Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 3

Capítulo 9: El Primer Trabajo: El Valor De Una Vida

Parte 1

 

 

La casa Kirib, ubicada en el Bloque Dos de Rikarisu, era un edificio largo de un solo piso con cuatro entradas separadas.

Los que vivían allí estaban lejos de ser ricos, pero no eran tan pobres como los que vivían en los barrios pobres de la ciudad. Para el Continente Demoníaco, eran gente típica de la clase obrera.


Tres figuras oscuras -dos pequeñas y una grande- se acercaban actualmente a este lugar.

Se pavoneaban audazmente a lo largo de la calle y se dirigían a una de las múltiples entradas del edificio, indiferentes a las miradas de quienes los rodeaban.

“¡Hola, señorita! ¡Venimos del Gremio de Aventureros!” El joven del grupo llamó a la puerta, gritando con voz aguda al residente que había dentro.

Había algo inquietante en esto. Ninguno de los aventureros de esta ciudad habló tan educadamente a nadie. Eran un grupo áspero y tosco por naturaleza.

Aún así, la dulzura de la voz del chico aparentemente engañó al residente de esta habitación. La puerta se abrió de golpe, y una niña de quizás siete años emergió de su interior. Su larga cola de lagarto y su distintiva lengua bífida la marcaron como miembro de la raza Houga.

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Los ojos de la niña se abrieron de par en par al ver a sus tres inusuales visitantes, pero el niño le sonrió alegremente.

“¡Hola! Encantado de conocerte. Esta es la residencia de la Srta. Meicel, ¿correcto?”

“¿Eh? U-uhm…”

“Oh, perdóname. Me llamo Rudeus, señorita. Rudeus de Dead End.”

“¿D-Dead End…?”

Esta chica, Meicel, estaba familiarizada con ese nombre. Todo el mundo conocía la historia de los monstruosos guerreros de Superd que habían luchado tan ferozmente durante la Guerra de Laplace hace 400 años, matando a amigos y enemigos por igual. Y todos sabían que el “Dead End” era el más fuerte y el más malvado de todos. Se decía que ninguno de los que lo conocieron vivió para contarlo. Incluso aquellos que sólo lo habían visto de lejos dijeron que apenas habían logrado escapar con sus vidas. Su nombre aterrorizó a todos los residentes del continente demoníaco; incluso los aventureros musculosos que se jactaban de que podían matar a cualquier monstruo sin ayuda se estremecerían al oírle hablar de él.

Pero Meicel también sabía cómo era el Dead End, y este joven y bajo muchacho no se ajustaba en lo más mínimo a esa descripción.

“Aceptamos su petición en el Gremio esta mañana, señorita. Estamos aquí para encontrar a su mascota perdida. Esperábamos preguntarle los detalles, si tiene tiempo”.

El nombre Dead End era aterrador en sí mismo, y las otras dos personas que estaban detrás del niño eran un poco intimidantes. Pero él le habló tan cortésmente que fue difícil mantener el miedo. Y por el sonido de las cosas, eran aventureros que en realidad habían aceptado el trabajo que ella había publicado.

“Por favor…. Por favor, encuentra a Mii por nosotros.”

“Ah, ¿así que el nombre de tu mascota es Mii? Es un nombre muy bonito, debo decir”.

“Se me ocurrió a mí.”

“Oh, ¿en serio? Bueno, claramente tiene un don para nombrar cosas, señorita.” Este cumplido le valió una sonrisa de vergüenza.

“Ahora bien… ¿crees que podrías contarnos un poco sobre Mii?”

Meicel describió la apariencia de su mascota, explicó que había desaparecido hace tres días, agregó que no había regresado a casa, aclaró que normalmente regresaba cuando ella la llamaba y mencionó que probablemente tenía hambre porque no la había alimentado. Fue un monólogo incoherente e infantil. Un adulto típico puede haber puesto los ojos en blanco ante el balbuceo de la niña y haberla dejado a medio camino; pero el joven aventurero la escuchó con una sonrisa, asintiendo con la cabeza animadamente después de cada frase sincera.

“Entendido, señorita. Iremos a buscar a Mii de inmediato. ¡Tenga la seguridad de que está en buenas manos con Dead End!”

