Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 3

Capítulo 11: Un Comienzo Suave

Cuando nos dirigimos a la puerta principal del Gremio de Aventureros a la mañana siguiente, un hombre lagarto se me acercó inmediatamente.

“Oh, hola. Ya me encargué de clasificarnos”.

Por un momento, no tenía ni idea de quién se suponía que era este tipo, pero entonces me di cuenta de que la señora de ojos de bichos que estaba junto a él y me di cuenta de que eran los secuestradores de mascotas de ayer. Sus nombres eran… ¿Jalil? Y Vizquel, supongo.

En mi defensa, era difícil distinguir una cara de otra por aquí. Había una tonelada de lagartijas en esta ciudad, y no ayudó que estos dos llevasen armadura de cuero en lugar de la ropa de civil que llevaban el día anterior. Parecían personas totalmente diferentes cuando se vestían como aventureros comunes en lugar de ciudadanos comunes.

“Buenos días, Jalil. Muchas gracias por ocuparte de eso.”

“¿Qué pasa con el tono educado? Me estás dando escalofríos…”

“Sólo estoy hablando con respeto. ¿Es eso un problema?”

“N-no, no…”

Cuando lo miré con ira, Jalil rápidamente apartó la vista.

“Encantado de verte a ti también, Vizquel. Estoy deseando trabajar contigo.”

“Uh… cierto.” Vizquel miraba a Ruijerd con temor. Para ser justos, Ruijerd les estaba clavando dagas a los dos. Oh bien.

“Entonces, ¿vamos adentro?”

“S-sí. Claro” dijo Jalil con un pequeño y nervioso asentimiento.

En el momento en que entramos en el gremio, cierto jinete nos vio y se acercó.

“¡Hola!”

“…Hola.”

¿Este tipo estaba por aquí otra vez…? En serio, ¿cómo ganaba dinero?

“Oh hoh, ¿qué es esto? Estás con P Hunter hoy, ¿eh?”

“Hola, Nokopara. Ha pasado un tiempo.”

Al parecer, Cara de Caballo y nuestro nuevo amigo, el hombre lagarto, eran conocidos.

“Sí, cuánto tiempo sin verte, Jalil. Me enteré de que ustedes estaban en la C. ¿Seguro que es una buena idea? Ya no podrás trabajar más en esos trabajos de mascotas, ¿sabes?”

Deteniéndose un momento, Nokopara me miró y volvió a mirar a Jalil, y luego asintió con un relincho como de caballo.

“Ahora lo entiendo. No me extraña que hayas hecho lo de la mascota perdida ayer, muchacho. Debe haber convencido a P Hunter para que te ayude, ¿verdad?”

“P Hunter” era presumiblemente el nombre del grupo de Jalil. Sonaba más o menos bien.

“¡Sí, exactamente!” Dije.

“¡Nos encontramos con ellos mientras buscábamos a la mascota ayer, y se ofrecieron a mostrarnos el camino!”

“Oh hoh. ¿Así que el tímido Jalil ha encontrado aprendices? ¡Y uno de ellos es un Superd falso! Guhuhuh…”

Cara de Caballo estaba muy contento de comprar mi mentira de bajo esfuerzo. Había malinterpretado la situación de una manera bastante conveniente para nosotros. Después de reírse a sí mismo durante un rato, se inclinó para mirar a Jalil.

“Oye, no veo a Roman contigo hoy. ¿Dónde está él?”

“Sí… Roman, uh… murió.”

“Ah, lo tengo. Eso es una lástima”.

Roman era presumiblemente el nombre del hombre que Ruijerd mató. Nokopara no sonaba especialmente conmocionada por la noticia. Tal vez alguien que murió no era tan importante en esta línea de trabajo. ¿Fui el único que se lo tomó tan en serio? Jalil y Vizquel también parecían relativamente indiferentes.

