Wortenia Senki (NL)

Volumen 9

Capítulo 1: Un encuentro casual con un viejo amigo

Parte 1

Caminando tranquilamente a través de un callejón oscuro que apestaba ofensivamente, Koichiro Mikoshiba tiró de su capucha debajo de sus ojos. Caminaba muy firme; uno no imaginaría que había estado bebiendo desde la mañana en la taberna.

Todo esto fue calculado, por supuesto.

Koichiro siempre era bueno sosteniendo su licor, y se había comportado apropiadamente, sabiendo el trabajo en el que estaba a punto de embarcarse. El número de botellas que había vaciado era impresionante, pero como también había tenido cuidado de comer apropiadamente, estaba muy sobrio. Sus miembros estaban llenos de fuerza, y estaba preparado para cualquier situación.

Y era natural que fuera tan cauteloso; esto era, después de todo, la otra Tierra. Si hubiera sido tan tonto como para emborracharse en una taberna tan sospechosa, le habrían quitado todas sus pertenencias antes de estar lo suficientemente sobrio para darse cuenta.

O peor, podría haber sido simplemente vendido a la esclavitud antes de darse cuenta. Se remonta a una de las cuatro grandes novelas clásicas de China, el Margen de Agua, donde un hombre recibió sake envenenado. Luego fue despojado de todo lo que tenía, y después de sucumbir al veneno, su carne fue cortada y vendida por dinero. Koichiro tuvo la suerte de no encontrarse con un lugar tan humilde como para hacer eso, pero no se sorprendería si tal negocio existiera en este mundo.

Este era un mundo donde cualquier tipo de locura, no importa cuán absurda, podía ocurrir.

Je, ellos mordieron el anzuelo…

Desde que dejó el Echo Hall, sintió una mirada fija en él. Y no era la mirada de un espectador curioso, sino más bien, una mirada más adhesiva y aferrada que siempre parecía provenir de las sombras.

Koichiro tenía un objetivo claro. Pero para lograrlo, tuvo que confiar en un método antiguo y arcaico.

Ahora, entonces… me gustaría pensar que salió según lo planeado, pero, realmente fue así…?

Se enfrenta a una Organización que ha extendido sus tentáculos por todos los rincones del continente, manteniendo su existencia oculta a la población. No tenían una placa con el nombre en la puerta como un negocio normal en la ciudad. Por supuesto, Koichiro sabía de su existencia, y tenía maneras de contactar a sus miembros.

Después de todo, antes de encontrar el camino de vuelta a casa en Rearth, Koichiro era uno de sus miembros principales.

Pero esto ya era cosa del pasado. Ya no tenía forma de saber si la señal que había enviado en el pub de Lentencia estaba siendo utilizada. Por lo que él sabía, todos los que lo vieron pensaron que era una mala idea de broma de un borracho.

De hecho, dada la naturaleza de la Organización, la probabilidad de que siguiera utilizando este cifrado durante tantos años era inexistente. Creía plenamente que había sido abolido hace años.

Es cierto que lo habían seguido desde que salió de la taberna, pero no sabía por qué.

Después de todo, había salido de las luces de la calle principal y se había adentrado en los callejones oscuros. Y las sombras proyectadas por las deslumbrantes luces de la ciudad y su distrito de placer escondían una gran cantidad de lodo y estiércol. En pocas palabras, estos callejones eran esencialmente los barrios bajos de Lentencia, el lado oscuro de la ciudad.

Quienquiera que viviera aquí no tenía esperanzas para el futuro. La única manera de ganarse la vida en estos barrios bajos era a través del trabajo manual. Las mujeres podían vender sus cuerpos por dinero. Y en ambos casos, los salarios serían terriblemente bajos. Tan bajo, de hecho, que en algunos casos uno no podía pagar sus necesidades vitales. Y en esos casos, incluso la esclavitud era preferible.

No había manera honesta y respetable de escapar del oscuro abrazo de estos oscuros tugurios. Fue por eso que cualquiera que confiara en su fuerza bruta se volvió al crimen. Y en ese sentido, no había diferencia entre ambos mundos aquí.

Así que era bastante plausible que alguien hubiera confundido a Koichiro con un borracho con dinero de sobra, y pensó en reunir a su grupo de matones para asaltarlo.

