Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 12

Capítulo 7: Preparación Para el Combate

Parte 2

Julis estaba sentada sola en su sala de entrenamiento, acurrucada en una bola junto a la pared del fondo.

El único punto de luz en la sala casi negra era una pequeña llama, evocada por sus habilidades. La luz tenue dejó su expresión oscura y hosca.

“…¿Por qué?” Ella misma apenas escuchó el débil susurro que emanaba de sus labios.

Naturalmente, no había nadie en ese oscuro silencio que pudiera responder a ella.

“¿Es éste el destino que sigues mencionando, Orfelia…?”

Pero, por supuesto, no hubo respuesta.

“En ese caso…” Se detuvo allí, apretando los dientes.

Las lágrimas brotaban de sus ojos.

“¿Qué se supone que debo hacer exactamente…?”

Aún con la cabeza hacia abajo, golpeó la pared con el puño, con un ruido sordo que resonó por toda la habitación.

“…”

No tenía ni idea de cuánto tiempo había estado sentada así.

Se frotó los ojos con el dorso de las manos antes de ponerse de pie lentamente.

Al mismo tiempo, incontables pequeñas llamas estallaron a la luz a su alrededor.

Había más de mil en total.

“…¿Cómo se supone que voy a decidirme?”

¿Cómo se puede esperar que ella elija?

Todo lo que podía hacer era seguir con lo que ya había empezado, sin importar lo mucho que le costara.

Esa era la única opción real que le quedaba ahora.

***

Estaban en un pequeño escenario al aire libre en la esquina de un parque situado en la zona comercial. No había, por supuesto, barreras defensivas o instalaciones avanzadas en una etapa como esta, en vez de estar encerrado sólo por una pared física de baja altura.

“…tu uniforme te queda bien.”

“¿Crees que es así? Ha-ha, gracias. Bueno, no estoy oficialmente alistada hasta mañana, así que es sólo para mostrar… Aunque quería mostrártelo”.

En el centro del escenario, Ayato y Haruka charlaban ociosamente mientras hacían sus estiramientos prematuros.

Él, por supuesto, estaba vestido con su uniforme de Seidoukan. Haruka, por otro lado, habiendo pasado fácilmente el examen de reclutamiento, estaba vestida con el uniforme formal de un oficial de Stjarnagarm.

Eran las ocho de la tarde, y como estaban a cierta distancia de las zonas comerciales, no había nadie más a la vista.

“Bueno, ¿deberíamos empezar? ¿Puedes prestarme el Ser Veresta por un segundo?”

“Bien”, murmuró Ayato, sacando el Orga Lux de su soporte en la cintura, antes de activarlo y entregárselo a ella.

“Lo siento, Ser Veresta”, le susurró Haruka. “Esto probablemente será un poco incómodo, pero sólo llevará un poco de tiempo.”

Cadenas de maná fluyeron de su mano y luego a través de la hoja, envolviéndose alrededor de ella mientras el sello se agarraba.

“…Hmm, esto debería bastar. No creo que dure mucho tiempo, pero esto debería sellar el filo de la Ser Veresta al menos por un tiempo. De otra manera no seríamos capaces de entrenar adecuadamente”.

Ayato sólo podía mirar con admiración. “No tenía ni idea de que tu habilidad pudiera hacer esto… Eres realmente increíble, Haruka.”

En principio, los Orga Luxes excedieron en gran medida las habilidades de Dantes y Stregas en cuanto a poder. Simplemente eran demasiado diferentes en las formas en que se manifestaban. Aunque sólo fuera temporal, el hecho de que Haruka pudiera hacer esto era nada menos que increíble.

“Sólo funcionó porque Ser Veresta está dispuesto a cooperar. Si no lo estuviera, no habría forma de que el sello se mantuviera”, dijo Haruka, agitando sus manos como si fuera a borrar los elogios.

En otras palabras, el Ser Veresta confió en ella. Eso también fue casi increíble. Sabía de primera mano lo difícil que podía ser complacer a la Orga Lux.

“¿Estás listo, Ayato? Como te dije antes, nunca has sido muy bueno controlando adecuadamente tu prana. Pero no tendremos tiempo antes del Lindvolus si empezamos desde el principio.”

“…por eso estamos usando el Ser Veresta, entonces?”

En otras palabras, no necesitaba versatilidad.

Bastaría con que pudiera manejar adecuadamente el Orga Lux.