“Aún así, si perdiste a Roman, ¿por qué querrías subir de rango ahora? Ese tipo era el mejor luchador de tu grupo, ¿no?”

“Bueno, yo…” Jalil me echó una mirada nerviosa. Viendo esto, Nokopara soltó otro relincho.

“Ah, sí, ya veo cómo es. No tienes que responder a eso. Por supuesto que querrías lucir como un pez gordo frente a tus nuevos aprendices”.

Era casi impresionante lo bien que había envuelto las cosas por sí mismas allí. Con algunas palmadas amistosas en la espalda de Jalil, Nokopara finalmente se dio la vuelta y se dirigió de nuevo hacia las mesas. Podía oír al hombre lagarto dar un pequeño suspiro de alivio.

En serio, ¿cuál era el problema de ese tipo? Nos acosaba constantemente. ¿Se enamoró de mí o algo así? No… en todo caso, parecía que pasaba más tiempo mirando a Ruijerd.

¿Quizás le gustaban los hombres duros y con cicatrices?

De alguna manera, lo dudé.

“Está bien entonces. ¿Por qué no le echamos un vistazo a la tabla de trabajo?”

A medida que nos adentrábamos más en el gremio, algunas personas nos disparaban miradas peculiares. Por ahora, era mejor que fingiéramos no darnos cuenta. Como aparentemente los tres éramos “aprendices” ahora, me propuse hacerle algunas preguntas a Jalil y Vizquel mientras mirábamos los trabajos en el rango de D- a B-rango.

“¿Hay alguna diferencia entre los trabajos de cosecha y los de recolección?”

“¿Eh? U-uh, seguro. Lo llaman cosechar cuando se recolectan plantas. Las de recolección son principalmente para cosas de monstruos, supongo…”

La respuesta de nuestro nuevo mentor fue un poco imprecisa, pero parecía más o menos exacta. Los trabajos de cosecha parecían consistir principalmente en encontrar hierbas medicinales y cosas por el estilo… mientras que la recolección era más bien un recurso general para otros tipos de “misiones de búsqueda”.

“Oh, claro. ¿Ruijerd?”

“¿Qué pasa?”

“Lo siento, pero creo que debemos concentrarnos en ganar dinero y aumentar nuestro rango por un tiempo.”

“…¿Por qué te disculpas conmigo?”

“Porque estamos poniendo ese otro asunto en segundo plano”.

Les dije a Jalil y a Vizquel que difundieran la noticia de Dead End. Sin embargo, no esperaba mucho en ese frente. Había considerado brevemente la posibilidad de microgestionarlos para asegurarme de que estuvieran ayudando a la gente con una sonrisa, pero, fundamentalmente, me pareció más inteligente mantenerse alejado de ellos. Mientras nos mantuviéramos alejados de estos dos, podríamos liberarlos si fuera necesario. Incluso si sus actividades criminales fueran descubiertas, e incluso si trataran de echar la culpa al Dead End, se reirían de ellos; después de todo, estaban mucho mejor posicionados que nosotros, y todos sabían que Ruijerd era un “farsante”.

“Está bien, Rudeus. Lo entiendo.”

Como Ruijerd no planteaba ninguna objeción, procedí a seleccionar algunos trabajos en consulta con Jalil.

***

Después de intercambiar unas palabras de saludo con los guardias de la puerta, los tres salimos de la ciudad.

En las cercanías de Rikarisu, parecía que los Coyotes Pax, los Lobos Ácidos, las Grandes Tortugas y las Tortugas Gigantes de Piedra eran sus mejores apuestas cuando se trataba de cazar monstruos. Los Coyotes Pax en su mayoría fueron matados por sus pieles; los Lobos Ácidos por sus colmillos y colas; las Grandes Tortugas eran montones de carne; y se podían encontrar piedras mágicas dentro de las Tortugas de Roca Gigantescas. Habíamos decidido ignorar a las Grandes Tortugas esta vez, principalmente porque su carne era absurdamente pesada.