Dada su habilidad, dudo que quien sea que me esté siguiendo sea solo un transeúnte casual. La pregunta es si están relacionados con la Organización…

Él sabía que habían mantenido su cola desde que dejó el Echo Hall, pero quienquiera que fuera, lo estaban siguiendo sigilosamente. No estaban del todo al nivel de Koichiro, pero ciertamente eran hábiles. Callaban y mantenían su presencia enmascarada.

Y lo más importante, la forma en que parecían arrinconar a sus presas era perfecta. La mayoría de la gente ni siquiera se daría cuenta de ellos hasta que sus gargantas ya estaban cortadas. No, tal vez ni siquiera se darían cuenta entonces. Quienquiera que estuviera siguiendo a Koichiro era un cazador especializado en acechar seres humanos.

No, incluso si alguien tan hábil no está trabajando bajo un país o un grupo, eso podría significar…

Sintiendo una ominosa sospecha en su mente, Koichiro agitó su cabeza como para desterrar tales pensamientos. Por supuesto, este no era un oponente que no pudiera vencer. La destreza de Koichiro era fuera de lo común, y pocas personas en este continente probablemente podrían igualarlo en combate.

Había regalado una de sus queridas katanas a Asuka, pero eso hizo poco para quitarle a Koichiro su habilidad y letalidad. Aún así, Koichiro pensó que la gente que lo seguía no pelearía voluntariamente con él sin ninguna razón.

Después de todo, no había un mundo donde la gente tan hábil se rebajara a asaltar a la gente en el callejón de un distrito de placer. Sería como hacer trabajar a un chef de cinco estrellas en un restaurante de comida rápida.

Por supuesto, no había absolutos en este mundo. Tal vez uno de esos “chef” caería en tiempos difíciles y terminaría siendo lo suficientemente desafortunado como para trabajar en un lugar tan humilde. Pero tener a muchos de estos chefs reunidos para trabajar en un solo lugar no tenía sentido. Así que por ese razonamiento, Koichiro dudaba que fueran meros matones.

La pregunta permaneció, sin embargo. Quienquiera que fueran estas personas, podrían estar trabajando para los que estaba buscando?

De repente, el sonido de pisadas contra las losas alcanzó los oídos de Koichiro.

Puedo sentir su presencia de repente… dos, tres… no, hay cinco de ellos… lo que significa…

Las presencias que lo rodeaban se hicieron más visibles a la vez, y todos parecían cerrarse a su alrededor desde todas las direcciones. Sus perseguidores probablemente trataron de obligarlo a ir a un lugar específico.

Bien, voy a morder el anzuelo… Veamos cómo resulta esto. Tengo curiosidad por ver qué pueden hacer…

La katana de Koichiro se estremeció ligeramente en su cintura, aparentemente por preocupación por él.

No te preocupes, chica… si lo peor viene a peor, te pondré a usar. Golpeó suavemente la vaina dos veces, como para calmar la hoja mientras esperaba que llegara el momento.

“Tú allí, con la capucha,” le gritó una voz desde atrás.

Fue justo cuando estaba a punto de regresar después de dirigirse a un callejón sin salida. Sus asaltantes probablemente vieron esto como su oportunidad de atacar. Koichiro se giró en la dirección de esa voz.

Hmph… así que están tratando de cortar mi avenida de escape. no tienen la intención de dejarme escapar.

Un grupo de hombres estaba en la entrada del callejón, bloqueando su salida. Altos muros de piedra lo rodeaban por tres lados, y con la única salida del callejón bloqueada, Koichiro estaba, para todos los efectos, atrapado. Era una situación

verdaderamente trillada, pero desde la perspectiva de los atacantes, tenían a Koichiro firmemente a su alcance.

“En que puedo ayudarlos?” Koichiro preguntó tranquilamente a los engreídos que se interponían en su camino.

“Oh, nada especial,” dijo un hombre con un rostro árabe y rasgos faciales finamente cincelados.

“Acabamos de tener un poco demasiado para beber en el pub. Esperábamos que nos podría ayudar a algunos de sus monedas. Mira, estamos un poco abajo en nuestra suerte. Somos del tipo triste que no puede mantener un trabajo, verdad?”

Por supuesto, dijeron que nos ayudarían con algunas de sus monedas, pero la verdadera intención detrás de esas palabras era clara como el día. Los otros hombres se reían alborotadamente.

“Hemos oído hablar de ti”, dijo otro hombre.

“Tú eres el que ha estado bebiendo todo el día en el Echo Hall, verdad?”

