Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 3

Capítulo 9: El Primer Trabajo: El Valor De Una Vida

Parte 2

Había innumerables animales encerrados aquí, gatos, perros y una gran variedad de criaturas que ni siquiera había visto antes, todos metidos en un espacio del tamaño de un aula de secundaria.

“¿Qué es esto?” Dijo Eris, su voz temblando.

Mis primeros pensamientos también estaban más o menos en esa línea… pero también se me ocurrió que, dada la cantidad de animales que había aquí, era muy probable que el que buscábamos se encontrara entre ellos.

“Ruijerd, ¿está el gato aquí?”

“Sí”, respondió al instante.

“Ese es el elegido.”

Estaba señalando algo que se parecía mucho a una pantera negra.

La cosa era enorme. Absolutamente enorme. Tenía que ser el doble de grande de lo que Meicel había indicado con sus brazos.

“U-uh, ¿es ese en serio el que estamos buscando?”

“Por supuesto que lo es. Mira su cuello.”

La bestia, de hecho, tenía un collar. Y el nombre “Mii” estaba, de hecho, impreso en él.

“Wow. Supongo…. que realmente es Mii, ¿eh?”

Técnicamente, ya habíamos completado nuestra tarea. Una vez que sacamos esta pantera de su jaula y la arrastramos de vuelta a la niña, habíamos terminado.

Dicho esto, uh… ¿qué hay de todos estos otros tipos?

Había bastantes de ellos con collares alrededor del cuello o brazaletes en las piernas, y algunos de ellos tenían nombres escritos en ellos. En otras palabras, un montón de estos animales eran obviamente mascotas. También había notado una gran pila de cuerdas y cosas que parecían bozales en una esquina de la habitación. Las cuerdas, en particular, parecían sugerir que aquí se había estado capturando algo.

¿Alguien estaba robando mascotas únicas de la calle y vendiéndolas a otras personas, tal vez? Parecía un plan perfectamente plausible.

No tenía ni idea de si había leyes específicas sobre este tipo de cosas en este mundo, pero tenía que ser algún tipo de crimen… Quiero decir, era una forma de robo, por lo menos.

“Mm….” De repente, Ruijerd giró la cabeza hacia la entrada.

Eris reaccionó casi exactamente al mismo tiempo.

“Alguien ha venido a por nosotros.”

Los animales hacían tanto ruido que yo personalmente no había oído nada. Dejando a un lado a Ruijerd, me impresionó mucho que Eris se hubiera dado cuenta.

Dicho esto, ¿qué íbamos a hacer al respecto? No les llevaría mucho tiempo llegar hasta aquí desde la entrada. ¿Era una opción? No, en realidad no, la única salida era a través de ese pasillo.

“De acuerdo. Vamos a capturarlos, supongo.”

Realmente no consideré la opción de simplemente hablar de las cosas. Habíamos irrumpido en este lugar como un grupo de ladrones después de todo. Parecía ser la escena de un crimen, pero aún existía la posibilidad de que tuviera un propósito legítimo, lo que nos convertiría en los criminales aquí.

Ahora mismo, necesitábamos poner a estas personas bajo custodia. Si eran buenos, podíamos engatusarlos para que se callaran, y si eran malos, podíamos pegarles hasta que nos prometieran que no hablarían.

***

Unos minutos más tarde, estaba de pie sobre tres personas -dos hombres y una mujer- que yacían inconscientes en el suelo, en un rincón de la habitación.

Después de sujetarlos con las esposas que les hice con magia de la Tierra, les salpiqué la cara con agua para despertarlos. Uno de los hombres inmediatamente comenzó a aullar y a berrear, así que lo amordacé con un trapo que yacía cerca.

Los otros dos se callaron, pero terminé amordazándolos a los dos también. Era mejor ser justo e imparcial con estas cosas.

“…Hm.”

Con todo esto hecho, me encontré pensando en una cierta pregunta: ¿Cómo llegó exactamente a esto?

Quiero decir, habíamos tomado un simple trabajo de E-rank para encontrar un gato perdido.

