Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 13

Capítulo 6: Los Preliminares III

Parte 3

Mientras tanto, el primer combate de la tercera ronda del Bloque N estaba en marcha.

“Haah… Haah…”

“Impresionante, Priscilla. Vi cómo luchaste en el Phoenix… y para ser honesta, nunca pensé que serías capaz de ser tan fuerte”, dijo Sylvia mientras reconfiguraba su Lux favorito, el Fólkvangr en forma de bayoneta, en modo de disparo.

“¡Gracias…! ¡Tú también eres increíble, Sylvia…! ¡Ni siquiera has tocado una de tus canciones todavía…!”

De pie en el centro del escenario, Priscilla se sostenía con su bastón, su aliento era débil y desigual. Aún así, su espíritu de lucha vivía en sus ojos.

Y eso fue a pesar de estar continuamente bajo fuego desde el comienzo del combate.

“Lo siento. No estoy tratando de tomarte a la ligera ni nada, y definitivamente no estoy tratando de ser fácil contigo… pero preferiría no mostrar mi mano todavía.”

En las batallas de equipos, no era necesariamente desastroso revelar la carta de triunfo antes, ya que la mayoría de las batallas dependen de la habilidad del jugador para coordinar con su compañero o equipo. En el Lindvolus, sin embargo, esa lógica no se aplicaba. Si terminabas atascado con un mal oponente, no había forma de recuperar lo que ya habías revelado. Ni siquiera Sylvia, con sus inusuales y poderosas habilidades, era una excepción a esa regla.

“¡No hay necesidad de disculparse! ¡Sólo lamento mi propia falta de habilidad…!”

Priscilla se detuvo allí, recuperando el aliento y preparándose con el bastón.

Priscilla Urzaiz era la ex compañera de equipo y hermana menor de Irene Urzaiz, la famosa Lamilexia de Le Wolfe, y encima de eso, una clase extremadamente rara de regeneración.

Dicho esto, en el Phoenix, ella sólo había estado allí para apoyar a Irene, dando su sangre hasta el punto de agotarla para alimentar a la Orga Lux de Irene, la Gravisheath.

Habían pasado dos años y medio desde entonces. Ciertamente era tiempo suficiente para que alguien cambiara, pero demasiado corto para que se volviera tan fuerte como ella.

O al menos, debería haberlo sido.

“¡Estoy yendo, Priscilla!”

“¡Si!”

Sylvia se acercó a su oponente, disparando un continuo bombardeo como cobertura. Sus disparos fueron dirigidos directamente a los puntos vitales de su enemigo y a la cresta de la escuela, pero Priscilla desvió todos y cada uno de ellos con la ayuda de su bastón. Mientras tanto, Sylvia, habiendo dado vueltas alrededor de su lado derecho, soltó otra andanada a quemarropa, pero Priscilla usó su bastón como soporte para saltar por encima de su cabeza, aterrizando a salvo en el suelo detrás de ella y dando un golpe puntiagudo propio. Sylvia no perdió tiempo antes de cambiar el Fólkvangr al modo de cuchillada y pasar al modo de contragolpe.

Ella… ya tiene una defensa de primera clase…

A pesar de que los ataques de Priscilla no habían logrado dar un golpe significativo, era difícil de creer que ella pudiera haber desarrollado tales técnicas defensivas sin haber hecho ya un esfuerzo considerable, e incluso entonces, era todavía increíble dada la cantidad de tiempo que había tenido para desarrollarse a sí misma. Además de eso, sin un maestro magistral…

“Ya veo. ¿Así que estudiaste en el Liangshan?” Sylvia susurró mientras hacía caer al Fólkvangr sobre ella.

“¡Ngh!” Priscilla recibió el golpe con su propia arma, pero su expresión parecía sorprendida.

Por lo que parece, Sylvia había acertado.

“… ¿Sabes algo al respecto?”

“Bueno, soy la presidenta del consejo estudiantil”. Sylvia sonrió, su cara se acercó a la de Priscilla mientras guardaban sus armas.

“¡Erg!” Priscilla se alejó, saltando hacia atrás para poner algo de distancia entre ambas. “Yo… yo sólo pude ir allí por mi hermana. No tengo mucho que mostrar en cuanto a resultados”.