“Viviendo el sueño, ¿no es así?” otro hombre entró.

“Vamos, comparte un poco de esa fortuna con nosotros.”

El grupo una vez más levantó su voz en risas, después de lo cual miraron a Koichiro con una sonrisa desagradable. Sus ojos brillaban con una avaricia turbia.

Hm, así que ese es su punto de vista… pensé que harían algún tipo de actuación, pero son actores convincentes.

A primera vista, no parecían más que matones codiciosos para sacudir a la gente, pero Koichiro era más inteligente como para dejarse engañar por su acto. No estaba orgulloso de eso, pero había vivido su vida hasta el cuello con las mentiras de la gente, y sabía cómo saber cuándo alguien estaba actuando. La forma en que miraban atentamente a su alrededor y mantenían una cuidadosa distancia le decía que no eran solo bandidos.

Así que debe haber habido una razón por la que decidieron acercarse a él de esta manera. Probablemente querían medir lo hábil que Koichiro era realmente. Y eso era ciertamente algo que la Organización haría. Después de todo, eran una sociedad secreta.

Por su naturaleza, rechazaron la idea de ser conocidos por otros. Por eso sus agentes trabajaban en profesiones discretas, y por eso no conocían los nombres y rostros de otros agentes. Así que Koichiro sabía que si alguien de la Organización lo veía hacer ese cifrado, desplegarían a alguien para ir tras él.

Pero con qué fin? Esa era la pregunta aquí.

Están aquí para matarme, o para interrogarme…?

Suponiendo que el cifrado que usó en el Echo Hall estuviera en uso, sospecharían que Koichiro era uno de los suyos. La Organización era una gran sociedad secreta, cuya influencia se extendía por todo el continente. Conocer los nombres y rostros de cada uno de los operativos era imposible para ellos. En cuyo caso, conocer el cifrado fue lo que les permitió reconocer a un operativo. Pero si el cifrado que Koichiro sabía que aún estaba en uso, probablemente ya se le habrían acercado en el Echo Hall. No habría necesidad de estos teatros.

Así que el código ha sido cambiado… supongo que no hay mucho que podría haber hecho de otra manera. Pero aún así…

El truco detrás de la cifra era que asignar mal los platos o verter la cantidad incorrecta de agua en la taza dejaría en claro que uno estaba fingiendo. Entonces, cómo trataría la organización a un hombre que dejó una cifrado falso?

Normalmente, Koichiro creía que no harían nada. Era difícil creer que un falso cifrado pudiera ser el producto de una coincidencia, pero todavía existía la posibilidad de que un civil ignorante pudiera haber amontonado placas accidentalmente de una manera que podría parecerse a un cifrado Chawanjin.

Y como existía la más mínima posibilidad de que eso sucediera, la Organización no podía arriesgarse a arriesgarse. Eran una sociedad secreta, que se esforzaba por mantener oculta su existencia al público en general; no eran simplemente otra organización criminal como la mafia.

Pero esta vez, la situación fue diferente. El cifrado Chawanjin probablemente ya no estaba en uso, pero un operativo vio a Koichiro realizar correctamente un cifrado obsoleto y asumió que era un espía de algún otro grupo rival. La pregunta era, decidiría la Organización matarlo en el acto o capturarlo para sacarle información? Esta situación se desarrollaría de manera muy diferente según la elección que se hiciera.

“Por qué estás tan callado?” Uno de los hombres le preguntó provocativamente.

“Qué, tu mandíbula se encerró por miedo o algo así?”

Dicho esto, los hombres sacaron de sus bolsillos bolsas de cuero alargadas, que tenían un borde grueso. Estos eran un tipo de porra llamada blackjack, un arma que normalmente se consideraría inútil en este mundo. Al verlo, Koichiro se dio cuenta de por qué estaban aquí.

Entonces están aquí para interrogarme…

Un blackjack ofrecía varias ventajas. Por lo general, estaba hecho de cuero o tela, y por lo tanto, al cargarlo con algo pesado, como rocas, arena o incluso monedas, podría convertirse en un arma bastante letal.

Era muy parecido a cómo incluso una bolsa de plástico de un supermercado podía servir como arma si se llenaba y giraba, asumiendo que uno no le daba ninguna importancia a su durabilidad. Un golpe o dos podrían destrozarlo, por supuesto, pero no se podía jugar con su conveniencia como arma improvisada.

