Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 4

Capítulo 5: Ejecucion por un cazador de brujas

Parte 3

Parecía haberse incendiado usando magia astral.

—¡¿Están locos…?! —Mismis gritó con el pelo azul despeinado.

— ¡Esto no es un campo de batalla! ¡Esto es un establecimiento en el Imperio o en la Soberanía…!

—No se preocupen por eso.

El hombre enmascarado saltó desde el almacén en llamas, brincando desde una altura de tres pisos. Pero el único impacto de su flexible caída fue tomado por las puntas de sus zapatos.

—Ustedes serán los buscados por destruir propiedad privada. Nosotros fuimos los que los detuvimos cuando se desbocaron. Ni siquiera necesitan ser testigos.

Los perdedores cargarían con toda la culpa de los crímenes. Él había volteado su intento de culpar a la Soberanía por la destrucción de Objeto.

—No tienen nada de qué preocuparse. Sólo relájense.

Una niebla blanca comenzó a acumularse. Dudaban de que fuera un fenómeno natural en el desierto. La niebla se acercó a Jhin y Mismis con una velocidad inusual, como si tratara de engullirlos.

—¿Otra vez? ¡Jefa, por aquí!

Jhin se lanzó desde el suelo, chasqueando su lengua y saltando lejos de la niebla. Esta niebla había sido creada a través del poder astral. Pero eso en sí mismo no podía hacerles daño. La parte peligrosa era que podía cegar a la gente de otros ataques astrales.

…Splish. Escucharon el sonido del agua que goteaba inmediatamente detrás de ellos.

—¡Jhin, viene de detrás de nosotros!

—Lo sé.

Líquido verde se deslizaba sigilosamente hacia sus zapatos. El líquido estaba lleno de burbujas de aire. Algún tipo de veneno paralizante. Si sus tobillos se sumergían en él, se inmovilizarían. Si llegaba a sus brazos, no podría sostener su arma.

—Esto se está volviendo molesto —Jhin se mordió la lengua.

Las habilidades normales del francotirador se vieron considerablemente restringidas en el combate cuerpo a cuerpo.

Después de leer el terreno y la dirección del viento… …y en sólo unos segundos, podía desde ver los movimientos del enemigo, hasta la trayectoria de sus disparos.

Con un enfoque inhumano, afinaba sus sentidos y disparaba a los actores más importantes del grupo enemigo. La guardia del frente lo apoyaría. Si Iska estuviera aquí, habría tomado todo el fuego de los cinco magos y habría creado una “abertura” para que Jhin disparara a Lord Mask.

El francotirador no tenía un sólido control sobre el tiempo o el espacio.

—Puedo ser un señuelo… —ofreció Mismis.

—No es una buena oportunidad. No puede hacer cosas como las que hizo en la torre de la prisión. Hay que pensar en cómo se puede luchar con la mano que le han dado.

Sostuvo su rifle de francotirador y rodó por el suelo. Ni siquiera tuvo tiempo de observar a través de la mira. Intentó una hazaña de una fracción de segundo para apuntar a Lord Mask.

—¿Oh? Parece que eres un acróbata, francotirador.

—No te muevas. No me gusta desperdiciar balas.

—Como quieras.

La forma del hombre enmascarado fluctuó y desapareció. Después de un momento, Jhin escuchó el sonido de un paso silencioso inmediatamente detrás de él.

—No tienes que preocuparte. Terminaré las cosas antes de que necesites disparar tus preciosas balas.

—Tienes razón —Arrastró su cuerpo tan rápido como pudo.

…Esta es la tercera vez. Sabía que el hechicero definitivamente atacaría mi espalda.

Detuvo el cuchillo que el hombre enmascarado había sacado a relucir. El momento en que Jhin vio la hoja del cuchillo brillar en la noche en el borde de su visión, desapareció de delante de él.

—¿Pensaste que sólo podía teletransportarme?

El cuchillo había pasado de la mano derecha del hombre a la izquierda, transportándose a través del espacio.

La mano derecha de Jhin había intentado agarrar el cuchillo, pero cortó el aire vacío.

En cambio, fue apuñalado profundamente por la hoja.

—¡¿Jhin?! —Mismis gritó.

—Parece que ya no puedes llevar tu arma de francotirador.

—No la necesito.

Levantó su mano izquierda. El francotirador de pelo plateado llevaba una pistola automática escondida en la palma de su mano. Aunque no tenía una potencia de fuego fiable, a esta distancia, no tenía miedo de fallar.

—¡No!

—Te lo dije. Eres muy inteligente, pero eres propenso a pensar en círculos.

Jhin había predicho que el hombre iría a su espalda. Incluso si le puso un cuchillo al francotirador, Jhin esquivaría una herida mortal. En ese caso, apuntaría al brazo derecho del francotirador, que llevaba su arma. Si ya no podía usar su arma, no tenía nada que temer.

Jhin predijo perfectamente las ideas de Lord Mask en una fracción de segundo.

—Sabías lo que buscaba…

—Por supuesto.

No pudo teletransportarse lo suficientemente rápido. El arma se disparó.

La pólvora explotó del arma de Jhin. Golpeó. No tenía forma de protegerse. Incluso Lord Mask se había preparado en ese momento.

