Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 8

Capítulo 5: Culmina la Asamblea

Parte 1

 

 

Por primera vez en lo que pareció una eternidad, logré despertarme por mi cuenta. Me senté en la cama y miré el sol que entraba por la ventana. Otro bonito día.

Hoy era el último día de la Asamblea, así que intercambiaríamos unas pocas despedidas finales y todo terminaría.


Contando los días que tuve que quedarme aquí para asistir al seminario, ya llevaba bastante tiempo en el castillo. Estaba empezando a encariñarme con esta habitación, pero esta era la última vez que dormiría en ella.

Hoy volvería a la mansión Claes y, a partir de mañana, las cosas seguirían como de costumbre en el Ministerio.

Me preguntaba si tomar una licencia tan larga había sido una molestia para mis compañeros de trabajo cuando escuché un golpe en la puerta.

“Con permiso.” Dijo Anne, entrando en mi habitación.

La vista de yo sentada en la cama debe haberla sorprendido.

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“¡¿Qué?! Señorita, ¿se despertó usted misma?”

“Sí, ayer me fui a la cama muy temprano.” Respondí, sin saber si debía sentirme divertida u ofendida por su sorpresa.

Por lo general, no me despertaba a menos que alguien quitara todos los edredones, mantas y sábanas de mi cama, así que podía ver por qué se sorprendería, pero aun así…

“Pensar que sería capaz de levantarse por sí misma… Señorita, estoy tan orgullosa…” Comenzó a decir, sonando honestamente conmovida.

Ahora yo era la sorprendida, al verla reaccionar así, y pensé que tal vez debería intentar despertarme sola de ahora en adelante.

Una vez que terminó de recibir el shock, Anne, junto con las otras sirvientas, comenzaron a prepararme para la Asamblea. Mientras lo hacían, nos dijeron que tenía un invitado.

¿Qué voy a hacer? ¡Aún no he terminado de prepararme! Pensé, pero cuando escuché que eran Mary y Sophia, las dejé entrar inmediatamente. Quería disculparme y agradecerles por lo de ayer.

Ambos rostros estaban sombríos.

“Lady Katarina, ¿está todo bien?” Me preguntó Mary preocupada.

“Sí. No estoy herida en ningún lado ni nada. ¡Estoy bien!” Respondí, y ella inmediatamente pareció aliviada.

“Ayer Nicol me dijo que estabas bien, pero necesitaba verte por mí misma. Sé que puede ser una molestia, dada la hora temprana, pero estaba increíblemente preocupada.” Dijo.

Pensando en cuántas personas había hecho preocuparse, una vez más me sentí mal por mis acciones. Le di a María ese discurso sobre confiar en los demás, pero obviamente necesitaba aprender a hacer lo mismo.

“Lamento haberlas hecho preocuparse. Y también gracias.” Dije, inclinándome en agradecimiento a mis dos amigas.


“¡De ningún modo! No pude hacer nada por ti.” Dijo Mary.

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“También quería buscarte, pero me dijeron que no…” Sophia estuvo de acuerdo. La primera parecía frustrada y la segunda triste.

Ayer, cuando desaparecí, Sophia y Mary querían unirse a Jeord y los demás para buscarme, pero les dijeron que esperaran porque era peligroso.

Pensé que era una buena decisión. Dos mujeres jóvenes habían desaparecido, y lo último que uno querría en un momento como ese es que dos más las buscasen y también desaparecieran.

Los hombres que habían secuestrado a María eran dos nobles ignorantes y tontos, y también podrían haber lastimado a María y Sophia. Eran lo suficientemente inteligentes para entender eso, por lo que esperaron como se les dijo, pero aun así parecían frustradas por no poder ayudar.

“Estoy muy feliz de que ustedes dos se preocupen tanto por mí. Y si venían detrás de mí, podría haber sido peligroso, así que también estoy feliz de que ustedes dos esperaran a que los demás regresaran.” Dije, tomando una mano de cada una con las mías.