Y el hecho de que fuera pesado pero suave significaba que cualquier golpe que diera sería duro, pero no dejaría marcas. Uno podría introducir un arma como esta en un tribunal. En cierto modo, no era un arma para matar, sino un arma diseñada para infligir dolor. No es de extrañar que los policías estadounidenses solían llevar estas armas en lugar de bastones en el pasado.

Sin embargo, estas ventajas sólo significan algo en los países que se adhieren a los derechos humanos y tratan de preservar la ley.

Este mundo no prohibía llevar armas, así que llevar algo tan esotérico como el blackjack no tenía sentido. Si buscaran matar, una espada o una maza metálica sería mucho más efectiva.

Y eso dejó claras sus intenciones. Si querían matarlo, serían libres de llevar y blandir espadas o lanzas.

“Por qué no estás diciendo nada? Qué, estás tan asustado? Eh?” Repitieron la misma burla como una especie de matón de una caricatura.

Koichiro simplemente los miraba con una sonrisa sardónica. Sentía que se le estaba mostrando algún tipo de truco de magia que ya conocía el secreto detrás. Aún así, estaba interesado en observar sus métodos por un poco más de tiempo.

Supongo que debería tratar de sacudirlos un poco y ver lo que hacen…

Después de todo, las habilidades de un subordinado reflejaban las habilidades de su superior. Fingiendo pensar las cosas por un segundo, Koichiro metió la mano en su bolsillo y sacó una moneda de oro. Parecía demasiado tranquilo para hacer parecer que estaba amenazado con entregar su dinero. Los hombres intercambiaron miradas, como preguntándose cómo reaccionar.

“Ya veo, ya veo… bueno, no tener suficiente para comer haría una vida difícil. Y definitivamente puedo empatizar con el dolor de no poder beber tu bebida favorita…” Dicho esto, Koichiro usó su pulgar para lanzar la moneda de oro.

“Bien. Tómala.”

La moneda de oro volcó sobre el suelo, finalmente deteniéndose cuando golpeó al hombre árabe que había iniciado una pelea con él.

“No vas a recogerla?” preguntó Koichiro, su voz profunda resonando por el callejón.

Al parecer, estos hombres no esperaban que se enfrentara a su descarada provocación con una burla propia, y la confusión estaba clara en sus caras.

Ahora, cómo van a responder…?

Una moneda de oro era una pequeña fortuna, pero ninguno de ellos parecía reaccionar en particular al hecho de que uno había aterrizado literalmente a sus pies. Lo que Koichiro hizo les pareció tan inesperado, sus mentes se detuvieron momentáneamente.

La reacción que uno podría esperar era que dejaran de actuar, perdieran la compostura y atacaran a Koichiro. Eso significaba una pelea sin ninguna coordinación o planificación. Una ráfaga de violencia ciega. Pero aún así, estos hombres eran poderosos y ocupaban una posición más fuerte en esta situación. Sabían que era mejor no caer en una provocación tan transparente.

Los dos hombres que estaban a la vanguardia del grupo intercambiaron miradas y asintieron. Luego cargaron hacia adelante, balanceando sus blackjacks por el aire. Estos fueron movimientos practicados que hicieron buen uso de los músculos en sus cinturas, hombros y brazos. Movieron perfectamente sus cuerpos, que fueron reforzados por la taumaturgia marcial.

Era la prueba de que sus corazones, técnica y físico – las tres cualidades que componen un guerrero – estaban en perfecta armonía. Según la estimación de Koichiro, su fuerza era alrededor del nivel cuatro, pero sus movimientos organizados y la coordinación los pusieron a la par con un guerrero de nivel cinco. Ya veo… atacando desde dos lados, mientras que los otros sirven como respaldo.

Si hubieran caído en la burla de Koichiro, los cinco habrían saltado sobre él a la vez, quizás maldiciéndolo inútilmente como lo hicieron. Pero en su lugar, decidieron abandonar el acto y comenzar su ataque. Tomaron en cuenta el espacio confinado del callejón, dejando tres detrás para cubrir las vanguardias.

Los blackjack silbaban mientras volaban por el aire. Esquivándolos por poco, Koichiro analizó la situación con calma. El hombre de la izquierda giró su blackjack horizontalmente, tratando de dar un golpe en la parte posterior de la cabeza de Koichiro; un duro golpe, reforzado por una gran cantidad de fuerza centrífuga. Un golpe directo definitivamente dejaría a Koichiro inmóvil. Dependiendo de cómo aterrizó, incluso podría aplastar su cráneo.

