Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 1

Capítulo 9: Reunión Familiar De Emergencia

 

 

Zenith se había enterado de que estaba embarazada. Yo iba a tener un hermanito o hermanita.

Nuestra familia estaba creciendo. ¡Oh, Rudy, qué suerte tienes!

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Desde hacía algunos años, Zenith había estado preocupada por su incapacidad para concebir otro hijo. La había oído murmurar y suspirar en ocasiones sobre cómo tal vez ya no podría tener hijos, pero aproximadamente hace un mes, hubo un cambio en sus antojos, junto con náuseas, vómitos y una sensación general de fatiga… en otras palabras, síntomas de las clásicas náuseas matutinas. Los sensaciones era familiares y una visita al médico confirmó que su autodiagnóstico era casi seguro que fuera correcto.

La familia Greyrat estaba entusiasmada con el anuncio. ¿Cómo le pondremos al bebé si es varón? ¿Cómo lo llamaremos si es una niña? Todavía tenemos habitaciones. ¿Verdad? Podemos usar la ropa vieja y usada de Rudy. Los temas que se discutían no tenían fin.

Era un día de burbujeante alegría e incontables sonrisas. Estaba sinceramente muy feliz, esperando terminar con una hermanita. Un hermano menor podría romper todas mis cosas preciosas (con un bate de béisbol).

Los problemas no surgieron hasta aproximadamente un mes después.

***

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Nuestra sirvienta, Lilia, también había descubierto que estaba embarazada.

“Lo siento mucho.” Anunció ella con firmeza a la familia mientras nos sentábamos a la mesa. “Estoy embarazada.”

En ese instante, la familia Greyrat se congeló. ¿Quién era el padre? Pero dadas las circunstancias, nadie se atrevía a preguntar.

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Todos nos habíamos dado cuenta, al menos hasta cierto punto. Lilia era nuestra sirvienta. Ella enviaba casi todo su sueldo a su familia. A diferencia de Paul, que frecuentemente se dirigía a la ciudad para ayudar a resolver problemas o Zenith, que ayudaba en la clínica local en ciertos momentos, Lilia casi nunca salía de la casa a menos que fuera por tareas relacionadas con su trabajo y nadie había oído rumores de que ella estuviera desarrollando una relación especialmente estrecha con alguien. ¿Quizás había sido una aventura casual?

Pero yo sabía la verdad.

Desde que Zenith quedó embarazada, Paul se vió obligado a no tener relaciones sexuales. Y él, siendo un hombre especialmente lujurioso, se había colado en la habitación de Lilia en mitad de la noche. Si yo fuese un niño de verdad, habría pensado que estaban jugando a las cartas o algo así.

Desafortunadamente, sabía muy bien lo que realmente había sucedido. No estuvieron jugando a las cartas; juguetearon eso era seguro, pero esto no fue un simple juego de cartas.

Aún así, deseé que hubieran sido más cuidadosos. Lo que, probablemente, era lo que ambos estaban pensando.

¡Hola, chicos y chicas! La frase del día es “¡Puedes hacerlo!” ¡Hoy aprenderemos todo sobre la importancia de los anticonceptivos!

Una parte de mí quería decrle eso a Paul con una cara completamente muerta, pero no estaba seguro de si el concepto de la anticoncepción era algo que tenía sentido en este mundo. Y obviamente no era como si quisiera separar a toda mi familia abriendo la bocota. Además, si me metía con nuestra sirvienta, estaba seguro de que ella nunca me perdonaría.

Además, estaba en deuda con Paul por ayudarme a superar el incidente con Sylphie. Lo dejaría pasar. Ser un tipo por el que todas las chicas se morían parecía difícil. Si sospechaban de él, lo cubriría. Diablos, mentiría para darle una coartada si fuera necesario.

Una vez tomada esa decisión, miré a Paul, haciéndole saber con mis ojos que no tenía nada de qué preocuparse.

Al mismo tiempo, sin embargo, Zenith le lanzó una mirada a Paul, con la cara llena de asombro.

Muy convenientemente, nuestras miradas cayeron sobre Paul como si fuera una sola, aplastándolo.

“Uh, lo siento.” Dijo. “Este niño es, uh… Probablemente mío.”

