Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 14

Capítulo 2: Ronda Cinco I

Parte 3

“¿Eh? ¿Qué acaba de pasar…?” La voz desconcertada de Mico resonó por toda la arena silenciosa.

“Increíble… Ayato Amagiri acaba de cortar el mana mismo.”

“¿Eh? ¿A través del maná…? ¿¡Qu-qu-qué!?”

De hecho, Zaharoula estaba en lo correcto.

Ayato había usado el Ser Veresta para cortar todo el maná que lo rodeaba. Nunca antes había intentado hacer tal cosa y no había sabido si funcionaría, pero dada su situación, había sido la mejor opción que se le ocurrió.

Por supuesto, el Orga Lux había logrado quemar las habilidades de incontables Stregas y Dantes en el pasado, pero hacerlo siempre había dependido de que su usuario identificara con éxito su objetivo.

En ese sentido, la habilidad de Rodolfo difería drásticamente de aquellas como las llamas de Julis o el veneno de Orfelia, de manera que hacía imposible identificar un objetivo concreto. Ni siquiera el Ser Veresta podía cortar a través de un objetivo que no podía ser comprendido.

Eso dejaba sólo una opción.

Mientras que la habilidad única de Dante de Rodolfo le permitía controlar el prana de otras personas, como todas las habilidades, aún así surtía efecto a través del medio del maná. Como tal, con su primer corte de las Serpientes Gemelas, Ayato había quemado todo el maná que lo rodeaba y en ausencia de maná, Rodolfo había sido incapaz de manifestar su habilidad.

Sin embargo, el mundo estaba lleno de maná. Lo que Ayato había hecho era similar a formar una burbuja de aire a su alrededor mientras estaba bajo el agua por un breve momento. Tomaría menos de un segundo para que ese espacio fuera reclamado.

El maná funcionaba de la misma manera. El espacio que había tallado a su alrededor, y su oportunidad de asegurar la victoria, había durado sólo un parpadeo. Por eso, después de confirmar que podía lograrlo, eligió a las Serpientes Gemelas para que se encargaran de la combinación final.

“¡Hah…! ¡Ha-ha-ha-ha-ha! ¡Sí! ¡Increíble! ¡Nunca imaginé que alguien pudiera volver de esa posición! ¡Santo cielo! ¡Eso fue increíble!”

Rodolfo, presionando una mano contra su frente, se había puesto a reír a carcajadas.

“¡Puedo ser tan egoísta como ellos, pero te has ganado mi respeto, Ayato Amagiri! ¡Pon todo lo que tienes en ello y haz que esa corona sea tuya! ¡Oh, viejo!” declaró al despedirse, antes de bajar del escenario como si él mismo fuera el vencedor.

“Uf…”

Después de ver a su oponente desaparecer por la puerta, Ayato se encontró cayendo de espaldas. Y con eso, cerró los ojos, escuchando en la oscuridad cómo los estruendosos aplausos caían sobre él.

***

“Bueno, entonces, Elliot, ¡tengo que irme!”

En su cuarto de preparacion en el Domo de Procyon, Noelle Messmer, la Bruja de las Espinas Sagradas, alias Perceforêt, se agarró las manos frente a su pequeño pecho mientras le mostraba a su amigo de la infancia Elliot Forster una tímida sonrisa.

“Te dije que no fueras tan familiar… Ah, supongo que no importa. De todos modos, dudo que hayamos visto todo lo que su oponente tiene bajo la manga. Ten cuidado”.

“Lo tendré”.

Ese oponente era Fuyuka Umenokouji del Séptimo Instituto Jie Long, la tercera en el ranking de los Page Ones de la escuela y alumna privada de la propia profesora de Noelle, Xinglou Fan (aunque estrictamente hablando, Xinglou parecía tratarla más como una aficionada que como una verdadera discípula). En sus anteriores enfrentamientos, había logrado la victoria tras convocar a una variedad de criaturas a las que llamaba shikigami; aún no había demostrado de qué era capaz. Sin embargo, no había duda de que poseía un alto nivel de habilidad.

