Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 2

Capítulo 2: ¿Todo De Acuerdo Al Plan?

Parte 2

No, eso era improbable. Ella era del tipo que pensaba que podría haber hecho lo mismo si no la hubieran golpeado. Además, eso le demostraría que la violencia trae resultados.

Yo necesitaba enseñarle que la violencia no te hace ganar nada, de lo contrario ella seguiría golpeándome. Yo no quería que ella sintiera que tenía ese poder.

Tampoco hay garantía de que tu puedas vencer a esos secuestradores, me di cuenta. Si ellos fueran tan fuertes como Paul o Ghislaine, yo estaba seguro de que perdería. Y si perdiera, definitivamente me matarían.

Bien, entonces salgamos de aquí sin meternos con los secuestradores.

 Miré hacia atrás para ver cómo estaba la Señorita. Cielos. Me miraba fijamente, con los ojos llenos de ira.

Hmm.

Empecemos con el plan.

Primero, usé magia de tierra y fuego para llenar las grietas de la puerta. Luego derretí la perilla de la puerta para que no se pudiera girar la manija. Ahora era sólo una puerta que no se podía abrir. Por supuesto, eso no significaba nada si lo atravesaban. Aún así, nos daría algo de tiempo.

A continuación, la ventana. Era un pequeño agujero con barras de metal dentro. Consideré centrar mi magia de fuego en un solo punto para quemar a través del hierro, pero eso necesitaría temperaturas demasiado altas para ser práctico. Al final, usé magia de agua para aflojar los ladrillos que enmarcan las barras de hierro. Una vez que los saqué con éxito, lo que quedó fue un agujero lo suficientemente grande como para que un solo niño pudiera pasar por él.

Ahora teníamos una ruta de escape.

“Señorita. Parece que la gente que nos secuestró le guarda rencor al señor feudal. Sus amigos de ellos van a estar aquí esta noche. Ellos sólo hablaban de cómo van a matarnos a golpes.”

“Eso tiene que ser mentira… ¿Cierto?”

Por supuesto que lo era. Pero la cara de la Señorita se había vuelto pálida de todos modos.

“No quiero morir, así que… ¡Adiós!”

Agarré la cornisa del marco vacío de la ventana y me levanté. Al mismo tiempo, una voz entró por la puerta.

“¡Hey, esto no se abre! ¿Qué demonios está pasando?”

¡Bang, bang! Ellos golpearon la puerta.

Desesperada, la Señorita me miró a mí y a la puerta.

“N…no… Me dejes atrás… Ayúdame.”

¡Oh wow! Ella cedió más rápido de lo que pensaba. Supongo que esta situación era aterradora incluso para ella.

Yo me tiré al suelo, me acerqué a ella y le susurré.

“¿Puedes prometerme que escucharás todo lo que te diga hasta que volvamos a la casa?”

“Y…yo escucharé, seguro.”

“¿Puedes prometerme también que no gritarás? Ghislaine no está aquí. ¿De acuerdo?”

Ella asintió vigorosamente.

“Te lo prometo. Así que date prisa… O ellos vendrán… ¡Ellos vendrán!”

Su comportamiento había cambiado completamente desde que me golpeó. Ella estaba llena de miedo e inquietud. Bien, ahora lo ha entendido.

Yo intenté sonar calmado y tranquilo.

“Si rompes tu promesa, te dejaré atrás.”

Reforcé la puerta con magia de la tierra. Luego yo usé fuego para quitarle las ataduras y curarla para restaurarle la salud.

Finalmente, yo salí por la ventana y saqué a la Señorita conmigo.

***

Una vez que escapamos del almacén, fuimos recibidos por un pueblo desconocido. No había muros de castillo. Esta no era Roa. No era lo suficientemente pequeño para ser un pueblo, pero era un pueblo muy pequeño. Tenía que pensar rápido o nos iban a encontrar.

“¡Hmph, Esto es lo suficientemente lejos!”

La Señorita dijo en voz alta. Parecía pensar que ya habíamos dejado atrás a nuestro enemigo.

“Tu prometiste que no gritarías hasta que llegáramos a casa.”

“¡Hmph! ¿Por qué tengo que cumplir las promesas que te hice?”

