Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 2

Capítulo Extra: La Diosa Del Bosque

Parte 1

Directamente al este del Reino de Asura y justo al otro lado de las montañas, en medio del Continente Central, había una esfera de muchas pequeñas naciones luchando entre sí por el dominio de la región. Este lugar, donde los países fueron construidos sólo para enfrentar su desaparición poco después y ser reconstruidos una vez más, fue llamada la Zona de Conflicto por los locales.

Uno de los países pequeños en la Zona de Conflicto fue el País Mercenario de Markien. Establecida por el gran mercenario que le dio nombre, se convirtió en una nación guerrera que basó su economía en el envío de mercenarios a los países vecinos.

Había una taberna en una de las esquinas de Markien. Allí, un mercenario se jactaba de una de las cicatrices que tenía sobre el hombro.

“¡Mira esta cicatriz! Lo conseguí durante la defensa de Rudomin”.

“¡Oh, esa batalla! Esa fue una dura lucha, ¿eh?”

“¿Dónde estabas asignado?”

“La puerta este del Fuerte Arus. Ese lugar era un infierno. Estuve a punto de perder mi maravilloso y amado brazo derecho”.

“El infierno ni siquiera empieza a describir lo que pasó allí. ¡Escuché que ustedes fueron flanqueados y sus fuerzas fueron devastadas!”

“No muy diferente de lo que les pasó en la Batalla Defensiva de Rudomin. Escuché que ustedes tenían sus rutas de abastecimiento cortadas, así que ni siquiera tenían comida”.

El país mercenario de Markien apoyó a todas las demás naciones por igual y sin discriminación. Los mercenarios que enviaron eran increíblemente temidos. Sus tropas eran grandes guerreros, sus comandantes calmados y tranquilos, y sus tácticos sobresalían en tácticas militares. Una vez que entraron en batalla, llevaron a sus aliados a la victoria sin falta. Eran un símbolo de triunfo y miedo en el campo de batalla. Eso era lo que significaba ser un mercenario de Markien.

“Es increíble que hayamos salido vivos de allí.”

“Bueno, eso es lo que se llama la gracia de la Diosa del Bosque.”

Uno de los mercenarios recuperó un colgante del bolsillo de su pecho. Había un relieve tallado en la madera, el perfil de una mujer con orejas de animal.

Al ver esto, el otro mercenario desenvainó la espada corta a su lado. La hoja estaba teñida de rojo con pintura.

“¡Luego un brindis, por la Diosa del Bosque Laine!”

“¡Que nosotros también seamos los vencedores en las próximas batallas! ¡Salud!”

Con sus objetos en una mano y sus copas de vino en la otra, los dos mercenarios bebían hasta la última gota de alcohol. Esa era su forma de rezar.

“¡Ahh, eso es algo bueno!”

“Sí, hay que tomar alcohol después de la batalla. Las pertenencias de Markien son las mejores”.

“¡Y las mujeres también!”

“¿Vamos al burdel después de esto?”

“Mantengamos esa parte en secreto para la Diosa”.

“¡Ahahahaha!”

La noche transcurría mientras los dos compartían alegremente las bebidas.

La Diosa del Bosque Laine era el dios de los mercenarios Markien. Según la leyenda, ella era la Diosa de la Salvación que apareció hace cien años cuando el país mercenario de Markien estaba al borde del colapso. Su guía de uno de los legendarios comandantes en jefe del país rescató al país del desastre.

Gracias a esa leyenda, muchos de los mercenarios de Markien creían que cuando estaban al borde de la muerte, la Diosa del Bosque aparecería de la nada y los salvaría. Por eso le rezaron.

Sin embargo, por extraño que parezca, sólo había un país en todo el mundo que creía en la Diosa del Bosque Laine, y ese era el País Mercenario Markien. ¿Por qué era sólo este país en particular el que tenía esa costumbre?

La respuesta fue una historia muy interesante.

***

Año cuatrocientos diecisiete del Dragón Blindado.

Fue el año del incidente del desplazamiento en el Reino de Asura. No habían pasado dos años desde que el Rey Mercenario Markien proclamó el establecimiento de la incipiente Patria Mercenaria de Markien. El país estaba al borde del colapso y se enfrentaba a una crisis.

Esto no fue algo raro. En la Zona de Conflicto, se establecieron y destruyeron países pequeños todo el tiempo. La gente esperaría una oportunidad para construir su propio país, con la ambición de apoderarse de toda la región y crear un país aún mayor, sólo para que ese sueño se haga añicos y se fragmentara. La Nación Mercenaria de Markien fue sólo otra víctima de ese ciclo, una nación desorganizada a punto de enfrentar el mismo destino; nada más y nada menos.

Aún así, no pasó nada sin una causa. Su primer paso en el camino de su destrucción fue la diplomacia. El país, cuya economía se basa en el despliegue de mercenarios, posee un poder nacional y militar superior al que se espera de un país en desarrollo. Sin embargo, esa fue la causa de su problema.

