Wortenia Senki (NL)

Volumen 6

Capítulo 5: Fuego Infernal Despiadado

Parte 1

“Eh…? Mis ojos no me están engañando, verdad?” Susurró el hombre, mirando lejos del telescopio.

No podía creer lo que había visto y frotado sus ojos una y otra vez. Su pelo se había vuelto marrón brillante por la exposición a los vientos salados, y su piel era de color rojo oscuro y bronceado por la luz del sol. Su aparición dejó claro que era un marinero experimentado. Lo mismo se podría decir para el hombre que conduce este buque.

Acercarse a cualquiera de ellos llenaría las fosas nasales con el olor de la sal, prueba de los incontables días que pasaron en el mar. Y junto con ese olor, el olor metálico de sangre surgió de ellos- prueba de que no eran marineros comunes.

“No, veo lo mismo… no es que lo crea, verdad?” El hombre que conducía el barco contestó, mirando a la costa.

Su barco navegaba por las profundidades a dos kilómetros de la costa, explorando la costa. Pero a pesar de la distancia considerable, estos hombres habían pasado años en el mar y habían ganado un nombre entre sus compañeros por su aguda vista.

Y sin embargo, los dos dudaban de lo que estaban viendo. El cabo de la península sobresalía hacia el mar como los cuernos de un toro – y situado entre esos dos llamados “cuernos” había sin duda un asentamiento. No, no sólo un asentamiento – no sería una exageración llamarlo un pequeño pueblo portuario.

Grandes hogueras fueron colocadas para servir como fuegos de vigilancia y para evitar la oscuridad de la noche, con dos de ellas sentadas en cada extremo del puerto, como para mantener la costa iluminada.

“Pero, quiero decir… es eso siquiera posible?” El vigía preguntó.

“Quién apostaría dos cobres sobre si es posible?  Está ahí, justo en frente de nuestros ojos… ” El hombre que dirigía la nave escupió amargamente.

“Bueno, sí pero, qué le decimos al jefe? Nadie va a creer esto.” Apenas podían creerlo con los hechos delante de ellos. Si fueran a informar la verdad, dudarían que alguien confiara en su informe.

Todos dirían que bebíeron hasta dormirse y tenían un sueño embriagado.

“Pero aún así, hombre… Qué vas a hacer, mentirle al jefe? Si te descubren, te despellejarán y alimentarán a los tiburones contigo… Lo siento, no estaré arriesgando mi cuello aquí.”

Era un método de ejecución bastante escalofriante, destinado a infundir miedo y dar ejemplo a cualquiera que considerara la posibilidad de infringir las normas. Y de hecho, varias personas fueron sometidas a este severo castigo. El cuerpo de los hombres tembló de terror al recordar esa visión.

“Entonces qué se supone que hagamos?! No es como si este no fuera tu problema también!”

Los dos sabían muy bien lo fría e implacable que era la persona de la que hablaban, especialmente cuando sus subordinados les mentían. Pero si fueran a reportar los hechos tal como los ven, nadie les creería.

Mierda… hablando de tirar de la paja de mierda más corta.

Si simplemente hubiera sido un espectador, el marinero que dirigía el barco habría resoplado a su compañero y le habría dicho que no tenía suerte. Pero él estaba involucrado en esto, y eso cambió las cosas. A saber, su vida estaba igualmente en la tabla de cortar no demasiado proverbial.

“Bueno, sólo tenemos una opción aquí. A primera hora de la mañana aterrizamos en el cabo y revisamos las cosas de cerca.”

“Toda la bebida finalmente te hizo algo en la cabeza? El jefe nos ordenó explorar y nada más”.

Ir en contra de las órdenes del jefe significaba convertirse en alimento para tiburones. Tales eran sus reglas. Pero el hombre al timón sacudió la cabeza.

“Vamos a ser alimento de tiburón de cualquier manera ahora, no? Entonces mejor estar afuera ignorando órdenes y obtener información más precisa. O quieres dar la vuelta y correr?”

“No seas estúpido… No podemos correr a ningún lado en un barco tan pequeño”.