Las tortugas gigantes de roca eran objetivos prioritarios. Las piedras mágicas que obtuviste de ellas eran pequeñas pero valiosas, lo que permitía algunas cacerías muy eficientes. El único problema era que eran monstruos bastante raros en este momento, y no se podía encontrar ninguno demasiado cerca de los lugares donde vivía la gente.

Terminé haciendo un trabajo de recolección de pieles de Coyote Pax en el gremio. Considerándolo todo, nos pareció nuestra mejor apuesta, ya que venían en grupos de tamaño decente que te permitían obtener un buen beneficio de una sola batalla.

Por supuesto, eso sólo hizo que las cosas fueran un poco más eficientes, dado que teníamos que rastrearlas y desollarlas… así que si nos encontrábamos con algún lobo ácido por ahí, yo también planeaba cazarlas. No habíamos aceptado ningún trabajo para reunir materiales de ellos, pero con las misiones de recolección, se podía hacer la parte de recolección real antes de aceptar un trabajo. Una vez que tuvieras suficientes materias primas, podrías asumir la tarea y llevarlas directamente al mostrador de compras del gremio.

En cualquier caso… los Coyotes Pax eran nuestro principal objetivo por ahora. Por lo general, se obtiene un máximo de diez por grupo. Dado el tiempo que llevaría localizarlos y desollarlos después, inicialmente había asumido que no seríamos capaces de matar a tantos en un solo día.

Sin embargo, después de que cazamos y despellejamos a nuestro primer grupo, Ruijerd comenzó a reunir sus cadáveres en un montón. Al principio, no entendía lo que estaba haciendo.

“¿Puedes esparcir el aroma usando magia de viento, Rudeus?”

Ah. Ahora todo tiene sentido. Íbamos a usar el olor de su sangre para atraer a otros monstruos a este lugar. Procedí a elevar el aire en varias direcciones, haciendo publicidad de nuestra pila de carne fresca a toda el área circundante.

“Las tortugas gigantes de piedra no pueden ser atraídas de esta manera, pero deberíamos atraer a todos los Coyotes Pax al menos en las cercanías.”

Se disparó tal como Ruijerd dijo que se dispararía. Al final de ese día, habíamos matado a más de cien  Coyotes Pax,  lo suficiente como para preguntarme  si podríamos haberlos erradicado completamente de esta área.

Había sido una empresa muy agitada. Ruijerd y Eris masacraron oleada tras oleada de monstruos durante horas y horas. Y me agaché detrás de ellos, trabajando febrilmente para desollar las malditas cosas.

Fue un trabajo agotador y repetitivo. Después de la piel número treinta o así, mis brazos se hicieron pesados, mis hombros empezaron a doler, y el olor de la sangre se convirtió en algo muy nauseabundo. Entreteniéndome con fantasías de monstruos que instantáneamente se transformaron en oro una vez que su HP llegó a cero, me las arreglé para seguir luchando durante algún tiempo, pero tuve que dejarlo después de unas setenta pieles.

En este punto, cambié de lugar con Eris.

Matar a los Pax Coyotes con magia demostró ser mucho menos agonizante que desollarlos. Recogí las cosas una por una durante un tiempo, ajustando lentamente el poder de mis hechizos para evitar que se rompieran o causaran demasiado daño a sus pieles. Este era definitivamente mi tipo de trabajo. En realidad, implicaba un pensamiento consciente para una cosa.

Pero justo cuando yo empezaba a divertirme, Eris tiró la toalla, habiendo conseguido unas treinta pieles. Evidentemente, ella estaba aún menos hecha para el trabajo manual que yo.

Supuse que Ruijerd se haría cargo del desollado ahora, pero a estas alturas ya casi teníamos demasiadas pieles: el montón se estaba volviendo difícil de manejar. Hicimos el llamado para empezar a llevar las cosas de regreso a la ciudad, un trabajo que requeriría múltiples viajes.