“En primer lugar, necesitará haber dominado Ser Veresta. Siempre has sido el tipo de persona que aprende a través de la práctica, así que vamos a tener que saltar directamente a ella. ¿Estás de acuerdo con eso?”

“Sí, estoy listo.”

Los dos tomaron sus posiciones antes de inclinarse el uno hacia el otro y adoptar posturas de lucha. Ayato sostuvo el Ser Veresta frente a él; Haruka, su espada tipo Lux sobre su hombro.

“No me voy a contener. No tendría sentido si lo hiciera.”

“No me gustaría que lo hicieras”, respondió Ayato.

Tan pronto como terminó de hablar, Haruka corrió hacia él.

“¡Umph!”

Ayato retrocedió, esperando evitar su corte diagonal por encima de la cabeza, pero cuando se acercó, la punta de su espada pasó por delante de él antes de lanzarse directamente a su pecho.

¿¡Estilo Amagiri Shinmei, Técnica intermedia – Serpientes gemelas, recapitulación…!?

Movió su cuerpo con el Ser Veresta en un intento de evadir su ataque, pero Haruka no iba a dejarle escapar. Se movió a un lado, acercándose a él, para evitar que pusiera distancia entre los dos.

En sus posiciones actuales, estaba claro que Haruka tenía la ventaja. El Ser Veresta era demasiado grande para que él pudiera igualar la velocidad de su espada. Parecía que ella trataba de forzarlo a mejorar su juego manteniéndose lo más cerca posible.

Como él debería haber esperado, ella no le mostraba ninguna piedad.

Él esquivó su siguiente golpe, un tajo bajo, mientras que al mismo tiempo se dio cuenta de que ella sostenía su arma con una sola mano. Como resultado de eso, sus movimientos fueron un poco más lentos de lo habitual. Se movió reflexivamente para contraatacar, cuando ella alcanzó con su mano izquierda detrás de su espalda y…

Ella activó una segunda hoja.

“¡!”

Ayato levantó al Ser Veresta desesperadamente para protegerse.

“¡Haaah!”

Se balanceó primero con la mano derecha y luego se cortó con ella desde la izquierda. Giró y se lanzó hacia adelante, cortando en diagonal con la hoja izquierda y cortando con la derecha. Haruka giró una vez más, apuñalándolo con su izquierda, hasta que finalmente se acercó aún más y, con su hoja derecha, se lanzó al Estilo Amagiri Shinmei de Espada Gemela, Técnica Intermedia-Araña del Hielo.

Ayato, soportando la secuencia de siete ataques consecutivos, aún no podía alejarse de Haruka, quien se dirigía hacia él con sus espadas gemelas invertidas, lista para golpear con los puños de ambas espadas a ambos lados de su cuerpo.

“¡Ngh…!”

Era una técnica de agarre del Estilo Amagiri Shinmei – Piedra de Molino Pommel, Strata.

No había forma de que pudiera evitar este movimiento. Su única opción era enfocar su prana y esperar que pudiera soportarlo.

Pero Haruka no se detuvo ahí, girando sus espadas hasta su posición normal y balanceándolas hacia sus hombros como guadañas.

Se trataba de la técnica de las serpientes gemelas, una técnica de doble espada del estilo Amagiri Shinmei, pero esta vez, Ayato logró detener el movimiento en el último momento posible antes de aprovechar la breve apertura para alejarse y recuperar su posición defensiva.

“Haaah… ¡Haaah…!” Su aliento era irregular.

“Justo como pensaba. El Ser Veresta no te ha aceptado completamente.”

Con eso, Haruka devolvió el Lux en su mano izquierda a su soporte en la cintura y adoptó una postura de dos manos con su cuchilla restante.

“¡Eso es un poco duro, Haruka…!”

Según lo que ella le dijo cuando se despertó, se suponía que él había alcanzado su propio nivel de habilidad cuando abrió su tercer sello.

Si bien era cierto que su asalto le estaba dando pocas oportunidades de contrarrestar, y que el gran tamaño de Ser Veresta era un factor que contribuía a ello, no podía negar que ella era simplemente más competente en el estilo Amagiri Shinmei. Si pelearan con las mismas armas, usando las mismas técnicas, ella sin duda sacaría lo mejor de él. Ayato, a quien su padre, Masatsugu, sólo le había enseñado lo básico, no podía esperar igualarla en ese aspecto.