Por el amor de Dios. ¿En serio? Bueno, no; supongo que debería elogiar al hombre por ser honesto. Supongo que, puesto que constantemente me decía ‘se honesto’ y ‘se un hombre de verdad’ y ‘asegúrate de proteger a las mujeres’ y ‘nunca impugnes tu sentido del honor” y otras cosas pretenciosas como esas, lo menos que podía hacer era practicar lo que predicaba.

Bueno, lo que sea. No podía decir que lo odiaba por eso.

De todos modos, este era el peor de los casos. Ese sentimiento se confirmó cuando vi a Zenith levantarse a toda su altura, con la cara llena de lágrimas y la mano alzándose en el aire.

Y así se convocó una reunión familiar de emergencia, con Lilia incluida.

***

 

 

Fue Zenith la primera en romper el silencio. Ella tenía la autoridad en esta reunión.

“Entonces. ¿Qué vamos a hacer?”

Por lo que podía ver, Zenith estaba tan tranquila como cualquiera. En lugar de entrar en un ataque de histeria por cómo su marido la había engañado, se había contentado con una sola bofetada. Una marca roja como una hoja de arce se extendía por la mejilla de Paul.

“Después de ayudar a la señora de la casa a dar a luz.” Dijo Lilia. “Supongo que lo mejor será que me vaya de su casa.”

Ella también parecía bastante tranquila. ¿Quizás esto era algo común en este mundo? La sirvienta se convertía en la amante de su patrón; si la gente se oponía, ella simplemente abandonaba la casa.

Una historia tan lamentable como esa normalmente me excitaría, pero dadas las circunstancias, ni siquiera me estremecía. Aún conservaba mis principios. A diferencia de Paul.

Paul estaba acurrucado en un rincón. Menuda dignidad paterna.

“¿Qué hay del niño?” Preguntó Zenith.

“Estaba pensando en dar a luz aquí en Fittoa y luego criar al bebé en mi ciudad natal.” Respondió Lilia.

“Eres originaria del sur. ¿No?”

“Así es.”

“Estarás físicamente exhausta después del nacimiento.” Dijo Zenith. “No estarás en condiciones de hacer un viaje largo.”

“Tal vez sea así, pero no tengo a nadie más a quién recurrir.” Respondió Lilia.

La Región de Fittoa se encontraba en la parte noreste del Reino de Asura. Según mi entendimiento, llegar a lo que se consideraba ‘el sur’ en este contexto llevaba cerca de un mes y requería cambiar entre múltiples carretas. Aún así, ese era un mes viajando por tierras seguras con buen clima y montar en carretas no era terriblemente arduo.

Sin embargo, eso era para un viajero típico. Lilia no tenía dinero. Ella no podía permitirse el lujo de montar en diligencias, así que lo habría hecho a pie. Incluso si los Greyrats pagaban sus gastos de viaje, eso no lo hacía menos arriesgado. Era una mujer, viajando sola, habiendo dado a luz recientemente. Si yo fuera un mal tipo y la viera. ¿Qué haría?

La atacaría. Era un blanco fácil obvio, prácticamente rogando que alguien le atacara. Tomaría al niño como rehén, mantendría a la madre distraída con promesas vacías. Mientras tanto, tomaría todo su dinero y sus posesiones. Por lo que sabía la esclavitud aún existía en este mundo, así que al final, vendería tanto a la madre como al hijo y eso sería todo.

Incluso si la gente decía que el Reino Asura era la nación más segura del mundo, eso no significaba que estuviera completamente desprovista de malhechores. Apuesto a que todavía existe una alta probabilidad de ser atacado.


Y como Zenith había dicho, también había que considerar el aspecto físico. Aunque Lilia tuviera la energía para hacerlo. ¿Qué pasaría con la niña? ¿Podría un recién nacido soportar un viaje de un mes de duración como ése? Probablemente no.

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Por supuesto, si Lilia no sobreviviera al viaje, tampoco lo haría el niño. Incluso si ella simplemente cayera enferma, si no tenía dinero para ver a un médico, estaba acabada. De repente pude imaginar a Lilia muerta en medio de una ventisca, con un bebé acunado en sus brazos. Yo, al menos, no quería verla sufrir ese tipo de destino.