Sus ojos aún estaban un poco llorosos, pero no parecían tan sombríos como cuando recién entraron en mi habitación. Luego se fueron, diciendo que no querían interferir con mis preparativos.

Cuando terminé, me miré al espejo. La chica que me devolvió la mirada, aunque no tan elegante como la que se había unido al baile ayer, definitivamente parecía la hija de un duque.

Escuché otro golpe en la puerta e inmediatamente pensé que Mary y Sophia habían olvidado algo en mi habitación, pero esta vez era Jeord de visita.

¿Por qué ya está aquí? ¿No es demasiado pronto para la Asamblea? Me pregunté mientras lo dejaba entrar.

Ya había terminado con sus preparativos y me alegré de ver que su expresión cansada de ayer había vuelto a la habitual.

“Buenos días, Katarina.” Dijo con una brillante sonrisa en su rostro.

“Buenos días, príncipe Jeord. ¿Ya es hora de unirse a la Asamblea? Creo que todavía es temprano.” Respondí, y su sonrisa se convirtió en una mueca.

“No, no es por eso que estoy aquí. Quería preguntarle sobre algunos de los detalles sobre el incidente de ayer.”

“¿Qué detalles?”

Ya les había explicado a Nicol y los demás que había subido a esa habitación a través de un árbol, que había encontrado a María y casi todo lo demás.

“Sobre el hombre que te ayudó a averiguar dónde estaba María.”

“¡Ohh!”

Finalmente me di cuenta de lo que quería decir. Ese habría sido Cezar, con quien me había encontrado por casualidad en el jardín. Estaba esperando justo fuera de la habitación de los nobles, por lo que Jeord debió haberlo visto cuando irrumpió.

“Parece que te acuerdas. Entonces, ¿puedo preguntarte dónde lo conociste?” Dijo Jeord, y su rostro ahora tenía una pizca de seriedad.

“Corría detrás de María en el jardín y me encontré con él por casualidad. Le pregunté si había visto a una doncella rubia, le dije que la estaba buscando y me ayudó.”

Por supuesto que también lo había conocido antes, mientras fingía ser un sirviente, pero sentí que era mejor no contar ese detalle.

“Ya veo.” Dijo Jeord, pareciendo relajado de nuevo.

“Es tal como me dijo. Me alegro de que no ocurriera nada inapropiado.”

“¿‘Nada inapropiado’?”

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“No le des importancia. En cualquier caso, ¿sabes quién es ese hombre?”

“Él es… una especie de noble extranjero, ¿verdad?”

Después de verlo ayer, estaba convencida de que no era un sirviente, pero no tuve tiempo de preguntarle quién era en realidad y de dónde venía.

Jeord, desconcertado, suspiró.

“Así que no lo sabías. ¿Por qué no estoy sorprendido?”

“¿Es una persona famosa?” Pregunté, a juzgar por sus palabras, que me estaba perdiendo algo muy importante.

“Sí. Fue objeto de muchas charlas femeninas durante la Asamblea de este año, pero, de alguna manera, parece que no has oído nada de eso.”

Es cierto que yo no era la más inteligente cuando se trataba de ese tipo de charlas de la alta sociedad. A diferencia de Mary, yo tampoco era buena para pedir información a otras damas nobles.

“Creo que todavía no lo habías saludado, así que es comprensible. Sin embargo, sin duda tendrá que hacerlo hoy, así que trata de recordar lo que te digo en este momento.”

“S-Sí.” Dije, asintiendo con seriedad, pero Jeord sonrió de nuevo.

“Seguro que conoces a Ethenell, el reino al otro lado del mar. El hombre que te ayudó anoche es Cezar Dahl, su príncipe.”

“¡¿P-Príncipe?!” Grité en estado de shock.

Parecía un noble de alto rango, pero ¿un miembro de la realeza? ¡¿Un príncipe?! Incluso me había dicho su nombre, pero no tenía ni idea.

