Arifureta Zero (NL)

Volumen 4

Capítulo 4: El Verdadero Valor De Miledi Reisen

Parte 11

Como marido, como hijo, como padre, debería haber sido más abierto con su familia. Pero en vez de eso, se resignó a su destino sin siquiera intentar corregir sus creencias erróneas. Laus estaba furioso, pero su rabia se dirigía principalmente hacia sí mismo.

Quería agarrar a Sharm y huir en este instante, pero si se iba ahora, el resto de su familia sería castigada. Kaime y Selm eran sus herederos, así que probablemente estarían a salvo, pero Ricolis y Debra no tenían ningún valor para la teocracia. Lo que realmente quería hacer era arrastrar a todos fuera de allí y empezar de nuevo como una verdadera familia.

Todavía se aferraba a la débil esperanza de que si mostraba a Ricolis y a los demás el resto del mundo, serían capaces de cambiar sus puntos de vista. Sin embargo, no había manera de que pudiera rescatar a todos con Darrion y Hearst allí mismo.

“Si es tan amable de empezar, Lord Barn”, instó Hearst con una voz fría y sin emociones.

Darrion se apoyó en un pilar cercano y cruzó los brazos, con los ojos cerrados. Laus se dio cuenta de que no tenía otra opción que usar su magia espiritual para lavar el cerebro de Sharm y convertirlo en un amante de Ehit. Tuvo que fingir obediencia y esperar una oportunidad. El lavado de cerebro de Sharm podría ser eliminado más tarde, cuando huyera con toda su familia. Pero mientras Laus entendía que ese era el curso de acción más lógico, su amor por Sharm le hizo dudar.

“Me temo que tienes que ser tú. Verás…”

Hearst se acercó a Sharm, lo agarró del cabello y le levantó la cabeza. En el momento en que sus ojos se fijaron en los de él…

“¡Uwaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!”

“¡Sharm!”

“Se resiste incluso a mi magia.”

Sharm gritó de nuevo, sacudiendo desesperadamente su cabeza. Un niño de ocho años se resistía al lavado de cerebro de un apóstol. Tal cosa no debería haber sido posible. Sharm no poseía ninguna magia especial. Sin embargo, poseía algo mucho más fuerte.

“Detente. Soy el hijo de Laus Barn. Sharm… Barn. No… quiero cambiar. No me encierres. No… ¡me mates!”

El lavado de cerebro de Hearst intentaba sobrescribir los recuerdos de Sharm, y hacerle olvidar que era el hijo de Laus. Intentaba atar a Sharm con cadenas de fe, y destruir la parte de su alma que le hacía ser quien era. Para Sharm, permitir que su magia le afectara sería lo mismo que dejar que le matara. Por increíble que parezca, a la tierna edad de ocho años, Sharm tenía suficiente orgullo en su identidad para resistir la voluntad de Dios.

“Pa…dre…”

Sharm había crecido con su padre como modelo a seguir. Para Sharm, Laus era un héroe invencible que le amaba incondicionalmente, por lo que aunque el resto de su familia le insultaba, aunque el rechazo de la magia de Hearst le causaba más dolor del que podía soportar, seguía resistiendo.

“¡Ayúdenme!”

Porque creía con todo su corazón que Laus vendría a salvarlo. En ese instante, Laus tomó una decisión.

“Nivel ocho…”

Los caballeros que retenían a Sharm, así como la propia familia de Laus, lo miraron con asombro.

“¡Romper El Limite (Limite Break)!”

Hubo una explosión de maná negro de medianoche, lo suficientemente grande como para llenar toda la habitación. Un segundo después, un estruendo atronador resonó cuando Hearst se estrelló contra las vidrieras, sus espadas se cruzaron defensivamente delante de ella. Laus levantó su martillo para un ataque posterior, pero Darrion lo detuvo con la culata de su divina lanza.

Bloqueó el golpe con su martillo, y luego usó el Espectro Sólido para proyectar su alma fuera de su cuerpo. Dejando su cuerpo atrás, envió su espíritu tras los dos caballeros que retenían a Sharm. Los golpeó a ambos con la Purga de Alma (Soul Purge), separando sus almas de sus cuerpos.