El niño cerró la mano en un puño y levantó el pulgar; por alguna razón, los otros dos detrás de él hicieron lo mismo. Meicel no lo entendía del todo, pero los imitaba de todos modos.

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Asintiendo con placer, el niño se dio la vuelta y comenzó a alejarse. La chica encapuchada que había estado de pie detrás de él le siguió; pero el hombre más alto del grupo se agachó frente a Meicel para darle una palmadita en la cabeza.

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“Tienes mi palabra, encontraremos a tu mascota, Meicel. Ten paciencia un poco más”.

Tenía una gran cicatriz en la cara; tenía una joya en la frente; y su cabello era de un azul extraño y lleno de manchas. Fue un poco aterrador mirarlo a la cara… pero su mano era cálida y gentil.

Meicel asintió.

“Muy bien. Estaré esperando.”

“No te preocupes. Volveremos antes de que te des cuenta.”

Mientras el hombre más alto se levantaba para despedirse, Meicel le llamó.

“¿Cómo se llama, señor?”

“Ruijerd”, contestó el hombre, y luego se giró y se fue con los demás. Ruborizada, Meicel murmuró ese nombre para sí misma.

***

 

 

 

POV Rudeus

Nuestra primera reunión con la clienta había sido muy agradable, en general. Acababa de imitar a un vendedor de puerta en puerta que pasaba con frecuencia por mi casa en mi vida anterior, pero parecía que funcionaba mejor de lo esperado. Estaba bien que los otros aventureros se rieran de nosotros, pero necesitábamos que nuestros clientes pensaran en nosotros primero y ante todo como buena gente. Eso significaba que teníamos que tratarlos amable y cortésmente.

“Veo que eres capaz de interpretar más de un papel”, dijo Ruijerd mientras nos alejábamos victoriosos.

“Bastante impresionante, Rudeus.”

“Lo mismo digo, Ruijerd. Tu parte al final fue perfecta”.

“¿Mi parte al final? ¿De qué estás hablando?”

“La parte en la que le diste una palmadita en la cabeza mientras le hablabas, obviamente.” Había sido una improvisación total. Estuve sudando a tiros durante un segundo, pero los resultados habían sido impresionantes.

“Oh, ya veo. ¿Qué tiene de bueno eso?”

¿Quizás la parte en la que te miraba con un gran rubor en la cara? Vamos, hombre. Me habría sentido tentado de secuestrarla si estuviera en tu lugar.

 Sin embargo, no fue una buena idea decirle eso a alguien que amaba a los niños tanto como Ruijerd. Probablemente habría pasado la siguiente media hora reprendiéndome severamente. Así que, en vez de eso, adopté un tono de voz de broma y lo empujé juguetonamente en el muslo con mi codo.

“Jeje. Vamos, Jefe. ¡Tenías a esa chica envuelta en tu dedo meñique! Eheheh…”

Ruijerd sonrió dubitativamente y lo negó, su voz un poco incierta.

“¡Eheheheh! ¡No sea tan modesto, jefe! Si hubieras presionado un poco más fuerte, esa chica habría sido masilla por ti”.

Me interrumpió bruscamente una bofetada en la cabeza. Me di la vuelta para encontrar a

Eris haciendo pucheros.

“¡Deja de reírte así! ¿¡No se suponía que eso de ‘Jefe’ era una actuación!?”

Aparentemente, ella no era una gran admiradora de mi impresión de un delincuente. Desde el secuestro, Eris había despreciado a la gente “vulgar”. En Roa, ella hacía muecas cada vez que nos cruzábamos con alguien vestido como un matón en la calle. Sólo estaba bromeando con Ruijerd, pero supongo que no le pareció muy divertido.

“Lo siento por eso.”

“¡Honestamente! Eres miembro de la familia Greyrat, ¿no? ¡No seas tan grosero!”

Se requirió un esfuerzo de voluntad para no reírse de ella. ¿Oyó eso, señora? Eris acaba de regañarme por ser “grosero”! ¡Sí, ese Eris! La pequeña dama que solía sentir la necesidad de abrir todas las puertas que encontraba al patearlas. Se ha vuelto más refinada últimamente, ¿no crees?

 Aún así… si ella quería decirme cosas así, ¿no debería dejar de meterse en peleas de bar con extraños primero?