“Querida.” Paul empezó a decir. “Tal vez ella podría quedars…”

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“¡Mantén la boca cerrada!” Zenith espetó, quitándole la palabra.

Él se encogió como un niño regañado. Este era definitivamente un caso en el que él no tenía derecho a hablar. Paul era inútil en este momento.

Zenith se mordió las uñas con una mirada de consternación. Ella también estaba claramente en conflicto. No quería que Lilia sufriera. Al contrario, las dos eran muy buenas amigas. Considerando cómo habían pasado los últimos seis años dirigiendo esta casa juntas, probablemente era justo decir que eran las mejores amigas.

Bueno, excepto por la parte en la que Lilia estaba embarazada de Paul.

Si Lilia se hubiera quedado embarazada si hubiera sido violada en un oscuro callejón, Zenith la habría cobijado sin lugar a dudas y le habría permitido… No. Le habría insistido en que criara al niño en nuestra casa.

Basándome en la conversación, supuse que el aborto no era fácilmente accesible en este mundo.

Zenith parecía estar lidiando con dos emociones separadas, su cariño por Lilia y sus sentimientos de traición. Considerando las circunstancias, pensé que Zenith era bastante increíble por haber sido capaz de dejar de lado sus emociones sobre esto último. Si fuera ella, me habría rendido ante los celos.

El hecho de que Zenith pudiera mantener la calma parecía estar relacionado con la propia actitud de Lilia. No había intentado convencer a nadie y había asumido toda la responsabilidad de traicionar a una familia a la que había servido durante tanto tiempo.

Sin embargo, si me lo preguntas, era Paul quien debería asumir la responsabilidad. Era raro culpar únicamente a Lilia. Era muy, muy raro.

No podía permitir que nos separáramos en términos tan extraños.

Así que decidí que iba a ayudar a Lilia.

Estaba en deuda con ella. No hacíamos muchas cosas juntos y ella casi nunca me hablaba, pero siempre había estado allí, ayudándome. Ella dejaba siempre una toalla para que me limpiara el sudor cuando estaba practicando esgrima; me preparaba un baño cuando quedaba atrapado en la lluvia; me traía mantas en las noches frías; reordenaba los estantes cuando ponía un libro en el lugar equivocado.

Pero lo más importante, más que cualquier otra cosa…

Ella sabía lo de mis atesoradas bragas y había guardado el secreto.

Sí, Lilia sabía de eso. Esto sucedía cuando todavía pensaba que Sylphie era un niño. Había estado lloviendo, así que estaba en mi cuarto leyendo y revisando mi enciclopedia botánica cuando Lilia entró y empezó a limpiar. Estaba tan absorto en la lectura que no me di cuenta cuando su limpieza la llevó cerca de mi escondite secreto en el estante. Para cuando me di cuenta, ya era demasiado tarde. Lilia tenía mis preciosas bragas en sus manos.

Había sido tan estúpido. Durante casi veinte años había estado completamente encerrado, dejando mis cosas esparcidas por todas partes, sin preocuparme por nadie más que tropezara con ellas. Incluso tenía mi carpeta de pornografía en mi escritorio. Quizás mi habilidad para ocultar cosas se había oxidado debido a eso, pero no esperaba que mis cosas fueran encontradas tan fácilmente. Además, había hecho un trabajo bastante decente para esconderlo. ¿Era éste un superpoder que las sirvientas tenían?

En lo más profundo de mi ser, sentí que algo empezaba a desmoronarse. Pude oír la sangre que empezaba a drenarse de mi cabeza.

Comenzó el interrogatorio.

Lilia preguntó: “¿Qué es esto?”

Le respondí: “Sí. ¿Qué son? Jajajajajajajaja.”

Lilia dijo: “Huelen.”

Le contesté: “S-Sí, creo que es aceite de ajonjolí o algo así. ¿No?”

Lilia preguntó: “¿De quién es esto?”

Le respondí: “Lo siento… Son de Roxy.”

Lilia preguntó: “¿No deberías lavarlas?”

Le respondí: “¡Oh, no, no las laves!”