Ella lo dijo como si fuera lo más obvio del mundo.

¡Esta pequeña mocosa!

 “Oh. ¿En serio? Entonces aquí es donde nos separamos. Adiós.”

“¡Hmph!”

Ella ensanchó sus fosas nasales y comenzó a alejarse, pero entonces nosotros oímos gritos distantes y furiosos.

“¡Esos malditos mocosos! ¿¡A dónde diablos se fueron!?”

Ellos deben haber derribado la puerta o visto que faltaban los barrotes de las ventanas. De cualquier manera, ellos sabían que habíamos huido y nos estaban buscando.

“…¡Eek!”

La Señorita gritó y corrió hacia mí.

” Lo que dije hace un segundo era mentira. No gritaré más. ¡Ahora llévame a casa!”

“No soy tu sirviente, ni tu esclavo.”

Me irritó cómo cambió de opinión tan fácilmente.

“¿Qué estás diciendo? Eres mi tutor. ¿Verdad?”

“No, no lo soy.”

“¿Eh?”

“Tu dijiste que yo no te gustaba, así que no me contrataron.”

“B…bueno, entonces te contrataré.”

Dijo ella a regañadientes.

Yo necesitaba una promesa real esta vez.

“Otra vez con las promesas. Una vez que volvamos a la mansión, tu la romperás como lo hiciste hace un segundo. ¿Verdad?”

Yo lo dije, esperando que sonara tranquilo y distante, pero confiando en que ella no cumpliría su palabra.

“Y…yo no romperé mi promesa, así que… Yo exijo… N…no, quiero decir… ayúdame.”

“Tú puedes venir conmigo, siempre y cuando mantengas tu promesa de no gritar y escuchar lo que yo digo.”

“Lo entiendo.”

Ella asintió dócilmente.

Muy bien, pensé. Ahora pasemos al siguiente paso.

Primero, yo recuperé las cinco grandes monedas de cobre que había metido en mi ropa interior. Esto era todo el dinero que tenía. Diez grandes monedas de cobre formaban una moneda de plata, así que no era mucho dinero, pero sería suficiente para nuestros propósitos.

“Ahora ven conmigo, por favor.”

Nos dirigimos hacia la entrada del pueblo, lejos del lejano sonido de gritos de enojo. Un guardia dormido estaba de guardia. Le pasé una de mis monedas.

“Si alguien pregunta si nos has visto, por favor dígales a ellos que dejamos la ciudad.”

“¿Eh? ¿Qué? ¿Niños? De acuerdo, supongo. ¿Están jugando al escondite o algo así? Esto es mucho dinero. Cielos. ¿De qué familia rica son ustedes dos…”

“Por favor, sólo diles lo que te dije.”

“Sí, lo entiendo.”

Fue una respuesta grosera, pero no podíamos permitirnos el lujo de quedarnos.

Luego, yo me dirigí a la sala de espera de las carretas. La tarifa y las condiciones de uso estaban escritas en la pared, pero ya había leído esa información hace unos días. En vez de eso, estaba buscando la ubicación de la ciudad.

“Parece que estamos a dos ciudades de Roa, en un pueblo llamado Wieden.”

Yo le susurré a la Señorita.

Cumpliendo su promesa, ella respondió en voz baja.

“¿Cómo lo sabes?”

“Está escrito justo ahí.”

“Yo no puedo leerlo.”

Aquí vamos, yo pensé.

“Ser capaz de leer es realmente beneficioso. La forma en que trabajan las carretas también está escrita aquí.”

Aún así, fue increíble que ellos se las hubieran arreglado para llevarnos tan lejos en tan sólo un día. Me puso nervioso estar en una ciudad que yo no conocía, casi como si estuviera reviviendo un trauma anterior.

No, no, yo pensé. Esto es completamente diferente a aquella época en la que no sabía cómo encontrar la ubicación de Hello Work.

 Mientras yo pensaba, el sonido de los gritos se acercaba.

“¡Mierda! ¿¡Dónde diablos se esconden ellos!? ¡Salgan de aquí!”

“¡Escóndete!”

Agarré a la Señorita y me metí en el baño, cerrando la puerta con llave.

Afuera vino el estruendo de las pisadas fuertes.