“¿Resultados?”

“La Srta. Xinglou clasifica a todos los estudiantes de Liangshan según su propio sistema. Pero dado que sólo estoy clasificado como teibu, debo haberme quedado corta. Estrictamente hablando, sólo conocemos nuestras propias posiciones en el ranking. No he conocido a ninguno de los otros, y ni siquiera sé cómo son. Excepto a mi hermana, por supuesto.”

“Oh… Qué interesante. ¿Pero estás seguro de que está bien contarme todo esto? ¿No se supone que es un secreto?”

“Según Xinglou, somos libres de revelar lo que queramos ahora que el torneo está en marcha. No es que sepa más que eso, sin embargo,” dijo Priscilla, preparando su bastón una vez más.

Parecía que quería seguir adelante.

Sylvia debería haber esperado lo mismo. Si Priscilla hubiera sido entrenada por Xinglou, no se hubiera permitido rendirse sólo porque su oponente fuera más fuerte.

En ese caso… supongo que no tengo mucha opción más que vencerla.

Dejó escapar un profundo suspiro, abriendo bien los ojos.

“¡Corre, corre! Derribemos nuestros muros; ¡superémonos! ¡Corre, corre!”

Mientras su poderosa voz resonaba en el escenario, el nivel de entusiasmo de la multitud se disparó repentinamente. No importaba si era un combate o un concierto en vivo, Sylvia nunca se cansaba de este momento.

“¡Tu canción…!” La expresión de Priscilla se hizo repentinamente más severa.

Las canciones de Silvia eran capaces de producir casi cualquier efecto, con la notable excepción de que no podían curar las heridas.

Sin embargo, no eran todopoderosas, y había, por supuesto, limitaciones. Para empezar, cada canción sólo tenía un efecto fijo. Segundo, tenía que componer todas esas canciones diseñadas para manifestar habilidades específicas por sí misma, y eso incluía escribir la letra.

Además, sus habilidades eran extremadamente sensibles, incluso una palabra equivocada o una nota fuera de lugar podía ser suficiente para cambiar los efectos producidos por completo.

Además, cuanto más fuerte era el efecto producido, más prana consumía. Por ejemplo, si ella tratara de replicar la fuerza del comandante del Stjarnagarm, Helga Lindwall, sin duda quemaría sus reservas en poco tiempo.

Y finalmente, los efectos de sus canciones correspondían a su duración total. Esos efectos no se disiparían si dejara de cantar a medias, pero su eficacia se vería muy disminuida.

“Si los pensamientos no pueden llegar a ti, si los deseos no son suficientes, entonces iré más allá de mis límites, ¡seguiré adelante!”

Podía sentir el poder que brotaba de su interior.

Aún cantando, Sylvia saltó hacia adelante, golpeando a su oponente desde el frente.

“¡Guh…!”

Priscilla logró esquivarla por un pelo, pero Sylvia no perdió ni un segundo antes de seguir con una feroz secuencia de golpes adicionales.

Esta fue la última versión de uno de sus números musicales estándar, actualizado y mejorado para aumentar aún más su fuerza. Como estaba ahora, sospechaba que sería capaz de estar cara a cara incluso con Ayato luchando sin las restricciones de los sellos que le habían puesto.

Hizo girar el Fólkvangr por el aire, tejiendo una compleja cadena de golpes superiores, medios e inferiores.

Sin embargo-

“¡Yo… yo no me rendiré…!”

De alguna manera, Priscilla se las arreglaba para soportar toda la intensidad de su ataque.

Balanceaba su bastón desesperadamente, a veces esquivando, a veces enfrentando los golpes que se acercaban, a veces alejándolos, adaptándose frenéticamente al rápido ataque de Sylvia.

No, en sentido estricto, no se las arreglaba para desviar cada uno de los golpes. Aquellos que alcanzaban su objetivo dejaban heridas profundas y evidentes.

Esas heridas, sin embargo, desaparecieron casi instantáneamente.

Ya veo… Su defensa ya es impresionante, pero combinada con su capacidad de regeneración, es realmente excepcional.

