Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 4

Capítulo 2: El paraiso y rechazar a la bruja

Parte 3

La vieron irse, pensando que se veía exactamente como una niña.

—Oye, Iska, ¿alguna vez has visto a la capitana beber?

—No. Creo que está viviendo su tiempo en la isla.

Se estaba desafiando a sí misma a hacer cosas fuera de su zona de confort. La atmósfera del complejo era tan agradable que bajaba la guardia de todos.

—Me preocupa que se emocione demasiado y se quite la venda del hombro, supongo. Su cresta astral definitivamente sorprendería a la gente normal, ¿no? —Nene preguntó.

—Tal vez…

Había ciudadanos en ciudades neutrales y países independientes que temían a las brujas, a pesar de que sus países eran diplomáticos con Nebulis. Las brujas de Nebulis eran conocidas por esconder sus crestas cuando estaban en el extranjero.

…La gente con poder astral tiene el potencial de ser mucho más fuerte que cualquiera con un arma.

… se supone que la gente normal se asustaría.

Había una razón por la que el estado independiente de Alsamira permitía a la gente llevar armas. Estas medidas de defensa personal se instauraron para evitar que el público tuviera miedo de las brujas inmigrantes.

Debido a eso, Iska fue capaz de traer abiertamente sus espadas astrales.

—¿Cómo está tu cresta artificial, Nene?

—Ya casi no se puede ver. No tengo nada que la cubra, pero no se nota, ¿verdad —Nene extendió el dorso de su mano derecha. Era lo justo para que Iska mirara de cerca para verlo.

—Y Jhin dijo que la suya se ha ido. Parece que depende de la persona — dijo Nene.

—Entonces todo de lo que tenemos que preocuparnos es de la Capitana Mismis. Y debemos encontrar una manera de lidiar con ello en los próximos sesenta días…

Podrían esconder la marca de las miradas indiscretas con una venda. Pero el gran problema era la energía astral que se filtraba. Como no podían ocultarla en su situación actual, sería detectada por los sensores del Imperio.

Tenían un plazo de sesenta días.

Si no encontraban una forma de ocultar la energía astral, Mismis ya no podría vivir en el Imperio. Eso significaría el fin de la Unidad 907.

—No deberíamos hablar con la capitana sobre esto por ahora. Haremos el trabajo.

—Estoy de acuerdo. Hace tiempo que no la veo tranquila —Nene se apoyó en la palmera y sonrió abiertamente

— Y puedo pasar el rato contigo y con Jhin.

—Sí. Hace mucho tiempo que no me siento como si estuviera de vacaciones.

Porque pensar en sus “descansos” en la ciudad neutral significaba que Alice estaría en su mente.

Incluso cuando intentaba recordar el museo o la ópera, lo único que ocupaba su mente era su perfil, sus rasgos llamativos y su sonrisa confiada. Pero sobre todo, pensó en sus labios, que eran del color de las flores de cerezo, y…

…¿Qué estoy pensando?

…¡Estoy en un resort para olvidarme de mis deberes y obligaciones con respecto a la Soberanía!

En ese momento, Jhin regresó con jugo para todos.

—Bienvenido de nuevo, Jhin. ¿Eh? ¿Dónde está la Capitana Mismis?

La Capitana no estaba en ningún lado después de que ella había ido con Jhin a comprar cerveza.

—¿Su pedido fue después del tuyo o algo así?

—La atraparon —respondió el joven de cabello plateado, simple y sencillo

— La detuvieron los guardias para interrogarla. Le dijeron que sacara su identificación.

—¡¿Qué… qué significa eso?! —Nene hostigó a Jhin

— ¿Descubrieron la cresta astral de la capitana y…? Eso sería un desastre…

—No, fue la cerveza.

—¿Cómo dices?

—Fue atrapada por beber siendo menor de edad. Nadie pensaría que la jefa es una adulta.

—…Oh, entiendo —respondió Iska.

—…Ya veo —dijo Nene.

—Como dije, la cerveza no es para niños —refunfuñó el francotirador, sorbiendo jugo de coco.

***

El sol se estaba poniendo.

Mientras Iska se dirigía al hotel a través de las zonas comerciales, sus mejillas fueron rozadas por la suave brisa.

—Iska, el viento se ha vuelto más frío —dijo Nene.

—Los desiertos se enfrían por las tardes. Creo que hará más frío cuando sea de noche.

Las arenas del desierto ardían como una sartén por la tarde y se enfriaban como el hielo por la noche. Mientras tanto, la zona comercial no mostraba signos de decaimiento, atestada por más gente por la noche. Los restaurantes y bares estaban empezando a ganar dinero por la noche.

—¡Ese restaurante tiene una larga fila!