Nada demasiado dramático. Ruijerd dijo que podía manejarlo, así que le pedí que se hiciera cargo, y terminé siguiéndolo a una especie de tugurio. En dicho barrio, irrumpimos en un edificio con toneladas de animales dentro. En ese momento nos encontramos llevando cautivas a múltiples personas… lo cual no era en absoluto para lo que estábamos aquí.

Esto tuvo que ser culpa del Dios-Hombre, ¿verdad? Obviamente él previó que esto pasaría.

Qué dolor de cabeza. Debería haberme ido con otro trabajo. 

…De todos modos, echemos un vistazo a nuestros cautivos. 

Hombre A:

Piel de naranja. Ojos compuestos como una mosca, sin blancos. Era un poco asqueroso de ver. Este era el que había empezado a gritar como una cigarra cuando los desperté. Parecía una especie de cliente tosco… el tipo de hombre que sería bueno en una pelea de bar.

Estaba bastante seguro de que había visto una foto de su raza en el diccionario de Roxy, pero no podía recordar cómo se llamaban. Su saliva era aparentemente venenosa; recuerdo que me preguntaba si podrían besarse entre ellos.

Hombre B:

Esta tenía una cabeza de lagarto, ligeramente diferente en forma y coloración de la cara de serpiente con la que nos encontramos en la puerta principal de la ciudad. Dados sus rasgos de reptil, era difícil leer su expresión. Pero podía ver inteligencia en sus ojos, y eso me hizo desconfiar de él.

Mujer A:

Otra clase de ojos de insecto. Su cabeza parecía la de una abeja, pero aún así me di cuenta de que estaba bastante asustada en ese momento. Supongo que su cara también estaba en la categoría de “asquerosa”, pero tenía una bonita figura, que básicamente la anuló.

Bueno, entonces. No vamos a hacer ningún progreso si me quedo aquí mirándolos. Es hora de una pequeña charla…. No, no, seamos honestos. Esto va a ser un interrogatorio.

 ¿Con quién empezar, sin embargo? ¿Quién iba a escupir la información más voluntariamente, la mujer o uno de los hombres? La mujer estaba definitivamente asustada. Si la amenazaba un poco, había una posibilidad de que me lo contara todo de inmediato.

Pero también se sabe que las mujeres mienten. Algunos de ellos eran perfectamente capaces de contarte tonterías ridículas e incoherentes para salir de los problemas. Bien, probablemente no todas las mujeres eran así, por supuesto, pero mi hermana mayor sí lo era. Solía hacerme enojar tanto que me costaba mucho descubrir cuál era la verdad.

Tal vez empezaría con uno de los hombres en su lugar.

¿Qué tal el Hombre A? Era el más voluminoso del grupo y tenía una cicatriz en la cara… Parecía su mejor luchador. También estaba agitado en ese momento. Probablemente no era la persona más inteligente del cobertizo, a juzgar por la forma en que gritaba: “¿Quiénes son ustedes?”

¿O el Hombre B? Era difícil leer mucho de su cara, pero parecía que nos observaba a los tres cuidadosamente. Eso significaba que no era estúpido. Y si no era estúpido, probablemente tenía algunas buenas mentiras preparadas de antemano en caso de que algo así ocurriera.

Así que decidí ir con el Hombre A.

Era más fácil manipular a alguien que había perdido la calma. Con un poco de insistencia y un poco de provocación, probablemente cometería un error y me diría todo lo que quería saber. Y oye, si no funciona, siempre podemos probar los otros dos.

“Tengo algunas preguntas que quiero que respondas.”

Cuando le quité la mordaza al hombre A, me miró con fiereza… pero no dijo ni una palabra.

“Si nos dices lo que queremos saber, no necesitaremos que nos pongamos duros…”

A mitad de mi sentencia, el tipo me pateó. Había estado en cuclillas para hablar con él, así que el golpe me desequilibró por completo. Lanzado hacia atrás, rodé por el suelo y sólo me detuve cuando la parte de atrás de mi cabeza chocó contra la pared. Las estrellas brillaron en mi campo de visión.

Ow! ¡Maldita sea! 

En serio, ¿cómo de estúpido era este tipo? ¿Por qué patearías a alguien que ya te tiene capturado? Ni siquiera debe haber considerado lo que puede pasar si nos hace enojar.

