Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 3

Capítulo 1: Una Sospecha Ineludible: Suponga Que Encuentra A Alguien Parado Sobre Un Cadáver Sosteniendo Un Arma

Parte 4

La fregona brilló mágicamente, y Lloyd saltó hasta el techo —dos pisos de altura— y se agarró al marco de la ventana.

“¿Techo…?” terminó, su voz se convirtió en un gemido.

Lo limpió una vez y toda la habitación quedó envuelta en una luz cegadora. Incluso desde esta distancia, podía decir que ahora estaba impecable.

“Hmm.” Lloyd saltó hacia abajo como si esto no fuera nada y comenzó a pulir los baños de nuevo.

“¡Le daré al baño otra limpieza rápida para asegurarme de no perderme nada más!”

Procedió a limpiar no solo el baño, sino también cada centímetro de la habitación que lo albergaba. Incluso el interior de la boca del león. Todo esto sucedió muy, muy rápido. El baño brillaba sin siquiera una mota de moho, como si acabara de ser construido. Los ojos de Kikyou se fijaron en la luz brillante que rodeaba su fregona.

“… Uh, ¿cómo estás haciendo esto? ¿Qué es eso?”

“Um, un poco de sabiduría familiar”.

Esta sabiduría familiar era en realidad una forma de magia de sigilo que involucraba runas antiguas. Las runas eran una serie de símbolos mágicos que podían combinarse con la magia para hacer casi cualquier cosa, desde desencantar hasta teletransportarse y derribar meteoritos.

Lo que Lloyd acababa de usar era una runa de desencanto. Su efecto secundario implicó la eliminación de cualquier suciedad, lo que se sintió como una especie de desperdicio. Era como comprar una naranja cara en una tienda de frutas de alta gama y luego usarla para hacer una batería en un experimento científico. O comprar un trozo de atún, deshuesarlo y luego ni siquiera molestarse en comérselo.

“Está bien, está bien, pero… ¿cómo te moviste así?”

“¿Eh? Así es como me muevo normalmente”.

Pasando de un extremo de este baño gigante al otro en un segundo piso, había viajado tan rápido que se había convertido en un borrón. Kikyou se había frotado los ojos hasta el punto que su sombra de ojos estaba manchada.

“¡Como el infierno que hiciste! ¡Estabas corriendo por todo el lugar! ¡Eso no es nada normal!”

Mientras luchaba con esta imposibilidad, Coba apareció detrás de ella.

“Lloyd, ¿tienes un minuto? ¡Wow! ¡Este lugar está impecable!” Coba tuvo que protegerse los ojos del brillo.

“¡Oh, dueño! Acabo de terminar de limpiar”.

“Han pasado menos de diez minutos… ¡Bien hecho, Lloyd! Veo que hice bien en poner mi fe en ti”. Coba sonrió.

La sonrisa de Lloyd no era tan amplia.

“Oh, esto no es nada. Solo hice lo de siempre”.

“¡No, no! Oh, lo siento, hay algo con lo que me vendría bien una mano. Tenemos uniformes de servicio de habitaciones en la sala del personal de atrás. ¿Podrías cambiarte a uno de esos?”

“¡Inmediatamente!”

Lloyd inclinó la cabeza y se apresuró a alejarse.

Coba le sonrió. Kikyou, mientras tanto, no tenía expresión alguna.

“¡¿Quién es ese niño?!” Ella chasqueó.

“¡Limpió el baño en segundos!

¡Saltó hasta el tragaluz! ¿Cómo es eso posible?”

Su tono urgente estaba muy lejos de su habitual acento lento, y Coba pareció momentáneamente culpable.

“Eso es un secreto”, dijo con picardía.

“… ¡No! ¡No es justo! Además, no vuelvas a hacer esa expresión nunca más”.

“¡Si te relajas, Lloyd te dará una reprimenda!! Terminas aquí y luego limpias los establos. ¡Hazlo bien!”

Con una mirada de reojo a la expresión de asombro en su rostro, Coba salió de la habitación.

“Um, ¿es esta la ropa adecuada?”

Lloyd había terminado de cambiarse y estaba esperando a que Coba se pusiera al día.

Con un cuello rígido, gemelos dorados y guantes blancos que completaban el conjunto, el uniforme tenía un toque de vestimenta militar, propio de un hotel de lujo.

“¡Oh, ahí estás! ¡Eso se ve bastante bien! Estoy seguro de que pronto te sentirás más cómodo”.

El propio Coba vestía un traje negro. La enorme masa de los músculos del hombre era suficiente para que cualquier traje pareciera que no le quedaba bien.

“Gracias. Entonces, ¿cuál es el próximo trabajo? ”

La expresión de Coba se ensombreció y volvió a golpearse la cabeza.

