Tensei Shitara Slime Datta Ken (NL)

Volumen 1

Capitulo 2: Batalla en la Aldea Goblin

Parte 6

Básicamente, tenía tres reglas en mente: tres principios rectores que quería asegurar a todos. Todo lo demás, me imaginé que podrían darse cuenta por sí solos.

“¿Todos están aquí? ¡Todo bien! ¡Tengo algunas reglas que imponer para este pueblo! Tres, para ser exactos. Lo mínimo que quiero que todos ustedes sigan”.

Y así puse mis normas:

1. No atacar a seres humanos.

2. No pelees con tus amigos.

3. No menosprecies a otras especies.

Podría haberme ido con más si seguía pensando en ello, pero no podía esperar que siguieran demasiadas desde el principio. En su lugar, me limité a lo básico. ¿Pero cómo lo tomarían?

“¿Puedo hacer una pregunta?”, Gritó Rigur.

“¿Por qué no se nos permite atacar a los humanos?”

Rigurd le dio a su hijo la mirada más aguda que he visto en un hobgoblin. ¿Tenía miedo de que me ofendiera? Ojalá pudiéramos mantener las cosas un poco más informales, pero… “Simple: ¡Porque me gustan los humanos! Eso es todo”.

“¡Ah! ¡Muy bien! ¡Entiendo!”

¿Es así? Bueno, cielos, eso fue fácil. Pero no pude leer un solo indicio de disidencia en ninguno de sus rostros. Esperaba un poco más de debate sobre el tema. Hablando de una decepción.

“Los seres humanos viven en grupos”, continué, dando mi explicación completa aun si lo necesitaban o no. “Si les atacas, pueden tomar represalias, y si te tiran todo lo que tienen, dudo que puedas defenderte. Es por eso que prohíbo interferir con ellos. Sería bueno para todos si fueran amigables con ellos…”

Realmente, sin embargo, solo me gustan los humanos, ya que solía ser uno.

Ranga asintió profundamente ante esto. Parecía tener sentido para él. Debió tener sus propias razones para pensar que desafiar a la humanidad era una mala idea. Los hobgoblins, mientras tanto, parecían aún más convencidos que antes, así que no me molesté en pensar mucho en ellos.

“¿Hay algo más?”

“¿Qué quiere decir con ‘No menospreciar a otras especies’?”

“Bueno, todos ustedes están recién evolucionados, ¿verdad? Solo digo que no dejen que eso les afecte y empiecen a pensar que todas las especies son más débiles. El hecho de que todos sean un poco más robustos no significa que ahora sean una raza mayor y poderosa. Tarde o temprano, sus rivales se volverán igual de fuertes, o incluso más fuertes, y querrán volver contra ustedes. Eso apestaría, ¿no?”

Todos estaban prestando atención. Parece que eso funcionó bastante bien. Estaba seguro de que algunos de ellos no escucharían la razón, pero de todos modos es mejor tratar de cortar estas cosas de la raíz.

“Eso es prácticamente todo. Apéguense a esas reglas todo lo que puedan, ¿de acuerdo?”

Las primeras reglas que tuvo el pueblo fueron grabadas en piedra. Todos asintieron su aprobación, y con eso, el telón se levantó en una nueva vida para todos.

Con las leyes locales fuera del camino, era hora de comenzar a repartir roles. La guardia del pueblo, el equipo de preparación de alimentos, el grupo que recolección de materiales para que el pueblo haga las cosas, los que construyen casas y herramientas y cosas por el estilo…

Decidí asignar el deber policial a la Comunicación de Pensamiento usando a los lobos de tempestad. Quedaban siete después de que todos se emparejaron, y con Ranga prácticamente pegado a mi trasero, eso hizo que solo seis pudieran ser enviados a patrullar.

Más allá de eso, pensé que le dejaría los detalles a Rigurd.

“Rigurd, ¡por la presente te nombro ‘señor goblin’! Será tu trabajo mantener a este pueblo bien administrado y bien gobernado”.

En otras palabras, tiré todo sobre su regazo. Lo más duro posible.

Pero piénsalo. Trabajé para un contratista en la Tierra. No soy gobernante Y si me casara demasiado con este pueblo, nunca tendría la oportunidad de visitar un pueblo humano. Incluso si eso significaba ser un poco agresivo, tendría que entregárselo a él algún día.

Esperaba una negativa, pero…

“¡¡S-sí, Rimuru-sama!! ¡¡Le prometo que yo, Rigurd, me dedicaré en cuerpo y alma a este puesto!!” Estaba llorando, lágrimas de alegría.

