Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 11

Historia Corta (SS) 2: Aquí (a su Lado) es el Lugar Especial de Lili

–Bell-sama, ¿Estás bien con esto?

Lili quien caminaba por la calle nocturna mientras sacudía su mochila, le preguntó a Bell quien estaba a su lado.

La <Familia Hestia>—quien recibió la carta secreta de Fels desde el búho—habia enviado a Bell y Lili a <La Casa Secreta de la Bruja> para obtener los Ítems Mágicos de Fels. Con muchos “ojos” siguiendo su rastro incluso ahora, se dirigían al almacén oculto de Items Mágicos mientras lo enmascaraban como una simple compra de ítems.

–¿Con esto, dices?

–Con no aclarar el malentendido de los ciudadanos. Llamándote conejo codicioso o peor, diciendo que tienes <Fetiche de Monstruo>… ¿No te lastima, que sea así siempre?

Mientras estaba atenta a la mirada de sus perseguidores, Lili pregunto como si se tratara de una charla casual, pero esto era algo que realmente le preocupaba.

Ante Lili quien lo miraba fijamente con preocupación, Bell desvió una vez su mirada y rasco su mejilla con su dedo.

–Papa ser honesto, es terriblemente doloroso. Realmente quiero explicarles que no es así y regresar a ese momento cuando me sonreían… También he pensado cosas como esas.

Ante Lili quien escuchaba con un rostro obediente, Bell expreso todo lo que estaba en su mente.

Probablemente se deprimiria, probablemente el día en que pudiera explicarlo no vendrá.

–Pero, solo ahora… Por el bien de Wiene y los demás, quiero dar todo de mi. Las explicaciones podemos dejarlas para después. Probablemente en ese momento ya sea tarde, pero incluso así, ahora quiero salvar a los Xenos.

Bell dijo eso con unos ojos claros. Mirando su figura que miraba hacia arriba el cielo nocturno, desbordando un sentimiento trágico, Lili frunció el ceño con tristeza. Pero, justo ahi—

–Además, ya sabes. Tu y los demás están ahí para mi después de todo.

–¿Eh?

–Ya que tú y los demás me prestan su ayuda, puedo esforzarme sin deprimirme… eso es lo que creo.

Realmente gracias. Pareciendo avergonzado, pero de manera clara, Bell declaro.

Lili, con sus ojos muy abiertos, sabía que sus mejillas estaban calentándose. A continuación, una sonrisa de felicidad se extendió por su rostro.

Sin embargo, pensó en una cierta cosa y mostrando una sonrisa maliciosa, declaro.

— —Sabes que siempre puedes depender de mi, Bell. Siempre, te ayudare.

Cuando murmuro con la voz de una encantadora y adulta “Hermana mayor”, los hombros de Bell saltaron.

El chico, preocupado de que sus mejillas se hubieran sonrojado, dejo escapar una voz lastimosa.

–E-Eso es injusto…

–Fufu.

La propia Lili, mientras sentía su pecho y mejillas calentarse, se rio.

Ella quien era un año mayor, para protegerlo, para apoyarlo, entrelazo sus dedos en la mano derecha de Bell.