“Espera”, interrumpió Ruijerd.

“Antes de eso, deberíamos quemar los cadáveres.”

“¿Quieres quemarlos? ¿No los asaremos o lo que sea?”

“La carne de Coyote Pax es realmente asquerosa. Sólo vamos a prenderles fuego y enterrarlos”.

Cuando dejabas un montón de cadáveres tirados por ahí, servían como fuente de alimento para otros monstruos, alentándolos a multiplicarse. No bastaba con prenderles fuego para disuadir a los monstruos de comérselos; y si los enterrábamos, al parecer volverían como “Coyotes Zombies”. Por consiguiente, había que quemar las cosas y enterrarlas después.

Un pequeño y bonito plan se me ocurrió al instante:

1. Mata a los Coyotes Pax. Toma pieles.
2. Enterrar los cuerpos como están, provocando toneladas de Coyotes Zombis.
3. Espera a que se publique un trabajo de Coyotes Zombis en el gremio.
4. ¡Ganancias!

Desafortunadamente, Ruijerd rechazó la sugerencia. Parecía que permitir deliberadamente que los monstruos se multiplicaran era un tabú importante en estos lugares.

Desearía que escribieran estas pequeñas reglas locales en alguna parte, viejo… “Pero no hicimos estas cosas por los monstruos que matamos en nuestro viaje hasta aquí, ¿verdad?”

“No es necesario cuando sólo has matado a unos pocos.”

Parecía una regla muy vaga. Aún así, un montón de cuerpos infectados de esta masa parecía ser problemático también desde el punto de vista de la salud pública. Como no pude encontrar ningún motivo real para una objeción, procedí a quemar los cuerpos.

Para cuando terminamos de llevar nuestras pieles de regreso a la ciudad, el sol se estaba poniendo. Nuestra primera cacería finalmente había terminado. Había sido muy productiva. Estaba listo para regresar a la posada y dormir un poco.

¿Iba a estar ahí fuera despellejando docenas de esas cosas mañana? Sentí que nos habíamos ganado un día libre…

“Hoy hemos sacado mucho provecho, ¿eh? ¡Hagámoslo mejor mañana!” Pero ante el entusiasmo de Eris, no podía estar en desacuerdo.

***

Apenas tres días después, “Dead End” ascendió formalmente al rango E.

“Buen trabajo ahí fuera.” Con unas pocas palabras de agradecimiento, le di a Jalil una décima parte del dinero que habíamos ganado en la cacería de ese día.

“Gracias, amigo.”

Diez por ciento era lo que habíamos acordado, pero… no parecía tanto dinero. Cuando le pregunté a Jalil si realmente se las arreglaban, me explicó que no sólo era un aventurero de profesión, sino que también tenía un negocio en la ciudad.

“¿Qué tipo de negocio?”

“Uh, una tienda de mascotas.”

Oh wow. ¿Así que primero los vendes y luego los robas? Un poco sucio, amigo.

 “Sí, lo sé.”

El negocio de la tienda de mascotas era aparentemente legítimo. Atraparon animales callejeros por toda la ciudad, los entrenaron un poco y luego los vendieron como mascotas. Jalil era miembro de la raza rugoniana, un pueblo conocido por su experiencia en la doma de bestias. Con la ayuda de técnicas transmitidas de generación en generación, supuestamente podía “domesticar” cualquier cosa, desde un chucho callejero hasta una orgullosa mujer guerrera de la tribu Beastfolk.

Dios mío, qué tribu tan malvada. 

Fue bueno que Eris y Ruijerd estuvieran aquí conmigo, o quizá terminé arrastrándome a sus pies y pidiendo consejos.

Dejando todo eso a un lado, esta tienda de mascotas sonaba como una operación rentable, con una ventaja para la ciudad en su conjunto, ya que estaba sacando animales potencialmente peligrosos de las calles.