Darrion intentó apuñalar el cuerpo de Laus mientras aún estaba desocupado, pero Laus lo detuvo con un choque de alma (Soul Shock) y reunió su carne con su espíritu. En el momento en que regresó, Laus envió cadenas de luz para agarrar a Sharm y detenerlo, mientras mantenía a Darrion a raya con su martillo. Entonces, saltó hacia atrás con suficiente fuerza para romper el suelo sobre el que había estado parado. Una vez que puso suficiente distancia entre él y Darrion, lanzó Reposo del alma (Soul’s Repose) sobre Sharm para curar su mente maltratada.

Había logrado todo eso en el corto lapso de tres segundos.

“Ah… Pa… dre?”

“Sí, soy yo. He venido a salvarte.”

Sharm sonrió débilmente. Antes de que pudiera decir nada, Hearst entró volando por la ventana destrozada, su hábito fue reemplazado por la vestimenta estándar de un apóstol de la batalla.

Ricolis y los demás quedaron completamente cautivados por la apariencia del apóstol, aparentemente olvidando lo que pasaba a su alrededor. Darrion no echó una sola mirada a los dos caballeros que yacían inconscientes en el suelo, luego movió su lanza a su mano y sacó la espada sagrada que llevaba en la cintura. Laus sintió numerosas almas poderosas, probablemente otros caballeros, corriendo a la escena de la conmoción.

“Lo siento, Sharm.”

“¿Padre?”

Sharm no podía entender por qué Laus se estaba disculpando. No tenía forma de saber que Laus lamentaba no poder salvar a todos e iba a tener que abandonar a la madre, la abuela y los hermanos de Sharm.

“Reinheit”.

Hasta ese momento, Reinheit había estado demasiado sorprendido para hacer algo más que mirar en blanco los acontecimientos que se desarrollaban ante él. Pero cuando Laus lo llamó, recobró la cordura.

“Te lo ruego. Por favor, mantén a mi hijo a salvo”.

“Ah…”

Aceptar la petición de Laus significaría traicionar a la iglesia. Significaría convertirse en un hereje. Laus sabía que su petición no era razonable. Reinheit era un Caballero Templario. Normalmente, ningún caballero templario habría aceptado tal petición.

Por su parte, Reinheit seguía intentando reconstruir lo que estaba pasando. No tenía ni idea de cómo habían acabado las cosas así, o por qué Laus estaba haciendo lo que estaba haciendo. Pero en ese momento, las primeras palabras de Laus pasaron por su mente.

“No importa lo que pase, asegúrate de seguir a tu corazón.”

“¡Destello celestial! (Celestial Flash)”

Reinheit sacó su espada y la bajó. El destello de luz blanca que salió de ella pasó por delante de Laus y se dirigió directamente a Darrion. Al mismo tiempo, Laus arrojó a su hijo hacia atrás y levantó su martillo para detener las espadas gemelas de Hearst.

“¡Sharm-sama, tenemos que irnos!”

“¿Eh? Ah, pero ¿qué pasa con Padre?”

Reinheit cogió a Sharm en un brazo y corrió hacia la salida.

“Lo siento… No, eso no está bien. Gracias, Reinheit”, murmuró Laus mientras Reinheit pasaba corriendo.

“¡No te mueras, Laus-sama!

Laus empezó a disculparse por hacer del mundo entero el enemigo de Reinheit, pero luego se dio cuenta de que Reinheit lo había hecho por voluntad propia, así que decidió darle las gracias en su lugar.

Las lágrimas saltaron a los ojos de Reinheit cuando se dio cuenta de que Laus se preparaba para luchar hasta la muerte, pero aún así siguió corriendo. Ondas de maná y explosiones lo suficientemente fuertes como para hacer sonar sus tímpanos le atacaron por detrás, pero no miró atrás.

“¡Padre! ¡Padre!”

“¡Silencio! Si alguien nos encuentra antes de que dejemos la capital, ¡estamos muertos!”

“Pero padre…”

“¡Tu padre está haciendo esto para mantenerte a salvo! Por favor, Sharm-sama, ¡cállate!”

Sharm se calló entonces, aunque continuó llorando en silencio. Reinheit atravesó los callejones de la capital, dirigiéndose a las puertas de la ciudad.