Estaba segura de haber aprendido los nombres de las familias reales de los cuatro países invitados durante el seminario…

“¿Había una familia real apellidada Dahl?” Murmuré, sobre todo para mí.

“Probablemente no hayas oído hablar de él durante las lecciones. También lo conocí durante la Asamblea. Ethenell, cuando el nuevo rey tomó el trono, ha sufrido varias reformas importantes. Es probable que los instructores simplemente no se mantuvieran actualizados. Como fue enviado aquí para representar a su país, ahora sabemos lo importante que es como persona. Pero aparte de eso, tenemos poca o ninguna información sobre él.”

Estaba escuchando la explicación de Jeord con la boca abierta por la incredulidad. Esto significaba él que era la persona más importante de Ethenell en la Asamblea…

Pensé en nuestros intercambios hasta ahora. Me encontró durmiendo en el jardín, fingiendo ser una sirvienta y pidiendo historias del extranjero. Esto no habría sido un gran problema si sólo fuera una sirvienta, pero como era un miembro de la realeza, lo que hice podría considerarse muy grosero…

Jeord sonrió ante mis preocupaciones.

“Al ver cómo actuó ayer, podemos suponer que probablemente sea una buena persona. No necesitas preocuparte demasiado. Por supuesto, dados los detalles de ese incidente, le pedí que lo mantuviera en secreto. Por eso, hoy se saludarán como si fuera la primera vez que se encuentran.” Me instruyó.

“Ahora tengo trabajo que hacer, así que debo irme. Volveré aquí una vez que sea el momento de la Asamblea.”

Jeord se fue, y ahora que estaba sola, pensé en las cosas que acababa de aprender sobre Cezar.

¿Quién hubiera pensado que el hombre amable que me contaba historias en el jardín era un príncipe? Simplemente no se sentía como un miembro de la realeza. Tenía la misma aura amigable y con la que se podía relacionar a su alrededor que Sora.

Pero ayer se veía completamente diferente, como un príncipe, se podría decir. Y era incluso más guapo de lo que había pensado al principio, viéndolo como un sirviente. Estaba al mismo nivel que todos los demás intereses amorosos de Fortune Lover.

Ahora que lo pensaba, recordé que Mary me dijo que el príncipe de Ethenell era popular entre las otras damas de la Asamblea. Si estaba hablando de Cezar, tenía perfecto sentido…

Pero esto también significaría que le pregunté, en persona, si el príncipe de Ethenell era guapo…


Ahora entendía por qué no quería hablar de eso.

“Jaja, supongo que eso tendría sentido… pero…”

Me quedé mirando al techo. Descubrí que alguien con quien me había hecho amiga era en realidad una persona muy importante, y de repente sentí una inexplicable soledad brotando dentro de mí.

Era el momento de las últimas despedidas de la Asamblea, y Jeord vino a acompañarme al salón donde todos se reunirían.

Hoy, “todos” sólo se refería a los nobles de más alto rango, por lo que no había tanta gente alrededor.

Comencé a hacer rondas con Jeord, saludando a los distintos representantes de los países invitados. En realidad, se suponía que debía haber terminado de hacer esto el día anterior, pero dijo que, dado que él era sólo el tercer príncipe, no era un gran problema.

Aquí en nuestro reino, el rey decidía cuál de sus hijos lo sucedería, por lo que Jeord todavía tenía la posibilidad de llevarse la corona. Pero la forma en que habló de eso mostraba que realmente no le importaba. Y ser rey sonaba agotador, así que definitivamente podía entender de dónde venía.

Conocimos a varios príncipes y princesas, y finalmente lo legamos a él.

“Soy Cezar Dahl, príncipe de Ethenell. Es un gran placer conocerle.” Dijo Cezar, fingiendo que nunca antes nos habíamos visto.

Llevaba el cabello bien peinado, la ropa lujosa y, en general, todo en él era digno de la realeza.