“¿Dónde diablos están ellos?”

“¡No te atrevas a pensar que te escapaste de nosotros!”

Vaya, qué miedo.

Oh, ya basta. Actuando como si estuvieras cabreado mientras intentas cazarnos… Al menos podrías hablar con una voz dulce como un dueño tratando de sacar a su gato. Tal vez tengas alguna posibilidad de engañarnos para que salgamos. No funcionaría, por supuesto, pero al menos tendrías una oportunidad. 

“¡Maldita sea, ellos no están aquí!”

Al poco tiempo, sus voces se distanciaron. Nosotros tuvimos un momento para relajarnos un poco, aunque era demasiado pronto para bajar la guardia. Después de todo, cuando la gente estaba en pánico, tendían a dar vueltas y registrar la misma área repetidamente.

“¿Estamos bien?”

Tenía una mano temblorosa sobre su boca.

“Bueno, si nos encuentran, vamos a dar una buena pelea.”

“De acuerdo… ¡De acuerdo!”

“Aunque dudo que podamos ganar.”

“¿Realmente…?”

Yo lo dije porque parecía que ella estaba recuperando su espíritu de lucha. Yo no quería que ellos me golpearan otra vez.

“Yo estaba mirando el precio de la Carreta y parece que nosotros tendremos que cambiar dos veces de Carreta para regresar.”

“¿Cambiar de Carreta?”

Parecía confundida en cuanto a por qué eso importaba.

“Sólo cinco carretas salen de aquí todos los días, una cada dos horas a partir de las ocho de la mañana. Es lo mismo para todas las ciudades. Y se tarda tres horas en llegar a la siguiente ciudad desde aquí. Si nos vamos ahora mismo, estaremos en la cuarta Carreta por hoy. En otras palabras…”

“¿En otras palabras…?”

“Para cuando nosotros lleguemos a la ciudad vecina, la última carreta ya habrá partido hacia Roa. Así que tendremos que pasar una noche en esa ciudad antes de poder irnos.”

“¡No que…! O…oh, ya veo. Hmm.”

Por un momento pareció que ella estaba cerca del grito, pero se reprimió. Sí, por favor, intenta contener esa voz tan fuerte que tienes.

 “Me quedan cuatro grandes monedas de cobre, pero tenemos que ir a la ciudad vecina, quedarnos una noche y luego ir a Roa. Vamos a estar apretados de dinero.”

“Poco dinero… Pero será suficiente ¿Verdad?”

“Lo será.”

Ella parecía aliviada, pero era demasiado pronto para que nos relajáramos.

“Siempre y cuando nadie trate de engañarnos para conseguir dinero extra.”

“¿Engañarnos…?”

Ella hizo una cara como si no supiera de qué estaba hablando. Tal vez nunca antes ella había usado el dinero por sí misma.

“Cuando la gente que dirige una posada o una carreta vea que somos niños, probablemente pensarán que no podemos calcular los precios. ¿Verdad? Eso significa que podrían tratar de engañarnos quitándonos un poco de dinero de encima y devolviéndonos sólo un poco de cambio. Ahora bien, si tu señalas que no es la cantidad correcta de cambio, ellos te darán el resto. Pero, si tu no sabes cómo calcularlo, entonces…”

“¿Entonces qué?”

“Entonces no tendremos suficiente tiempo para la última carreta. Y esos tipos de antes nos alcanzarán.”

Ella empezó a temblar, como si fuera a orinarse encima en cualquier momento.

“El baño está allí.”

“Ya lo sé.”

“Está bien, entonces yo iré a echar un vistazo afuera.”

Cuando yo traté de irme, ella agarró el dobladillo de mi camisa.

“No te vayas.”

Dijo ella.

Así que yo la dejé orinar antes de volver a salir.

Parecía que nuestros dos perseguidores se habían ido, pero yo no estaba seguro si seguían buscando dentro o fuera de la ciudad. Si nos encontramos con ellos, yo tendría que vencerlos con mi magia.

Mientras nos escondíamos en un rincón de la sala de espera, yo recé para que fueran adversarios a los que pudiera derrotar. Cuando llegó el momento de partir, le di mi dinero al cochero y embarcamos.

Nova : Revisado y Corregido.