Para empezar, Haruka ya había dominado casi todas las técnicas del estilo Amagiri Shinmei. Por regla general, a los estudiantes del estilo no se les permitía estudiar otras armas, como la lanza o el sable corto, hasta que hubieran dominado las técnicas de espada hasta por lo menos el nivel intermedio. Las técnicas de agarre, en particular, eran un elemento necesario antes de poder dominar las técnicas ocultas. Aunque Ayato había aprendido tanto la espada como las técnicas de agarre hasta un nivel considerable, seguía estudiando las demás (aunque era cierto que Masatsugu le había enseñado las bases para manejar dos espadas simultáneamente).

Los dos eran prácticamente iguales en fuerza general, pero en lo que respecta a la
resistencia física, Ayato estaba sin duda por delante. En una batalla real, Ayato probablemente habría sido capaz de salir victorioso.

Sin embargo, si no podía ajustar el Ser Veresta a un tamaño óptimo, no podría controlar el componente más esencial de todas sus técnicas, lo que le dejaría con pocas posibilidades de cambiar su situación actual.

“Déjame darte un consejo”, dijo su hermana. “¿Qué es el Ser Veresta para ti? Piensa en eso.”

“¿Qué es para mí…?”

Ayato no tenía ni idea de lo que quería decir.

“Si no lo sabes, no, si no puedes sentirlo, no se quedará contigo por mucho tiempo.”

Haruka no era el tipo de persona que prolongaba un combate sólo para molestar a sus oponentes. Sin duda, ella estaba planeando dar el golpe final.

Tan pronto como ese pensamiento pasó por su cabeza, empezó a arrastrarse hacia él, reduciendo la distancia entre ellos, cuando, como era de esperar, se lanzó a otro asalto frontal.

Se abalanzó hacia él desde arriba, desde abajo, desde todas las direcciones posibles con una velocidad casi divina.

¡Ese es el Estilo Amagiri Shinmei, Técnica Intermedia – Remolino Espiral…! ¡Y la primera técnica: el sable escarlata! ¡Y otra técnica intermedia, la Silla del Conocimiento!

Apenas logró atrapar los movimientos con el Ser Veresta gracias al gran tamaño del arma. Estaba claro, sin embargo, que a este ritmo, Haruka seguiría derribando sus defensas hasta que ya no pudiera resistirse.

Por supuesto, Ayato no estaba dedicando todo lo que tenía a la defensa. Mientras retenía a Haruka, vertió su prana en el núcleo de urm-manadita del Orga Lux, probando todas las técnicas posibles que se le ocurrieron para intentar que adquiriera un tamaño más óptimo.

Sin embargo, no importaba lo que hiciera, no podía controlarlo.

Mientras que controlar el prana de uno se comparaba a menudo con enhebrar una aguja, dada la gran cantidad de prana de Ayato, era mucho más como intentar forzar una cuerda a través del ojo de una, en otras palabras, casi imposible.

¡Esto es malo…! Un poco más de esto, y…

Los ataques de Haruka continuaron aumentando en velocidad e intensidad. A propósito, ella se las arreglaba para estar un paso adelante de él, parecía estar leyendo cada uno de sus movimientos.

Ayato podría haber crecido considerablemente de cómo lo recordaba, pero dado que ella era la que le había enseñado la mayor parte de lo que sabía del estilo Amagiri Shinmei, era quizás inevitable que ella pudiera ver a través de sus acciones.

Por su parte, Ayato conocía muy bien el estilo de lucha de Haruka, pero en lo que respecta a la velocidad bruta, simplemente no era rival para ella.

“¡Ngh…!”

La punta de su cuchilla atravesó su uniforme, dejando sangre que rezumaba de una herida leve.

Ciertamente no fue fácil para él, pero esto fue sólo un entrenamiento. Probablemente se había retirado en el último minuto para evitar herirlo gravemente, aunque dado el prana de Ayato, era poco probable que un golpe de un Lux normal causara demasiado daño.

En cualquier caso, si no podía ganar aquí, no tendría ninguna oportunidad contra Orfelia.

Tampoco tendría ninguna esperanza de derrotar a Lamina Mortis.

¡No voy a perder…!

No dejaría que eso ocurriera.

Esas palabras resonaron en su mente como una oración, y fue entonces cuando sintió que algo emanaba del Ser Veresta.

