Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 12

Capítulo 3: El Baronet Dyukeli

Parte 2

En la puerta, le expliqué la situación y entregué a las mujeres al empleado del gremio. Entonces Mary-Ann y yo salimos del laberinto.

Mientras caminábamos hacia el gremio oeste, vi un elegante carruaje negro entrando a toda velocidad en la plaza. No muy lejos, había unos hombres con armadura montados en un carro.

El carruaje se detuvo con un chirrido, la puerta se abrió de golpe y un señor mayor, el Baronet Dyukeli, salió volando.

Desde la distancia, vi al baronet hablar con el pequeño Luram y luego venir corriendo hacia nosotros con los hombres a remolque. Se veía extremadamente angustiado.

“Han venido a buscarla, Lady Mary-Ann.” Comenté.

“Padre…”

Mary-Ann miró hacia arriba con una mezcla de alivio e incomodidad.

“¡Mary-Ann!”

Al darse cuenta de nosotros, el Baronet Dyukeli  lanzó una mirada de alivio, pero fue rápidamente reemplazada por ira mientras avanzaba.

Pensé que la iba a tomar en un abrazo, pero en lugar de eso la abofeteó con dureza en la mejilla.

“¡Niña tonta!”

“Padre, yo estaba…”

“Puedes dar tus excusas en casa.”

El Baronet Dyukeli agarró el delgado brazo de su hija, ignorando sus protestas. Entonces su mirada aguda cayó sobre mí.

“Agradezco profundamente su ayuda. Permíteme agradecerte algún día de estos.” Con eso, se llevó a Mary-Ann a rastras.

Por un momento, me había estado preparando para que él asumiera que yo era quien había llevado a su hija al laberinto, pero afortunadamente parecía que Luram le había dicho que fui a rescatarla.

Cuando el Baronet Dyukeli entró en el carruaje con su hija a cuestas, Luram se acercó a mí.

“Me alegro de que Mary-Ann esté bien.” El estómago de Luram gruñó.

“Todo este alivio me está dando hambre.”

“Aquí. Una pequeña recompensa para mi ayudante detrás de escena.”

Saqué unas brochetas de ballena frita hechas a mano de Almacenamiento y se las entregué al niño.

Después de todo, fue el MVP de hoy por alertarme sobre la difícil situación de Mary-Ann.

“¡Vaya, es incluso más rico de lo habitual!”

Agradeciendo a Luram mientras devoraba con deleite la carne de ballena, compré un poco de agua vería a un vendedor ambulante que pasaba para calmar mi sed.

Supongo que eso se encarga de las cosas por ahora.

 “Bienvenido, Sir Pendragon. Me alegro de que pudieras asistir a nuestro banquete.”

“Gracias por invitarme.”

Unos días después de rescatar a la señorita Mary-Ann, me invitaron a cenar a casa del Baronet Dyukeli.

Sentados a la larga mesa del comedor estaba el baronet, su esposa, Mary-Ann, y su hermano mayor, el hijo mayor del baronet.

Según la información que había reunido de antemano, el baronet no tenía concubinas ni amantes, lo cual era raro en un noble del Reino Shiga.

La mejilla de Mary-Ann había sido curada con una poción mágica, así que no había rastro del lugar donde su padre la abofeteó, pero su maquillaje no pudo ocultar el enrojecimiento alrededor de sus ojos que sugería que había estado llorando.

Esta era la segunda vez que la veía con un vestido, la primera vez en la fiesta del té de la esposa del virrey. Personalmente, pensé que le sentaba mejor que su atuendo juvenil habitual con un estoque en la cintura.

“¿Entonces eres Sir Pendragon? Gracias por rescatar a mi hermana.” El pálido hijo mayor me sonrió débilmente.

Parecía algo ralo, y no en el buen sentido. Mi pantalla de AR mostraba su estado como

Enfermedad Goblin: Crónica.

Tenía dieciséis años, dos más que la señorita Mary-Ann, pero parecía más joven que ella.

Al verlos a todos alineados así, la gran brecha entre la edad del Baronet Dyukeli y la de sus hijos era muy clara.

“Como eres conocido como gourmet, hoy me superé con la comida.”

“Estoy deseando que llegue.”

¿Realmente deberías promocionarte de ese modo?

 La forma en que dijo eso me molestó un poco, pero la comida en sí era realmente deliciosa y consistía en ingredientes que eran muy raros en la Ciudad Laberinto.

Alguien con la habilidad “Caja de Artículos” probablemente había transportado los ingredientes aquí en una herramienta mágica de refrigeración a una larga distancia.

“Joss, come tus verduras.”

“Pero odio las verduras.”

Con mi habilidad “Audición Aguda”, escuché a la esposa del baronet regañar a su hijo, que solo estaba comiendo carne y pan.

Al darse cuenta de esto, el Baronet Dyukeli frunció el ceño.

“Silencio, Hoshess. No frente a nuestro invitado.”

Su esposa se puso rígida y se disculpó con su esposo y conmigo. Ella miró a su hijo como si quisiera decir algo más, pero él continuó ignorando sus verduras y felizmente se comió un filete de ternera Ohmi con salsa agridulce.

El ambiente incómodo hizo que fuera difícil disfrutar de la deliciosa comida, pero hice todo lo posible por mantener una conversación cortés hasta que la cena finalmente terminó con una compota de pera que me obligué a tragar tan rápido que no podía recordar el sabor.

“Eres un explorador, ¿verdad, Sir Pendragon? Cuéntanos algunas historias.”

“Joss, tengo que hablar de negocios con Sir Pendragon. Puedes pedir escuchar sus historias en otro momento.”

“Hmph.”

El niño hizo un puchero infantil y su padre lo golpeó en la cabeza.

“Honestamente, ¿alguna vez crecerás?”