Buena coordinación. Muy bien.

Agachado, Koichiro evitó el swing y luego dio un rápido paso atrás para crear distancia entre él y sus atacantes.

“Eh!”

El primero en atacarlo, un hombre del sudeste asiático, de repente se derrumbó de rodillas y se estrelló de cara contra el suelo.

“Qué demonios? Qué hiciste?!” Uno de los hombres que se quedaba como refuerzo levantó su voz de sorpresa, levantándose para tomar el lugar de su camarada caído.

Es evidente que cada uno de ellos está bien capacitado individualmente, pero su coordinación como equipo también es considerable.

“Oh, no mucho,” dijo Koichiro tranquilamente.

“Acabo de darle un golpe en la mandíbula cuando nos cruzamos”.

Incluso con sus oponentes mirándolo con clara enemistad y sed de sangre, Koichiro no dejó que su sonrisa se desvaneciera. Tocó un dedo contra su propia mandíbula dos veces, como para ilustrar. Sin embargo, fue suficiente para dejar claro lo que había hecho. La sed de sangre de los hombres se hizo más palpable.

Koichiro no dio ese golpe con un puño, sino con el talón de su palma. Gracias a eso, la mandíbula del hombre no fue rota por el golpe, pero su impacto en su cerebro fue severo. La contusión mantendría a ese hombre inconsciente por al menos diez o veinte minutos.

Puede que los haya subestimado, aunque… sabía que serían duros, pero parece que han visto sus batallas.

Koichiro no fue herido por el intercambio, pero con toda honestidad, no podía decir que lo había manejado perfectamente. Casi había esquivado el segundo golpe en la nuca por pura suerte. Individualmente, todas estas personas eran bastante competentes, pero su habilidad para luchar como grupo fue lo que las hizo verdaderamente formidables.

Por supuesto, las cosas serían diferentes si se le permitiera matarlos. Destrozar un cuello o destruir un corazón con sus propias manos estaba dentro de las habilidades de Koichiro. Tirarlos al suelo y cerrar sus articulaciones también era un juego de niños. Y si las cosas realmente se volvieron malas para él, podría sacar la espada envainada a su cintura.

Sin embargo, matar a los operativos de la Organización no sería prudente… y herirlos de una manera de la que nunca podrían recuperarse también es una mala idea.

En la actualidad, no hay relaciones entre Koichiro y la Organización. Koichiro era un antiguo miembro, pero eso ya era cosa del pasado.

Si pudiera reunirme con ellos…

Había unas pocas docenas de personas que Koichiro conocía en la Organización. Por supuesto, dada la naturaleza despiadada de este mundo, había una posibilidad de que algunos de ellos ya no estuvieran vivos. Pero al mismo tiempo, sabía que no podía haber ninguna posibilidad de que todos estuvieran muertos.

Todos sus viejos amigos eran guerreros sin igual, cada uno de ellos un ejército de un solo hombre. E incluso durante el tiempo de Koichiro en la Organización, ya eran miembros de muy alto rango. Mientras la Organización conservara al menos alguna apariencia de lo que era antes, Koichiro confiaba en que si sólo se encontrara con uno de sus viejos camaradas, con gusto le prestarían su ayuda.

Incluso si uno había ascendido a un alto nivel en la sociedad, era poco probable que rechazara la solicitud de ayuda de un viejo amigo. Suponiendo, por supuesto, que ambos fueran amigos.

Naturalmente, no significaba que el mencionado amigo pudiera pedir nada. Había un límite al sentido común y, por supuesto, la compensación estaría en orden.

Pero todo eso dependía de que Koichiro no matara a ninguna de las personas de la Organización.

Incluso si fueran sus viejos amigos, Koichiro matando a sus subordinados eliminaría cualquier posibilidad de negociación. Viejos amigos o no, no podían pasar por alto la muerte de sus subordinados.

Quizás debería cambiar las cosas… aunque desearía no tener que hacerlo.

Honestamente, lo que Koichiro estaba a punto de hacer era una apuesta peligrosa. Pero a este ritmo, se vería obligado a matar a sus atacantes.

Koichiro rompió silenciosamente su postura. El aura de lucha que emanaba de cada pulgada de su cuerpo hasta hace un momento de repente se disipó.