“¿Qué…?”

No había palabras.

Era un sentido de la voluntad puro y no mediato. Una emoción cercana a la ira.

Falta de voluntad. Desagrado. Esos eran los tipos de emociones que dirigía hacia él.

¿Qué hice para…?

Aunque confundido, sondeó más profundamente en la mente del Orga Lux.

¿Qué era lo que no le gustaba al Ser Veresta?

Siempre había sido sincero con el arma, o eso le gustaba creer. Siempre la había respetado, y siempre había confiado en ella.

Por lo que debería haber estado dispuesto a ayudarle ahora.

Y sin embargo…

Había entendido mal.

En ese momento, algo en su mente hizo clic.

Cierto. He estado equivocado todo este tiempo.

Lo que el Ser Veresta quería de él, lo que quería de su usuario, no era respeto ni confianza.

Más que nada, quería ser utilizada, al igual que todas las espadas.

Ahora que finalmente lo entendió, un sonido parecido a una voz resonó en su mente.

Eso servirá.

Entonces, sintió que el Ser Veresta lo guiaba mientras su prana armonizaba con su núcleo de urm-manadita.

“¡Yaaaaaaaaargh!”

“¡Oh…!”

Ayato soltó un feroz rugido para preceder a un corte con el Ser Veresta, cortando directamente a través del centro de la hoja de Haruka y obligándola, con una mirada de sorpresa, a saltar de nuevo a la seguridad.

“¡Vaya, vaya! Excelente. Sabía que podías hacerlo, Ayato”, dijo orgullosa mientras desactivaba su espada y la devolvía a su soporte.

“…tengo que agradecerte por eso.”

En sus manos, el Ser Veresta se había encogido a unos tres pies de largo. Pero no era sólo el tamaño lo que Ayato encontraba asombroso, el Orga Lux se sentía notablemente familiar en sus manos ahora.

Por lo que parece, el sello que Haruka había puesto sobre él también se había quemado.

“Eres demasiado amable, Ayato. Has tratado a Ser Veresta como a cualquier otra persona que puedas conocer, manteniéndolo a distancia. Pude verlo de inmediato. Pero ya sabes, eso no es lo que quiere de ti”, dijo Haruka, su mirada una compleja mezcla de afecto y severidad.

Ayato miró fijamente la espada que tenía en la mano.

“Por supuesto, no se dejará tocar por alguien que no le dé el debido respeto”, continuó Haruka. “Pero más que nada, necesita satisfacer su dignidad como arma. Si estás dispuesto a hacer eso por ella, seguramente te prestará su poder.”

“Si lo sabías, ¿por qué no me lo dijiste antes?” Ayato mordió la espalda.

Haruka puso sus manos en sus caderas, lanzándole una sonrisa divertida. “¿Qué sentido tendría eso? No significaría nada si no lo resolvieras por ti mismo.”

Tenía la sensación de que eso era lo que ella diría.

“Pero supongo que ahora por fin estás listo”.

“…¿Eh?”

Justo cuando se preguntaba qué quería decir, Haruka sacó su Lux aún en funcionamiento de su soporte en la cintura, el que había estado usando como arma secundaria hasta unos minutos antes, activándolo.

“Cuando regresé a casa, papá me dio permiso de transmitirlo. Dijo que ya estás listo.”

“E-espera un segundo. ¿De qué estás hablando?”

Ayato no tenía ni idea de lo que quería decir.

“Ayato, no creo que sepas esto… pero hay más en el estilo Amagiri Shinmei más allá de las técnicas ocultas.”

“¿¡…!?”

Ayato nunca había oído hablar de enseñanzas más avanzadas.

“Las técnicas ocultas del estilo Amagiri Shinmei están diseñadas para asegurar tu supervivencia en el campo de batalla, por lo que asumen que lucharás en un combate cuerpo a cuerpo, ¿verdad?”

“Eso es… natural, ya que así es como empezó. ¿No es así?”

El estilo Amagiri Shinmei fue, después de todo, desarrollado como un conjunto de técnicas para ser usadas por guerreros vestidos con una armadura completa.

“En efecto. Pero ya sabes… no todas nuestras formas de lucha son heredadas de nuestro fundador”, explicó Haruka mientras preparaba su espada. “Ayato, es hora de que te enseñe las últimas técnicas del estilo Amagiri Shinmei.”