“Así que, uh. ¿Por qué empezaste a secuestrar mascotas si ya tenías una línea de trabajo legítima?”

“Al principio, sólo recibíamos a los que se perdieron, pero…. supongo que algo se nos metió.”

Seguro. Debe haber sido muy tentador cuando se les metió la idea en la cabeza. Y una vez que cedieron a esa tentación, todo fue cuesta abajo desde allí.

“De todos modos, ¿no es difícil dirigir una tienda mientras se trabaja como aventureros?”

“No, en realidad no. Tenemos suficientes mascotas para que nos duren un tiempo”.

Al parecer, sólo mantuvieron la tienda abierta hasta la tarde, y luego pasaron a trabajar en tareas del gremio durante el resto del día.

“Bueno, supongo que de cualquier manera no es nada del otro mundo. Siempre y cuando sigas haciendo tu trabajo”.

“No te preocupes por eso, jefe, somos aventureros por derecho propio. Y nos estamos asegurando de correr la voz sobre el Dead End también.”

Hmm. Si tú lo dices… 

***

Nos habíamos gastado un poco de dinero en ese momento, así que parecía que ya era hora de comprar ropa nueva y armadura de combate.

Eris no tardó mucho en decidirse. Ella sólo quería algo resistente pero ligero y fácil de llevar, un criterio que la llevó a tener un par de pantalones menos que elegantes.

Parecía una elección sensata, especialmente dadas las circunstancias actuales, pero sentí que no estaría de más tener al menos una opción “femenina”. Sin embargo, cuando le señalé a Eris un vestido rosa de una pieza con volantes que había visto en una esquina de la tienda, ella puso una mueca de asco.

“…¿En serio quieres que me ponga algo como esto?”

“No puede hacer daño tener al menos un vestido femenino, ¿verdad?”

“¿Ah, sí? Entonces, ¿qué tal si compras algo varonil, Rudeus?”

Me empujó un chaleco de piel. Parecía algo que un bandido de montaña podría usar.

Hmm. Así que si me pongo esto, ¿Eris usaría un vestido con volantes?

 No pareció un mal trato ni por un segundo, pero luego me imaginé a los dos parados uno al lado del otro con nuestros nuevos trajes y de inmediato abandoné la idea.

Una vez que terminamos de comprar ropa, nos dirigimos a una armería local.

Eris aún no había sufrido ninguna herida grave en combate, y yo podía usar la magia de curación para tratar cualquier herida menor, así que tenía la impresión de que ella no necesitaba armadura. Pero como Ruijerd me dijo: “Tus hechizos no pueden curar heridas fatales o restaurar un miembro perdido, y Eris aún no está acostumbrado a la batalla. La complacencia y el descuido pueden costarles la vida a los jóvenes guerreros”. No fue una buena idea que se quedara sin equipo defensivo.

La armería era un establecimiento grande e impresionante, aunque todavía un poco más tosco que las tiendas que había visto en Asura. Los artículos que se exhibían en el interior eran universalmente más caros que los que se podían comprar a los vendedores ambulantes de la ciudad. Los puestos y los carros eran su mejor opción para los artículos más baratos, y a veces descubría una joya escondida entre los montones de chatarra, pero las tiendas como ésta ofrecían una calidad confiable y una selección superior. También tenían una amplia gama de tamaños… lo que fue muy útil, dado que los dos éramos niños.

“Proteger tu corazón es muy importante, así que creo que deberíamos comprar el mejor que podamos…”

En este momento, estábamos eligiendo una coraza para Eris. Había una gran variedad de estos para las mujeres guerreras en particular, diseñados para adaptarse a las personas con diferentes tamaños de busto.

“Esto se ve bien para mí”, dijo Eris, usando un modelo de piel de bestia que le quedaba perfecto.

“¿Qué piensas, Rudeus?”

Bueno, si ella preguntaba, yo iba a mirar. Hmm…. No está mal.

“Probablemente deberías ir con uno que sea una talla más grande.”