Hmm. Es difícil de decir en realidad. Basado en lo que había visto de Sauros, ¿tal vez enloquecer y golpear a alguien en la cara estaba dentro de los límites del comportamiento aceptable….? No, no, no. Seguramente no…

Después de pensarlo un momento, me di cuenta de que no tenía ni idea de dónde se detuvo “inculto ” ni de dónde comenzó “educado” para los nobles asuranos. En consecuencia, cambié de tema.

“En cualquier caso, Ruijerd… ¿crees que podemos encontrar a esta mascota?”

Basado en lo que oímos de Meicel, Mii parecía ser un gato. Era negra, y había sido la compañera de Meicel desde que era muy joven. También era probable que en el lado más grande. Meicel había estirado los brazos para demostrar su tamaño; asumiendo que no era una exageración, Mii tenía que ser tan grande como un Shiba Inu adulto, lo que era bastante notable para ser un gato doméstico.

“Por supuesto. Le di mi palabra a la chica después de todo.” Con esta prometedora y decisiva declaración, Ruijerd se adelantó, tomando la delantera.

Se movía con confianza, pero yo todavía me sentía un poco nervioso. Sabía que tenía un potente radar incorporado para los seres vivos, pero no podía ser fácil localizar a un animal específico en una ciudad que estaba llena de ellos.

“¿Tienes un plan o algo?”

“Los animales se mueven de forma muy predecible, Rudeus. Mira aquí.”

Mirando al suelo donde Ruijerd señaló, apenas podía ver el contorno de una pequeña huella de pata. Hablando de impresionante. Nunca me hubiera dado cuenta de eso ni en un millón de años.

“Así que si seguimos estas huellas, ¿crees que la encontraremos?”

“No. Es probable que sean de otro animal. Las patas de su gato no serían tan pequeñas”.

Cierto, esto se parecía más a la huella de una gata ordinaria o incluso pequeña… aunque sospeché que la chica podría haber exagerado un poco el tamaño de Mii.

“Hm. Entonces…”

“Parece que un gato diferente se ha estado abriendo camino en el territorio de nuestro objetivo.”

“¿Qué? ¿En serio?”

“Eso es lo que parece. El olor de su gato se está desvaneciendo, así que otro se ha mudado”.

Espera. Uh… ¿puede captar los olores con los que marcaron sus territorios o algo así?

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 “Por aquí”.

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Ruijerd aparentemente había llegado a algún tipo de conclusión que no sentía la necesidad de compartir con nosotros. Él se fue por una calle lateral y yo le seguí en silencio. Sentí que estábamos progresando, aunque no estaba seguro de cómo hacerlo. Tal vez fue así como se sintió ser el pobre y despistado Dr. Watson.

¡No se preocupen, amigos! ¡Tenemos al mejor detective del continente en el caso! Localizará a los criminales con sus técnicas de investigación inigualables, los golpeará con el estilo Demoníaco de Baritsu y obtendrá una confesión con unas cuantas preguntas puntuales.

¡Abran paso al gran detective Ruijerd!

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“Lo encontré. Este es probablemente el único”, dijo Ruijerd, señalando una sección no descriptiva de la calle. No podría haberte dicho lo que él había “encontrado” o por qué sentía la necesidad de añadir ese “probablemente”. No había huellas de patas aquí que yo pudiera ver.

“Sígueme.” Ruijerd se puso en marcha de nuevo de inmediato, avanzando con paso firme.

Sin dudarlo, nos condujo por una serie de calles laterales que parecían estrecharse cada vez más a medida que avanzábamos. Si nada más, estos parecían el tipo de callejones por los que uno esperaría que se escabulla un gato. Todavía no tenía idea de qué tipo de sendero seguía Ruijerd, pero… parecía que iba bien hasta ahora.

“Mira esto. Hay signos de lucha aquí.”

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Nos habíamos detenido en un callejón sin salida. Cualesquiera que fueran las “señales” que

Ruijerd había encontrado allí, eran demasiado sutiles para mí; no podía ver ninguna mancha de sangre ni rasguños en la tierra.

“Por aquí”. Girando sobre sus talones, Ruijerd tomó la delantera una vez más. Parecía que Eris y yo sólo íbamos a dar una vuelta. Hablando de un trabajo de bajo estrés.

Pasamos por algunas calles laterales, cruzamos un bulevar y nos dirigimos a otra calle lateral. Desde allí, nos dirigimos a un callejón trasero y luego pasamos a otra calle lateral. Y así sucesivamente.