Lilia devolvió sin decir palabra mis preciadas bragas a su escondite sagrado. Entonces, mientras yo temblaba de miedo, ella abandonó la habitación.

Esa noche, me preparé para la inevitable reunión familiar, excepto que nunca llegó. Pasé esa larga noche temblando de miedo en mi cama, pero incluso cuando llegó la mañana, no pasó nada. No se lo había dicho a nadie.

Se lo debía, tenía pagar esa deuda.

***

 

 

“¿Madre?”

Le pregunté, manteniendo mi tono de voz tan infantil como pude.

“¿Por qué todo el mundo está tan triste porque voy a tener dos nuevos hermanos a la vez?”

Quería dar una impresión de ingenuidad. como: Ey, si Lilia está embarazada, ¡eso significa que nuestra familia está creciendo! ¡Hurra! ¿Por qué están todos tan molestos por eso?

“Porque tu padre y Lilia hicieron algo que no deberían haber hecho.” Dijo Zenith con un suspiro y una ira insondable mezclada con esas palabras. Pero no se dirigía a Lilia; Zenith sabía muy bien quién tenía la mayor parte de la culpa aquí.

“Oh, ya veo.” Dije. “¿Pero se le permite a Lilia ir en contra de los deseos de mi padre?”

“¿Qué quieres decir con eso?” Preguntó Zenith.

Esto no era justo para Paul, pero bueno, estaba cosechando lo que había sembrado. Tendría que tratar de cubrir por mi cuenta las indiscreciones de Lilia. Lo siento, Paul. Tendría que pagarle por lo de Sylphie en otro momento.

“Bueno, sé que mi padre tiene cierta influencia sobre ella.”

“¿Qué? ¿Es verdad?” Dijo Zenith, mirando sorprendida a Lilia.

Lilia tenía la misma cara de piedra de siempre, aunque levantó una ceja de forma curiosa, como si mi afirmación hubiera dado en el clavo. ¿Conocía Paul algún secreto de Lilia? Basándome en lo que había oído y visto, me parecía más probable que Lilia conociera algo de Paul, pero…

No, no importa. Tenía mi oportunidad en este momento.

“Hace un tiempo, me levanté en medio de la noche para ir al baño y mientras pasaba por la habitación de Lilia, oí a mi padre decir algo como… ‘¡Si no quieres que se lo cuente a nadie, abre las piernas!’.”

“¿¡Eh!?” Paul exclamó. “Maldita sea, Rudy. ¿Qué demonios estás…?”

“¡Tú cállate!” Zenith enloqueció, poniéndolo en jaque. “Lilia. ¿Es esto cierto?”

La mirada de Lilia deambulaba.

“Um, es que, bueno, en realidad…”

¿Di realmente en el blanco? ¿O sólo me seguía el juego?

“Ah, ya veo.” Contestó Zenith, pareciendo entender lo que estaba sucendiendo. “No puedes decirlo en voz alta.”

Los ojos de Paul parpadeaban una y otra vez, su boca se abría y cerraba repetidamente como la de un pez dorado, sin que salieran palabras. Perfecto. Era hora de terminar con todo esto.

“Madre, no creo que Lilia tenga la culpa.”

“Supongo que no.”

“Creo que la culpa es de papá.”

“Supongo que sí.”

“No está bien que Lilia esté en una posición tan difícil por algo que fue culpa de mi padre.”

“Mmm. Supongo.”

Las respuestas de mi madre fueron más indiferentes de lo que esperaba. Sólo necesitaba empujar un poco más.

“Me divierto jugando con Sylphie todos los días, ¡así que creo que será muy bueno que mi hermanito o hermanita tenga a alguien de la misma edad con quien jugar!”

“Su… Supongo que sí.”

“Además, Madre, ¡ambos serían mis hermanos o hermanas pequeños!”

“Muy bien, Rudy. Lo entiendo. Tú ganas.” Zenith dió un fuerte suspiro.

Vaya, qué manera de hacerme pasar un mal rato, Mamá.

“Lilia, insisto en que te quedes con nosotros.” Declaró Zenith. “¡Ya eres de la familia! ¡No voy a dejar que hagas algo tan tonto como irte!”