“¿Eh? Oye, ¿qué…? ¡Para!”

Esa era la voz de Eris. Me puse de pie en un pánico ciego. ¿Había escapado el hombre A de sus esposas mientras yo pensaba las cosas y de alguna manera había tomado a Eris como rehén antes de que Ruijerd pudiera reaccionar?

“¿Qué…?”

No, Eris estaba bien. No podría decir lo mismo del Hombre A, sin embargo. Ruijerd había clavado su lanza en la garganta del tipo. Eris estaba mirando, con los ojos muy abiertos y conmocionada.

Ruijerd retorció su tridente de lado mientras lo tiraba hacia atrás; la sangre se arqueó por el aire y salpicó contra la pared. La fuerza hizo girar al Hombre A brevemente antes de que cayera boca abajo al suelo. Le brotaba sangre de la garganta. Una oscura mancha se arrastró lentamente por su espalda, y un charco rojo se extendió por debajo de él. El hedor metálico era repugnante.

Con un último y reflexivo movimiento, el hombre dejó de moverse.

Estaba muerto. Había muerto sin decir una sola palabra. Ruijerd lo había asesinado a sangre fría.

“¿Por qué… por qué… por qué lo mataste?” pregunté, consciente de que mi voz temblaba.

No era la primera vez que veía morir a una persona. Ghislaine había matado para salvarnos a mí y a Eris después de todo. Pero esto era diferente de alguna manera. Por alguna razón, estaba temblando. Por alguna razón, tenía mucho miedo.

¿Por qué? ¿Qué me tiene tan asustado? 

¿El hecho de que un hombre haya muerto? Ridículo. La gente moría todo el tiempo en este mundo, por las razones más triviales. Yo era muy consciente de ello.

¿Quizás fue porque nunca lo había visto de cerca y personalmente? Pero en ese caso, ¿por qué no reaccioné así cuando Ghislaine mató a esos hombres durante el incidente del secuestro?

“Porque pateó a un niño”, dijo Ruijerd, su voz tranquila e indiferente. Habló como un hombre respondiendo a la pregunta más obvia del mundo.

Ah, cierto. Ahora lo entiendo. No tengo miedo porque acabo de ver morir a alguien. Me temo que… porque Ruijerd mató a ese hombre… sin pensarlo dos veces… sólo porque me pateó.

 Tengo miedo de Ruijerd.

Roxy me lo había advertido, ¿no? “…hay muchas diferencias en lo que es comúnmente aceptado en la cultura humana contra la cultura demoníaca, así que puede que no sepas qué palabras desencadenarán un arrebato.” Entonces, ¿qué iba a hacer si Ruijerd alguna vez volvía su ira contra mí? El hombre era fuerte; tan fuerte como Ghislaine, o incluso más fuerte.

¿Era posible para mí vencerlo con mi magia? Probablemente podría pelear al menos. Había elaborado múltiples estrategias para luchar cara a cara contra especialistas en combate cuerpo a cuerpo.

Por cualquier razón, muchas de las personas en mi vida cayeron en esa categoría… incluyendo a Paul, Ghislaine y Eris. Y Ruijerd era probablemente el más fuerte de todos. Fue difícil para mí decir con confianza que podía vencerlo. Pero si luchaba por matar desde el principio, había muchas cosas que podía intentar.

¿Y si fuera tras Eris? ¿Podría protegerla a ella también? No. De ninguna manera.

“¡No puedes matar a alguien sólo por eso!”

“¿Por qué no? El hombre era malvado”. Ruijerd se quedó boquiabierto ante mi objeción.

Parecía genuina y totalmente desconcertado.

“Bueno…” ¿Cómo podría explicar esto? ¿Qué quería de Ruijerd?

En primer lugar, ¿por qué era un problema que hubiera matado a ese hombre?

Realmente no tenía un sentido estándar de moralidad. Cuando era un perdedor encerrado, resoplaba con desdén ante frases sermoneantes como: “Está mal matar”.

Diablos, apenas había sentido nada cuando mis propios padres murieron. Sabía que las cosas iban a ponerse difíciles para mí, pero al mismo tiempo, mi actitud general era la de Chico de Cristal: “¡Al diablo con esa mierda, imbécil! ¡Me estoy masturbando!”