El barco en el que viajaban era uno de los pequeños barcos que suministran a buques más grandes para su embarque. Era más que suficiente para navegar a lo largo de la costa, pero no podía cruzar largas distancias. Sin mencionar que sólo tenían suficiente comida y agua para otro día – lo suficiente para el viaje de regreso a su nave nodriza, atracado al norte del golfo.

Si este fuera un lugar ordinario, no tendrían mucho de qué preocuparse si huyeran, pero estaban en la tierra de nadie que era la península de Wortenia. Si aterrizaran en el lugar equivocado, serían devorados por monstruos en poco tiempo.

El hecho de que Wortenia estuviera fuera de la jurisdicción de cualquier país les permitió a ellos, los piratas, moverse libremente sin ningún riesgo de ser detenidos. Pero al mismo tiempo, significaba que tenían formas limitadas de llegar al mundo exterior. “Entonces solo tenemos una opción aquí. Le decimos al jefe la verdad y esperamos que nos traten justamente”, dijo el hombre al mando, encogiéndose de hombros.

“De verdad crees que lo hará?” Preguntó el otro pirata. “Tenemos alguna opción?”

El pirata vigilante guardó silencio mientras su compañero respondía a su pregunta con una pregunta. Se dio cuenta de que no tenían otra opción. El problema era que ninguna de las opciones los colocaría en una posición favorable. Él dejó caer su mirada hacia la cubierta y se calló.

Mierda! Estamos jodidos sin importar lo que hagamos… Supongo que lo único que podemos hacer es ignorar las órdenes del jefe y revisar el lugar.

Soltó un profundo suspiro y levantó la vista.

“Bien. Vamos a tomar el barco hasta el cabo. Debemos llegar a la orilla antes del amanecer.”

El pirata que conducía el barco asintió en silencio y alzó el ancla. Maldita sea…

Lamentando su falta de suerte, los dos piratas maniobraron su barco en silencio hacia la costa.

***

“No era solo nuestra imaginación… No puedo creer esto! Cómo demonios apareció este pueblo aquí tan rápido…?”

Al llegar al cabo del norte, los dos se escabulleron por la noche oscura y subieron la cuesta. Al ver el pueblo iluminado por las hogueras, jadeaban nerviosos.

“Un pueblo? No, este lugar está tan abastecido como una pequeña ciudad provincial…”

La costa occidental estaba totalmente pavimentada con losas, lo que le permitió funcionar como puerto. Había profundas trincheras excavadas en el lado oriental que separaban completamente la ciudad del bosque cercano. Al sur, podían ver la gran sombra de lo que parecía una muralla. No estaba perfectamente asegurado, pero este asentamiento era más que capaz de funcionar como una ciudad portuaria.

Pero eso por sí solo no fue suficiente para provocar tanta sorpresa de los dos piratas. El problema era que esto era la península de Wortenia, y esta ciudad fue construida sólo en los últimos dos meses.

“Está hecha de piedra?” Uno de ellos susurró, observando la ciudad a través de su telescopio.

“Quiero decir, definitivamente no está hecho de madera… Cómo diablos construyeron esto? Cargaron toda esta piedra desde Epirus? Eso no puede ser… Pero, cómo podrían hacerlo?”

Fueron capaces de obtener información mucho más detallada en comparación con cuando vieron la ciudad desde el mar, pero sólo sirvió para crear más preguntas. Si todo este asentamiento estuviera hecho de madera, eso habría sido comprensible. Dejando a un lado la cuestión de dónde consiguieron su mano de obra, la zona estaba rodeada de espesos bosques. Era perfectamente posible.

Pero la ciudad estaba hecha de piedra. Y mientras había pequeñas montañas rodeando esta ensenada, el terreno no les permitía servir como una fuente de piedra. Era posible extraer la piedra de la costa, pero había un límite en cuanto a lo que se podía sacar de allí. Y si ese fuera el caso, habría habido un pozo de piedra cerca de la orilla, pero no había nada a la vista.

En ese caso, uno normalmente asumiría que transportaron sus materias primas de una ciudad cercana, pero una vez más, esta no era una región normal. El camino que conecta con Epiro no se mantuvo, por lo que transportar materias primas sería difícil.