Y esas fueron las últimas palabras al respecto. Los ojos de Paul se abrieron de par en par; Lilia se llevó la mano a la boca, conteniendo sus lágrimas.

 

Mushoku Tensei Volumen 1 Capítulo 9 Novela Ligera

 

Muy bien, entonces. Todo estaba hecho y arreglado.

***

 

 

Y así, con toda la responsabilidad puesta directamente en Paul, superamos las cosas sin más problemas. Al final, Zenith lo miró con la misma fría mirada sin pasión de alguien que estaba a punto de matar a un cerdo. Mis pelotas se tensaron al anticipar el castigo que ella podría desencadenar sobre él. Con esa mirada todavía en sus ojos, sin embargo, Zenith simplemente regresó a su habitación.

Lilia lloraba, con la cara en blanco y sin expresión, pero las lágrimas brotaban de sus ojos. Paul parecía estar en conflicto sobre si debía o no poner sus brazos alrededor de ella. Por el momento, iba a dejar que el playboy hiciera lo suyo.

Seguí a Zenith. Si esta situación terminaba con ella y Paul divorciándose, eso crearía su propio montón de problemas.

Llamé a la puerta del dormitorio y Zenith asomó la cabeza.

“Madre.” Le dije, decidiendo ir directo al grano. “Lo que dije antes era una mentira que me acabo de inventar. Por favor, no odies a papá.”

Por un momento, Zenith se quedó atónita, pero luego hizo una mueca y me dió una palmadita en la cabeza.

“Lo sé, cariño. Nunca me habría enamorado de un hombre que fuera tan terrible.” Dijo. “Tu padre tiene debilidad por las mujeres, así que me preparé para el día en que algo así pudiera pasar.”

“¿Padre tiene debilidad por las mujeres?” Le pregunté, haciéndome el ignorante.

“Sí. No tanto últimamente, pero hace tiempo él no perdonaba a ninguna. Puede que tengas hermanos y hermanas mayores que no conozcamos, Rudy.”

Luego ella ejerció un poco más de presión con la mano con la que me acariciaba el cabello.

“Asegúrate de no convertirte en alguien así. ¿De acuerdo, Rudy?” Ella me frotó, no, me agarró la parte superior de la cabeza aún más firmemente. “Asegúrate de tratar a Sylphie muy bien. ¿De acuerdo, Rudy?”

“¡Ah, ay! ¡Por supuesto, madre! ¡Eso duele!”





Casi se sentía como si ella hubiera sabido lo que iba a hacer en el futuro.

Las cosas estarían bien si se quedaran así. A dónde se dirigirían desde aquí… Eso era asunto de Paul ahora.

Aún así, era difícil saber que mi padre era un maldito hedonista. No más segundas oportunidades de mi parte, señor.

 

Al día siguiente, la práctica de la espada fue extremadamente dura.

Podía mantenerle el ritmo y todo eso, pero sólo deseaba que no se desquitara conmigo de esa manera.

***

 

 

Punto de Vista de Lilia

Lo diré sin más: Fui la que sedujo a Paul.

No tenía la intención de hacer algo así cuando llegué a esta casa. Pero oírlos gemir noche tras noche, y luego limpiar una habitación que olía a un hombre y una mujer que estaban muy satisfechos… tenía mis necesidades y se estaban acumulando.

Al principio, era capaz de hacer frente a esas necesidades por mi cuenta. Sin embargo, ver a Paul practicando esgrima en el patio todas las mañanas avivaba un fuego dentro de mí que nunca había muerto por completo.

Verlo practicar esgrima, me recordaba nuestra primera vez. Éramos muy jóvenes cuando él aún estaba en la sala de entrenamiento donde practicábamos. Paul se colaba en mi habitación por la noche y se propasaba por la fuerza conmigo. No me disgustaba, pero desde luego no le correspondía. No fue exactamente el encuentro más romántico. Al principio lloré. (NOVA: Vete a la mierda… no se quien tradujo esto la primera vez, pero cambio lo que realmente decía, ahora que lo corregi como debería ser y me quede frío… ahora sabemos cual era el secreto que Lilia sabía sobre Paul, que turbio.) (°ロ°)

La siguiente persona que se me insinuó, sin embargo, fue ese ministro calvo y gordo. Eso ciertamente puso en perspectiva lo mucho mejores que habían sido las cosas con Paul.

