Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 3

Capítulo 4: Detective En Un Aprieto: Suponga Que Reunió A Sospechosos Sin Recibir Información Sobre El Crimen En Sí

Parte 4

“Un infierno en mi mano…”

Fue entonces cuando sucedió lo inesperado.

“Lla— ¡Yikes!”

Antes de que pudiera gritar “Llama” y completar el encantamiento, algo atravesó el aire donde había estado. Apenas logró apartarse a tiempo.

“Eso estuvo cerca… ¿Eran esas… hojas?”

Observando desde la distancia, Mena maldijo.

“Tch… ¿Un auto-guardia que reacciona al poder mágico?”

Como prueba, Mena intentó usar un pequeño hechizo de fuego, y la criatura no perdió el ritmo: una rama gigante se balanceó y envió hojas volando hacia ella.

“¡Yikes! ¡Mierda! ¡Incluso reacciona a cánticos cortos!”

Cuando Mena comenzaba a darse cuenta de que la magia no era una opción, Phyllo pasó corriendo junto a Selen y pateó el árbol gigante.

“  ¡Hah!”

Thud… Hizo un ruido fuerte, pero el treant no frenó en absoluto.

“…… Entonces un combo.”

Phyllo hizo llover golpes sobre él, que podrían haberlo ralentizado un poco, pero definitivamente no detuvieron su avance.

Riho hizo una mueca y registró sus bolsillos en busca de opciones.

“Mierda… vamos a recibir mucho daño antes de que llegue Lloyd… Tiene que haber algo…”

Pero lo único en sus bolsillos era la caja de cerillas gratis que había encontrado en su habitación.

“Maldita sea, eso no será suficiente… Es fuego, seguro, pero…”

Un encuentro no iba a causar ningún daño real. Y mientras Riho sopesaba sus opciones, las raíces del treant se arrastraron hacia ella.

“¡Riho! ¡A tus pies!” “¡Mierda!”

Las raíces brotaban debajo de ella. Rápidamente lo esquivó, agarrando el tronco del árbol.

Su visión se llenó de inmediato de raíces de treant, atravesando el espacio en el que había estado y persiguiéndola por el baúl.

“Maldita sea… Va a sacar un punto de apoyo tras otro… ¡Vete!”

Ella  estaba esquivando el ataque por ahora, pero los zarcillos  no mostraban signos de cansancio.

“¿Cómo puedo salir de esto? No puedo usar magi— ¡Augh!”

Riho había saltado para evitar las raíces, y habían barrido hacia los lados, enviándola volando por el aire. Había estado casi en la cima del árbol, así que esta iba a ser una caída larga, una que fácilmente podría resultar fatal. Sin embargo, incluso mientras caía, la mente de Riho estaba a toda marcha.

Algo corría hacia ellos desde el hotel a una velocidad tremenda. Era…

“¡Neigh!”

¿Un  caballo?  El  caballo  que  Riho  había  cuidado  con  tanto  cuidado arrastraba un carro tras él, justo debajo de su cuerpo que caía.

¡Poof! El dosel suave del vagón de gama alta atrapó a Riho con seguridad.

“¿Un dosel? ¡Estoy a salvo… y tú eres…! ”

“¡Neigh!” (Traducción: “¡Lo siento, llego tarde!”)

Era un hermoso caballo negro con ojos intensos.

“¿No estabas en el establo…? ¡Augh!”

Riho miró hacia los establos, espiando una cerca rota y los caballos que había estado cuidando… todos lucían bastante enrojecidos.

Habían trabajado juntos para escapar y ayudarla.

“… Está bien, ¡me encantan los caballos otra vez!”

Riho saltó del dosel y le dio un buen masaje a la crin del caballo.

“¿Mm? ¿Qué es ese olor?”

Era un olor aceitoso distintivo.

Siguió el olor y miró dentro del dosel… y se quedó boquiabierta.

“¡¿Bombas de botella?!”

Tres casos completos de ellos. La carga del caballo había derribado a algunos y el interior del carruaje estaba empapado en aceite volátil.

“Señora… Compraste demasiadoooooooo. Heh. ”

Pero solo por esta vez, había hecho un buen trabajo. Solo esta vez. Riho tomó una caja y comenzó a correr hacia el treant.

“… ¡Mm!”

