Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 11

Capítulo 8: La Oferta Del Demonio

Parte 1

Mi nombre es Ludaman. Nací como hijo bastardo de un bandido insignificante y vine a la Ciudad Laberinto para hacerme un nombre. Todo fue viento en popa al principio. Incluso empezaron a llamarme el Rey Saqueador. Pero ahora…

“… Estoy en un calabozo.”

Mientras estaba sentado refunfuñando en el suelo sucio y apestoso, uno de mis secuaces metió su fea cara entre el techo y yo.

Todos ellos se han arruinado la cara por usar demasiada poción demoníaca.

“¿Qué vamos a hacer, jefe?”

“Entrar en Violeta no es mucho mejor que la ejecución pública o las minas de carbón. Solo seremos escudos humanos para nobles y caballeros con pantalones elegantes.”

“¡Así que hagamos un descanso antes de que nos pongan collares de esclavitud!”

“¡Puedo doblar estas barras sin problemas con mi fuerza sobrehumana!”

“Si, exacto. Podemos luchar desarmados muy bien.” Yo también había pensado en eso, por supuesto.

Pero este calabozo estaba equipado con círculos mágicos que agotan la magia.

Mis habilidades “Fortalecimiento Corporal” y “Desesperación” no funcionarían aquí.

No es que tengamos muchas posibilidades de salir de este lugar tan bien como si pudiera usar mis habilidades.

E incluso si pudiéramos, ese bastardo del “Seguidor del Héroe” ya tomó nuestro escondite.

Podríamos irrumpir en una tienda y robar algunas armas y dinero, pero ¿adónde iríamos? Solo estaba el desierto al oeste o el territorio de los monstruos al sur.

No pensé que ninguno de ellos sería mejor que Violeta o las minas de carbón.

“Solo espera el momento adecuado.”

“¿Qué diablos se supone que significa el ‘momento adecuado’?”

Kurse, mi autoproclamada “mano derecha” que siempre me llama “jefe”, me estaba echando un ojo apestoso.

Así que agarré su cabeza y la golpeé contra el suelo. Se dejó caer, suplicando piedad.

“Lo sabrás cuando suceda.” Miré a mis matones, hablando lentamente.

“Tendremos noticias de él lo suficientemente pronto.”

“¿Quién? ¿Te refieres a ese bastardo de túnica amarilla?”

“¿Crees que vendrán los demonios?”

“Idiotas.” Espeté.

“No, el tipo que estaba haciendo pociones demoníacas con los ingredientes que nos compró. El cerebro detrás de Sokell.”

El tipo que había enviado para seguirlo se mató. De hecho, su cabeza quedó a la vista frente a nuestro escondite.

Cuando intentamos vender nuestras propias pociones demoníacas en la capital real o en la encrucijada de la Ciudad Kelton, también mataron a los comerciantes. El único lugar donde nos salimos con la nuestra fue la ciudad comercial en el extremo sur del territorio de la familia real.

No sabía si todavía nos necesitaban, pero, de cualquier manera, pensé que nos contactarían tarde o temprano.

Incluso mientras pensaba en ello, escuché el sonido de la puerta del calabozo abriéndose.

Lo sabía.

 Entonces escuché pasos. Solo un par.

Los guardias siempre se movían en grupos de dos o más.

“Te he estado esperando.”

“Oh, hay que ver, dices eso como si supieras que vendría, de hecho.” Era el viejo noble vestido de verde.

Lo conocí una vez antes de convertirme en un saqueador, cuando estaba haciendo trabajos sucios en la Ciudad Laberinto.

Si recuerdo bien, era el bastardo podrido que controlaba el lado oscuro de los nobles más altos de la capital real…

“… Conde Poputema.”

“Ahora mi hijo es el jefe de la familia, así que estoy un ex conde, de hecho. Hoy en día mucha gente me llama por el encantador título de Consejero Poputema, de hecho.”

Poputema hablaba como un bicho raro, terminando horriblemente todas sus frases de la misma manera.

El Poputema que yo conocía hablaba mucho mejor, su tono era afilado como una navaja.

¿Quién diablos eres tú?

 Las palabras casi se me escapan, pero me detuve justo a tiempo.

Si decía eso en voz alta, no había duda de que la conversación terminaría.

“Comprendo. Vayamos al grano, entonces, ¿sí?”

“Ustedes, pequeños alevines, siempre son tan apresurados, de hecho.” Todos mis idiotas secuaces se erizaron ante su rudeza.

Sus gruñidos y traqueteos en los barrotes habrían asustado a un hombre más débil, pero el rostro de este permaneció tranquilo.

