Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 4

Capítulo 1: De vacaciones

Parte 1

—¡Iska! ¡Aquí! ¡Vamos! ¡Acelera el ritmo!

—Oiga, Capitana Mismis, ¡¿qué está haciendo?! ¡Esperaré aquí, así que por favor siga adelante con Nene!

—Estará bien. Sólo estás acompañando a algunas chicas en un pequeño viaje para ir de compras. ¿No suena divertido?

—¡Tiene que estar bromeando!

Yunmelngen, capital del Imperio, la nación más grande del mundo, respaldada por el ejército más combativo que jamás haya pisado la tierra.

En un centro comercial construido en la zona de negocios, Iska fue capturado por la Capitana Mismis, quien ahora lo arrastraba por sus pasillos.

—¡Mira  tu  pequeña  cara  roja!  Estás  exagerando,  Iska.  Sólo  vamos  a escoger algunas ropas juntos.

—Realmente  preferiría  no  hacerlo  —Se  enfurruñó,  arrastrado  por  su capitana, que no mostraba signos de relajarse.

Iska tendría diecisiete años este año. Tenía el pelo marrón oscuro. Era parte de la Tercera División de Defensa Especial en el ejército, lo que significaba que tenía el deber de proteger a la población de las brujas de la Soberanía Nebulis, el mayor enemigo del Imperio.

…Al menos, eso era lo que debía hacer… en cambio, estaban en el centro comercial.

—¡Cada fibra de mi cuerpo y alma está pidiendo a gritos unas vacaciones, Iska! —La pequeña capitana se dio la vuelta, apretando el puño.

La Capitana Mismis Klass era más de una cabeza entera más pequeña que Iska y mostraba un rostro amigable. Se veía exactamente como una niña a pesar de ser una mujer adulta con veintidós años.

—¡Arriesgamos nuestras vidas luchando cada día! A veces tienes que dejar tus deberes a un lado y darle un descanso a tu mente. ¿Verdad?

—Claro.

—¡En ese caso, es tu deber acompañar a tu capitana en sus vacaciones!

—¡¿Y    qué  hay   de   mis   planes?!  También  me   gustaría  olvidar   mis responsabilidades y tomarlo con calma.

—Oh, eso no es muy maduro, Iska. Como miembro de la sociedad, no deberías olvidar tu lugar en la vida. Estás bajo mi supervisión las 24 horas del día, hasta en tu tiempo libre. Hehheh.

Mismis miró a Iska con alegría.

Como lo mencionó la capitana, estaban en medio de unas largas vacaciones, sesenta días de descanso.

Iska nunca había tenido un descanso tan largo.

—Iska, ¡vamos! Nene nos está esperando.

—…

—¡Hace tiempo que no me pongo uno de estos! ¡Estoy tan emocionada!

¿Qué tipo de patrón debo buscar? ¿Qué piensas, Iska?

—Ni siquiera sé qué decir —respondió mansamente, mirando hacia abajo con vergüenza.

Todos los demás clientes eran mujeres. Como era un chico, Iska sobresalía por ser el único hombre. Todos le disparaban dagas.

—¡Whoa! Mira esto, Iska. ¡Este traje de baño es tan escandaloso! Quiero decir, ¡es básicamente sólo unas pocas cuerdas!

Estaban en la sección de trajes de baño para mujeres.

Mismis estaba mirando las rebosantes estanterías, señalando los mejores con diversión. En cuanto a Iska, no podía ni siquiera levantar la cabeza.

Las miradas de las otras clientas eran tan dolorosas. Iska era el único hombre en esta sección de la tienda.

¿Por qué está en esta tienda? Sintió que podía escuchar su monólogo interno.

—Al principio estabas a favor. ¿Qué sucedió?

—Me dijo que íbamos a ir de compras. No tenía ni idea de que hablara de trajes de baño…

—Hee-hee. Oh, vamos.

Su superior tomó un traje de baño con estampado de leopardo que era muy maduro. Era como si ella intentara intencionadamente llamar su atención.

—Iska, sé honesto.

—…¿Sobre qué?

—Que verme en traje de baño te hace el hombre más feliz del mundo.

—Nuh-uh.

—Entonces, ¿te gusta este o el de las cuerdas? ¿Hmm? ¿Ninguno de los dos? ¡Eres tan audaz, Iska! Hee-hee. ¿Qué puede hacer una chica?

—…Siempre y cuando esté disfrutando, Capitana —Iska suspiró mientras ella continuaba recorriendo la tienda con gran entusiasmo.

¿Por qué estaba él aquí?

Para empezar, era extraño que el cuartel general les ordenara tomarse unas largas vacaciones.

Pero  había  una  cosa  que  él  sabía  con  certeza:  Necesitaban  usar  estas vacaciones para permitir a la capitana Mismis salir de la capital lo antes posible.