—Eso es lo que pasa cuando es la hora de la cena. Parece que es popular. ¿Qué tal si venimos mañana, ya que la capitana Mismis está agotada hoy?

Iska caminaba junto a Nene, sosteniendo la bolsa con el traje de baño de Mismis y otros efectos personales. En cuanto a la propia capitana…

—¿Jhin? ¿Cómo está la Capitana Mismis?

—Está dormida.

La Capitana Mismis se lo había pasado de maravilla. Jhin la llevaba en su espalda mientras ella roncaba de una manera linda.

—Creo que la cerveza ayudó. Un sorbo, y se quedó dormida.

—Nada menos que lo que yo esperaría. Oh bien, Jhin, ¿podrías llevar a la capitana de vuelta a la habitación? Iremos a comprar la cena al mercado de allí.

—No se pierdan —Jhin se alejó, cargando a la pequeña capitana en su espalda.

Cuando pasó la intersección, Nene dio la vuelta.

—Iska, ¡¿puedes esperar aquí?! ¡Regresaré enseguida!

—¿Qué? ¿No íbamos al mercado?

—… —Nene señaló sin palabras los baños públicos en la intersección—.

…Uh… ya que tomé ese jugo antes…

—Tómate tu tiempo.

—Volveré en seguida —Nene corrió tan rápido como pudo hacia el baño.

Iska se paró frente a la intersección, esperándola.

Empezó a recordar cómo la Capitana Mismis le dijo que quería comer una barbacoa mañana. Iska vagamente notó que la luz giraba y…

—¡Uf! ¡Hay demasiados hoteles idénticos en este complejo! ¡Los mapas son difíciles de leer, y hemos perdido a Shuvalts!

Iska escuchó la voz de una chica que sonaba como una campana. Los pasos se acercaron por detrás de él.

—¡¿Ah?!

Alguien se estrelló contra Iska por detrás.

La chica dejó caer su mapa y cayó en el camino, golpeándose la cadera.

—¡Oh! ¿Estás bien?

—Ouch… M-mis disculpas. Estaba distraída y mirando el mapa, así que…

La chica tomó la mano de Iska mientras él la levantaba.

Se quitó la arena de su elegante vestido antes de inclinar la cabeza de forma sugerente. Él le echó una mirada a sus ojos.

-¿Alice?

Sus ojos lo engañaron por un momento. Iska no fue del todo culpable.

Después de todo, tenía ojos dulces y un pelo brillante que era rubio fresa. Sus mejillas y labios sonrojados estaban llenos de vida. Parecía una muñeca.

Debía tener unos catorce o quince años. Aunque era joven, poseía una cierta belleza y magnetismo que le recordaba a Iska a la Bruja de la Calamidad Helada.

—¿…Um?

—..¿Tú eres…?

Iska había perdido su habilidad para hablar. La chica abrió mucho los ojos con asombro.

Había una razón para esto…

“Shhh, guarda silencio. Te voy a dejar salir ahora mismo.” “¿Por qué?… ¿Por qué estás… dejándome escapar…?”

Un año antes, durante cierto incidente, Iska perdió su título de Discípulo Santo al dejar salir de la cárcel a una joven bruja.

Y esa misma chica estaba frente a sus ojos.

—Tú eres de…

—Ngh —Sus hombros temblaban.

Su reacción no dejó lugar a dudas. Ella lo recordaba claramente.

…Pensé que no volvería a ver a esta persona… ¡especialmente aquí y ahora!

Con la naturaleza de un estado independiente, había técnicamente una posibilidad de que se encontraran de nuevo. El Imperio y la Soberanía tenían un largo pasado de negociaciones con el país para aliarse con ellos.

Pero nunca hubiera esperado un encuentro con esta joven bruja justo después de su reunión con Alice.

—…

—…

Ambos se miraron directamente, sin poder pronunciar otra palabra. El silencio significaba su tensión y confusión interior.

—¡Perdón por la espera, Iska!

—¡¿Whoa?! —Él giró hacia Nene, cuya cola de caballo se balanceaba mientras corría.

—¿Eh? ¿Qué pasa?

—B-bueno, um… no la conozco. Um… ¡Cierto! Ella me estaba preguntando una dirección.

—¿Quién?

—¿Qué? Eso…

Finalmente se dio cuenta de que la chica ya se había ido de su lado, corriendo por la calle como queriendo escapar.

Su brillante pelo rubio casi inmediatamente desapareció entre la multitud.

—…

—Iska, ¿qué pasa?

—…Uh, nada. Tenemos que ir a comprar al mercado. Muévete, Nene.

Le dio un codazo a Nene por detrás para que empezara a caminar mientras ella inclinaba la cabeza.

Los caminos se estaban calentando. Él pensó en donde se había ido la bruja, recorriendo las calles ella sola…