Los dos países en contacto más estrecho con Markien, el Reino Dikuto y el Imperio Broze, desconfiaban profundamente del país mercenario. Ellos conspiraron en su contra, y cuando las relaciones diplomáticas se rompieron, ambos países proclamaron la guerra a Markien simultáneamente.

Aunque era un país mercenario, era impotente contra el poder combinado de otras dos naciones. Markien hizo una muestra de resistencia feroz, pero perdió la mitad de su territorio tras la repentina entrega de una importante fortaleza y la pérdida de numerosas grandes batallas.

No había futuro para el país. Aquellos mercenarios que pensaban lo mismo huyeron a otros países o se convirtieron en traidores. Lo que se convertiría en la batalla decisiva, que más tarde se conocería como El lugar de la batalla final de Markien, tuvo lugar en una gran cuenca.

Markien reunió su fuerza militar y se posicionó contra los dos países aliados. Hasta ese momento, los dos países habían lanzado sus ataques por separado, pero la cuenca era un hito importante con bosques infestados de monstruos a ambos lados. Esto restringió su capacidad de maniobrar a través de él. Tuvieron que unirse.

Por eso también la cuenca era un punto clave. Una vez que Markien cayera, los otros dos países tendrían que controlar este punto para tomar el poder sobre el área alrededor de la capital. Además, una vez que eso terminó, era fácil imaginar el conflicto que estallaría entre el Reino Dikuto y el Imperio Broze.

Markien ya había tratado de sacar provecho de la naturaleza tensa de la relación entre esos dos países, pero su fuerza militar se vio reducida al punto en que tenían poca capacidad para levantar una oposición significativa. Estaban muy ocupados tratando de evitar el colapso del país.

***

Bigott Mercenal, el capitán de la tercera unidad de la Compañía Mercenaria de Markien, llevó a diez de sus hombres a las profundidades del bosque. El bosque de Ejin, como se le llamaba, estaba infestado de monstruos. Desde tiempos inmemoriales, el gobernante de esta zona había prohibido el paso por ella, o así lo declararon unánimemente los que vivían cerca. Los leñadores incluso se negaron a entrar en el bosque de Ejin. Esto significaba que era imposible pasar con las tropas. Incluso en la batalla actual, los dos países enemigos de

Markien evitaron acercarse al bosque.

El rey Markien decidió aprovecharse de eso. Sus tropas atravesarían el bosque y lanzarían un ataque sorpresa a uno de sus dos enemigos. Un plan simple pero efectivo.

Dicho esto, la fuerza militar de Markien no era lo que solía ser. Sólo el acto de invadir el bosque reduciría en gran medida su número cuando fueran abordados por varias bestias. Olvídate de lanzar un fuerte ataque sorpresa, parecía que sólo iban a despilfarrar recursos.

Ahí fue donde su estrategia entró en juego. En la batalla anterior habían conseguido varios trajes de armadura del Imperio Broze. Harían que algunos de sus soldados se los pusiesen y luego atacarían el Imperio Dikuto por detrás.

Los dos países habían formado una alianza temporal hasta que Markien fuera derrotado. Una vez que eso terminara, los dos comenzarían inevitablemente a luchar por el control de la tierra que habían conquistado. Incluso ahora las tensiones eran altas, ya que ambos países comenzaron a considerar qué métodos serían más beneficiosos para ellos. Sólo haría falta un pequeño empujón para que su alianza se rompiera, creando un conflicto entre ellos. Ese era el objetivo de Markien.

Bigott Mercenal, conocido por su audacia y determinación, fue el encargado de la operación. Pasaría por el bosque y lanzaría un poderoso ataque furtivo con una pequeña compañía de mercenarios.

Fue un esfuerzo increíblemente peligroso. No volverían con vida aunque tuvieran éxito. De hecho, podrían tener que quitarse la vida para evitar ser capturados. No pudieron traer nada que pudiera revelar su identidad. Nadie podía saber quiénes eran ni de dónde venían. No había honor en esta misión. En vez de eso, morirían como traidores.

A pesar de eso, Bigott le dijo a Markien: “No te preocupes, porque las historias sobre nosotros se transmitirán. Seguiremos viviendo como los héroes que llevaron a este país a la victoria durante una de sus grandes batallas, al igual que los legendarios dioses gemelos Migus y Gumis. ¿No es eso un honor en sí mismo?” Bigott asumió esta tarea, viendo la similitud entre él y los héroes legendarios de hace 400 años que murieron en la batalla contra Laplace.

Tenía diez hombres bajo su mando. Tres eran espadachines de nivel intermedio estilo Dios del Norte, mientras que los otros siete eran mercenarios no asociados con los tres estilos de espada. El mismo Bigott era un espadachín de nivel avanzado, pero su grupo no tenía curandero y ninguno de ellos era particularmente hábil.

En estos lugares, los magos eran muy valiosos para los grupos, pero como se estaban preparando para la batalla final, Markien no podía permitirse asignar ninguno a un equipo de peones desechables. La verdadera victoria significaba que el país tenía que desencadenar la guerra entre sus enemigos, capitalizar esa oportunidad y salir triunfante.