No hace falta decir que si trataba de alimentar a Ruijerd con algún argumento ético, saldría débil y poco convincente.

“Mira, hay… una muy buena razón… no deberías ir por ahí matando gente.”

De acuerdo, estoy bastante agitado. Reconozcámoslo. Estoy un poco asustado. Estoy un poco asustado, pero aún así voy a pensar en esto.

En primer lugar, ¿por qué estaba temblando? Porque estaba asustado. Porque había visto a Ruijerd, que siempre parecía un tipo de buen corazón, matar a un hombre sin siquiera pestañear.

Pensé que los Superd eran un pueblo pacífico que simplemente había sido incomprendido. Claramente ese no era el caso. No sabía de su tribu en su totalidad, pero al menos, Ruijerd era un asesino. Había estado matando a sus enemigos desde la era de la Guerra de Laplace; este asesinato era sólo otra entrada típica en una larga, larga lista. No podría decir con seguridad que nunca nos atacaría a Eris o a mí. No era el tipo de persona honesta y de corazón puro que podía ganarse el respeto de Ruijerd. Algún día, de alguna manera, probablemente terminaría poniéndome de su lado malo.

Una cosa era que se enfadara conmigo. Como teníamos diferentes maneras de pensar, a veces nuestras opiniones divergían, lo cual era inevitable. Probablemente nos metíamos en peleas de vez en cuando.

Dicho esto, no planeaba pelear con él hasta la muerte. No importa cuál sea la situación, nuestros desacuerdos no pueden convertirse en violencia. Tenía que hacer que Ruijerd entendiera que… aquí y ahora, antes de que fuera demasiado tarde.

“Por favor… escucha atentamente, Ruijerd.”

El problema era que aún no podía encontrar las palabras correctas.

¿Qué se supone que tenía que decir, maldita sea? ¿Cómo podría hacer que lo entendiera?

¿Debería suplicarle que no nos mate a los dos al menos?

Ahora sólo estás siendo estúpido.

 El otro día convencí a Ruijerd de que era un guerrero, luchando con él como un igual. No estaba bajo su protección; yo era su camarada. No podría empezar a suplicarle ahora. Un “córtala” no iba a funcionar tampoco. Necesitaba encontrar algo que lo convenciera, o esto sería completamente inútil.

Piensa, hombre. ¿Por qué está Ruijerd contigo en primer lugar? Quiere que todos sepan que los Superd no son demonios sedientos de sangre. Y si va por ahí matando gente, sólo va a empeorar su reputación. 

Eso… sonó bien. Era la misma razón por la que le dije que evitara peleas con otros aventureros. El público ya tenía una impresión horrible de su gente; no importaba cuántas buenas acciones hiciera para cambiar eso, todo su progreso se iría por el desagüe si la gente veía a Ruijerd cometer un asesinato. Cada uno volvería a sus suposiciones originales sobre su especie.

De acuerdo, esto es por lo que no podía matar gente. No queríamos que todos tuvieran la impresión de que los Superd eran una tribu de bestias estúpidas, ¿verdad?

“Si sigues matando gente, la reputación de los Superd va a empeorar aún más.”

“… ¿Incluso si la gente que mato es malvada?”

“No importa quién. Si estás matando a alguien, es un problema”. Estaba hablando deliberadamente ahora, y escogiendo mis palabras con cuidado.

“No entiendo, Rudeus.”

“Cuando un Superd mata a alguien, no se ve de la misma manera que cuando alguien más lo hace. Es el equivalente a ser asesinado por un monstruo”.

Ruijerd frunció un poco el ceño. Supongo que sonaba como si estuviera hablando mal de su gente.

“…todavía no lo entiendo. ¿Por qué sería ese el caso?”

“Todo el mundo piensa en ti como parte de una tribu de demonios despiadados. Creen que son maníacos que matan de inmediato, por la más mínima provocación”.

De acuerdo, esto sí sonó duro… pero de nuevo, realmente fue el consenso general. Nuestra meta era cambiar eso.

