Wortenia Senki (NL)

Volumen 6

Capítulo 1: Negociaciones

Parte 1

Esa noche, Ryoma Mikoshiba caminó por la calle principal de la ciudadela de Epirus, sin que ninguno de sus compañeros lo acompañara. Se dirigía a la finca del conde Salzberg, construida cerca del centro de Epirus.

Sin embargo, su apariencia no podía ser más diferente de cómo se veía cuando visitó la finca la última vez. Llevaba una capa de hollín y tenía la cara cubierta con una capucha. Era la imagen misma de un aventurero o mercenario. Nadie sospecharía que Ryoma podría ser un barón, o de hecho estar relacionado de alguna manera con la nobleza.

Pero, por supuesto, este conjunto no era apropiado para una visita a la finca del Conde. Ryoma lo sabía perfectamente. Pero no podía permitir que nadie se enterara de las negociaciones que estaba a punto de iniciar.

Muy bien… la pregunta ahora es cómo reaccionará el Conde Salzberg…

Este regateo era una jugada que muy bien podría cambiar las tornas y poner a Ryoma en una posición ganadora. Si todo iba bien, el Conde Salzberg pasaría de ser un enemigo molesto a un patrocinador confiable de Ryoma. Pero había razones para preocuparse, por supuesto.

Ryoma tenía cierta comprensión de la naturaleza y el carácter del Conde Salzberg, pero eso no significaba que comprendiera todo sobre el hombre. La importancia de sí mismo y el sentimiento de superioridad que los nobles solían tener era algo con lo que Ryoma no estaba especialmente familiarizado. Eso era quizás lo que se esperaba. Ryoma vino de un mundo donde el sistema de clases era una reliquia anticuada del pasado.

Supongo que tengo que esperar que muerda…

Si estas negociaciones fracasaran, la única opción de Ryoma sería recurrir a la fuerza bruta. Después de todo, Ryoma estaba a punto de salir a una ominosa tierra de nadie. No podía permitirse dejar atrás a alguien que podría apuñalarlo por la espalda. Pero recurrir a esos extremos era muy arriesgado.

Esos chicos están haciendo todo lo posible, pero la parte realmente dura de su entrenamiento está a punto de comenzar ahora. Tomará un tiempo antes de que pueda confiar en ellos como un ejército…

Una débil sonrisa apareció en los labios de Ryoma mientras su mente regresaba a los niños esclavos que recogió. Se les dio las comidas adecuadas y se les entrenó para aumentar su resistencia. En este momento, se les estaba enseñando aritmética básica, así como cómo leer y escribir. Esto también dio a los niños tiempo para descansar de su entrenamiento impuesto.

Gracias al entrenamiento prolongado que recibieron durante el último mes, los miembros delgados y huesudos de los niños habían ganado músculo. De hecho, una vez que la gente ya no fue atormentada y apoyada contra la pared, fueron capaces de exhibir gran fuerza. Lo mismo era cierto para los niños pequeños. La velocidad con la que absorbían información era asombrosa.

No, tal vez fue exactamente porque eran jóvenes que se aferraron a la vida tan desesperadamente. Nadie quiso o necesitó a estos niños hasta que Ryoma los contactó. Se sentía como si estuvieran entrenando y aprendiendo tan intensamente por miedo y desesperación.

Por desgracia, algunos de los niños no pudieron mantenerse al día con el resto y tuvieron que retirarse, pero las cosas iban esencialmente según lo previsto. Pero les tomaría algún tiempo alcanzar el estándar que Ryoma buscaba de sus soldados.

“Supongo que debería apurarme, entonces.”

La luna ya estaba en su cenit, y la luz estelar descendió de los cielos mientras Ryoma aceleraba su paso.

***

“Ah, Señor Mikoshiba. Un placer verlo de nuevo.”

Una criada llevó a Ryoma a una habitación, donde el conde Salzberg y Lady Yulia lo esperaban. Al notar a Ryoma, la pareja se levantó del sofá para saludarlo. No estaban tan bien vestidos como el otro día. Sus ropas seguían siendo justas, pero llevaban poca ornamentación. Es probable que fueran la ropa que usaban mientras estaban en casa.

En términos de la nobleza, esto significaba que lo estaban saludando menos como un invitado, y más como un amigo cercano o conocido. Aunque a Ryoma no le molestaba esto. No lo saludaron en la entrada como antes, pero todavía parecían ser tan acogedores como la última vez.