Sin relajar su ataque, Sylvia se hizo cargo de la situación. Por lo que pudo ver, Priscilla no estaba simplemente fallando en desviar ciertos ataques, sino que se estaba enfocando selectivamente en proteger sus signos vitales y su escudo escolar. En ese caso, probablemente era justo decir que se las arreglaba para ver a través de sus movimientos. Pero aún así, incluso regenerando sus heridas, tendría que haber tenido dolor.

Sylvia retrocedió por una fracción de segundo, antes de poner toda su fuerza en otra serie de golpes, pero esta vez, Priscilla se las arregló para rechazar todos y cada uno de ellos, impidiendo que hiciera un golpe directo.

“¡haah…! Haah…!”

“…estoy impresionada, Priscilla”, dijo Sylvia mientras recuperaba el aliento y terminaba su canción. “¿Tienes un deseo por el que estás luchando?”

Su oponente, sin embargo, sacudió la cabeza, mostrando una valiente sonrisa. “No, sólo quiero mostrarle a mi hermana lo fuerte que me he vuelto… Sabía desde el principio que no era rival para ti, Sylvia. ¡Pero si me rindiera, significaría que no he crecido en absoluto!”

“Ya veo… Eso me recuerda que dijiste que no puedes confiar en ella para que te proteja para siempre. Y parece que eres tan buena como tu palabra… creo que eres increíble”.

Priscilla la miró fijamente. “¿Eh…? ¿Cómo…? ¿Nos hemos conocido en algún lugar
antes…?”

“Ah, así que no me reconociste, después de todo. Fue en la feria escolar el año pasado, con Ayato.”

“A… ¡Ah!” Priscilla exclamó conmocionada, abriendo y cerrando la boca sin decir nada.

Sí, no era la primera vez que las dos se encontraban cara a cara. En la feria escolar del año pasado, Sylvia había ido con Ayato a visitar las otras escuelas de Asterisk y se había detenido a almorzar en un pequeño puesto que Priscilla había estado operando en Le Wolfe.

Por supuesto, estaba disfrazada en ese momento, y a juzgar por su reacción, Priscilla no había visto a través de eso.

“¿Así que eras tú…? ¡Qué sorpresa!”

“Hee-hee, gracias de nuevo. Tu paella estaba deliciosa.”

“Gracias… Ahora me has dado otra razón para no rendirme!” Priscilla declaró con una sonrisa atrevida mientras bajaba su bastón una vez más.

“¿Oh? ¿Es una declaración de guerra, entonces?”

Incluso entonces, Priscilla parecía albergar algo más que gratitud hacia Ayato. Lo último que Sylvia quería era hacer otra rival, pero también sabía que no tenía derecho a intentar disuadirla.

Priscilla, sin embargo, aún agarrando su arma, se puso nerviosa. “¡No es eso!”, balbuceó en negación. “Yo sólo… le estoy agradecida. Porque salvó a mi hermana y a mí también”.

“…ya veo,” respondió Sylvia.

“Dejémoslo así”, añadió en voz baja.

“En ese caso, ¡mejor que estés preparada! ¡Voy a poner todo mi empeño!”

Dada la determinación de su oponente, no sería justo que no respondiera de la misma manera.

“¡Por favor!” Priscilla respondió, levantando su bastón sobre su cabeza y doblando sus rodillas.

Sylvia la reconoció inmediatamente por lo que era, una de las posturas defensivas de Jie Long. Sus habilidades defensivas eran realmente impresionantes.

En ese caso, ella simplemente tendría que abrirse paso a través de ella.

“¡Rarghhhhhhhhhh!” Sylvia gritó, lanzándose hacia delante y golpeando la cresta de la
escuela de su oponente.

“¡Aquí!” Priscilla, como si esperara este movimiento, paró con su bastón.

Luego, después de levantar su arma para empujar al Fólkvangr fuera de su camino, apretó su agarre y se dirigió hacia el escudo de la escuela de Sylvia.

Era un contraataque de todo o nada, en el que ella había puesto toda su energía.

“¡De ninguna manera!”