Cuando el sol terminó de ponerse y la luna empezó a salir, Sharm preguntó: “Reinheit…¿Por qué estás…?”

Entre los caballeros que servían a Laus, Reinheit era el más amistoso, por lo que Sharm era decentemente buen amigo suyo. De hecho, confiaba bastante en el caballero. Sin embargo, Sharm fue lo suficientemente sabio para saber que la decisión de Reinheit de rescatarlo tendría repercusiones extremas para el joven caballero. Reinheit abrió la boca para responder, pero fue interrumpido antes de que pudiera hacerlo.

“Perfora a través de él… ¡Longinus!”

“¡Gaaah!”

Una lanza de luz atravesó el estómago de Reinheit. La fuerza del impacto lo hizo volar, y se estrelló contra la pared de un edificio cercano.

“Ngh… Comandante Darrion…”

“Hizo una elección tonta, caballero. No, no caballero. Hereje.”

A diferencia de los otros comandantes de los Tres Pilares del Resplandor, Darrion Kaus no era particularmente alto o musculoso. De hecho, se veía bastante modesto. Sin embargo, su apariencia ocultaba su enorme fuerza.

Gruñendo de dolor, Reinheit se puso en pie y se puso en guardia frente a Sharm, con la espada desenvainada. Parecía que Laus no había sido capaz de detener a Hearst y a Darrion.

Pareciendo aburrido, Darrion dijo, “Ese es uno de los herederos de Barn. Podría ser útil en el futuro.”

“¿Y qué?”

“Entrégalo. La magia especial que posees es bastante rara. Si estás dispuesto a entregar al chico, perdonaré este tonto acto de rebelión”.

La oferta de Darrion fue sorprendentemente generosa, considerando cómo la iglesia normalmente maneja a los traidores. Darrion parecía esperar que las acciones de Reinheit se derivaran de una lealtad impulsiva hacia Laus, y que estaba dispuesto a reconsiderar. Temblando, Sharm miró con preocupación a Reinheit.

“Me niego”.

“¿Estás haciendo esto por lealtad a Laus Barn? Ahora no es más que un hereje, así que no tiene sentido…”

“Esto no tiene nada que ver con Laus-sama. Estoy tomando esta decisión por mi propia voluntad.”

Sharm sabía que Reinheit era una buena persona, pero siempre pensó que el caballero era poco fiable. Incluso ahora, podía ver que Reinheit temblaba de dolor y miedo. Sin embargo-

“Hay un niño llorando que pide mi ayuda. ¿Qué clase de caballero sería si no lo salvara?” Por alguna extraña razón…

“El dios en el que creo nunca aprobaría que se torturara a un padre y a un hijo de esta manera. ¡Me importa un bledo cuáles son sus creencias de mierda! ¡Ayudar a los necesitados es el credo por el que yo, Reinheit Ashe, vivo!”

En ese momento, Reinheit parecía tan fiable como Laus, el hombre que Sharm idolatraba. Desafortunadamente, la resolución por sí sola no valía nada. Y la brecha de fuerza entre

Reinheit y Darrion era enorme.

“Qué patético”.

Con un solo golpe de su brillante lanza, Darrion derribó a Reinheit, con sus ideales y todo.

El joven caballero se derrumbó en el suelo, la sangre se derramó por el enorme corte en su pecho. Un simple caballero templario no tenía esperanza de igualar el poderío del comandante de los Tres Pilares del Resplandor. Reinheit ni siquiera había podido ganar tiempo para que Sharm escapara.

“¿Reinheit?”

Sharm se aferró a la espalda del valiente caballero, tratando de ponerlo de pie. Pero Darrion simplemente agarró a Sharm por el pescuezo de su cuello y sin piedad se lo llevó. Su conciencia se desvanecía y Reinheit sólo podía ver impotente cómo le quitaban a Sharm. Con la cantidad de sangre que estaba perdiendo, sabía que la muerte estaba a sólo unos momentos de distancia.

Tengo que… hacer un hechizo de curación y detener la hemorragia. Entonces, puedo acercarme sigilosamente a él por detrás y… Moverme… ¡Muévete, maldita sea! Laus-sama me confió la seguridad de Sharm-sama. ¡Este es mi deber como caballero!