“Bien… ya ves, viene este importante señor local. Se suponía que llegaría mañana, ¡pero ya está aquí! ¿Podrías traerle algo de comer?”

“Er… ¿yo? ¿Estás seguro?”

“¡Si! Sabes cómo tratar con los clientes. No se preocupe. Parece que a este señor le disgustan los soldados, incluido yo mismo… pero soy el dueño, así que solo tengo que sonreír y soportarlo”.

Por un momento, Coba pareció un niño al que regañan.

“O-oh cielos…”

“Es duro, Lloyd. Vive cerca y se queda aquí a menudo… Se rumorea que tiene el corazón puesto en uno de nuestro personal o algo así. La gente los ha visto hablando juntos varias veces”.

“Bueno, eso suena romántico… En ese caso, podría soportar ser un poco más amable contigo”.

Coba asintió con entusiasmo.

“Los he visto hablando yo mismo, pero… parecía menos una historia de amor y más como un jefe y un empleado…¡pero eso no importa! ¡Actúa con naturalidad y sigue sonriendo!” La propia sonrisa de Coba fue increíblemente forzada.

Luego apretó los puños e inhaló profundamente. Parecía más una especie de ejercicio de respiración de karate que cualquier otra cosa.

“…Uf. Me pregunto cómo supo que solía ser un soldado”.

Probablemente todos tus movimientos, pensó Lloyd, con una sonrisa algo tensa.

En menos de una hora, la cocina había terminado una serie de platos.

Una ensalada César con un generoso montón de queso caro y de corte grueso.

Faisán asado en salsa de vino tinto.

Ambos serían servidos con una botella de vino añejo de las bodegas, tan viejas que se veía que habían tenido que limpiar el polvo… y así sucesivamente.

Aromas tentadores y pura extravagancia: Lloyd tragó saliva por dos razones diferentes.

Dejó la comida en un carrito de dos niveles y siguió a Coba hasta la suite del ático.

“Cuidado con eso y recuerda sonreír”.

“Sí señor.”

Los cubiertos traquetearon cuando se acercaron. Un hombre de mediana edad con una amplia frente se adelantó desde su puesto en la puerta; parecía una especie de secretario. El hombre de anteojos era demasiado delgado y tenía una expresión perpetuamente exhausta.

“¿Qué pasa?” preguntó.

“Hemos traído la comida de Lord Threonine”.

“Por aquí”, dijo el secretario con indiferencia.

Dentro de la puerta había otro pasillo que conducía a la parte trasera. Se abría a una habitación con una enorme ventana de vidrio que ofrecía una vista impresionante del lago. De pie frente a él, de espaldas a ellos, había un hombre muy grande.

Tenía las manos entrelazadas a la espalda y contemplaba la vista; sin embargo, estaba en guardia y estaba claro que si te acercabas a él descuidadamente, tu vida se acortaría.

Parece menos un noble que un soldado, pensó Lloyd. El secretario lo llamó.

“Señor, su comida está lista”.

“Mm.”

Incluso su gruñido fue digno. Se volvió hacia ellos. Tenía el pelo corto pero rebelde, una nariz fuerte y rasgos toscos, y caminaba como un comandante en el campo de batalla.

“Lord Threonine, es un placer tenerlo de regreso con nosotros”, dijo Coba, inclinándose.

Threonine simplemente resopló. Realmente parecía que no le gustaban los soldados.

“Agradecemos su pronta llegada. ¿Terminaste de trabajar temprano?” Preguntó Coba, tratando de hacer una pequeña charla.

—Algo así —gruñó Threonine, lanzándole una mirada penetrante.

“Suenas como si no me quisieras aquí”.

“¡E-En absoluto, su señoría!”

Comenzando a sudar, Coba miró a Lloyd y le indicó que comenzara a servir la comida.

Lloyd obedeció, luciendo sólo un poco nervioso. Threonine agarró la botella de vino y se sirvió una copa.

“¡Señor, permítame hacer eso!” insistió su secretario, pero Threonine lo hizo callar con una mirada.

“No estamos en una reunión aquí. Permítame decidir por mí mismo cuánto tengo ganas de beber”.

“Ciertamente, señor. ¡Estaba pensando lo mismo!”

El secretario asintió vigorosamente, despeinando los pocos cabellos que le quedaban.

Después de llenar su vaso hasta el borde, Threonine se puso de pie, miró el paisaje y apuró el vaso.

“La vista de estos cipreses sin duda hace que el vino se trague con facilidad”.

“¡Son magníficos, señor! ¡Probablemente sea declarado tesoro cultural! Claramente tienes buen ojo para la calidad”.

El secretario aprovechó la oportunidad para elogiar a su empleador, que parecía molesto.

