Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 3

Capítulo Extra: La Princesa De Asura Y El Ángel

Parte 1

 

 

Ars, la capital del Reino de Asura, era la ciudad más grande y poblada del mundo. En su centro, había un castillo de paredes blancas -naturalmente suficiente, se dice que es el más grande y hermoso del mundo. Era conocido como el Palacio de la Plata, y era la residencia de la familia real.

Dentro de sus muros, había una lucha feroz, fea y perpetua por el poder que ocultaba su apariencia inmaculada. Los nobles del reino nunca se cansan de conspirar, engañar y traicionar a los demás. Lucharon día y noche.

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El mundo de este palacio era pequeño e infernal, un lugar donde se decía que no se podía confiar en nadie.

***

 

 

 

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Además de las residencias de la familia real, el Palacio de la Plata contenía una serie de espléndidos jardines.

Estaba el Jardín de las Rosas, lleno de plantas con flores rojas; el Jardín de las Peonías, lleno de plantas con flores negras; el Jardín de las Hortensias, lleno de plantas con flores azules; y finalmente, un lugar donde sólo florecían las flores blancas: el Jardín de los Lirios.

Este último era el favorito particular de cierto personaje.

Se llamaba Ariel Anemoi Asura y era la segunda princesa del Reino de Asura. De su madre, la reina consort, una famosa belleza, heredó hermosos rasgos y brillante cabello dorado; de su padre, el rey, heredó una voz inigualablemente bella. Y aunque todavía no era mayor de edad, su carisma era abrumador. La mayoría de los residentes de la capital ya hablaban de ella como la princesa más bella que jamás haya existido.

Una vez cada tres días, esta joven venía al Jardín de Lirios. Se sentaba en una mesa de color blanco puro, acompañada sólo por su caballero guardián y su mago, y en silencio tomaba su té.

En esos momentos, la vista de ella era lo suficientemente encantadora como para hacer suspirar a cualquier mujer con anhelo, y tan fascinante que ningún hombre podía evitar mirarla. Su belleza, como la de un hada de algún cuento popular, era tal que parecía grosero incluso acercarse a ella. Por lo tanto, nadie subió a hablar con la princesa cuando visitó el Jardín de Lirios. Ni una sola alma se atrevió a intentar beber té con ella.

Sentada a solas en su mesa, disfrutó de su momentáneo respiro sola, intercambiando sólo unas breves palabras con sus dos guardianes.

Su caballero guardián era un niño de gran belleza por derecho propio. Tenía un hermoso pelo castaño brillante y rasgos faciales fuertes; su nariz estaba bien formada, su mandíbula bien definida.

Su nombre era Luke Notos Greyrat. Segundo hijo de la familia Greyrat, una de las cuatro grandes casas provinciales del reino, era un joven y talentoso caballero que ya había alcanzado el rango intermedio al estilo del Dios Espada. No había ni una sola chica dentro del castillo que no lo conociera. Aunque todavía en sus primeros años de adolescencia, ya poseía una lengua plateada, y nunca perdió el interés de ninguna dama con la que conversaba. Con su aspecto apuesto y su mente inteligente, se le dijo que entrara a cada hija noble que se cruzara en su camino. Como mínimo, ningún otro hombre del castillo era tan admirado por las chicas de su edad.

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El mago guardián de la princesa era algo mayor, tal vez dieciséis o diecisiete años, un hombre joven más que un niño.

Aunque no era tan apuesto como Luke, seguía siendo guapo en todos los sentidos; su rostro algo delgado poseía un atractivo agradable. Su presencia añadía un toque de encanto lúdico que complementaba la belleza de los otros dos, lo que hacía aún más difícil para cualquiera imaginarse acercándose a ellos.

Se llamaba Derrick Redbat, tercer hijo de la conocida casa Redbat, y era un mago de rango avanzado que se había graduado en el ilustre Instituto de Magia Asura.

¿De qué hablaban estos tres cuando estaban solos? Era una cuestión de máximo interés para todos los jóvenes que vivían en el Palacio de Plata, pero ninguno de ellos sabía la respuesta. En ese día, como en muchos otros, estaban conversando tranquilamente en el Jardín de Lirios.

“Bueno, entonces, ¿de qué color eran?”

Las palabras de Ariel resonaron débilmente por el tranquilo jardín. Su voz era en verdad extraordinariamente bella; el sonido de la misma me hizo pensar en el tintineo de las campanas.

“Un hermoso tono de rosa… Ah, pero con un matiz naranja también”, contestó el joven caballero Luke desde el otro lado de la mesa, donde estuvo presente. Su propia voz era algo aguda, como cabría esperar de un chico de su edad, pero tenía claridad y plenitud.

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Derrick, el mago guardián de la princesa, escuchó en silencio. La expresión sombría de su cara sugería que estaba reflexionando sobre sus palabras.

“Personalmente, prefiero los brotes de cerezo en un campo de porcelana blanca…”

“Con todo respeto, Señorita Ariel, siento que los que se vuelcan hacia adentro también tienen un cierto atractivo.”

“¡Dios mío! ¿Te gustan los invertidos?”