“Qué demonios estás haciendo?” Siseó el árabe.

Dar un golpe en la mandíbula de alguien mientras se cruzaban era más fácil de decir que de hacer, y el hombre al que había noqueado tenía el mismo tamaño que Koichiro. A los ojos del asaltante árabe, el hecho de que pudiera esquivar tan fácilmente un ataque y asestar un golpe tan devastador dejaba en claro cuán hábil era el hombre encapuchado que tenía ante él. Pero eso hizo que la forma en que rompió su postura pareciera aún más incomprensible. Podría ser un truco para pillarlos desprevenidos, pero alguien tan fuerte como él no necesitaría rebajarse a ese tipo de trucos para atravesarlos y escapar.

“Suficiente,” dijo Koichiro.

Las palabras que dejaron sus labios dejaron sorprendidos a los atacantes.

Qué… está haciendo él?

Lo miraron con atención, para tener cuidado de un posible ataque sorpresa, pero Koichiro no hizo nada por el estilo.

“Dije suficiente. Podemos dejar de probarnos el uno al otro,” explicó Koichiro, quitándose la capucha.

Sus ojos brillaban rojos como un demonio. Frente a su intensa fuerza de voluntad, como una espada, los hombres tuvieron que contener nerviosamente un grito de sorpresa.

“Mi nombre es Koichiro Mikoshiba. Cuál es el suyo?”

Su tono dejó en claro que no iba a permitir que le contestaran. No había rastro de la actitud frívola que mostró mientras vivía en Japón. Había una presión dominante en su actitud;  el tipo único de aquellos que no solo comandaron a las personas, sino que lo

vieron como su destino natural en la vida.

“Kalim…” contestó el hombre, todavía ansioso.

El hecho de que su oponente le hubiera abrumado lo suficiente como para divulgar su nombre era una fuente de gran vergüenza para Kalim. Pero también se dio cuenta de que lanzar otro ataque contra este hombre no era una opción en este momento.

“Hmm… Bueno, entonces. necesito que me hagas un favor, Kalim.” dijo Koichiro, entregando su espada todavía envainada a Kalim.

Hm. Este sabor es lo más cerca que se puede llegar a lo que sé de casa…

Sentado en las manos de Liu había un pequeño tazón de té de porcelana, que contenía una pequeña cantidad de té justo para un sorbo. Una rosa de aroma dulce del té, que recuerda a las aceitunas fragantes. Este era un tipo de té hecho para parecerse al Huangjin Gui, una variedad premium nativa de China.

Por supuesto, a pesar de todo su parecido, era diferente en muchos aspectos. Todavía era una imitación de Huangjin Gui. Durante su juventud, Liu Daijin vivió en la provincia china de Fujian, en el condado de Anxi en Quanzhou. Comparado con el té que tenía con su padre en ese momento, esta era una diferencia de noche y día.

Dicho esto, tales imitaciones siguen siendo necesarias para nosotros.

Este té no existía sólo para satisfacer los gustos de Liu. Había muchos tipos diferentes de té; dependiendo de la zona en la que se adquirieron las hojas y cómo se refinaron, los mismos tipos de hojas podrían dar lugar a diferentes aromas y sabores.

El té negro y el té verde eran dos tipos diferentes de té, hechos con diferentes métodos. El té chino se dividió en seis tipos generales de té, lo que permite una amplia gama de sabores y aromas. Se vendían para satisfacer diferentes necesidades y ocasiones.

Al principio, estos sustitutos del té se hacían simplemente para compensar un sentido de nostalgia. Pero a medida que la Organización creció en tamaño y comenzó a infiltrarse tanto en el inframundo del continente occidental como en su sociedad en su conjunto, cosas como este té adquirieron un papel más importante. Normalmente, las culturas de este mundo y Rearth eran fundamentalmente diferentes. El avance de la cultura y la sociedad tenía una manera de afectar a las personas de una manera similar a los narcóticos. Al principio, la Organización sólo vendía artículos como el té a la nobleza, pero con el paso del tiempo, encontraron su camino en la casa común. Por ahora, la recreación de productos que conocían de Rearth se ha convertido en una de las mayores fuentes de ingresos de la Organización.

Liu Daijin estaba a cargo de la producción de hojas de té, pero había otros en la Organización que habían reproducido con éxito la cocina y las artesanías. Sin embargo, ninguno de ellos era real.