Mientras tanto, Phyllo se estaba defendiendo de un ataque de raíz cruel de alguna manera, claramente a punto de alcanzar su límite.

“… Cada golpe es débil, pero… hay… tantos…”

Si astillaba uno, otro golpeaba desde el costado, y si lo desviaba, desde arriba, abajo, frente a ella, las raíces volaban hacia ella desde todas las direcciones.

“… Si se estremeciera…”

… entonces podría ponerla de nuevo en un gran golpe y derribarlo, pero el ataque no le dio tiempo.

“¡Phyllo! ¿Estás bien?” Selen gritó.

“… No realmente… necesito una oportunidad…” Entonces algo explotó en el centro del treant.

“¿Magia? ¡Pensé que no podías cantar! ”

Ambas  se  volvieron  para  ver  llamas  furiosas…  y  escuchar  cristales rompiéndose, seguidos de otra explosión.

“… Bombas de botella… Muy poderosas…”

Phyllo sonaba casi sorprendido. Las bombas de botella normales no explotaban así. Incluso alguien tan estoico como Phyllo se sorprendió. Estos usaban una combinación de aceites especiales y piedras mágicas, demostrando ser mucho más poderosos que los conocidos por los mortales. Contempla el aterrador poder de Kunlun… bueno, de Shouma, de todos modos.

“¿Quién…?”

Ambas se volvieron para ver de dónde venían las bombas de botella.

“¡Te sirve bien, treant podrido! ¡Es hora de cortar y quemar!”

Riho estaba alegremente aplicando fósforos a las botellas y arrojándolos a la criatura. Si intentaras la agricultura de tala y quema con estas bombas de napalm, transformaría la tierra de tal manera que nadie querría cultivarla.

“…”

La vista de Riho en modo terrorista completo dejó a Phyllo y Selen momentáneamente aturdidas.

“… Podemos ganar esto”, dijo Phyllo, al ver que el ataque se apagaba. Corrió entre unas raíces, acercándose al tronco.

“… Hmph. ¡Hah!”

Poniéndola de nuevo en él, golpeó el treant con su patada más fuerte, haciéndolo perder el equilibrio.

Thud. Thud. Thud…

El treant se tambaleó, agitando sus raíces frenéticamente para evitar caerse.

“Tch, todavía no va a caer. ¡Aah! ”

El enemigo había saltado repentinamente, como un viejo borracho que evita una caída al hacer una transición abrupta hacia una voltereta hacia atrás. La comparación no está lejos, dada la edad de la secretaria dentro de la cosa…

Pero el aterrizaje no salió tan bien. Desequilibrado, el treant se vio obligado a agarrar el hotel en busca de apoyo.

“… Ese es… el restaurante”, advirtió Phyllo.

“¡Padre!” Selen gritó.

Antes de que pudiera pensarlo dos veces, corría hacia el edificio.

Dentro del restaurante, la cena de misterio del asesinato de Marie había terminado, de manera bastante forzada, en una lluvia de escombros y polvo. Los invitados miraron hacia arriba para encontrar la pared derrumbada y un árbol gigante, de color dudoso, apoyado contra el hotel.

“¡A-Augh! ¡M-Mi hotel! ¡Acabamos de renovar!” Coba gimió.

“Maldita sea… Cómo te atreves… ¡Mi familia está muy decorada! ¡En honor de Threonine Toin Lidocaine, esto no se mantendrá! ”

Threonine tomó una silla cercana, lista para cargar contra el treant.

“¡No, no lo hagas! ¡Eso es solo una silla! ¡Esta cosa es peligrosa! ¡Mantén tu distancia!” Marie llamó, pero su advertencia cayó en oídos sordos.

Trató de agarrar Treonina, pero él la apartó.

¡Suéltame! ¡Esa cosa manchó el nombre de Lidocaine, y voy a hacer que pague!”

“¡Papá! ¡No es seguro! ¡Quedarse atrás!” gritó Allan.

Threonine tiró la silla, pero la corteza del treant era como de hierro. La silla rebotó sin causar daño.

“¡Lord Threonine! ¡Será mejor que nos retiremos y dejemos que la policía se encargue de esto!”

¡Maldita sea! ¿A dónde fue mi secretario? Threonine rugió. ¡Se supone que irá a buscar a la policía! ¿Cuánto tiempo va a hacernos esperar ese maldito idiota?