“¿Por qué?”

Vamos, piénsalo.

“Todavía estamos creciendo niños. Cualquier cosa que te quede bien ahora será demasiado pequeña en poco tiempo”. Elegí una coraza similar en un tamaño un poco más grande y se la di a Eris.

“Está todo suelto sobre mí…”

“No, estás bien. No te preocupes por eso.”

Murmurando quejas, Eris procedió a escoger otros pedazos de armadura para varias partes de su cuerpo. Todas las peleas que habíamos estado haciendo últimamente le habían dado una idea de dónde era más vulnerable a las lesiones. No fue difícil encontrar equipo para proteger sus articulaciones y órganos vitales.

Sin embargo, su cabeza planteaba más bien un dilema. Un casco demasiado pesado sólo la ralentizaría. Aún así, no queríamos dejar una parte tan importante de su cuerpo totalmente indefensa.

“¿Qué tal algo como esto?” Dije, presentándole un casco que me recordaba a uno de los malvados hermanos Hokuto.

“De ninguna manera”, dijo con una mueca.

Las chicas de hoy en día. No hay aprecio por los clásicos.

 Seguimos probando todo tipo de cascos diferentes, pero Eris rechazó cada uno de ellos por motivos de pesadez, fealdad, olfato, o por ser demasiado difícil de ver. Al final, se decidió por una especie de cinta para la cabeza; tenía placas de hierro cosidas en ella para ofrecer alguna protección.

Por supuesto, la capucha que habíamos comprado antes era únicamente para esconder su llamativo cabello rojo. No tenía sentido desde una perspectiva defensiva.

“Supongo que eso es todo. ¿Qué opinas, Rudeus? ¿¡Parezco una aventurera!?”

Con la espada de sable que Rowin nos había dado atada a su cadera, Eris giró para mostrar su nueva armadura ligera. Para ser honesto, parecía un poco como un cosplay… especialmente porque esa coraza no le quedaba bien.

“Espléndido, señorita. Simplemente espléndido. Eres la imagen misma de una guerrera experimentada”.

“¿Tú crees? Hehehehe…”

Eris puso sus manos sobre sus caderas y se miró a sí misma con una sonrisa satisfecha. Mientras ella saboreaba el momento, regateé el costo de su equipo a una moneda de hierro. No es una compra menor, pero estábamos comprando una armadura completa aquí.

“¡De acuerdo, Rudeus! ¡Tú eres el siguiente!”

“No creo que realmente necesite nada, ¿verdad?”

“¡Por supuesto que sí! ¡Eres un mago, así que deberías tener una túnica!”

Tengo la impresión de que Eris tenía cierta afición por las historias en las que un heroico joven guerrero se embarcaba en una aventura con un amigo de la infancia que hacía uso de la magia a su lado. Había noches en las que la niña apenas dormía, pero era muy valiente durante las horas del día.

Ah bien. Supongo que te seguiré el juego.

 “Oiga, señor. ¿Tienes alguna túnica que me quede bien?”

El anciano dueño de la tienda de armaduras caminó en silencio y abrió uno de sus armarios.

“Aquí. Estos fueron hechos para hobbits.”

Dentro, había una gran variedad de túnicas de colores, todas con diseños ligeramente diferentes. Parecían venir en cinco tonos: rojo, amarillo, azul, verde y gris. Ninguna fue particularmente vívida.

“¿El color hace alguna diferencia?”

“Los de color tienen pelo de monstruo entretejido en la tela. Te da un poco de protección contra un elemento específico”.

“Bien, entonces el rojo sería fuego, y el amarillo debe ser tierra… ¿Qué son los grises?”

“Sólo tela lisa”.

Ah. No es de extrañar que sean básicamente a mitad de precio. El costo de los otros colores también varió ligeramente. Probablemente tuvo algo que ver con los materiales que usaron para hacerlos.

“¡Así que supongo que querrías uno azul, Rudeus!”, dijo Eris.

