Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 12

Capítulo 7: Incienso De Monstruo

Parte 2

Les compré armaduras de hueso de segunda mano y garrotes de goblins, les ayudé a conseguir sus insignias de madera y luego los hice alcanzar el bronce al hacer que lucharan contra algunos goblins, que reuní probando un pequeño tubo de Incienso de Monstruo.

“Además, esto realmente funciona.”

“Sí, es mejor de lo que pensaba.”

El Incienso de Monstruo era bueno.

Tantos goblins y polillas del laberinto, que normalmente eran raros en estas partes, se habían reunido a nuestro alrededor. De hecho, pensé que íbamos a morir.

Lo usamos mientras el grupo de Dozon de corazón blando resultó estar cerca, por lo que abordaron cualquier monstruo que no pudiéramos manejar. Aun así, este definitivamente no era el tipo de cosas que podrías usar normalmente.

“¡Hermano mayor!”

Desde que les compré un poco de carne de bicho barata para celebrar la obtención de sus insignias de bronce, los mocosos habían comenzado a llamarme “hermano mayor”. Este plan iba incluso mejor de lo que pensaba.

“Algunos tipos raros dijeron que tienen negocios contigo, hermano mayor.” Tres hombres de aspecto arruinado estaban parados detrás de los mocosos.

“¿Es usted el señor Besso? Escuchamos que te metiste en el grupo de Zarigon.”

“Solo como portadores de bolsas.”

Ya había visto a estos tipos en el mercado negro.

Probablemente estaban sin trabajo ahora que el viejo jefe había sido echado al calabozo.

“¿Puedes llevarnos contigo?”

De alguna manera, ya tenían insignias de bronce. Su equipo era hierro barato y oxidado, pero… “Sus vidas estarán en juego.”

“Lo sabemos.”

“Entonces eres más que bienvenido.”

… Como cebo, por supuesto. 

Entonces, con tres nuevos compinches trabajando para nosotros, entramos en el laberinto con el grupo de Zarigon.

“Hermano mayor, parece que hay más cervatillos cerca.”

“Sí, se mueven en manadas.”

El grupo de Zarigon había elegido un enorme monstruo venado llamado “venado anciano relámpago”, que vivía en un área llena de rocas y maleza.

En este momento, el grupo estaba luchando contra monstruos en un gran claro para enfrentarse al maestro de área.

El pequeño venado que podía hacer relámpagos era un gran dolor.

“También queremos luchar contra los venados.”

“Sí, estamos hartos de despellejar y desyerbar.” Los compinches se quejaban.

Podían aprender un par de cosas de los mocosos bestias, que siempre seguían las órdenes en silencio.

“Cállense. Apenas son buenos para desmalezar, y mucho menos para cualquier otra cosa.”

“Desmalezar” se refería a derrotar a monstruos con forma de rueda llamados  “malezas rodantes”.

No eran más fuertes que los goblins, pero como eran duros y se movían rápidamente, luchar contra ellos era agotador.

También había monstruos insectos del tamaño de la palma de la mano, pero eran pequeñas patatas fritas que solo dejaban caer polvo del núcleo.

Al escuchar un truck, me di la vuelta y vi a un Zarigon de aspecto enojado abriendo un barril a patadas.

“Maldita sea, ¿qué idiota nos dijo que los venados eran fáciles de vencer?”

Estaba empezando a descargar su ira en los demás con más frecuencia, probablemente porque el progreso era muy lento.

¿Quizás nuestra oportunidad estaba en el horizonte?

“Sr. Zarigon, por favor cálmese.” Le dije, entregándole una botella de vino de uva que había colado en el laberinto.

La tomó sin decir una palabra, se la bebió y murmuró “cosas baratas” mientras arrojaba la botella a un lado.

Este sí que es un bastardo.

“Tengo una propuesta. Escúcheme.”

Le sugerí a Zarigon que usáramos Incienso de Monstruo para reunir a todos los monstruos en un lado de la habitación y que algunos exploradores lucharan con el maestro de área.