 Sin embargo, por mucho que Reinheit lo desease, su cuerpo no se movió. Aunque se hubiera podido mover, no tenía afinidad con la magia de luz y no podía hacer hechizos de curación. Todo lo que tenía era su magia especial que le permitía resistir los efectos del estatus.

Sharm luchó contra el agarre de Darrion, alcanzando a Reinheit con lágrimas en los ojos. Al ver la desesperación del chico, Reinheit también empezó a llorar. Su propia impotencia lo enfermó. Si tan sólo tuviera fuerza, si tan sólo tuviera talento. Entonces, podría cumplir con mi deber como caballero, como ser humano, y proteger…

 “¡Quiero el poder para salvarlo!”, se lamentó.

No me importa si me cuesta la vida, ¡sólo quiero salvar a este niño! Dios, si me estás mirando, por favor, ¡dame fuerzas!

 Para sorpresa de Reinheit, su deseo fue concedido.

“¿Qué?”

Pero no por Dios. Fue una espada la que le concedió su deseo. Hubo un destello cegador de luz de la Espada Sagrada en la cintura de Darrion. En un instante, todo el callejón fue iluminado con una luz blanca y cálida. Después de unos segundos, la luz disminuyó, y la brillante espada se elevó en el aire por sí misma. Flotó hacia Reinheit, como si estuviera eligiendo un nuevo maestro.

“Imposible… La Espada Sagrada sólo puede ser empuñada por aquellos que poseen los rasgos de un héroe…”

La emoción recorrió el rostro de Darrion por primera vez desde que llegó. No tenía ni idea de lo que había causado que la Espada Sagrada reaccionara ante Reinheit. Eso no era sorprendente, ya que ni siquiera Reinheit lo sabía.

La verdad era que el Alma Pura de Reinheit hizo más que evitar que nada influyera en su psique. Le permitió convertirse en cualquier cosa, siempre y cuando lo quisiera.

“¿Me prestas tu fuerza?” Preguntó Reinheit con indecisión mientras agarraba la espada con una mano manchada de sangre. Otra pulsación de luz salió de la Espada Sagrada, y la hemorragia de Reinheit se detuvo. Parecía que la espada le había otorgado la habilidad de usar magia curativa. Y eso no era todo. En el momento en que agarró la Espada Sagrada, la sintió. Era como si la misma espada le hubiera dicho que podía hacerlo ahora.

“Romper …”

“¡Imposible! Tch…”

Darrion cruelmente arrojó a Sharm al suelo y levantó su lanza.

“¡Limite (Limit Break)!”

La fuerza de Reinheit se multiplicó exponencialmente. Disparó hacia Darrion, moviéndose tan rápido que parecía nada más que un rayo de luz. Darrion apenas consiguió levantar su lanza a tiempo para bloquear el primer golpe de Reinheit.

¡Puedo hacerlo! Pero el joven caballero…

“¡Uwooooooooooooooooooooooooooooooh!”

Con un grito enérgico, Reinheit golpeó a Darrion una y otra vez. Cada vez que el portador de Longinus y el nuevo portador de la Espada Sagrada se enfrentaban, las ondas de choque eran lo suficientemente poderosas como para sacudir los edificios cercanos. Sin embargo-

¡No puedo pasar su guardia! Incluso este nuevo poder no fue suficiente para superar el poderío de Darrion. Además, Reinheit podía sentir la Espada Sagrada advirtiéndole que su Romper el Límite (Limit Break) tenía un límite de tiempo. Con lo maltrecho que estaba su cuerpo, no podía mantener su límite de tiempo ni un minuto más.

“Se acabó”, declaró Darrion.

La batalla terminó en un instante. Darrion se deslizó por encima de la guardia de Reinheit y lo apuñaló en el estómago.

“¡Oh, se acabó, de acuerdo!” Reinheit aulló.

Sabía que no podía ganar, así que Reinheit estaba dispuesto a cambiar su vida por la de Darrion desde el principio. Antes de que Darrion pudiera sacar su lanza, Reinheit le agarró del brazo. Los ojos de Darrion se abrieron de par en par, sorprendido al darse cuenta… …un segundo antes de que la espada de Reinheit le apuñalara en el corazón.