Hubiera sido posible con un gran número de guardias, pero si existiera un convoy como ese, sus aliados en Epirus les informarían.

“Quizás usaron una ruta marítima…? No, no hay manera de que no lo notemos”, murmuró el otro pirata, como si respondiera a la pregunta de su camarada.

Una ruta marítima no era una opción impensable, pero tomaría múltiples viajes para transportar los recursos necesarios para construir una ciudad como esta. Y si una flota de grandes barcos realizara múltiples viajes de ida y vuelta, los piratas seguramente lo habrían notado. Después de todo, mantuvieron un cordón apretado en las regiones oceánicas circundantes.  Cualquier barco que navegue cerca será avistado, y lo mismo puede decirse de cualquier ciudad construida a lo largo de la costa.

“Qué diablos está pasando?!” El pirata gruñó, su agarre alrededor del telescopio comenzó a temblar. “Solo han pasado dos meses desde que ese bastardo vino aquí. Cómo construyeron él y sus hombres una ciudad en tan poco tiempo?”.

Fue hace seis meses que sus camaradas en Epirus les informaron que la península de Wortenia había sido concedida a algún noble. Al escuchar ese informe, los piratas simplemente se burlaron de la mala suerte del noble. Sabían muy bien y por amarga experiencia que Wortenia era un ambiente único, y creían que gobernar el lugar era un sueño imposible.

Y de hecho, el mencionado noble llegó a Epirus, pero no entró en la península por algún tiempo. Los piratas pensaron que tenía sentido que no lo hiciera. Se le podrían haber concedido derechos sobre la tierra, pero al darse cuenta de que no tenía ningún valor, probablemente había elegido simplemente quedarse en Epirus.

Y sin embargo, la ciudad se mostraba ante ellos dejó claro lo equivocados que estaban de pensar así.

“Regresemos por ahora… Realmente no sé si el jefe nos va a creer, pero tenemos que decirle lo que vimos…”, dijo el pirata.

Su agarre en el telescopio todavía era inestable. El sudor frío goteaba por su columna vertebral. Pero él mismo no entendía de lo que estaba tan asustado. Los dos volvieron corriendo al cabo, como huyendo del lugar, y se metieron en su barco que estaba amarrado contra las rocas. Pusieron su rumbo hacia el norte, hacia su nave nodriza.

Pero todo el tiempo, no eran conscientes de la presencia que los miraba desde la oscuridad…

***

Amaneció y la luz del sol brilló sobre la ciudad. Las hogueras, que se mantuvieron encendidas para evitar ataques de monstruos, habían concluido su papel y fueron apagadas.

“Buenos días, Maestro Ryoma”.

Amanecía, pero eran poco más de las cinco de la mañana, quizás demasiado temprano para despertarse. Y sin embargo, Ryoma respondió a la visita de Laura con claridad, como si la hubiera esperado.

“Oh, buenos días, Laura. Qué pasa?”

“Sakuya ha regresado”.

“Así que la pequeña fritura finalmente mordió el anzuelo, eh?”

Las palabras de Laura solo le dieron a Ryoma una imagen clara de la situación. O más bien, había preparado este cebo durante meses. Si su “presa” no mordiera, todo ese esfuerzo habría sido en vano.

“Es probable”. Laura respondió de manera indiferente.

Ryoma en cambio, enroscó sus labios con una sonrisa viciosa. “Es hora de limpiar esta península, entonces.” Susurró, a lo que Laura asintió en silencio.

***

“Ya veo. No es de extrañar que esos cretinos tuvieran el descaro de arrastrarse hasta aquí”, dijo la mujer, tomando un trago convencida.

Su cabello era de un tono rubio pálido, opaco por la exposición al sol. Uno no podía llamarla fea, pero sus rasgos faciales eran extremadamente claros. Era baja y, además, tampoco estaba muy dotada en términos de sus senos. Como tal, ella era una mujer bastante hogareña.

Y, sin embargo, ningún hombre en esta ciudad se atrevió a menospreciarla por este motivo. Esta mujer tenía una confianza que le permitía sobrevivir en una sociedad dominada por el hombre, y se manifestaba en la forma en que sus ojos brillaban como cuchillas y la pura presión que emitía su mirada.