“Es fácil ir por ahí diciéndole a la gente que los Superd no son realmente monstruos. Pero si demuestras que los rumores son falsos a través de tus acciones, podrías empezar a cambiar un montón de mentes.”

“…”

“Por otro lado, lo arruinarás todo si empiezas a matar gente. Todo el mundo asumirá que tenían razón sobre tu raza desde el principio”.

“Seguramente eso no es verdad.”

“¿Esto no te suena de verdad, Ruijerd? ¿Alguna vez has ayudado a alguna gente y has empezado a ser amable con ellos, sólo para que de repente se vuelvan contra ti?”

“…lo he hecho.”

En este punto, pude sentir que mi argumento finalmente se reunía.

“Bueno, este es el asunto. Si no matas a nadie de ahora en adelante…”

“¿Sí?”

“Todos se darán cuenta de que los Superd son personas normales y racionales.”

¿Era eso realmente cierto? ¿Sería suficiente simplemente abstenerse de asesinar para convencer a la gente de este mundo de que su tribu era razonable?

No era el momento de pensar en ello. No me equivoqué en nada. Ruijerd obviamente había matado a demasiada gente. La población en general pensaba que los Superd eran asesinos por naturaleza. Pero si dejaba de matar, teníamos la oportunidad de hacerlos cambiar de opinión.

Era bastante lógico, ¿no?

“Si te preocupas por tu tribu… no mates más gente, Ruijerd. Ni uno solo.”

Normalmente, tenías que tomar decisiones sobre estas cosas. Normalmente, matar puede estar mal, pero en ciertas circunstancias, puede estar justificado o incluso ser necesario. Pero yo no conocía los estándares bajo los cuales los residentes de este mundo hacían esas llamadas, y los criterios personales de Ruijerd eran probablemente… extremos. El hombre no te dio ningún margen de error, y era difícil saber dónde había trazado la línea. En ese caso, lo más sencillo y seguro era prohibirle matar.

“¿Y si no hay nadie mirando? ¿No estaría bien entonces?”

Tuve que luchar contra un poderoso impulso de cara a la palma de mi mano. ¿Qué era, un niño de primaria? ¿Había estado este tipo seriamente vivo durante 500 años?

“Puede que pienses que nadie está mirando, pero la gente ve las cosas de todos modos.”

“No hay nadie más en este edificio, se lo aseguro.”

Ah, mierda. Cierto. Tiene ese estúpido ojo en la frente.

“Todavía había alguien mirando, Ruijerd.”

“¿De dónde?”

Justo aquí, viejo.

“Eris y yo lo vimos todo, ¿no?”

“Hm…”

“No mates a nadie de ahora en adelante, por favor. Tampoco queremos tenerte miedo”.

“…Muy bien entonces.”

Al final, había recurrido básicamente al enfoque de la “súplica con lágrimas en los ojos”. Mis palabras no sonaban del todo convincentes, ni siquiera para mí. Aún así, Ruijerd asintió, y eso era todo lo que importaba.

“Gracias, Ruijerd.”

Incliné mi cabeza ante él en gratitud, y noté que me temblaban las manos.

Cálmate, por favor. Este tipo de cosas pasan todo el tiempo. Respira hondo.

 “Hoo… haa… hoo… haa…” Estaba resultando difícil calmarme. Mi corazón no quería dejar de latir. Eché un vistazo a Eris, preguntándome cómo estaba manejando todo esto; para mi sorpresa, no parecía tener miedo en lo más mínimo.

La mirada en su rostro básicamente decía: “Me asustaste un poco, pero supongo que un pedazo de basura como esa merecía morir”.

De acuerdo, tal vez ella no estaba pensando en algo tan cruel. Pero ella estaba de pie en su típica pose: brazos cruzados, pies separados, barbilla en el aire. Si la chica estaba conmocionada, hacía todo lo posible para que no se notara.

Y aquí estaba yo, enloqueciendo para que todos lo vieran. Hablando en términos patéticos.

Mis manos finalmente dejaron de temblar.

“Muy bien. Volvamos al interrogatorio, ¿sí?”

Tratando de ignorar el olor a sangre que todavía flota en el aire, me obligué a sonreír.