Los dos guerreros se miraron a los ojos. El rostro de Darrion estaba retorcido por el dolor, mientras que Reinheit sonreía sin miedo. Entonces, la fuerza abandonó ambos cuerpos y cayeron de espaldas al mismo tiempo. Longinus y la Espada Sagrada se estrellaron contra el suelo.

“¡Reinheit!” Gritó Sharm, corriendo hacia su salvador.

“Sharm-sama… Debes correr… …hacia el este.”

“No puedo dejarte… Aaah, ¿qué hago? ¡La sangre no se detendrá!”

Reinheit extendió su mano temblorosa y le dio una palmadita a Sharm en la cabeza.

“Escúchame. Tu padre… conoció a alguien… en el campo de batalla. Ese alguien… lo cambió… por lo que estoy seguro de que esa persona también… te protegerá…”

“Pero… ¿cómo se supone que voy a llegar allí solo?”

“¡Contrólate! ¡Eres el hijo de Laus Barn, el caballero más fuerte!”

“Ah…”

Sharm engullido, aturdido por la intensidad de la voz de Reinheit. Pero entonces, después de unos segundos, apretó los dientes y asintió con la cabeza. Se secó en silencio las lágrimas, con los ojos ardiendo de determinación.

“Voy… a dejarte atrás, Reinheit. Iré al este yo solo.” Reinheit sonrió, satisfecho.

“Gracias, Reinheit. Eres un caballero tan increíble como mi padre.”

“Me siento honrado de que… usted lo crea, Sharm-sama.”

Sharm se puso de pie lentamente.

“¿Eh?”

Pero cuando se dio la vuelta, vio a Darrion parado en su camino. A pesar de que había sido atravesado en el corazón, al comandante de los Paladines le quedaba suficiente fuerza para luchar.

“¡Corre, Sharm-sama!”

Reinheit se arrastró hacia adelante, alcanzando su espada. Darrion le echó un vistazo, y luego agarró su lanza. Iba a acabar con Reinheit antes de que el joven caballero despertara más poderes.

Sharm y Reinheit decidieron su destino. Eso era todo lo que podían hacer. Esto fue un jaque mate.

“Esta vez, realmente es el final”. Darrion levantó su lanza en alto.

“Sí, para ti.”

Un enorme puño se estrelló contra la cara de Darrion. Su cráneo se hundió por la fuerza del golpe, y golpeó la pared detrás de él tan fuerte que se rompió. Seguro que estaba muerto. Cuando vieron quién había llegado, los rostros de Sharm y Reinheit se iluminaron de alegría.

“¡Padre!”

“Laus… sama…”

Respirando con dificultad, Laus bajó el puño y se giró para mirar a los dos. Estaba cubierto de sangre, le faltaba el brazo izquierdo y parecía haber perdido el martillo. Pero estaba vivo. Sharm corrió hacia él y abrazó a su hijo con un brazo, luego se acercó a Reinheit y se arrodilló a su lado.

“Reinheit… …gracias. Tengo una gran deuda contigo.”

“Sólo… hice lo que mi corazón me dijo.”

Laus lanzó un hechizo de curación sobre Reinheit, trayéndole de vuelta del borde de la muerte. De una forma u otra, se las arregló para deshacerse del apóstol. Sharm y Reinheit parecían querer decirle algo, pero antes de que pudieran, Longinus flotó en el aire y se alejó volando a la distancia, distrayéndolos.

“No hay tiempo para explicar. Tenemos que encontrar un lugar donde escondernos”.

Los dos asintieron con la cabeza, sabiendo que no era el momento de hacer preguntas. Sharm se agachó para coger la Espada Sagrada y se la entregó a Reinheit. Laus pareció sorprendido momentáneamente al ver a Reinheit empuñando el arma sagrada, pero luego asintió con la cabeza y sonrió al joven caballero.

Juntos, Laus y Sharm ayudaron a Reinheit a ponerse de pie. Apoyándose fuertemente el uno en el otro, los tres se tambaleaban por la noche. Su única esperanza seguía siendo el lejano este.

“Tenemos que… encontrar una manera de llegar a ella”, murmuró Laus.