“¿Vas a usar Incienso de Monstruo para atraer a todos los monstruos…? ¿En serio?”

“Sí. A cambio, comparte con nosotros parte del botín.”

Zarigon parecía sospechoso, pero dio permiso para usar mi estrategia.

“Bien. Pero sepa esto…” Aun así, sacó su espada y puso la hoja en mi garganta.

“… Si intentan guiar a los monstruos en una cadena hacia nosotros o algo así, te cortaré antes de que los monstruos puedan alcanzarte. Así que no tengas ideas divertidas.”

“Por supuesto que no, señor.”

El sudor frío corría por mi espalda.

Me las arreglé para apartar mi cuello y escapar ileso.

“Eso es un montón de monstruos…”

Uno de los compinches miró hacia el acantilado y se estremeció.

Estábamos en un precipicio que dominaba la gran caverna donde vivía el maestro de área, en el lado opuesto de la habitación de Zarigon y sus tropas.

“¿Estas asustado?”

“¡No lo estoy!”

“¡Cállate! ¿Quieres que te coman los monstruos?” Silencié a los compinches y mocosos con un siseo.

Después de obtener el permiso de Zarigon, nos pusimos capas impregnadas de repelente de monstruos y usamos un mapa de uno de los exploradores de Zarigon para recorrer un camino delgado a través de la pared.

Los únicos aquí éramos Tahere, los mocosos bestias, los tres compinches y yo.

Zarigon había enviado a un explorador con nosotros como medida de precaución, pero regresó una vez que cruzamos la mitad de la habitación.

Hice que Tahere abriera su almacén y sacara los cuatro tubos. Luego eché un vistazo a las cuerdas, tomé el falso hecho especialmente e hice que los mocosos bestias tomaran los tubos con el Incienso de Monstruo.

“Escucha. A mi señal, tiren de la cuerda morada del tubo y arrójenla. Asegúrense de no tocar la cuerda hasta que dé la señal. ¿Entendido?”

Expliqué cómo usar los tubos.

Nos separaríamos de aquí,  así  que me  aseguré de que los tres que llevaban los  tubos entendieran cómo usarlos.

“Una vez que hayan lanzado el tubo, empiecen a correr. No tiren la cuerda. Si me la devuelven, a cambio les daré una moneda de oro.”

“¡¿O-Oro?!”

“¡Maldición!”

Por supuesto, no tenía ninguna intención de pagar una moneda de oro a ninguno de estos idiotas.

Eran solo un cebo para tirar de los hilos y lanzar los tubos.

“¿Por qué la cuerda?”

“Para demostrar que usaron los tubos correctamente. No soy lo suficientemente generoso como para darle una moneda de oro a un idiota que tiró el tubo sin tirar antes de la cuerda.”

Uno  de  los  compinches  hizo  una  pregunta  sospechosa,  pero  pareció  satisfecho  con  mi explicación.

Nos dividimos en cuatro direcciones y comenzamos a movernos. Aparte de Tahere y yo, todos estaban en grupos de tres.

“Besso, parece que los chicos más lejanos han llegado a su lugar.”

Las capas repelentes de monstruos que nos prestó Zarigon parecían funcionar bastante bien. Usaría mucho la mía a partir de ahora.

“Tahere, da la señal.”

“C-Cierto.”

Por indicación de Tahere, tiré de la cuerda y arrojé el tubo por el acantilado. Los cuatro tubos eructaban humo blanco al caer.

“¡Besso! ¡Ya vienen!”

Por supuesto que lo hacían. Ese era el objetivo del plan.

Atraídos por el incienso, los monstruos se reunieron alrededor de los tubos humeantes.

Los monstruos voladores se levantaron junto con el humo, arremolinándose alrededor de los compinches y mocosos.

Vi a los compinches impulsados por la codicia tratando de robar los hilos morados de los mocosos y huir.

“Vaya. Ese bastardo le dio una patada al chico bestia y echó a correr.”