“Hmm, me pregunto…” En el combate a corta distancia, se me conocía por usar explosiones para hacerme volar por los aires. ¿Tal vez rojo o verde sería lo mejor? Hmm… ¿detenerse o irse?

“¿Qué tipo de hechizos conoces, muchacho?”

“Puedo usar todas las disciplinas de la magia de ataque.”

“Hmm. Bueno, eso no es poco. Y yo que pensaba que eras sólo un niño… Vale. Este puede que te cueste un poco más, pero…”

Después de hurgarse un momento entre las túnicas, el viejo sacó una que tenía un tono de gris notablemente más oscuro.

“Esa es una auténtica piel de rata Mackey”.

“¿Raton M-Mackey….?”

“Dije rata, chico. No es un ratón”.

La imagen de un tipo amistoso en pantalones cortos de color rojo brillante flotó brevemente en mi mente; agité la cabeza violentamente hasta que desapareció. La túnica se parecía más a una tela que a la piel de un animal, pero esa era probablemente la naturaleza del material.

“¿Qué ventajas ofrece esta?”

“No ofrece ninguna protección especial contra la magia, pero es duro como el infierno.” Me lo puse, sólo para ver cómo se sentía.

“Es un poco holgado para mí. ¿No hay ninguna más pequeña?”

“Es el más pequeño que tengo”.

“Deben hacer algo para los niños, ¿verdad?”

“¿Por qué lo harían?”

Ahora sabía cómo se debía sentir ese pequeño tipo de judo cuando intentó ponerse un traje normal por primera vez. Ah bien. Todavía era un niño en crecimiento, así que tal vez esto estaba bien. La cosa parecía estar hecha de material de calidad al menos…. A juzgar por la sensación, probablemente proporcionaría alguna protección contra las armas punzantes.

Me gustó un poco que estuviera hecho de un roedor de piel gris también. Encaja perfectamente con mi apellido.

“Hmm, vale. Tal vez vaya con este”.

“Te gusta eso, ¿eh? Son ocho monedas de chatarra”.

“Bueno, veamos…”

Después de regatear con el viejo lo mejor que pude, terminé comprando la bata por seis hierros de chatarra.

Mientras estábamos en ello, también recogí otras dos cintas para la cabeza como la de Eris, pero en colores diferentes. Estos eran para Ruijerd y para mí. Podríamos usar uno para esconder ese ojo en su frente si alguna vez sintiéramos la necesidad.

¿Por qué necesitaba uno, se preguntarán?

Bueno… no es divertido ser el hombre extraño fuera, ¿sabes?

***

Por cierto, le pedí a Ruijerd que espiara a Vizquel mientras Eris y yo salíamos de compras. No esperaba mucho de ella y de Jalil, pero dependiendo de cómo se comportarán, existía la posibilidad de que nuestra reputación se viera gravemente dañada. Me pareció prudente al menos comprobar cómo están.

Sin embargo, cuando se lo expliqué a Ruijerd, me respondió que nunca debería haber unido mis fuerzas con ellos si estaba tan preocupado por su carácter. Definitivamente es un buen punto. Pero, por otro lado, nuestro acuerdo con ellos había producido algunos beneficios financieros importantes. Por el momento, un poco de paranoia parecía un pequeño precio a pagar.

En pocas palabras, nuestros amigos cazadores de mascotas estaban realizando sus tareas de manera admirable. Se acercaron incluso a puestos de trabajo de rango F con una actitud positiva y una diligencia sorprendente.

Hoy, Vizquel había hecho un trabajo de desinsectación. Su objetivo era erradicar una infestación de bichos repugnantes que habían ocupado la cocina de alguien.

Vizquel era miembro de la raza Zumeba, cuya saliva era venenosa, pero también muy atractiva para todo tipo de insectos. Cualquier insecto que lo ingiera moriría o quedaría totalmente inmóvil, lo que le proporcionaría a la Zumeba un sabroso bocadillo.