“Todo lo que puedo hacer es animarte desde la línea de banda… pero hazlo lo mejor que puedas.”

“¡En absoluto! ¡No podría pedir nada más que tenerte apoyándome, Elliot!” Noelle sacudió la cabeza mientras hablaba, antes de mirarle con los ojos levantados. “Ah… P-pero, ya sabes, si está bien… quiero decir, podrías… como solías…” Incapaz de terminar sus frases, se alejó, hasta que todo lo que pudo hacer fue retorcerse nerviosamente delante de él.

“¿Eh…? Ah, claro…”

Elliot se dio cuenta rápidamente de lo que le estaba pidiendo. Miró a su alrededor y luego, evitando torpemente su mirada, la sostuvo en un cálido abrazo y, como si tranquilizara a un niño, le dio una palmadita en la espalda.

Cuando Noelle había sido acosada en la escuela de niña, Elliot la había consolado a menudo así. No importaba cuán a menudo los otros niños escondían sus cosas, no importaba cuánto la ignoraban o la trataban como a un monstruo por ser una Genestella, e incluso cuando había sido sometida a la violencia, cuando las lágrimas habían sido lo único que le quedaba, siempre había sido Elliot en quien había encontrado calor.

“…Gracias, Elliot. Voy a ganar, sólo mira.” Presionó su cabeza ligeramente contra su pecho, antes de apartarse abruptamente y mostrarle una valiente sonrisa.

“Sé que puedes hacerlo, Noelle.”

“¡Si!”

Ella asintió profundamente y luego corrió por el pasillo.

Él era su fuerza. Y con él apoyándola, no tenía intención de perder, sin importar quién fuera su oponente.

Elliot se había convertido recientemente en objeto de considerables críticas debido al incidente del Caballero Negro. Su posición en la academia había caído sin duda una vez más, y Noelle sabía que la gente susurraba todo tipo de rumores infundados. Pero Elliot, sabía, no había hecho nada de lo que avergonzarse.

Para empezar, había sido la alta dirección de la academia la que había introducido al
Caballero Negro en el torneo, el IEF Elliot-Pound. No hubo luchas internas entre los más altos ejecutivos, ya que todos habían sido sometidos a considerables programas de ajuste mental, pero era probable que alguien de unos pocos rangos inferiores estuviera tratando de hacer sentir su presencia. Naturalmente, habría individuos dentro de la fundación que no estarían muy contentos con el hecho de que Elliot, habiendo sido nombrado en honor a su prominente antepasado, estaba en camino de convertirse en el primer Genestella en entrar en los rangos más altos de la organización. Siendo así, era mucho más probable que el Caballero Negro hubiera entrado en el Lindvolus no para mejorar la puntuación general de la academia, sino para dañar el prestigio y la reputación de Elliot. Después de todo, si algo saliera mal, sería el consejo estudiantil, como el más alto cuerpo autónomo de la academia, y él mismo como su jefe, quien inevitablemente asumiría la culpa.

Noelle, sin embargo, ya sabía lo poco razonable que era el mundo. No importaba si uno estaba en lo cierto, no importaba lo amable o gentil que fuera, no importaba el esfuerzo que uno pusiera en ayudar a los que estaban por debajo de uno mismo, siempre se encontraría con un rencor irrazonable. El mundo era retorcido y despiadado, y ahora mismo, esa distorsión estaba dirigida directamente a Elliot.

Noelle lo protegería de todo eso. Tal como él la había protegido a ella.

Se preparó para recibir una ola de luz deslumbrante y rugientes aclamaciones al pasar por la puerta de entrada.

“Y ahora, saliendo por la puerta oeste, tenemos al número siete de la Academia de Santa Gallardworth, Noelle Messmer, la Bruja de las Espinas Sagradas, ¡Perceforêt! ¡Miren esa efervescencia cuando se lanza al campo!”

“Sí, ciertamente está llena de energía, esa.”

En cualquier otro momento, Noelle se habría encontrado paralizada al pensar que tanta gente se centraba en ella. Cuando participó en los Gryps, compartió el protagonismo con sus compañeros de equipo. Ahora, sin embargo, estaba luchando sola, y a pesar de eso, podía sentir la energía que brotaba dentro de ella.