Lo suficientemente justo. Que el rey reine, no gobierne. O al menos, permítale dar las órdenes de vez en cuando, y déjelo solo, de lo contrario…

Sabes, me parece recordar que Rigurd era un goblin arrugado cuando nos conocimos. Ahora es un goblin en el mejor momento de su vida: en forma, musculoso y lleno de energía. Incluso podría ser más fuerte que Rigur. ¿Cómo ocurrió eso? Cuanto más me meto con estas cosas mágicas, más loco me parece todo.

“Muy bien”, respondí.

“¡Está en tus manos ahora, Rigurd!” Ahora, yo estaba viendo los trabajos de construcción. Es terrible, ¿verdad?

Apenas se podrían llamar casas a las estructuras. Estos eran goblins más fuertes e inteligentes ahora, pero supongo que pedirles que desarrollen repentinamente habilidades técnicas era pedir demasiado.

“Me duele admitirlo, Rimuru-sama. Nunca tuvimos la necesidad de edificios muy grandes en el pasado…”

“Sí. Ustedes son más grandes ahora, después de todo. En cuanto a la ropa… Todos ustedes están exponiendo demasiada piel. ¿Podrías pasar a algo de ropa?”

“¡Ah! ¡Sí! Hay algunas personas que conozco con las que hemos tenido trato varias veces. Tal vez podrían suministrar ropa que podría satisfacer nuestras necesidades. De hecho, con sus habilidades,

¡también podrían saber cómo construir casas!” Hmm…

Habiendo trabajado para un contratista, me interesaba la calidad de construcción decente. Sin embargo, en términos de lo que realmente podía construir, mi habilidad se limitaba a proyectos básicos de bricolaje los domingos por la tarde. No era suficiente para servir como capataz de construcción. Si estos empresarios pudieran ayudar con eso, tal vez valdría la pena visitarlos.

“Ya veo”, le contesté.

“No estaría mal hablar con ellos. Sin embargo, ¿con qué les pagaste? ¿Dinero?”

“No, Rimuru-sama. Tenemos alguna moneda que confiscamos a los aventureros, pero que permanece en el almacenamiento. En cambio, hemos obtenido los materiales que necesitamos a través del trueque o de trabajo corto plazo”.

“Oh. ¿Entonces, quiénes son esos chicos?”

“Son conocidos como enanos”.

¡Enanos! ¡La infame raza de herreros! ¡Tengo que conocerlos! Y mientras que la crisis del taparrabos había captado la mayor parte de mi atención, había que hacer algo con respecto a sus capacidades defensivas. Su armadura no ofrecía más protección que una tela, y ni siquiera podían usarla, porque ya no les quedaba. Ciertamente era un problema, y enfrentarlo ahora mismo sería matar dos pájaros de un tiro.

Sólo un problema. Casi nada de lo que se habían apoderado de los aventureros que pasaban ya era de mucho uso, y el dinero que habían acumulado no podía ser mucho. ¿Qué podríamos intercambiar? Otro problema para dejar de lado para más tarde, tal vez…

“Intentaré visitarlos. ¿Puedes hacer los arreglos para mí, Rigurd?”

“¡Ah! ¡Ah, por supuesto, Rimuru-sama! ¡Tendré todo listo para su viaje mañana por la tarde!”

Sonaba lo suficientemente entusiasmado como para que me sintiera seguro en sus manos. Probablemente él también me daría el dinero que quedara, no es que deba esperar mucho.

Moneda, sin embargo, ¿eh? Sería divertido si fuera papel.

Sin embargo, al pensar en eso, tampoco tenía mucho dinero a mi nombre.

El hecho de que la moneda existiera en este mundo era una agradable sorpresa, al menos. Pensé que sí, pero no tenía ni idea de cómo circulaba.

Una vez que llegue a una ciudad humana, tendré que ir y revisar los precios. Pero eso puede esperar hasta después de los enanos. Después de todo para el arduo trabajo para dar forma a esta ciudad, una visita pausada me sería maravillosa. Estaré con mi propia humanidad lo suficientemente pronto, verificando una de las otras razas que podría ayudarme a aprender un poco más sobre este loco mundo.

Aunque técnicamente era una especie de semihumanos, los enanos aparentemente vivían en grandes ciudades. También tenían un rey, aunque a ningún goblin se le permitía siquiera una mirada. El solo hecho de que se les permitiera ingresar a sus ciudades se consideraba un logro para los goblins.

Comencé a preguntarme sobre el estado de la discriminación de los goblins por aquí. Yo era un slime, después de todo. ¿Sería tratado de manera justa? Había muchas ansiedades que considerar, pero no podía esperar para conocer a algunos de esos pequeños. La emoción permaneció fresca en mi mente durante todo el resto de la noche.