“Silencio. No es necesario que responda cuando hablo solo”.

“Correcto. Lo siento.”

Al ver cómo el secretario se desinflaba, Coba sintió un momento de lástima.

“Señor”, le dijo al hombre,

“gracias por sus amables  palabras. Esos cipreses han ayudado a hacer de este un lugar popular para hacer turismo”.

“Turismo…” Threonine suspiró. Luego se volvió bruscamente hacia Lloyd.

“Chico, ¿qué piensas de ellos?”

“¡Ack!” Lloyd chilló, poniéndose firme.

“No hay necesidad de estresarse. Solo dame tu honesta impresión”.

A pesar del lujo del ático, la intensidad que irradiaba el hombre hizo que su pregunta pareciera un interrogatorio. Coba miraba nerviosamente de Lloyd a su invitado.

“Bueno, creo que son bonitos”, ofreció Lloyd. Una apuesta segura. Coba le lanzó una mirada de aprobación.

“Hmm…”

Un rastro de tristeza pasó por Threonine.

“Pero parece una pena”, agregó Lloyd.

“Para convertir eso en una atracción, quiero decir”.

“¿Oh? ¿Por qué exactamente? ¡Son un tesoro cultural! ¿Cómo es eso una vergüenza?” Una sonrisa apareció en los labios de Threonine y se acercó a Lloyd.

“Bueno, es difícil espaciarlos uniformemente y que crezcan rectos. E incluso se han podado para eliminar nudos. No hacer nada más que mirarlos… parece un desperdicio”.

“¿Oh? ¿Sabes sobre poda para nudos? ”

Threonine se estaba volviendo cada vez más entusiasta, para asombro de su secretario y Coba.

“Sí, vengo de lo más profundo de las afueras, así que el leñador de la aldea me enseñó un par de cosas”.

Por cierto, en Kunlun, la ciudad natal de Lloyd, la madera generalmente provenía de un monstruo vegetal llamado treant. Matar a un monstruo que atacó con sus raíces y te quitó la vida no fue fácil.

“¡Ya veo, ya veo! ¡Entonces conoces el dolor de un leñador! Antes de que mi familia comenzara a recibir todas estas medallas, hicimos nuestra fortuna con la madera”.

“Ya veo.”

“Y mis antepasados me enseñaron las maravillas de la industria maderera. ¡Está en mis huesos! Estas colinas bien pueden ser declaradas tesoros culturales, pero la belleza aquí es funcional. Si esto se convierte en una atracción turística, ¡su esencia se perderá! Me complace conocer a alguien que por fin comparte mi opinión”.

Apuró un segundo vaso de vino, dejó escapar un suspiro de borrachera y se volvió de nuevo hacia el bosque de cipreses.

“Y… si se convierten en un tesoro cultural, no puedo continuar con mi investigación”.

“¿En qué?” Preguntó Coba. Esto había sonado significativo.

Pero el vino estaba empezando a pasar factura, y Threonine no pareció oírle. Dejó atrás su momentáneo desaliento con una carcajada y tomó asiento.

“¡Bwa-ha-ha! ¡Lo siento, lo siento! ¡Voy a derribar la habitación! Aah, nadie comprende la verdadera belleza de ese bosque. Nadie comprende las montañas y los árboles. Todo el mundo está absorto en lo ‘lindo’ y ‘hermoso’ que es. ¡Escuchar eso me da vergüenza! ¡Pero me caes bien, chico! Toma una bebida.”

“Er, estoy de servicio… y soy menor de edad…”

“¡Qué modesto! ¡Como lo era cuando tenía tu edad! ¡Bwa-ha-ha!”

Era obvio que los dos no tenían nada en común, pero Lloyd se limitó a sonreír.

“Tengo un hijo tonto de tu edad… Es lo suficientemente grande, pero esa es su única buena cualidad. Parece haber engañado a Azami de alguna manera, pero… Oh, ¿dónde están mis modales? ¡Toma asiento!” Threonine se volvió hacia su secretario.

“¡Oye! ¡Consíguele una silla a este chico!” él chasqueó.

“¡Oh, d-disculpa! ¡Estaba a punto de! Toma, chico. Por favor tome asiento.”

Antes de que pudiera protestar, Lloyd se encontró sentado. Miró a Coba en busca de ayuda.

“¡Adelante, Lloyd! El personal del hotel atiende al capricho de nuestros huéspedes”, dijo Coba con una amplia sonrisa. La oportunidad perfecta para mejorar la opinión de Threonine sobre su hotel.

Trabajar para un hotel debe ser duro…

Lloyd no tuvo más remedio que cenar con el hombre.

Cuando se le preguntó sobre su infancia, Lloyd contó algunas anécdotas sobre Kunlun. Para él, eran eventos totalmente ordinarios… pero también tenían un efecto sorprendente en Threonine.