El tono de Ariel fue algo impactante, pero Luke respondió con calma.

“Bueno, admito que no soy especialmente particular cuando se trata de esos detalles. Al final, el tamaño es lo único que realmente me importa”.

Ariel suspiró y agitó la cabeza.

“Honestamente. No tienes ningún gusto, Luke.” En respuesta, Luke simplemente se encogió de hombros.

¿De qué estaban hablando exactamente estos dos, uno podría preguntarse? “En cualquier caso, ¿qué le pareció esta nueva criada? Sarisha, ¿verdad?”

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“Su cuerpo era  muy sensible, y su inocencia era encantadora. Fue una noche muy agradable”.

La respuesta fue bastante simple: Luke había estado describiendo los pezones de la chica con la que se había acostado el otro día.

“¿Es eso cierto? Hmm. Ahora me has hecho querer pasarla de contrabando a mi alcoba de alguna manera.”

“Estaré encantado de ayudar, mi Señorita.”

“¿Oh? ¿Ya estás preparado para tirarla a un lado, después de acostarte con ella sólo una vez?”

“Me temo que los pechos de Sarisha no eran lo suficientemente grandes para mi gusto.”

Ariel y Luke, en marcado contraste con sus apariencias, eran de hecho un par de jóvenes filántropos lascivos. Durante algún tiempo, habían estado atacando indiscriminadamente a las doncellas del palacio y a las hijas de los nobles de rango medio.

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“Nada es más emocionante que burlarse de chicas guapas como esa, si me preguntas. Me imagino que Sarisha gritaría muy bien…”

Sólo un número limitado de personas en el palacio eran conscientes de ello, pero la Princesa Ariel era bisexual y sádica. Muchos entre la nobleza asurana poseían extraordinarias tendencias sexuales, y ella ciertamente no era una excepción. Luke no era un caso tan extremo, pero su amor por las mujeres de senos grandes no tenía límites.


Escondidos a la sombra de su apariencia exterior y reputación, los dos vivían vidas despreocupadas y de placer, indiferentes a la conspiración y la intriga que definía la corte real de Asura.

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En este caso, no eran nada inusuales para los de su rango. La mayoría de la nobleza se entregaba a un comportamiento igual de escandaloso, o incluso más. Asura era un reino con 400 años de historia que nunca había conocido la guerra ni el hambre. Para muchos de sus miembros de la clase alta, el gusto demostrado por la decadencia era una especie de símbolo de estatus. Ariel y Luke eran todavía jóvenes, pero ya estaban inmersos en las diversiones de su clase.

Sin embargo…

“Luke. Señorita Ariel. Creo que sería mejor que te comportaras… con un poco más de discreción.”

Derrick era un hombre con una mentalidad más convencional. En gran parte, esto se debió a que los Redbats eran simplemente una nobleza provincial de rango medio. Vivían en un mundo totalmente diferente al de la decadencia de la capital.

Uno podría preguntarse por qué a un hombre tan joven se le ha concedido el prestigioso papel de guardián mago de la segunda princesa, pero la respuesta es bastante simple: sus resultados en el Instituto han sido magníficos. Los magos de nivel avanzado de nacimiento noble eran un bien escaso.

“Oh, Derrick….realmente deberías aprender lo que significa ser un noble Asuran.”

“Mi Señorita tiene razón, Derrick. Siempre eres así. Si no sabes cómo leer la habitación, nunca serás popular entre las damas”.

Mientras Ariel y Luke se encogían de hombros, Derrick suspiró con fuerza.

“Eso no es lo que quise decir, Señorita Ariel. Es muy posible que algún día gobiernes este reino, así que no parece prudente exponerte a los chismes y a los celos. Te arriesgas a hacer enemigos.”

Esta vez, era el turno de la princesa Ariel de dar un largo suspiro.

“Mira, Derrick. Siempre dices esas cosas, pero recuerdas que soy la segunda princesa, ¿correcto?”

“Por supuesto. Lo que significa que estás en la línea de sucesión y que eres un candidato potencial para suceder al trono”.

“Tengo dos hermanos mayores y una hermana mayor. Parece que han encontrado un marido para mi hermana, pero mis hermanos están luchando sin piedad por el trono. Con ellos alrededor, no hay la menor posibilidad de que me convierta en reina”.

“Eso no es verdad. Eres la hija de la reina consort. Eso te convierte en la única heredera legítima al trono, y-”

“Basta, Derrick”, interrumpió Ariel bruscamente.

“¿Y si esas palabras llegaran a los oídos de mis hermanos? ¿Quieres que envíen asesinos tras de mí? Ya es bastante malo que tenga a todos estos nobles jurándome lealtad por interés propio…”

“Si decide luchar, Señorita Ariel, con gusto daría mi vida para protegerla de cualquiera que ellos envíen.”

“¿Podrías dejar de decir cosas tan alarmantes? Eso no es muy convincente de todos modos. Sé lo que realmente piensas de Luke y de mí…. Probablemente te gustaría atraparme en una lucha de poder sólo para poder abandonarme cuando empiece la lucha, ¿no?”