La mayoría de las personas se dejarían engañar creyendo que el conde Salzberg podría tenerles cariño, pero Ryoma no era tan tonto como para tomar la amabilidad del hombre al pie de la letra. Especialmente dado que él sabía lo que querían de él.

El bastardo de doble cara, no eres sólo tú. Sino tanto tú como tu serpiente de esposa…

Escondiendo ese pensamiento en su corazón, Ryoma se inclinó con todo el honor que podía mostrar.

“Ven, ven, toma asiento”.

Lady Yulia lo condujo al sofá.

“Bien? Escuché que has comprado bastantes esclavos jóvenes. Confío en que sus preparativos para desarrollar la península de Wortenia van bien?” Cuando Ryoma se sentó frente a él, el conde Salzberg le preguntó casualmente.

“En absoluto… por ahora sólo me las arreglo para salir adelante…” Ryoma murmuró una respuesta impecable.

Sin embargo, esas palabras sorprendieron al Conde Salzberg. Frunció una ceja y se rió como si se divirtiera.

“Oh, apenas logrando sobrevivir, dices… hmm, supongo, si tú lo dices, Señor Mikoshiba…”

“Está insinuando algo?” Ryoma dirigió una mirada indagadora hacia el hombre.

“En absoluto, creo que tomar esclavos sin vender no es una mala idea. Pero podría ser un poco insuficiente si vas a desarrollar esa península de la nada. Pueden ser hábiles y astutos, pero al final son sólo niños. Sería mejor comprar caballos o bueyes si lo que necesita es mano de obra. Aunque supongo que su elección tiene sus méritos. Pueden entender órdenes complejas y un sabor del látigo los haría obedientes… Hmm.”

El conde Salzberg concluyó sus palabras y dirigió una mirada cuestionadora a Ryoma.

“Honestamente hablando, no puedo evitar sentir que no serían buenos para mucho más que actuar como alimento para los monstruos de la península…?”

Él era, de hecho, el gobernador de Epirus y el líder de las diez casas del norte. Él ya tenía una fuerte comprensión de las acciones de Ryoma. Pero antes de que Ryoma pudiera responder, Lady Yulia interrumpió la conversación.

“Ya, ya, querido… no puedes hacerle al buen barón una pregunta así de repente… mis disculpas, barón Mikoshiba. Mi esposo es un poco apresurado a veces… No crees que sería mejor dejar esta charla hasta después de tomar el té?”

Lady Yulia reprendió suavemente a su marido y buscó el juego de té preparado en la esquina de la habitación. Vertió un poco de té en una taza de porcelana y se lo entregó a Ryoma. El débil vapor que salía de la taza llevaba consigo un rico aroma que hacía cosquillas en las fosas nasales de Ryoma. El mismo olor que Ryoma recordaba de cuando le sirvieron té en la Compañía Christof el otro día, de hecho.

“Adelante, pruébalo,” Lady Yulia le pidió a Ryoma que bebiera.

“Estas son algunas hojas exquisitas que habíamos traído de Qwiltantia.”

Es esto una coincidencia…?

Mirándola con ojos cuestionables, Ryoma llevó la copa a sus labios. Lady Yulia lo miró con una sonrisa que no parecía albergar ninguna mala voluntad. Si le hubiera servido este té sabiendo de su reunión con Simone, habría mostrado alguna señal que habría alarmado a Ryoma. Y sin embargo, no había nada.

Pero el hecho de que Lady Yulia le sirviera este té ella misma debe haber tenido algún tipo de significado. Ryoma miró casualmente a la mujer, que le dirigió una sonrisa significativa. Si nada más, no parecía tener ninguna intención de culparlo abiertamente por reunirse con Simone.

Así que esto es una advertencia… ya veo. Afortunadamente, no vamos a hacer ningún trato real con Simone hasta mucho más adelante. Probablemente está bien incluso si Lady Yulia sabe algo. Aún así, se enteraron de lo que estaba haciendo… tendré que tener cuidado en el futuro.

Aparentemente, hacer que pareciera que la Compañía Mystel era su principal socio comercial fue una mala idea. Por ahora…

Té Qwiltantian de nuevo, aunque… debería investigarlo más tarde. Los nobles preferían el té Qwiltantian, al parecer. Y de hecho, Ryoma podía decir que las hojas eran de una calidad exquisita.

Ryoma esperaba hacer que su país prospere en el comercio en el futuro, y algo así podría convertirse en una fuente de fondos algún día.

Oh, pero estamos en medio de negociaciones en este momento… Casi me olvido.