Corrió a través del puente que conducía a la puerta de una sola vez, antes de saltar al escenario.

Fuyuka, con los labios enroscados y una sonrisa elegante, ya la estaba esperando.

“Bueno, bueno, ¿no estamos de buen humor hoy?”

“Siento haberles hecho esperar…”

“Oh, no me importa”, respondió Fuyuka, levantando la mano para ocultar una risita leve.

Con su larga cabellera negra, sus graciosos ojos estrechos y sus elegantes gestos, era la viva imagen de una princesa de un cuento de hadas japonés. La familia Fuyuka parecía tener una historia particularmente larga, y las técnicas que ella usaba no eran el usual seisenjutsu de los estudiantes de Jie Long, sino más bien secretos privados transmitidos a través de las generaciones. Por lo que Noelle había escuchado, parecía que ni siquiera la organización de inteligencia secreta de Gallardworth, Sinodomius, había sido capaz de descubrir algo más preciso que eso.

Si la mejor red de inteligencia de Asterisk no pudo encontrar nada, entonces no hay nada para ello. ¡Tendré que hacer lo mejor que pueda…!

Tranquilizándose en un intento de fortalecer su resolución, activó su bastón en forma de Lux.

Fuyuka, mirando, sacó su abanico plegable encantado, dejándolo revolotear por el aire mientras se movía a su posición inicial.

***

“Ronda 5, combate 2 – ¡Comienza!”

***

Mientras la voz automatizada sonaba por todo el estadio, Noelle activaba su habilidad. Una verde alfombra de espinas irrumpió bajo sus pies, comiendo rápidamente todo lo que la rodeaba.

“¡Aquí está! ¡La habilidad del área de la concursante Messmer! ¡Estas espinas suyas pueden cubrir todo el escenario en un instante! ¡No pensarías que alguien tan linda como ella podría ser capaz de un ataque tan desagradable!”

“Esa habilidad de área probablemente tomará un poco de tiempo para activarse completamente, pero ella es ciertamente mucho más rápida en desplegarla ahora que durante los Gryps. Es bastante impresionante”.

La locutora, Nana Andersen, junto con la comentarista, Chitose Sakon, fueron las mismas que durante los Gryps del año pasado, así que sabían de lo que estaban hablando.

En el Liangshan, Noelle se había centrado en desarrollar sus habilidades. Las habilidades de un Strega estaban intrínsecamente ligadas a su fuerza de voluntad y eran, de una manera muy real, un espejo de su ser más íntimo. Y así sus propias habilidades, tomando la forma de un bosque de espinas, se basaban en su naturaleza reservada y retirada.

Desarrollar y extender las propias habilidades significaba analizar y comprender el verdadero yo. Por desagradable que fuera, Noelle se enfrentó directamente a su débil corazón y fortaleció sus poderes. Fue un proceso agotador, pero gracias a él, había hecho un progreso dramático. Su último rango en el Liangshan había sido el de otsubu, segundo desde la cima, pero para una habilidad que en el pasado sólo había sido adecuada para el apoyo, la velocidad de despliegue, la fuerza y el alcance que había sido capaz de lograr eran notables.

“¡Vamos!”, ordenó, y el bosque de espinas se onduló de repente, acelerando hacia Fuyuka como un tsunami.

“¿Por qué, si no es como el bosque de Birnam? ¿Supongo que eso me convierte en
Macbeth?” Fuyuka dijo con una risa despreocupada mientras giraba su abanico. “¡Ji jí rú lu lìng, chì!”

Esa voz baja y susurrante resonó por todo el escenario y con ella, incontables shikigami emergieron del aire para proteger a su invocador.

El primero era un enorme monstruo de una sola pierna, seguido de una criatura gigante en forma de araña con cuernos como un toro, las siguientes llamas en forma de cráneo burlón… Uno tras otro, grotescos monstruos de todas las formas comenzaron a desgarrar su ola de espinas con sus colmillos y garras, hasta que detuvieron repentinamente su avance.