Al oír esto, el costado del baúl del treant se abrió y el rostro de la secretaria se cernió sobre ellos.

“¿Usted llamó?”

““““ ………… ””””

Un silencio sepulcral se apoderó de la escena, como cuando el discurso del padrino resulta ser sobre el mujeriego del novio.

“¡¿T-Tú?!” Treonina croó al fin.

“¿Qué significa esto? ¡¿El treant tomó el control de ti?!”

“No”, dijo el secretario.

“¡¿E-Entonces por qué estás dentro?!”

“¡Porque soy yo quien estaba cultivando ilegalmente los treants!” Esto silenció a Treonina por completo.

“No tenías idea, ¿verdad? ¡Nunca lo haces! No prestas atención a tus subordinados, siempre intentas hacer todo tú mismo. ¡Por eso es que inventé este plan! Siempre que no me atrapen, me haré rico, y si me atrapan, ¡podría culparlo a usted!”

“¡Esa no es razón para hacer algo tan estúpido!”

“¿Estúpido? ¡Estoy de acuerdo! Pero, ¿cómo puedes entender lo que se siente al no tener futuro? Treonina: te voy a consumir ahora”.

Una raíz de treant se disparó hacia Threonine, tratando de atravesarlo.

“¡Cuidado!” Allan empujó a su padre fuera del camino, luego envolvió sus brazos alrededor de la raíz, manteniéndola quieta.

“¡Corre, papá! ¡Hraghh!”

“¡Tonto! ¡Va a drenar tu vida!”

Una tenue luz se enroscó alrededor de la raíz que Allan agarraba, absorbiendo su fuerza. Se tambaleó, pero logró mantenerse en pie, tirando la raíz y recuperándose.

“¡Allan! ¿Estás bien?” Marie preguntó.

“Un poco mareado”, dijo Allan, haciendo una mueca.

“¡Pero soy lo suficientemente fuerte para manejarlo! Y no enseñan a los cadetes en Azami a abandonar a civiles desarmados en momentos de necesidad”.

“A-Allan…”

“Sí, soy un desastre y no soy demasiado brillante, pero ya no le tengo miedo a los monstruos”.

Allan alguna vez había sido excelente luchando contra la gente, pero tenía demasiado miedo de enfrentarse a monstruos. Había ingresado en el ejército de Azami con el objetivo de ser ascendido antes de que alguien lo hiciera luchar contra monstruos.

Threonine era muy consciente de esto, y era una gran parte de su desprecio por su hijo.

“Ya veo”, susurró, lamentando claramente su dureza.

“Has crecido”.

“¡Y sé que mi maestro no nos abandonará en un momento como este!” Allan sonrió.

El secretario del núcleo del treant frunció el ceño.

“¡Fuera del camino! ¡Déjame matar a ese hombre! ”

¡Diablos, no! ¡Me entrenaron para hacer lo contrario! ¡Soy Allan the Axman, y te voy a cortar el trasero!”

Allan buscó su espalda, tratando de agarrar su hacha favorita… y… salió con el aire vacío.

“¡Ah! ¡Estoy desarmado!”

Allan no llevaba nada más que una bata de baño desde que se derrumbó en la sauna, pero solo ahora se dio cuenta.

“…”

Hubo un silencio incómodo.

“¡Muere!”

“¡Aguanta! ¡No nos enseñaron cómo luchar contra monstruos con las manos desnudas! ¡Maldita sea!”

“¡Sabía que mi hijo era un idiota!” Threonine rugió.

Allan esquivó desesperadamente los ataques del treant y comenzó a arrojar cualquier cosa que pudiera tener en sus manos. Sillas. Mesas.

Pinturas de las paredes. Y…

“¡Toma eso! ¡Y eso! ¡Y eso!”

“¡Ha-ha-ha! ¡Qué payaso! ”

Allen arrojó la olla de sopa que había traído con él. Una sopa infundida con bálsamo salpicó a la criatura.

“Ha-ha-ha… ¿ha?” La risa ahogada de la secretaria se desvaneció. Sintió una ola de calor expandiéndose a través de él. El vapor comenzó a salir a borbotones de su cuerpo.

“¿Ha? ¿Ha? ¿Ha?”

Perdió el equilibrio, se tambaleó contra el hotel y luego cayó hacia atrás. Whumm…