“No me vengas con eso. Tú eres el que nos dijo que ese mocoso de Pendragon venía al gremio, ¿no?”

Poputema no respondió. Seguía luciendo esa sonrisa de luna creciente.

“Escuché que lograste ser enviado a Violeta, de hecho. ¿Estás contento de servir como peón desechable de los nobles de la capital real, de hecho?”

Eso realmente enfureció a mis matones.

Estaban apretando sus puños mientras su enojo aumentaba.

“¡Cállate!  ¡No  quiero  escuchar  otra  maldita  palabra  de  ustedes  hasta  que  termine  esta conversación!”

Le di una patada una barra de hierro y grité, lo que funciono para calmar el ambiente.

Mi supuesta mano derecha no había emitido ningún sonido durante un tiempo. Simplemente miraba en silencio, vigilando con astucia la posición de Poputema.

Si estuviera a su alcance, probablemente lo agarrarían y lo usarían como rehén.

“De hecho, esperaba disfrutar de tu rabia y miedo un poco más.”

Poputema negó con la cabeza con expresión exasperante.

“¿Entonces? ¿Viniste aquí para silenciarnos? ¿O para hacer un trato?”

“Lo  malinterpretas, de hecho.” Poputema rebuscó  en sus enormes mangas.

“No soy el fabricante de pociones demoníacas, de hecho.”

Entonces, ¿qué demonios está haciendo aquí?

 “Últimamente ha habido menos miasma del habitual en la Ciudad Laberinto, de hecho.”

“¿Esa mierda es miasma? Tiene algún sentido, ¿eh?”

Sacudí mi cabeza hacia él con impaciencia.

“Desprecio tanto a la escoria sin educación… Ah, aquí está, de hecho.” Poputema sacó una especie de piedra verde de su manga.

¿Qué demonios es eso? 

“Una Perla Invocadora, de hecho.”

La perla verde golpeó el suelo y se rompió, un líquido negro se filtró y dibujó un círculo mágico siniestro.

“De hecho, de hecho, estoy aquí, de hecho.”

Surgió una grotesca criatura verde, hablando de la misma forma extraña que ese bastardo de Poputema.

Era como un globo ocular gigante con extremidades, alas y cola.

“¿Un d-demonio?”

Uno de mis secuaces al que le iba bien con “Analizar” habló.

Para ser un demonio, no tenía una presencia muy intimidante. Entonces debe ser uno menor.

Lo que significa…

“¿Entonces eres amigo de túnica amarilla?”

“Supongo que podrías decir eso, de hecho. Hemos sido aliados jurados desde la antigüedad, o tal vez debería decir que hemos estado pegados el uno al otro, de hecho.”

El demonio del globo ocular se rió ante las palabras de Poputema. Ignorando su extraño comportamiento, Poputema se acercó al demonio.

“¿Pudiste tomar prestado del rosa, de hecho?”

“De hecho, de hecho, por supuesto, de hecho.”

Un agujero negro apareció junto al demonio globo ocular, y sacó un extraño limo rosado.

Tan pronto como lo vi, todo mi cuerpo se congeló por el miedo, como si algo se hubiera apoderado de mi corazón.

Mierda.

 Eso es una mala noticia. 

Mucho peor que cualquier estúpido demonio como un globo ocular. 

“¿Qué diablos es eso?”

“Se siente bien, de hecho.”

Reprimí mi miedo y miré a Poputema.

“¡Limooooooooo!”

Nuestro idiota residente amante de los limos en la celda frente a nosotros agarró las barras y gritó.

Cabrón. ¿Realmente te parece un limo?

 “Oh querido. ¿De verdad quieres tanto esta esfera?”

“¡Dámelo! ¡Dame ese limo!”

Poputema asintió al demonio del globo ocular.

“¡Date prisa!”

“¡Detente! ¡Idiota!”

Sin hacer caso de mi grito, el amante de los limos agarró la bola rosada del demonio del globo ocular.

“Estaremos juntos para siempre.”

Como siempre hacía con los limos, abrió la boca y se lo tragó entero.

“Guh, es uno luchador…”

Su estómago comenzó a hincharse.

“Oogh… Se mueve… Nnngh…”

El cuerpo del amante de los limos perdió su forma, convirtiéndose en una sustancia viscosa rosa transparente.

Luego, el limo se extendió, comenzando a tragarse a los otros secuaces en la misma celda.

“¡Gaaaah!”

“¡A-Ayudaaaaaaa!”

“¡Jefeeeeeeeee!”