¡Es increíble! ¡Es tan bueno interpretando este papel! Espera, ¿está interpretando un papel ahora o lo estaba haciendo antes? Pensé para mí misma mientras decía mi presentación.

“Soy Katarina Claes. El placer es mío.”

Cualquiera que nos viera habría creído que realmente nos estábamos conociendo.

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Luego pasamos a intercambiar las líneas habituales:

“Llegar hasta aquí debe haber sido agotador. Por favor, descanse una vez que regrese a casa.”

“Espero que podamos tener la oportunidad de encontrarnos de nuevo.”

Y así sucesivamente.

Aún me sentía un poco sola por eso, pero me las arreglé para comportarme como una dama noble en toda regla durante todo el proceso.

Miré a Jeord para confirmar lo bien que lo había hecho, pero él estaba viendo a Cezar alejarse, y sus ojos tenían un brillo misterioso en ellos.

Dijo que pensaba que Cezar no era una mala persona, así que ¿qué pasa?





 “¿Príncipe Jeord? ¿Qué pasa?” Le pregunté.

“Nada.” Dijo, luciendo sorprendido por el preguntarle directamente tan repentinamente.

“Saludemos a la siguiente persona.”

Lo miré, con su habitual sonrisa perfecta, y me di cuenta de que no respondería por mucho que insistiera. Así que lo seguí mientras se acercaba a más representantes extranjeros.

Una vez que terminamos de saludarnos, no quedaba nada por hacer ese día. Salvo los que tenían razones especiales para quedarse, todos partieron hacia sus propios países y la Asamblea se concluyó oficialmente.

Mientras que todos los invitados extranjeros regresaban a sus países, los huéspedes locales regresábamos a casa. Los sirvientes preparaban mi equipaje y se suponía que tenía que esperar en mi habitación hasta que estuviera lista para irme, pero no pude resistirme a salir al jardín por mi cuenta.

Dos días antes, Cezar me había prometido que se reuniría conmigo aquí por última vez. En ese entonces esa era una promesa entre dos sirvientes amistosos, pero ahora ambos sabíamos que esto no era cierto. En realidad, era un príncipe. Imagínate.

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Supuse que no había forma de que viniera, ahora que su identidad había sido revelada, pero tenía que esperar por si acaso. Me sentía sola al despedirnos de ese modo, con sólo el saludo formal en la Asamblea.

No sabía cuánto tiempo había esperado— sentía que podrían haber sido varias horas o sólo unos minutos. Entonces, escuché una voz familiar que se dirigía a mí desde atrás.

“Katarina.”

Me di la vuelta y vi a Cezar, luciendo confundido.

“Realmente pensé que ya no vendrías aquí.” Dijo.

“También pensé que no vendrías, príncipe Cezar.” Contesté, y su expresión se volvió seria.

“No es necesario que me llames así. Cuando estoy aquí, sólo soy Cezar.”

“¡Muy bien, Cezar!” Dije rápidamente, dándome cuenta de cómo se sentía, y sonrió. No era esa sonrisa elegante y ensayada que había visto antes en la Asamblea, sino su sonrisa natural de niño que hacía que se le notaran los dientes.

“Aun así, realmente me la hiciste bien. Pensé que eras una sirvienta, y luego descubrí que eres una dama noble —nada menos que la hija de un duque— ¡e incluso que estás comprometida con un príncipe!” Dijo con una sonrisa, pero eso definitivamente también se aplicaba a él.

“¿Y qué hay de ti? ¡Me sorprendió cuando supe que no eras un sirviente, sino un príncipe!” Dije, hinchando mis mejillas.

“Tienes razón.” Dijo divertido.

Me alivió ver que, incluso ahora que sabíamos la verdad el uno del otro, se comportaba tan amistosamente como antes. Al ver lo justos y apropiados que habían sido sus saludos en la Asamblea, me preocupaba que hubiera trazado una línea en la arena que ya no se me permitía cruzar.