Además, cuando me enteré que Paul estaba contratando a una sirvienta, pensé que podía usar lo que había sucedido en ese entonces a mi favor en nuestras negociaciones.

Paul era mucho más varonil de lo que había sido en aquel entonces. Cualquier rastro de infantilidad había desaparecido y fue reemplazado por la mirada de un hombre que se había refinado tanto física como mentalmente. Al verlo, uno de los primeros pensamientos que tuve fue que los últimos seis años habían sido muy favorables para él.

Al principio, Paul no intentó hacer ningun avance conmigo. De vez en cuando, sin embargo, coqueteaba un poco y eso me excitaba aún más. Podía resistir, pero era plenamente consciente de que estaba caminando por una línea muy delgada.

Pero todo eso se vino abajo cuando Zenith quedó embarazada.

Sabiendo que Paul tenía mucha libido, se me ocurrió que esta era mi oportunidad. Vi mi oportunidad e invité a Paul a mi habitación. Así que, esto fue en parte culpa mía.

Pero me perdonaron. Rudeus me perdonó. Ese niño inteligente, logró deducir correctamente lo que había sucedido, conducir la conversación precisamente a donde tenía que ir, e incluso llevó las cosas a un elegante acuerdo. Fue tan ecuánime y calculador, como si hubiera tenido una experiencia previa similar en la que basarse.

Fue una experiencia inquietante… No, lo mejor era dejarlo mientras llevaba ventaja.

Rudeus me dejó perpleja, así que hice un esfuerzo por evitarlo todo lo que pude. El chico era inteligente. Probablemente se dió cuenta de que lo estaba evitando. Aún así, me había salvado. No pude imaginar que se sintiera bien para él, pero nos eligió a mí y a mi hijo por encima de sus propios sentimientos.

Se lo deberé por el resto de mi vida. Era alguien que merecía mi respeto.

Sí, se lo merecía. Le deberé esta deuda por el resto de mi vida. Así que, una vez que el niño en mi vientre naciera a salvo y una vez que ellos crecieran, vería que se pusiera al servicio del joven Maestro Rudeus.

***

 

 

Punto de Vista de Rudeus

Pasaron varios meses sin que ocurriera nada especialmente importante.

Sylphie estaba creciendo muy rápido. Ahora era capaz de lanzar hechizos de nivel intermedio sin encantamientos y estaba llegando a un punto en el que podía conseguir algunos efectos bastante sutiles. En comparación, mi habilidad con la espada se mantuvo relativamente igual. Había alcanzado un nivel decente, pero hasta ahora no había logrado ganar ni una sola ronda contra Paul, así que era difícil entusiasmarse demasiado con mi progreso.

La actitud de Lilia también se había suavizado. Anteriormente, siempre había estado en guardia a mi alrededor, pero ya que me puse a juguetear con magia desde que era un niño pequeño, eso era natural. Y aunque nada había cambiado en su abierta falta de emoción, sentí que sus palabras y sus manierismos ahora tenían un sentido abrumador de reverencia por mí. Me di cuenta de que estaba contenta con mi ayuda, pero deseaba que le bajara un poco la intensidad.

En todo caso, desde ese incidente, Lilia había empezado a hablarme un poco… más que nada de viejas historias sobre Paul. Aparentemente, ambos habían estudiado esgrima en el mismo salón de entrenamiento hacía muchos años. Me contó cosas, como que Paul tenía mucho talento en ese entonces, pero que odiaba practicar. O cómo Paul se saltaba el entrenamiento para vagabundear por la ciudad. O cómo Paul se había colado en su cuarto en medio de la noche y le había quitado su virginidad. O cómo Paul finalmente había huido de la sala de entrenamiento.

Poco a poco, Lilia se fue abriendo conmigo sobre todo eso. Cuanto más me hablaba del pasado, más descendía mi opinión sobre Paul. Era un violador y un infiel. Era una basura.

