción.

En el momento en que Olivier se detuvo, Cid aprovechó para ponerse de pie. Él se limpió la sangre que salía de su nariz, y luego escupió.

Luego vio la media espada que le quedaba e intentó sacudirla. Era como si, pensara en todavía usar esa espada rota.

“¿Qué estás haciendo?”

Nelson preguntó, pero Cid no entendió la pregunta.

“¿Nmm?”

“¿Qué planeas hacer con esa espada rota?”

“Quién sabe, la verdad muy pocas cosas se pueden hacer con una espada ahora”.

“¿Por qué rayos pones esa cara?”

“¿Nmm?”

“Te pregunto que, ¿por qué te estás riendo?”

Al escuchar eso, Cid tocó su mejilla. Ciertamente, él estaba sonriendo.

“Es desagradable cuando una persona no comprende en la posición en la que se encuentra.

Que sepas que sigues vivo por mera suerte”.

Nelson hizo un movimiento con su mano y Olivier volvió a moverse. Ella fácilmente se puso atrás de Cid y blandió su espada.

Él no tuvo tiempo de nada, ni de contratacar, defenderse o esquivar. Lo único que pudo hacer fue inclinar su cuerpo hacia adelante.

Como resultado, la sangre voló por el aire desde la espada de Cid.

Su carne fue rasgada, cortada, pero al menos evitó un golpe fatal. Él estaba alargando su vida de esa manera.

Aun estando indefenso, Olivier no retrocedió.

Fue un avance sin piedad, que no dio oportunidad a ningún tipo de contrataque.

La sangre siguió saliendo a chorros, y el cuerpo de Cid poco a poco comenzó a llenarse de cortes.

Pero él aún seguía con vida.

“Imposible…” Murmuró Nelson. Su voz estaba claramente mezclada con asombro.

“¿Cómo es que sigues vivo?”

Cid verificó que no hubiera más ataques, y luego levantó su cuerpo lleno de sangre.

“Una batalla sin diálogos es monótona. Por eso sigo vivo”.

“¿Qué estás diciendo?”

“Ella no tiene un alma. Por eso no puede responder a mis preguntas”. Dijo él, sonriendo algo decepcionado. Todavía había sangre en su boca.

“¡Ya basta de juegos, mátalo de una vez!”

La mirada de Nelson era la de alguien en frente de algo espeluznante. Olivier volvió a moverse, pero de repente, una sombra se puso en medio.

“Detente”.

Una mujer hermosa, con el cabello negro y ojos violetas. Aurora, prestó su hombro a Cid para ayudarlo a pararse.

“¿Qué sucede?”

“Ya no pelees”. Dijo Aurora.

Era como si hubiera sabido que esto terminaría así desde el principio. Después de todo, Aurora había entendido la fuerza de Olivier desde el momento en que la vio aparecer.

Aurora todavía no tenía todos sus recuerdos. Ella solo recordaba hasta la primera mitad de su vida, y en ese tiempo, nunca vio a Olivier. Sin embargo, por alguna razón, ella entendió que Olivier era peligrosa. Su corazón se estremeció, como si la conociera aun cuando no la recordaba.

Por eso intentó detenerlo.

Pero al contrario de la respuesta que esperaba, Cid no se veía con intenciones de detener la batalla.

Tal vez él podría… pensó ella, esperando un pequeño milagro que quiso dejar de pensar, pero fue demasiado tarde.

Aun así, esto era más que suficiente.

En toda su vida, ella había sido despreciada, nunca nadie antes había peleado por su bien.