“Los ojos de Derrick se abrieron de par en par con el shock. Después de un momento, su cuerpo empezó a temblar, su cara se volvió feroz, y apretó sus manos en puños.

“Mira, Derrick. No me importa si nunca tomo el trono. Todavía puedo tomar té en un jardín encantador y vivir mi vida como me plazca, y eso es suficiente para mí. No tendría ninguna oportunidad contra mis hermanos de todos modos. La idea de meterme voluntariamente en ese lío es absurda”.

El pesimismo de Ariel estaba plenamente justificado. Por muy alto que fuese su puesto en el orden de sucesión, era más joven que sus rivales y tenía muchos menos aliados. Sus posibilidades de victoria eran escasas o nulas. Seguramente, entonces, era más sabio no luchar por el trono en absoluto y simplemente vivir una vida de placer indulgente. Seguía siendo una princesa del país más grande del mundo, por lo que esa opción estaba disponible para ella.

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“El corazón de Derrick estaba nublado por la frustración, pero no pudo encontrar otras palabras que decir.

Mientras se giraba y abandonaba el jardín, Ariel y Luke se encogieron de hombros, y luego reanudaron su discurso sobre los pezones de las mujeres del palacio.

***

 

 

 

No es que Derrick haya abandonado sus responsabilidades como mago guardián de la princesa. Sólo iba al baño.

A Derrick y Luke se les encomendó la tarea de proteger a Ariel en todo momento, pero sólo eran humanos, por lo que sus cuerpos tenían ciertas necesidades. Cuando cualquiera de ellos sintió el llamado de la naturaleza, usualmente informaban al otro y hacían sus asuntos lo más rápido posible. En este mundo, como en cualquier otro, las personas nunca fueron tan vulnerables como cuando se estaban liberando.

El aire fragante y dulce del jardín de lirios nunca había estado de acuerdo con Derrick. Al principio, le había informado a Luke cada vez que sentía la necesidad de dejarlo para el lugar más cercano, pero con el tiempo, esto se convirtió en algo tan rutinario que Ariel y Luke comenzaron a esperarlo. Finalmente, la princesa le ordenó que no se molestara más en anunciar sus intenciones. Por muy extremos que fueran sus gustos en algunos aspectos, no le importaba que le recordaran asuntos escatológicos a la hora del té.

Mientras se encerraba en el baño, Derrick suspiró mucho. Estaba repitiendo mentalmente la conversación que acababa de tener con la princesa Ariel. Ariel insistió en que no tenía ningún interés en convertirse en reina, pero Derrick quería tanto que ella tomara el trono.

No era que pensara que sus hermanos, el primer y segundo príncipe, eran candidatos indignos. Si cualquiera de los dos tomara el trono, sin duda madurarían hasta convertirse en un rey respetable y ordinario comparable a los que habían venido antes.

Pero según Derrick, eso no era suficiente. Con cualquiera de los dos príncipes en el trono, Asura continuaría en su camino actual, podrido hasta la médula, pero en expansión. Las feas y sin sentido peleas de la nobleza continuarían sin control, desperdiciando dinero y energía que de otra manera podrían ir hacia el progreso. Y con el tiempo, Asura podría volverse vulnerable a la influencia extranjera.

Esta tierra nunca había conocido el hambre. No importa cuán corrupta sea la nobleza, no importa cuán severos sean sus impuestos, la gente nunca pasó hambre. Por lo tanto, su descontento rara vez se convirtió en furia; pocos emergieron para desafiar el statu quo. No ha habido grandes rebeliones ni guerras civiles.

Como resultado de esto, el reino se había estancado.

Por supuesto, sigue progresando constantemente en los campos de la magia y la tecnología. Pero el Reino del Rey Dragón al sur lo había superado en desarrollo tecnológico, y las Naciones Mágicas al norte estaban haciendo mayores progresos en la investigación arcana.

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Mientras que Asura todavía tenía ventajas abrumadoras en otros aspectos, a este ritmo era difícil decir dónde estarían las cosas después de otro siglo… o incluso medio siglo. El Reino del Rey Dragón en particular estaba mirando a Asura como un halcón ante cualquier signo de debilidad, deseoso de reclamar alguna parte de su generosa tierra.

Asura creía actualmente que las montañas que bordeaban sus fronteras significaban que estaba a salvo de una invasión extranjera, pero ¿cómo le iría contra un ejército aún más avanzado tecnológicamente del Reino del Rey Dragón dentro de cincuenta años? ¿Y si las Naciones Mágicas aprovecharan la oportunidad de invadir desde el norte…?

“Señorita Ariel podría cambiarlo todo, y sin embargo…”

Derrick creía genuinamente que la segunda princesa era capaz de empujar a Asura hacia un camino diferente.

Todavía recordaba la primera vez que la conoció muy claramente. Sólo unos pocos años antes, en una celebración de la mayoría de edad celebrada por el reino. En ese momento, Derrick acababa de graduarse en el Instituto de Magia. Aunque no había sido el mejor estudiante de su clase, se había clasificado muy bien, y ya había conseguido un puesto en los Magos Reales de Asuran, a los que se uniría unos meses más tarde.

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