Se llamaba Luida. También fue conocida por el seudónimo “La serpiente de mar”, y fue uno de los gobernantes de esta ciudad, junto a Henry.

“Supongo que los tiburones estarán llenos esta noche, teniendo en cuenta que tienen las pelotas para contar esta historia aquí…” El hombre calvo sentado frente a Henry susurró, de acuerdo con las palabras de Luida.

El nombre de este hombre era Andre. Su seudónimo era “El maremoto”, y era algo así como un enorme gigante, presumiendo de brazos tan gruesos como la cintura de una mujer. Golpeó su limpia y afeitada cabeza y miró a Henry.

Los tres sentados alrededor de esta mesa redonda eran los gobernantes de esta ciudad, y cada uno de ellos era un capitán que dirigía una tripulación de piratas. Cada uno de ellos tenía un galeón como su buque insignia, así como los buques de tamaño mediano – carabela y carraca – más una colección de buques de pequeño tamaño. Juntos, los tres y sus tripulaciones arrasaron los mares alrededor de la península de Wortenia.

Ese día, celebraron su reunión mensual. Y esta vez fue una reunión importante, una que decidiría el destino de su ciudad. El mayor motivo de preocupación fueron las acciones del nuevo dueño de la península, Ryoma Mikoshiba. Los piratas hicieron su base en esta tierra porque había sido abandonada por el Reino de Rhoadseria durante muchos años. Pero ahora, había una nueva entidad con autoridad legislativa en Wortenia, y esto no era algo que pudieran ignorar.

“De verdad lo crees?” Preguntó una voz baja y serena.

Henry no solía permanecer en silencio después de que le contaran una historia tan inverosímil, pero hoy era diferente.

Tiene sentido que sospechen. Yo tampoco lo creería si fuera ellos. El mismo Henry no podía creer a sus subordinados cuando dieron su informe. Sólo después de que les arrancó la piel de la espalda unas cuantas veces y gritaron en agonía accedió a dejar que lo llevaran allí para ver la cosa por sí mismo. Viendo que su informe era indudablemente real, no tuvo más opción que aceptar que no estaban mintiendo.

“Déjame preguntarte de nuevo. De verdad crees que lo que te acabo de contar es una especie de estúpida historia de terror?” Henry preguntó.

Luida se encogió de hombros, mientras que Andre simplemente se contuvo la lengua. Fue una historia difícil de tragar. Nadie creería que una ciudad fue construida en solo dos meses en un lugar maldito como la península de Wortenia. Pero por otro lado, los dos sabían de las habilidades de Henry.

Era uno de los jefes que manejaba esta ciudad estéril con fuerza, y sabían que era mejor no dudar de él. No estaba protegido por haber nacido en un estado privilegiado y noble. Si Henry mostrara algún signo de debilidad o ineptitud, sería inmediatamente destripado y arrojado a una tumba acuosa. El hecho de que todavía estuviera vivo era toda la evidencia que necesitaban de sus capacidades.

“Hice todo lo que pude por la situación. Consideré aterrizar y comprobarlo yo mismo, pero siempre había la posibilidad de que fuera una trampa.”

Henry miró a los otros dos sentados a la mesa, como preguntando si tenían alguna queja sobre su juicio. Las miradas de los tres se cruzaron en la mesa redonda.

“Una trampa, eh… Sí, puedo ver eso”.

“El hecho de que está preparado muestra cuán serio es este bastardo de Mikoshiba”.

“Exactamente.”

Con la última palabra de Henry, los tres se callaron. Andre y Henry habían investigado qué tipo de persona era Ryoma Mikoshiba. Un largo silencio se cernió sobre la habitación. La pregunta crítica de la que dependían sus vidas era qué iban a hacer en el futuro.

“Yo digo que vayamos por una ofensiva total”, sugirió Andre, el más agresivo y asertivo de los tres. “Hay alrededor de trescientos o cuatrocientos de ellos. Pero juntos, tenemos más de quinientos hombres. Deberíamos ser capaces de pasar a través de ellos por la fuerza bruta”.