Pero la bala se detuvo.

El metal rasguñó contra algo. Algo al otro lado del traje negro que llevaba Lord Mask, bajo la tela, detuvo la bala.

—…¡¿Qué?!

—Qué desafortunado para ti, soldado imperial. Bueno, me sorprendió tu inteligencia.

Un agujero se había abierto en el pecho de su ropa negra.

Saliendo del agujero había un pequeño y roto dispositivo que había detenido la bala. Era el dispositivo de grabación que había documentado la conversación de Iska y Sisbell.

A   cambio    de   perder    la   prueba  que   condenaría  a   Sisbell,   el   hechicero enmascarado había ganado.

—¡El planeta me ha sonreído favorablemente! —Le dio un puñetazo a la pistola de Jhin.

—¡Alto!

—Demasiado tarde.

Mientras el hombre enmascarado se alejaba con calma, pateó a Mismis al suelo mientras ella trataba de correr hacia ellos. Se tambaleó ligeramente por el impacto del disparo en el pecho.

—No quisiera arder después de descubrir que tienes una granada o algo más escondido. Voy a escapar.

—…¿Qué… dijiste? —Jhin se limpió el labio partido con su mano.

— ¿Qué fue eso de arder?

—Lo encontramos. Antes de que pudiéramos pensar en comprobar su escondite en el almacén, buscamos en el terreno. Y luego encontramos esto.

Un barril gigante rodó por el camino. Su parte superior había sido removida a la fuerza, y el líquido estaba cubriendo el suelo. El líquido negro liberaba  un intenso hedor. Era…

—¿Gasolina?

—Esta es una instalación de perforación de petróleo. Por supuesto que habrá petróleo refinado por aquí.

En total, tenía que haber por lo menos 230 litros.

La gasolina no se acumulaba en un charco. Se había convertido en algo tan grande como un pequeño lago.

Y daba la impresión de estar rodeando a Jhin y Mismis.

Los cinco magos que estaban de pie frente a ellos mantenían su distancia de la gasolina. Eso significaba una cosa.

—Dicen que nuestra gran venerada Fundadora convirtió la capital imperial en un mar de llamas. Creo que una pequeña represalia no sería tan mala.

El hombre enmascarado levantó ambas manos.

—¡Piensa en esto como la llama de nuestra venganza!

Esto es malo. El francotirador de pelo plateado rechinó sus muelas.

—¡Jefa, corra! ¡Quedará atrapada en las llamas!

—…

—¿Jefa?

—…¡No!

La capitana de pelo azul agarró a Jhin por detrás, negándose a dejar su lado.

—No puedo huir yo sola.

—Gh.

El veneno estaba haciendo que las piernas de Jhin se acalambraran. Lord Mask lo había apuñalado con la hoja de un cuchillo cubierto con veneno astral que había causado esta terrible parálisis. Se concentró en su brazo, y luego circuló al resto de su cuerpo.

El veneno astral desaparecería en unas pocas horas, pero no tenían unos pocos segundos hasta que estuvieran rodeados por el fuego. Mismis había entendido eso.

—Está bien. Vamos a correr.

—¡Mentiroso! No, Jhin, yo…

—El amor es tan hermoso… Pero eso no salvará a tu subordinada, la pequeña señorita Capitana Incompetente —Con la luna detrás de él, Lord Mask chasqueó sus dedos al mago de fuego que lo esperaba.

—Enciéndelo.

No pasó nada.

—…… ¿Qué está pasando? —Lord Mask se giró hacia los guardias detrás de él con frustración. Se dirigió a uno de los cuatro guardias en particular.

— ¿No escuchaste mi orden?

—Yo… lo siento…

Era la voz de una joven, aunque era imposible adivinar la edad de ninguno de los guardias con casco.

—…¡No puedo producir ningún fuego!

—¿Qué?

La bruja que llevaba un traje de piloto de cuero se quitó el guante y lo tiró. Había una cresta astral de color rojo brillante en el dorso de su mano. Como si tratara de apelar a Lord Mask, brillaba con poder.

Estaba usando sus habilidades, pero no apareció ninguna llama.

—Entonces tú…

—¡Es lo mismo para mí…! —respondió otro hechicero.

No podían usar sus habilidades astrales. Aunque sus crestas astrales brillaban, apenas podían crear una brisa pasajera.

—… Espera. ¿Qué es este viento?  —El pura sangre de la Casa Zoa levantó la cara.

Acababa de captarlo. El viento no era frío. Si estaban en el desierto, debería haber sido tan frío como para enfriarlo hasta los huesos.

Pero entonces, ¿qué pasa con este viento? 

Era cálido, casi como una brisa de primavera.

—Esto no es del desierto… ¡No puede ser!

Los cinco pares de ojos de los magos astrales se reunieron en un lugar… a los miembros imperiales allí… al soldado imperial enemigo de la soberanía Nebulis… a la capitana… y a su hombro izquierdo.

—¿Qué es esa cresta astral?

Una brillante luz esmeralda  apareció del hombro izquierdo  de Mismis, envolviéndola como una corriente que fluye y se extiende por el aire. Había producido este viento.

El planeta… no había sonreído a Lord Mask, que había usado el vórtice como un dispositivo de ejecución.