“Dime, Cezar.” Le dije, recordando una duda que tenía.

“Dijiste que eras un mercenario antes de volver a tu casa, pero ¿era mentira?” Sus ágiles movimientos tenían perfecto sentido para un mercenario, pero ese no era trabajo para un príncipe.

“No, es todo verdad. Mi padre era el rey, pero mi madre era sólo una de sus muchas concubinas plebeyas. Dejé el palacio tan pronto como fui mayor de edad y comencé a deambular por ahí, y finalmente me convertí en un mercenario. Pero mi hermano mayor, que me había defendido de niño, todavía estaba en el palacio, así que volví a ayudarlo.” Explicó casualmente, como si fuera la cosa más aburrida del mundo.

Mientras tanto, estaba tan sorprendida como cuando me enteré que él era un príncipe.

¿Un príncipe que abandona el palacio para convertirse en mercenario? ¿Qué tipo de cuento de hadas es este? Habría sido más fácil de procesar si me hubiera dicho que todo era mentira.

“Esa es una historia impresionante… Suena como algo salido de una novela.” Es lo que finalmente logré decir.

“Me pregunto por qué ninguna de las otras mujeres estaba hablando de eso.”

Era un hombre guapo a la altura de los mejores de nuestro reino y, al parecer, se habló mucho de él durante la Asamblea. Pero no escuché absolutamente nada sobre él como mercenario.

“Bueno.” Respondió.

“No lo estoy ocultando ni nada, pero es la primera vez que me sumo a un evento internacional como este, así que creo que es normal que no haya tanta información sobre mí.”

Recordé que Jeord también había dicho que no sabía casi nada sobre Cezar.

“Mi plan era ayudar a mi hermano detrás bambalinas, pero, como pudiste ver, me arrastraron hasta el escenario principal.” Dijo.

Pero entre su apariencia y lo impecable que se movía por el salón del castillo, eso no tenía sentido para mí.

“¡Estás hecho para estar en el escenario de la alta sociedad! ¡Eres un natural!” Le dije.

“¿De verdad? De hecho, soy muy bueno mezclándome con los plebeyos.” Dijo con una sonrisa.

Honestamente, no tenía idea de cómo podía ser posible, dada su apariencia, pero podría ser sólo uno de sus talentos.

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“Vaya, el tiempo se acaba. Debo regresar y ver a mi hermano lo antes posible.” Dijo, y dejó caer los hombros.

Esto era un adiós, de verdad. Sólo nos conocíamos desde hacía unos días, pero definitivamente habíamos llegado al punto en el que podíamos llamarnos “amigos”.

Y también me agradaba mucho. Desde conocerlo, había sido muy amable y alguien con quien era muy fácil hablar. Verlo irse me hacía sentir sola. La próxima vez que la Asamblea se llevaría a cabo en Sorcié sería dentro de diez años. No podía imaginarme verlo en ningún otro lugar, ya que era un príncipe extranjero.

E, incluso diez años después, no había forma de saber si ambos asistiríamos a la Asamblea. Está bien podría ser la última vez que nos viéramos.

Tener que separarme de alguien… Era la primera vez que tenía que experimentar eso en esta vida. Me recordó a cuando había dejado mi vida anterior, pero con una gran diferencia: esta vez, podría decir adiós.

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“Sólo nos conocemos desde hace unos días, pero me divertí mucho. Mantente a salvo mientras regresas a casa. Te deseo lo mejor.” Le dije.

Me mostró su sincera y juvenil sonrisa.

“También fue divertido para mí. También te deseo lo mejor, Katarina. Ah, y deja de dormir al aire libre.”

Eso fue lo último que me dijo antes de alejarse rápidamente con un movimiento de su mano.

Observé cómo su espalda se alejaba cada vez más y el fragante viento primaveral acariciaba suavemente mi rostro.

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