Después de movernos enérgicamente a través de las calles laberínticas de la ciudad durante algún tiempo, tomamos un giro repentino hacia una parte muy diferente de la ciudad. Todo aquí estaba destartalado y desolado. Los edificios eran toscos, sin pintar, y se desmoronaban por la negligencia. Algunos de los hombres con los que nos cruzamos nos lanzaron miradas siniestras; había gente tirada a lo largo de la calle y muchos de los niños estaban vestidos con harapos sucios.

Ahora estábamos en un barrio pobre. El cambio tampoco había sido gradual. Fue más bien como si hubiéramos tropezado con el corazón. En unos momentos, estaba en alerta máxima. “Eris, prepárate para desenvainar tu espada en cualquier momento.”


“… ¿Por qué?”

“Sólo para estar seguros. Además, vigila a la gente con la que nos cruzamos en la calle y trata de cuidarte la espalda”.

“Uh… ¡De acuerdo!”

Me pareció una buena idea poner a Eris en guardia también. Probablemente no estábamos en mucho peligro con Ruijerd cerca, pero no quería que nos descuidáramos por complacencia. Los dos deberíamos protegernos.

Con ese pensamiento en mente, metí la mano en el bolsillo interior de mi pecho y me aferré firmemente a la bolsa de dinero. No tenía tanto dinero que perder, pero aún así sería un desastre si alguien lo robara.

“…Tch.”

A veces, uno de los tipos de aspecto más rudo con los que nos cruzábamos miraba amenazadoramente a Ruijerd, pero cuando le devolvía la mirada, tendían a chasquear la lengua y a mirar hacia otro lado. En este tipo de vecindario, la gente que podía dar un buen puñetazo probablemente inspiraba más respeto que los aventureros.

“¿Es aquí donde fue el gato, Ruijerd?”

“Ya veremos.”

Esa respuesta no fue particularmente tranquilizadora. No estábamos vagando por aquí sin rumbo, ¿verdad?

No, no, no. Ruijerd está siendo el mismo de siempre. Estoy seguro de que nos tiene en el camino correcto. Sigamos diciéndonos eso.

 Terminamos caminando por los barrios bajos durante algún tiempo, pero al final Ruijerd se quedó corto frente a cierto edificio. “Esto es justo aquí.”

Un crudo tramo de escaleras frente a nosotros nos llevó a una puerta indescriptible. Parecía la entrada a un bar subterráneo habitado por pandilleros con cortes de pelo raros. Pero no había ninguna música que llegara desde abajo, ni calvos con gafas de sol parados junto a la puerta para vigilar a la clientela.

Por otro lado, había un espeso hedor animal que venía de allí abajo, el tipo de olor que se puede percibir al pasar por una gran tienda de mascotas.

En un sentido menos literal, prácticamente se podía oler el crimen en el aire.

“¿Cuántas personas hay dentro, Ruijerd?”

“Ninguna. Sin embargo, hay un gran número de animales”.

“Muy bien entonces. ¿Vamos?” Si no había nadie ahí ahora mismo, no había razón para dudar.

La puerta de la parte inferior de las escaleras estaba cerrada con llave, naturalmente, pero la abrí fácilmente con un poco de magia de la Tierra.

Echando un vistazo rápido por la zona para asegurarme de que nadie nos miraba, entré, esperé a que Ruijerd y Eris me siguieran, y luego cerré la puerta desde dentro. Sentí como si fuéramos ladrones o algo así.

De un vistazo, todo lo que pude ver fue un largo y oscuro pasillo que se extendía frente a nosotros.


“¿Puedes mantener un ojo detrás de nosotros, Eris?”

“No hay problema.”

Presumiblemente Ruijerd sabría si alguien venía a por nosotros, pero no estaría de más tener más cuidado.

Los tres nos adentramos más en el edificio, con Ruijerd a la cabeza una vez más. Una sola puerta al final del pasillo principal daba a una pequeña habitación, con otra puerta en el extremo opuesto. Al pasar por esta segunda puerta, un ensordecedor coro de gritos de animales llenó instantáneamente el aire.

Habíamos llegado a la habitación de la parte trasera del edificio. Estaba absolutamente lleno de jaulas.

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