En su estado actual, era una enemiga del Imperio… porque se había convertido en una bruja, una que trae la calamidad al Imperio.

Todo se había derrumbado hace diez días.

Justo después de que Iska escapara del Paraíso de las Brujas y de las garras de la Bruja de la Calamidad Helada, Alice, regresando al Imperio.

***

El Imperio Celestial. La fortaleza unificada. También conocido como el Imperio para abreviar.

Alabado como una utopía mecánica, el país tiene el ejército más grande del mundo, respaldado por una experiencia en maquinaria que se presta para el desarrollo de armas.

¿Era la guerra el objetivo del ejército?

El cuartel general respondería no a esta hipotética pregunta.

Su propósito era simplemente purgar el mundo de brujas y hechiceros.

En última instancia, afirmaban que su razón de ser era proteger a la humanidad. Para cumplir con su misión, el ejército crecía día a día.

En la puerta de la zona militar de la capital central… “Sujeto de prueba: Iska”.

—El médico terminó un examen de cuerpo completo y evaluó los riesgos de contaminación. El psiquiatra analizó tu estado mental. Todo en orden.

Psssh. La puerta de la habitación clasificada se abrió en el centro médico militar.

—La inspección está completa. Por favor, salgan —instruyó la voz de una mujer desde el techo.

Era monótona, como si una máquina usara voces humanas para hablar.

—Gracias por su servicio. Se les ha concedido permiso para entrar en la capital.

—…¿Me va a decir los resultados del examen?

—La institución ya ha notificado al Cuartel General.

Lo que significa que no tenía la autorización para escuchar el informe. Iska notó esto, asintiendo con una sonrisa afligida.

—¿Y los otros?

—No encontramos nada inusual con la Capitana Mismis o los otros dos individuos. Por favor, únete a ellos en el vestíbulo del primer piso.

—Bien… Gracias.

Se cambió de la bata médica blanca a su uniforme de combate bastante usado, antes de seguir las instrucciones de dirigirse al vestíbulo. Tres caras familiares le esperaban.

—¡Hey, Iska regresó! ¡Dijeron que estaba bien!

Nene fue la primera en gritar, trotando hacia él mientras su voluminosa cola de caballo roja se balanceaba detrás de ella.

Era su ingeniera de comunicaciones y ya reconocida como una mecánica de primer nivel a los quince años.

—Nada salió mal en el examen, ¿verdad? ¿Verdad? —Nene presionó.

—Obviamente.

—Gracias a Dios —Nene calmó su corazón acelerado.

Eso parecía dramático, pero incluso Iska había estado tenso mientras esperaba escuchar sus resultados.

…Por supuesto que el gobierno sospecharía si volví “en una pieza”… …aunque soy un soldado imperial que salió vivo de una situación de rehenes en la Soberanía.

La Soberanía Nebulis. El Paraíso de las Brujas.

Sólo unos días antes, Iska estuvo cautivo como su prisionero.

“Lo derrotaré”.

“A cambio, como condición para mi liberación, debes prometer que no interferirás mientras mi unidad y yo volvemos a la frontera.”

Pasaron la frontera de la Soberanía y llegaron a una base aérea Imperial viajando a través de unas pocas ciudades neutrales. Una vez a bordo del transporte aéreo, lograron regresar a casa hace ocho horas.

¿Significaba eso que todo estaba arreglado?

Bueno, el cuartel general les ordenó que se sometieran a exámenes físicos… esencialmente, controles de salud.

—¿Qué examinaron, Nene?

—Um, sólo esto – observar cómo mi cresta ha estado cambiando.

Nene estiró su brazo como si estuviera mirando un reloj de muñeca. Una débil marca roja pulsaba en el dorso de su mano.

Era una cresta astral, la marca de una bruja poseída por el poder astral. Si hubiera sido real, Nene habría sido capturada en el acto.

—Creo que la tuya está empezando a desaparecer, Nene.

—Sí, Risya dijo que duraría una semana como máximo.

La cresta de Nene era falsa, como un bronceado artificial. Fue irradiada con una pequeña cantidad de energía astral, lo que causó que esta marca apareciera en su piel.

… Una breve exposición no es suficiente para poseer  a alguien con poder astral… … y es por eso que no se ha convertido en una bruja. Esa era su lógica.

Iska tenía un vago entendimiento de la teoría, pero no podía imaginar la tecnología que podría hacer que esto sucediera.

—¿Qué hay de ti, Jhin?

—La mía no ha cambiado todavía. Parece que hay pequeñas diferencias individuales.

Jhin era el francotirador sentado en una de las sillas, apoyándose perezosamente en su respaldo.

Era un año mayor que Iska y tenía 18 años, un joven con cabello plateado que es directo, ojos grises y afilados, y una cara seria.

Vestía un uniforme de combate gris y tenía un estuche con su rifle de francotirador bajo el brazo.