En otras palabras, Vizquel nació para hacer este tipo de trabajo.

El cliente era una mujer mayor, aparentemente una mujer testaruda y malhumorada que no paraba de fruncir el ceño. La impresión de Ruijerd era que no dudaría en ahuyentar a cualquiera que la desagradara en lo más mínimo.

No llegó a eso, por supuesto. Vizquel se puso a trabajar de inmediato y aniquiló eficazmente a los insectos; Ruijerd confirmó después del hecho de que no quedaba ni un solo insecto vivo en la casa de la anciana. Vizquel incluso tapó algunos huecos con algún tipo de sustancia similar a un hilo, como medida preventiva contra la invasión desde el exterior.

“Gracias, Vizquel. Esas cosas me estaban volviendo loca”.

“No hay problema. Si alguna vez necesitas algo, recuerda el nombre Dead End Ruijerd, ¿de acuerdo?”

“¿Dead End Ruijerd? ¿Es ese el nombre de tu nuevo Grupo?”

“Sí, más o menos.”

Después de hacer publicidad de nuestra marca, Vizquel le dio a la anciana unos trozos de cebo extra hechos de su saliva, y luego se despidió cortésmente. Una vez terminado su trabajo, se reunió con nosotros en el gremio para encargarse del intercambio de recompensas.

“Suena como si estuviera haciendo un buen trabajo ahí fuera, ¿eh?”

“…Sí.”

Ciertamente no esperaba ese nivel de perfección. No sólo Vizquel ya estaba familiarizada con el cliente, sino que había ido más allá en el servicio de atención al cliente. Probablemente dejó una impresión mucho mejor que la que tendría mi acto de vendedor a domicilio improvisado.

“Supongo que no están podridos hasta la médula después de todo, Ruijerd.”

“Tal vez no.”

Para ser justos, yo también había sospechado un poco de ellos, pero supongo que no estábamos pidiendo tanto. Básicamente estaban haciendo trabajos ordinarios y mencionando el “Dead End” al final. Si les hicimos pensar que cooperar con nosotros significaba dinero fácil para ellos, eso fue lo mejor. Eso los haría menos propensos a traicionarnos también.

“Sin embargo, el hecho es que cometieron muchos actos malvados.”

“Sí, tienes razón. Pero ahora mismo, están ahí fuera trabajando honestamente… como tú, Ruijerd”.

“Mm….”

Ser un “criminal” no significa que seas irredimible; eso se aplica a ellos tanto como a Ruijerd y a mí. Parecía una buena señal de que habían dejado de secuestrar mascotas a pesar de que nosotros no les habíamos dicho que lo hicieran.

Dicho esto, sólo llevábamos tres días en esta sociedad. El recuerdo de su roce con la muerte

aún estaba fresco en sus mentes.

“Por supuesto, puede que sólo sigan el juego por el momento. Deberíamos seguir vigilándolos así cada vez que cambie algo”.

Ruijerd frunció el ceño ante eso.

“Uniste fuerzas con esta gente. ¿No confías en ellos en absoluto?”

“Por supuesto que no. Las únicas personas en las que confío en esta ciudad son tú y Eris, Ruijerd”.

“…ya veo.”

Empezó a alcanzar mi cabeza, pero se detuvo.

Confiaba en Ruijerd, pero sentía que estaba empezando a perder su confianza.

Pero podría vivir con eso. Mi objetivo era regresar al Reino de Asura con Eris. Haría todo lo posible por mejorar la reputación de los Superd mientras estaba en ello, pero ganarme el respeto de Ruijerd no estaba en mi lista de objetivos críticos.

“Entonces, ¿por qué no regresamos?”

Nos dirigimos hacia nuestra posada a través de calles iluminadas sólo por piedras de iluminación.

Considerando todas las cosas, nuestra carrera de aventureros tuvo un buen comienzo.