Lo que importaba en ese momento no eran los sueños del futuro lejano, sino la conversación en cuestión.

“Sabe maravilloso. El olor es increíble, por supuesto, pero el sabor es simplemente notable. Espero que no se ofenda por esto, Lady Yulia, pero nunca esperé que estuviera informada sobre servir té.” Ryoma alabó abiertamente el té, y no había falsedad en esas palabras. Incluso sin importar las hojas, hay tal cosa como una manera correcta de servir y servir el té. Y en ese sentido, el té de

Lady Yulia era perfecto. Ella usó agua suave a la temperatura adecuada, calentó la taza antes de verter el agua en ella, utilizó una tetera circular destinada a prevenir la convección, importado el tiempo que tomó el té para ser preparado…

Si nada más, Ryoma dudaba de que probaría té de esta calidad en cualquier lugar fuera de una cafetería especial que se especializó en la elaboración de té.

“Vaya, me halagas… ahora, inténtalo tú también, querido.” Lady Yulia instó al Conde Salzberg a probarlo, también.

“Hmm, mis disculpas…” El Conde Salzberg inclinó su taza y lanzó un profundo suspiro.

“Su Majestad ha enviado bastantes emisarios, ya ves… eso me ha puesto un poco nervioso. Perdóname”.

El conde Salzberg bajó la cabeza y le acarició el pelo. Realmente eran marido y mujer, parecían estar perfectamente sincronizados.

“Oh, no me importa,” dijo Ryoma.

“Pero mencionaste emisarios de la reina?”

“Si. Dicho con franqueza, fueron enviados a comprobar cómo te iba, Señor Mikoshiba”.

“Vinieron a verme…?” Ryoma inclinó la cabeza sorprendido.

Por supuesto, Ryoma entendió las dudas de Lupis con respecto a él. Pero lo que realmente lo sorprendió fue que los emisarios lo admitieron abiertamente. Mientras ambos se veían como enemigos, Lupis Rhoadserians era la soberana del país, y Ryoma era, al menos en lo que respecta a las apariencias, uno de sus vasallos.

“Sí, aparentemente Su Majestad está muy preocupada por este asunto. Sospecho que está muy preocupada por dejarte manejar las tierras fronterizas de la península. Por supuesto, Su Majestad tomó la decisión de otorgársela por consideración de sus habilidades, pero ella naturalmente tiene interés en ver cómo se desarrollan las cosas. Yo mismo estoy muy interesado en ver a dónde llevarán sus esfuerzos, como estoy seguro de que cualquier noble de Rhoadseria lo estaría.”

Salzberg concluyó sus palabras y miró expectante a Ryoma. Esas palabras eran, en cierto modo, honestas. Aunque provenga de las necesidades personales del Conde.

Ahora es mi oportunidad…

Juzgando que este era el momento oportuno que había estado esperando, Ryoma finalmente invadió el tema principal.

“Bien… en realidad, vine aquí esta noche en tan poco tiempo para discutir mi futuro territorio en la península de Wortenia… señor.” Ryoma dijo, mirando al Conde Salzberg con la expresión más angustiada que podía fabricar.

“Oh, así que usted está en problemas, después de todo…” Conde Salzberg dijo.

“Asumí tanto desde que recibí su mensaje de ayer. Se trata de los esclavos, no? Has comprado demasiados esclavos jóvenes y no estás seguro de qué hacer con ellos, quizás? Podría hablarles, si lo necesitas. No sé si podré recuperar la suma completa, pero sí creo que puedo convencer a los esclavistas de que devuelvan la mayor parte.”

El conde Salzberg miró a Ryoma con una sonrisa brillante. Parecía que realmente quería que Ryoma le debiera un favor. Ni siquiera pidió los detalles y simplemente asumió que Ryoma acudió a él en busca de ayuda porque no sabía cómo usar a sus esclavos.

Los niños esclavos deben ser realmente indeseables… quiero decir, incluso los esclavos maduros no se venden por tanto en este mundo… Y entre esto y cómo saben que hablé con Simone, deben estar vigilándome… La única pregunta es, lo están haciendo por sus fines o bajo las órdenes de Lupis?

Ryoma no vino a la finca del conde Salzberg con la intención de que le quitara los esclavos de sus manos, sino para venderle algo más. La actitud del conde Salzberg era simplemente demasiado condescendiente, aunque. Probablemente estaba desesperado por tener a Ryoma a su favor.

Supongo que tiene sentido, dado que está malversando una mina ilegal…