“Y aquí estamos, el verdadero pandemonio de shikigami de la concursante Umenokouji, ¡los Hyakki Yakou! ¡Mirad cómo se clavan en ese muro de espinas! ¡No importa cuántas veces los vea, me dan escalofríos!”

“No hay nada que me asuste, ¿verdad? ¡N-no, en absoluto! ¡En serio! ¡Estoy bien con eso, de verdad!”

No pasó mucho tiempo antes de que el ejército de shikigami lograra atravesar el avance de Noelle. Pero el tiempo que les llevó hacerlo no fue suficiente.

Ante sus ojos, las amplias franjas que habían atravesado sus espinas comenzaron a regenerarse, al igual que muchos más surgieron por detrás.

“¡Cortadlas!”

La manta de hiedra espinosa se presionó hacia adelante como se le ordenó, extendiéndose en un enorme látigo y cortando a través del shikigami. Con cada golpe de esa arma, al menos una docena de las criaturas invocadas fueron arrastradas por nubes de humo y aunque eran muchas, individualmente, no eran particularmente robustas.

“Oh querido, mi pobre pequeño shikigami…”

Fuyuka frunció el ceño con tristeza, pero sus criaturas se habían vuelto tan pocas que ya no podían protegerla completamente.

¡Si pudiera seguir así…!

El bosque de espinas de Noelle ya se había envuelto alrededor de la línea defensiva de los shikigami y estaba cerca de caer sobre Fuyuka.

El verdadero poder de las habilidades del área residía en controlar el campo de batalla en sí mismo. Ahora que Noelle había llegado tan lejos, tenía la ventaja inconfundible.

“Hmm, lo has hecho mejor de lo que pensaba…” Fuyuka se rió para sí misma. “Bueno, debo decir que me estaba aburriendo, así que ahora sería un buen momento…”

Cerró su abanico plegable y lo devolvió a su bolsillo.

“Te suplico, oh Taisai, que el cometa de Ouban expulse el mal, que me concedas la
protección del Rey Dragón del Mar…”, entonó, haciendo una secuencia de gestos con la mano a una velocidad increíble, antes de bajar finalmente su mano derecha en un movimiento de corte. “¡Ji jí rú lu lìng, chì!”

Menos de un segundo después, la marea de espinas de Noelle rompió las defensas del shikigami de su oponente y pareció tragárselo todo.

Sin embargo-

“¿¡Eh…!?”

Con un brillante destello de luz roja, las espinas que rodeaban a su enemigo fueron apartadas. Cuando la luz disminuyó, Fuyuka estaba allí de pie, con aspecto vigoroso, sin siquiera haber sudado. El problema ahora era el demonio gigante que se cernía sobre ella, de más de dos metros de altura, con su musculoso cuerpo cubierto de una piel de color rojo intenso. Dos cuernos brotaron de su frente, y tenía tres ojos brillantes. Estaba vestido con una armadura anticuada, y en su mano derecha agarraba un enorme hacha de doble filo. Una gruesa cadena colgaba del mango, cuyo extremo el demonio sostenía en su mano izquierda.

¿Un nuevo shikigami…? No, espera, ¡eso es…!

En el momento en que los ojos de Noelle se posaron en esa figura, sintió una sensación de temor que nunca antes había experimentado a través de su cuerpo – o quizás, se preguntó, ¿la sensación era más parecida al temor? Encontró sus piernas temblando al ver la extraña e intimidante monstruosidad.

“Ah, gracias, Gigoku. Eres una ayuda maravillosa.”

Y entonces la criatura que Fuyuka había llamado Gigoku comenzó a hablar: “Si está en necesidad, Maestra, debería haberme convocado antes. Aunque esto no sea más que un juego para usted, su enemigo lo hace en serio”.

“¿¡Qué…!? ¿¡Ha hablado!? ¿¡Espera, el shikigami habló!? ¡Chitose!”