Hmph, nunca pensé que haría algo así, pensó Bigott, riéndose en autodestrucción.

Bigott estaba destinado a ser un mercenario. Nació en una banda de mercenarios. Su padre murió en batalla mientras su madre estaba embarazada de él, y su madre murió en batalla poco después de que él naciera. Fue vendido como esclavo y comprado por lo que con el tiempo se convertiría en la Compañía Mercenaria Markien. Ahí fue donde aprendió sobre la esgrima y la batalla. Desde entonces había vivido sólo por dinero y supervivencia. Nunca soñó que al final de todo esto, estaría luchando por el honor.

Como si fuera un caballero de algún reino, pensó. Todos sabían que los caballeros eran los únicos que morían por honor. Pero entonces se le ocurrió a Bigott. Tal vez sea un caballero. Un caballero de Markien. 

Le enorgullecía pensar de esa manera. Durante mucho tiempo, no había pertenecido a ninguna parte. Solo a través de grandes dificultades había llegado a ser capaz de llamar a Markien su hogar. Ahora lucharía para protegerlo. Se había burlado de esos ideales en el pasado por ser sentimental, pero ahora que estaba en una posición similar, no parecían tan malos después de todo.

“comandante, sólo un poco más lejos.”

“No bajes la guardia. Ahora que hemos llegado tan lejos, no queremos que nos maten los humanos”.

“Jaja, es verdad.”

Hasta ese momento, se habían encontrado con pocos monstruos. Habían estado caminando todo el día y sólo habían tenido dos roces. Fue como un milagro.

A pesar de eso, había perdido a uno de sus hombres. Se habían estado moviendo con el mayor cuidado posible, pero entre el crecimiento excesivo había un Tigre Hoja Roja. Atacó sin ser visto, y un soldado murió. Pero la bestia ya estaba muy herida y parecía estar huyendo de alguien. El Tigre Hoja Roja era la más temible de las bestias de este bosque. ¿Quién en el mundo pudo haber hecho eso?

¿Podría ser la persona que gobierna este bosque? se preguntó Bigott.

Había oído rumores sobre el gobernante del bosque antes. Karentosaurio, una bestia de clase A con un cuerpo gigante parecido a un lagarto de más de cinco metros de largo. No sabía si realmente existía o no, pero si lo hacía, seguramente sería capaz de dejar a un tigre Hoja Roja de clase B en estado crítico.

Eso también significaba que si eran atacados por una criatura así, ni él ni los nueve hombres que quedaban saldrían ilesos. Así que siguió adelante con más cautela que antes.

Afortunadamente, había experimentado maniobrar a través de un bosque, lo suficiente como para no encontrarse con ningún monstruo. Si encontraba alguno, al menos tenía la fuerza para matarlo antes de que pidiera ayuda. Siempre y cuando se las arreglaran, estarían bien.

Lamentablemente, Bigott y sus hombres no eran los únicos que lo pensaban.

“¿¡Qué!?”

“Huh!”

Antes de que Bigott se diera cuenta de lo que estaba pasando, él y sus hombres se habían encontrado con otro grupo. Este grupo también contaba con diez personas. Juntos, formaron un grupo de veinte hombres, todos ellos vestidos con armadura del Imperio Broze. La única diferencia era que Bigott y sus hombres eran falsos.

“¡Tú, danos el nombre de tu unidad!” Un hombre vestido con una brillante y llamativa armadura estaba ante Bigott, exigiendo que se identificara.

“¡Desenvainen sus espadas! ¡Que nadie regrese vivo!” Bigott ignoró la pregunta y en su lugar gritó a sus hombres, que desenvainaron sus espadas y saltaron sobre el enemigo.

“Desertores, ¿eh? ¡Muere!” El comandante del Imperio Broze los etiquetó así después de que lanzaran su ataque. Se equivocó, pero eso no cambió lo que había que hacer.

“¡Mátalos! Broze no necesita cobardes que huyan de la batalla!”

Los soldados de Broze fueron rápidos.

“¡Gah!”

“¡Maldita sea!”

En un abrir y cerrar de ojos, dos de los hombres de Bigott fueron asesinados. En unos instantes se pusieron a la defensiva. Los soldados del Imperio Broze eran increíblemente hábiles. Él no lo sabía en ese momento, pero en realidad estaban luchando contra los guardaespaldas personales del Emperador.

¿Qué hacían los guardaespaldas aquí en el bosque, lejos del Emperador? Fue por algo que pasó hace una hora. El emperador Broze estaba personalmente caminando por su campamento militar para inspirar a sus soldados cuando una bestia repentinamente surgió del bosque y atacó. La criatura fue rápidamente expulsada, pero el Emperador sufrió un pequeño rasguño por la lucha y recibió tratamiento médico después. Sin embargo, el hecho es que había sido atacado ante los ojos de sus soldados.