Aún así, no era como si él estuviera podrido hasta la médula. Era infantil, irresponsable y algo de eso parecía hacer cosquillas a los instintos maternales de las mujeres. Trataba de ser un padre bueno y estricto para mí, pero no era bueno para mantener esa fachada; cuando se enfocaba en ello, lo único que lograba era parecer franco y directo, y yo sabía con seguridad que no era un mal tipo de cabo a rabo.

“Vamos, mírame.” Dijo Paul, sacándome del aturdimiento. Estábamos en medio de nuestra práctica de espada. “¿No quieres crecer y convertirte en un tipo genial como tu padre?”

El descaro de este tipo, honestamente.

“¿Está bien ser un tipo que engaña a su esposa y se arriesga a destrozar a su familia?”

“Ngh…” Paul puso una mueca de dolor.

Con esa mirada en su cara, decidí ser un poco más cuidadoso. Se suponía que yo era joven e despistado. No engañaría a nadie… Las chicas podrían acudir a mí por su propia voluntad. Así sería como manejaría las cosas.

“Mira.” Le dije. “Si te molesta tanto oírlo. ¿Podrías por favor mantener tus manos alejadas de cualquiera que no sea Mamá?”

“A-Aparte de Lilia. ¿Verdad?”

Este tipo no había aprendido nada.

“La próxima vez, Mamá podría regresar con su familia sin decir una palabra.”

“Guh.”

¿Estaba este tipo esperando construirse un harén? ¿Es este su lugar de retiro secreto en el campo, donde tiene una bella esposa, una sirvienta con la que puede tener contacto cuando quiera y un hijo al que entrenar en el camino de la espada?

Jum. Eso me da un poco de envidia. Ese era probablemente el mejor final desde su perspectiva. Sería como terminar con Louise y Siesta al final de esa serie de novelas ligeras. ¿Tal vez, en lugar de ser despistado, debería tratar de aprender de su ejemplo?

No, cálmate. Aún recordaba la mirada en los ojos de Zenith cuando esa reunión familiar nuestra llegó a su fin. ¿Quería que alguien me mirara así? Una esposa sería suficiente, gracias.

“Quiero decir, eres un hombre.” Dijo Paul. “Ya sabes cómo es esto.” Él todavía se negaba a dar marcha atrás.

Sabía lo que quería decir, pero eso no significaba que estuviera de acuerdo con él.

“¿Qué sabría un niño de seis años?”

“Bueno, tomemos a Sylphie como ejemplo. Te gusta. ¿No? Se volverá preciosa cuando crezca.”

Bueno, no podía estar en desacuerdo con él en eso.

“Supongo que tienes razón. Aunque creo que es muy linda ahora mismo.”

“Entonces sí entiendes.”

“Supongo.”

Sí, Paul era una basura, pero en este punto parecíamos estar al mismo nivel. Yo podría parecer un niño, pero mentalmente, era un vago desempleado de más de cuarenta años. Era un ejemplo clásico de una basura.

En cuanto a los videojuegos, me gustaban las chicas y me encantaban los harenes. Tal vez, en un nivel intrínseco, yo era el mismo tipo de mujeriego que Paul. Tal vez el incidente en el que le arranqué la ropa interior a Sylphie fue el momento en el que nosotros empezamos a coincidir. Desde entonces, sentí que Paul estaba más dispuesto a ceder, a abrirse conmigo. Tal vez ver mis puntos débiles le había hecho perder ese impulso de ser un padre irrazonablemente estricto. Después de todo, él también seguía creciendo.

“Jejejeh…”

Levanté la mirada y vi a Paul sonriendo y riendo. Su mirada no estaba dirigida a mí, sino más bien detrás de mí. Me di la vuelta y vi a Sylphie parada allí. Era raro que viniera a nuestra casa.

Al examinarla más de cerca, se sonrojó un poco, tenía las manos inquietas. Debió haberme escuchado por casualidad.

“Vamos, repite lo que acabas de decir.” Dijo Paul.

Deje salir un pequeño resoplido. No entendía a este tipo en absoluto.