“Eso es… supongo que no es sólo actuar de forma autónoma, entonces… Debe tener verdadera inteligencia si puede comunicarse así… Pero nunca he visto a un Strega o a un Dante hacer algo así antes… ¡Es imposible! ¡Está más allá incluso de las marionetas de Ernesta…!”

Parecía que ni siquiera la comentarista Chitose, graduada en Allekant, podía creer lo que veía.

Noelle, sin embargo, ya había vuelto a sus sentidos.

Llamó a las espinas que aún cubrían la mayor parte del escenario, tejiéndolas en una forma diferente. Este nuevo shikigami parecía ser mucho más fuerte que los anteriores. Si iba a ganar, tendría que poner todo lo que tenía en este combate.

“¡Titán de espinas, ven aquí!”

Por el bien de Elliot, no podía permitirse perder ahora. No importaba lo que pasara, tenía que ganar.

“Oh… tienes un espíritu audaz, niña.”

En ese momento, mientras intercambiaba miradas con el shikigami-Gigoku, se vio envuelta en sus espinas invocadas. La levantaron en el aire, y en su lugar se alzó una imponente figura humanoide.

El titán que había tejido con sus espinas medía casi diez metros de altura, al menos tres veces el tamaño del Gigoku de Fuyuka.

Noelle se había centrado en algo más que en pulir sus habilidades Strega en el Liangshan. Su entrenamiento con Xinglou se había basado en el combate real, por lo que se había visto obligada a aprender algunas técnicas de combate cuerpo a cuerpo, tanto si quería como si no. Sin esos movimientos, no habría durado ni un minuto contra su maestra. Ni siquiera Noelle, que normalmente se mantenía en la retaguardia, podía escapar de esa realidad.

Así que había creado este ser gigante para aplicar mejor las técnicas de mano a mano que ya conocía. Débil y frágil como una Genestella por derecho propio, lo había compensado usando sus habilidades para crear esta armadura.

“¡Raaaaaaaaaaaah!”

Siguiendo las órdenes de Noelle, el espinoso titán se dirigió hacia Gigoku, cerrando su puño.

“…Por desgracia, no es más que una pequeña baratija.” Gigoku, sin embargo, con un simple golpe de su hacha, envió el brazo del titán volando desde su hombro y, a través de algunos medios que Noelle no pudo comprender, detuvo la regeneración de las espinas.

“¡Erg…!”

Golpeó de nuevo con el brazo que le quedaba, pero su enemigo también lo destruyó, con la misma facilidad.

“Demasiado débil.”

“¡Todavía no ha terminado!”

Si no podía regenerar los miembros perdidos, simplemente tejía el titán de nuevo.

Desde que entró al torneo, pudo sentir que sus habilidades se habían desarrollado aún más. No perdió ni un segundo antes de enviar un géiser de espinas más grande en número y más rápido que nunca antes de lanzarse hacia Gigoku.

“Oh querida, eso es algo”, se rió Fuyuka.

Pero incluso con el ataque descendiendo sobre ellos, ni ella ni su shikigami mostraron
ningún signo de preocupación.

“¡Zhimagen…!”

Gigoku se movió para proteger a Fuyuka, balanceando su hacha como si fuera una hoz y una cadena, partiendo su titán por la mitad de arriba a abajo.

“¡Graaaaaaaaah!”

Como último recurso, Noelle ordenó que las partes restantes del titán cayeran hacia su oponente, con la esperanza de aplastarla bajo los pies, y aun así…

“Sí, un buen espíritu…”

En el momento en que el titán caído hizo contacto con la palma de la mano extendida de Gigoku, su enemigo gigante voló todas y cada una de las espinas que Noelle había puesto en ella con una tremenda onda expansiva.

Noelle, atrapada en medio del poderoso impacto, sintió que entraba y salía de su conciencia.

***

“¡Fin de la batalla! Ganadora: Fuyuka Umenokouji!”

***

Lo último que escuchó fue el anuncio automático que señalaba el final del combate, seguido de la voz fría y tranquila de Fuyuka, como campanas sonando en la distancia: “Buen trabajo, Gigoku. Veo que no has desperdiciado esos mil años tuyos”.