“¡Te digo! ¡Nunca te tomé por un comediante así! ¡Eso suena más a un señor demonio que a un monstruo!”

“¿Uh huh? ¿Un señor demonio? ¡Pero era tan débil!”

Cuando finalmente fue liberado, Lloyd estaba completamente exhausto.

Coba y Lloyd salieron de la habitación de Threonine. Una vez que estuvieron de regreso en la cocina, ambos suspiraron.

Coba pasó el brazo por los hombros de Lloyd. “Lloyd”, dijo.

“¡Muchas gracias! Eres la primera persona que puso a ese hombre de buen humor”.

“Todo lo que hice fue hablar de casa… y terminé comiendo su comida…”

Había comido, pero estaba demasiado nervioso para saborear algo. Esto solo hizo que Lloyd se sintiera aún más culpable.

“¡Eso está totalmente bien! ¡Te lo has ganado! ¡No todo el mundo puede mantener una conversación mientras hace bromas estridentes sobre encontrarse con enanos o cruzar montañas para comprar!”

“Uh, esas no eran bromas…”

Lloyd estaba confundido por la forma en que sus historias verdaderas seguían recibiendo carcajadas. Pero en este punto, el resto del personal y los cocineros se estaban reuniendo a su alrededor.

“¡Propietario! ¿De verdad tienes a ese señor local de buen humor?”

“¿Es eso realmente cierto?”

“¡Pensé que lo tenía en contra de Azami en general!”

“¡Si!” Coba asintió.

“¡Todo gracias al novato, Lloyd! Hizo que el hombre se riera tan fuerte, ¡e incluso se le permitió cenar con él!”

La multitud dejó escapar un impresionado “Ooh”. Threonine debe haber dejado una muy mala impresión.

“Bueno, si se suaviza, sería un gran alivio”.

“Si nos odia tanto, ¿por qué viene todo el tiempo? ¿Despecho?”

“¡Eres el salvador del hotel, muchacho! ¡En mis hombros!”

“¡¿Erp?! ¡Um, hey! ”

“¡No hay suficiente espacio aquí! ¡Ha-ha-ha!” Lloyd estaba cada vez más nervioso.

“¡Pero todo lo que hice fue comer con él! Quiero decir, ¡tomé su comida!

¿No hay más trabajo que pueda hacer?”

“… Lloyd… eres un buen chico…”

¡Su seriedad puso a todos en el corazón!

Las lágrimas corrieron por los cincelados rasgos de Coba y, con una amplia sonrisa, le dio a Lloyd sus próximas tareas.

“¡De acuerdo entonces! ¡Limpia el restaurante! ¡Prepara el desayuno para mañana! ¡Revise y reemplace las piedras de luz! ¡Limpia el salón! ¡Hay mucho trabajo por hacer! ¿Estás listo?”

“¡Sí señor!”

“¡Eso es lo que me gusta escuchar!”

Coba, radiante, empezó a palmear la cabeza de Lloyd con el tipo de fuerza que podría provocar una conmoción.

“¡Ah! ¡Hey, no soy un niñooooooo!”

El resto del personal estalló en carcajadas.

Esto complació a Coba; sintió que el estado de ánimo había motivado a todos. Pero luego recordó algo y miró a su alrededor, frunciendo el ceño.

“… ¿Dónde está Kikyou? ¿Está aflojando de nuevo? Por amor de Dios.”

Realmente podría tener que tomar medidas allí, pensó Coba… pero lo dejó de lado por ahora, concentrándose en frotar la cabeza de Lloyd.

Mientras tanto, una palabra perdida de uno de los miembros del personal le recordó algo a Lloyd.

Threonine dijo algo sobre una investigación… Me pregunto de qué se trata.

Alisándose el cabello revuelto, concluyó que no tenía sentido insistir en ello y centró su atención en su siguiente tarea.

A última hora de la noche, en la suite Lena, donde se alojaba Threonine…

Las luces se atenuaron, permitiendo que la luz de la luna entrara por las ventanas.

“¿Se retira por la noche, señor?” preguntó el secretario.

“Mm”, dijo Threonine, admirando el bosque de cipreses de nuevo.

“Después de esa agradable comida, me cansé y me iré a la cama temprano”.

“¡Muy bien, señor! ¡Me imaginé que lo estarías! Sí, sí, ese chico era…”

“Solo dije que estaba cansado”.

“Eh, sí, mis disculpas…” El secretario se encogió, con el peine caído. Hizo una reverencia antes de despedirse.

Threonine se aseguró de que se hubiera ido, luego volvió la mirada hacia la ventana.

“… Puedes salir ahora”, dijo en voz baja.