Sylvia, habiendo anticipado esta posibilidad, ya había cambiado el Fólkvangr a su modo de disparo. Saltó hacia atrás para evitar el contraataque de Priscilla, giró su Lux en una vuelta completa y apretó el gatillo.

“¡Arghhhhh!”

La bala de luz que salió de su cañón hizo contacto directo con la cresta de su escuela de doble hoja, el impacto fue lo suficientemente poderoso como para hacer que Priscilla cayera de espaldas.

“¡Fin de la batalla! Ganador: Sylvia Lyyneheym!”

***

“Phew…”

Si hubiera una oportunidad de romper la completa y total devoción de Priscilla por su defensa, sería en medio de uno de sus contraataques. Todo dependía del momento adecuado, pero afortunadamente para Silvia, había logrado dar el golpe perfecto.

“Ay…” Priscilla se puso de pie con una mueca, antes de fijarla con una tierna sonrisa. “Tú ganas… Por favor, hazlo lo mejor que puedas en el torneo principal.”

“Gracias, Priscilla. En realidad… hay algo que he querido preguntarte desde hace tiempo”.

“¿Eh? ¿Qué quieres decir?”

“…¿crees que podrías enseñarme a hacer tu paella? ¿La de la feria escolar?”

Priscilla parecía desconcertada por un segundo ante esta petición, pero no pasó mucho tiempo hasta que su expresión se convirtiera en una expresión de placer. “¡Sí, por supuesto!”

***

“¡Fin de la batalla! Ganador: Noelle Messmer!”

En la sala del consejo estudiantil de la Academia Saint Gallardworth, el presidente del consejo, Elliot Forster, dio un suspiro de alivio. Al otro lado de la ventana aérea, la joven con un flequillo tan largo que le cubría casi por completo los ojos apretó el puño con deleite.

“Santo cielo… Ha llegado hasta el torneo principal…”

Elliot, por supuesto, quería ir al lugar para apoyar a Noelle en persona, pero había mucho trabajo que hacer. Se avergonzaba de sí mismo por no haber asistido a su combate por una razón tan patética, pero no veía la forma de salir de su situación actual.

En cualquier caso, la victoria de Noelle estaba casi asegurada incluso sin su presencia. Aunque su posición en la clasificación de la academia seguía siendo la misma, ahora era tan fuerte que probablemente sería capaz de mantenerse en pie incluso contra los luchadores de la escuela de primer y segundo rango. Tan avergonzado como se sentía, sabía también que sin el Lei-Glems, ella estaría indudablemente más allá de su nivel de habilidad también.

Le dolía sólo pensar que todo esto era el resultado de la guía de Ban’yuu Tenra.

“Cielos… Ese es el verdadero problema aquí.”

Dejó escapar un profundo suspiro antes de encoger la ventana aérea que mostraba la transmisión en vivo del combate de Noelle y luego se giró hacia la que estaba a su lado.

Proyectado allí, el siguiente combate con otro de los luchadores de Gallardworth ya estaba en marcha en el Domo Procyon.

“Y ahora tenemos a… Floberge, por lo que parece. Supongo que es una de las mejores alternativas, aunque cuanto antes le ganen, mejor será para todos nosotros…”

Ese tipo de declaración no era particularmente apropiada para el presidente del consejo estudiantil de la academia, pero Elliot tenía sus razones.

Eran un tema tabú en Gallardworth. Por lo que pudo ver, la alta dirección de la academia les había obligado a entrar en el torneo contra su voluntad.

Tal vez sólo estaba ansioso por Noelle. Había tratado de disuadirla de entrar tanto como pudo, pero no pudo anular su decisión.

Por mucho que le molestara admitirlo, si Ernest aún fuera presidente del consejo estudiantil, la alta dirección no habría tenido la audacia de intentar algo tan peligroso. Era doloroso, que le recordaran continuamente lo poco que pensaban en él.

“Es un dolor de cabeza tras otro…”

Se inclinó hacia adelante sobre su escritorio, descansando su barbilla en sus manos
mientras fruncía el ceño al joven presentado en la ventana aérea.

Como mínimo, rezó para que el combate terminara sin incidentes.