Supuse que Paul aún tenía mucho camino por recorrer. Incluso las palabras sinceras, finalmente perdían su impacto si las escuchabas tan a menudo que te acostumbrabas a ellas. Repetir esas palabras ahora no era posible. Así que, a cambio, le mostré a Sylphie una sonrisa sin palabras y un hola ondeando mi mano.

Además, Sylphie tenía sólo seis años. Era demasiado pronto para ese tipo de conversación. Si le repetía una y otra vez que era guapa a esa tierna edad, crecería engreída y pretenciosa. Mi hermana mayor de mi vida anterior era un buen ejemplo de ello.

“Um, quiero decir… Yo… Yo también creo que eres genial, Rudy.”

“¿Ah, sí? ¡Gracias, Sylphie!”

Sonreí mucho, esperando que mis dientes blancos pudieran brillar con un resplandor deslumbrante (aunque, por supuesto, no lo hicieron).

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Sylphie era excelente en ser diplomática. Casi confundí esa mirada en sus ojos con sinceridad. Lo había dicho en serio cuando dije que era linda, pero no habían sentimientos románticos detrás de eso.

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No ahora mismo, al menos.

“Muy bien, padre. Vamos a salir.” Le dije.

“No vayas por ahí revolcándote en el heno. ¿De acuerdo?”

Oh, ¡vamos! ¡Como si fuera a hacerlo! Estamos hablando de mí, no de ti. 

“¡Madre!” Empecé a gritar. “Padre está…”

“¡Gah! ¡No, detente!”

Y así, hoy nuestra casa volvía a ser pacífica.

***

 

 

Poco después, Zenith dió a luz.

Fue una experiencia dura, un parto podálico (Cuando nace con los pies por delante). Como Lilia estaba embarazada, llamó a una partera de la aldea, una mujer mayor, pero incluso ella dijo que la situación era desesperada. Así de malo era.

El nacimiento tomó bastante tiempo, con madre e hijo en riesgo. Lilia puso todo su conocimiento a trabajar y yo la ayudé lanzando continuamente hechizos de Sanación, aunque no era muy bueno con ellos.

En conjunto, nuestros esfuerzos funcionaron y el nacimiento fue un éxito. El bebé llegó sano y salvo a este mundo, soltando sus primeros y saludables llantos.

Era una niña. Ahora tenía una hermanita. Me alegré de que no fuera un hermanito.

Sin embargo, nuestro alivio fue de corta duración, ya que Lilia también entró en parto. Estábamos todos exhaustos, con la guardia baja. Las palabras ‘nacimiento prematuro’ revoloteaban en mi mente.

Esta vez, sin embargo, la partera pudo hacer su parte. Aunque puede que no fuera buena con los partos podálicos, los partos prematuros eran algo en lo que afirmaba tener experiencia. A veces, la edad realmente traía sabiduría.

Hice lo que la partera me ordenó y pateé a Paul en el trasero para sacarlo de su aturdimiento y hacer que trajera a Lilia a mi habitación. Mientras él se encargaba de eso, usé magia para preparar un nuevo baño para el recién nacido, recogí toda la ropa limpia y las toallas que teníamos y regresé con la partera.

Dejando que ella se encargara de las cosas a partir de allí.

En el momento en que el bebé nació, Lilia gritó audazmente el nombre de Paul. Él estaba a su lado, goteando dulzura, agarrándole la mano.

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El bebé era más pequeño que el de Zenith, pero al mismo tiempo emitía el mismo tipo de gritos saludables. Esta también era una chica. Dos hijas. Dos hermanitas. Paul se reía tímidamente para sí mismo mientras meditaba acerca de que sus dos nuevos hijos eran niñas. Por segunda vez ese día, pude ver la gran y tonta sonrisa de un nuevo padre en su cara.

Sin embargo, Paul se encontraba en una situación poco envidiable. El número de mujeres en nuestra casa se había duplicado. ¿Quién terminaría en la parte inferior de la jerarquía de la casa en esa situación? Probablemente el tipo que había engañado a la sirvienta y la dejó embarazada. En cuanto a mí, esperaba establecerme como el hermano mayor. De ninguna manera Paul iba a ser respetado.

La hija de Zenith se llamaría Norn. La hija de Lilia se llamaría Aisha.

 

NOVA: Revisado y Corregido.

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