Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 10

Capítulo 7: Nueva Prueba

Parte 3

Habiendo sido regañada incluso por Tama y Pochi, Arisa hizo un puchero, así que Liza la levantó bajo un brazo.

Colgaba inerte como un cadáver, como solían hacer Tama y Pochi.

“Pido disculpas por todo el alboroto.”

La empleada del gremio aceptó mi disculpa con una sonrisa irónica.

Al poco tiempo, una mujer de unos treinta años con aspecto de oficial se acercó a nosotros.

A ella la asistieron dos miembros del personal, lo que significa que debe haber sido bastante importante.

“¿Es usted Sir Pendragon?”

“Sí, soy yo.”

“Hola. Soy Ushana, la secretaria del maestro del gremio. Por favor, sígame a la oficina del maestro del gremio.”

Aunque la reacción de Arisa había sido excesiva, no pensé que cualquiera pudiera conocer al maestro del gremio solo por ganar sus medallas de bronce.

Probablemente se trataba de los rumores que había escuchado en el bar de que habíamos adquirido nuestro botín por algún medio sucio.

Seguimos a la Señorita Ushana por las escaleras. Parecía que la oficina del maestro del gremio estaba en una de las torres del gremio oeste.

“Maestro del gremio, he traído a Sir Pendragon y los miembros de su grupo.”

La Señorita Ushana entró, mientras el resto de nosotros esperábamos fuera de la puerta. Entonces, en poco tiempo…

“Sir Pendragon, entre. Solo.”

… La voz de una anciana que debe haber sido la del maestro del gremio me invitó a la habitación.

Entonces un bastón vino volando hacia mí.

Era tan afilado como una lanza en el extremo, apuntándome a los ojos en el momento en que abrí la puerta.

El golpe fue más afilado que incluso la lanza de Liza, pero lo detuve ligeramente con una mano.

El atacante hizo girar el bastón desviado y me atacó de nuevo desde el lado opuesto.

¿Qué es esto, un estilo de pelea extraño con un bastón? 

El bastón largo seguía viniendo hacia mí, así que seguí bloqueando y esquivando.

¿Qué estaba tratando de hacer esta persona?

El ataque inesperado finalmente se detuvo cuando la Señorita Ushana apareció de la habitación contigua.

“¡Maestro del gremio! ¡Si no detienes esta travesura, Lady Sebelkeya te regañará de nuevo!”

“Tsk, y se estaba poniendo interesante… ¿Verdad, Satou?”

La persona que me había estado atacando con el bastón largo era el maestro del gremio.

Ella era una mujer de ochenta y siete años, por eso había estado esquivando y bloqueando sus ataques sin contraatacar.

Ella era una usuaria de magia de nivel 52, con las habilidades “Magia de Fuego” y “Magia de Luz”.

“Mis disculpas, pero no disfruto especialmente que me embosquen.”

Desearía que siguiera el ejemplo de la sacerdotisa principal serenamente compuesta del Templo Tenion en lugar de actuar de manera tan inmadura.

“Oh, vamos. ¿Seguramente un hombre que pasó días en el laberinto en su primer viaje y recuperó más de cien núcleos debe ser un amante de la batalla?”

¿Perdóneme? 

El número no fue el problema. Fue el hecho de que ella dijo que lo hice.

“Los miembros de mi grupo son los que lucharon. Solo las estaba cuidando.”

“¡Ja! ¿Quién creería semejante tontería? Incluso si eso fuera cierto, los monstruos deben haber sido demasiado débiles para que valga la pena luchar contra ellos, ¿verdad?”

No, no fue por eso que no peleé. Me mantuve al margen porque sabía que podían derrotar a esos monstruos sin mi ayuda.

“Además, ¿no es esa espada hecha por el viejo Dohal? Ese vejete no le daría una espada que él mismo fabricó a cualquiera. Si quieres ocultar tu fuerza, será mejor que cubras ese sello con un paño o algo.”

Ya estaba escondiendo bastante de mi fuerza. No quería tener que esconder mi espada.

“El anciano Dohal es un compañero de bebida.”

No podía decirle que había hecho la espada junto con el anciano Dohal.

Tan pronto como dije “compañero de bebida”, los ojos del maestro del gremio brillaron como un depredador que detecta a su próxima presa.

“¿Está bien? Entonces, ¿quizás tú y yo también deberíamos ser compañeros de bebida?”

“Ciertamente. Estaré encantado de ofrecer algunas bebidas y bocadillos, si lo desea.”

No me entusiasmaba su naturaleza loca por las batallas, pero parecía tener el mismo aire de simpatía que el anciano Dohal.

Si bien no querría lidiar con una anciana quejumbrosa, tenía la sensación de que podría escuchar muchas historias antiguas sobre la Ciudad Laberinto si bebiera con esta persona.

En resumen, hice mi segundo amigo bebedor en la Ciudad Laberinto después del General Erthal.

Aun así, me gustaría pasar el rato con algunos hombres de mi edad, para intercambiar historias estúpidas con ellos de vez en cuando.

“¡Está bien, vamos de fiesta!”

“Espere un momento.”

La emoción del maestro del gremio fue detenida por la Señorita Ushana, que había regresado con una caja.

“Primero, entregue estas insignias de gremio a sus destinatarios.”

“Tsk. Bien, bien.”

La maestra del gremio refunfuñó mientras aceptaba la caja de manos de la Señorita Ushana.

En ese momento…

“¡Maestro del gremio! ¡Dicen que ese Pendragon está aquí!”

Una mujer de aspecto altivo irrumpió en la habitación, chillando histéricamente. Había visto su rostro en alguna parte.

“Llame antes de entrar, por favor.”

“¡Pendragon! ¡Este es el mocoso del que habló Lord Sokell!”

Ignorando a la Señorita Ushana, la mujer altiva me señaló y gritó. Qué grosera.

Sin embargo, sus palabras refrescaron mi memoria: era la miembro del personal que había visto antes con Sokell en el gremio del oeste.

“¡Maestro del gremio! ¡¿Por qué Pendragon recibe una insignia de bronce después de cometer un fraude?!”

“Porque eres la única que afirma que cometió un fraude y no tienes pruebas.” La mujer protestó en voz alta, pero la maestra del gremio se mostró despectiva.

“Si no cometió fraude, ¡demuéstrelo sometiéndose a la prueba del analizador! Harás eso, ¿verdad, Pendragon? Si no mentiste, ¡tienes que demostrarlo!”

La forma en que se estaba repitiendo era molesta, pero me había sometido a un análisis similar de una secretaria asistente después de ver una hidra en el Condado de Kuhanou, así que no me importaba siempre que no tomara mucho tiempo.

“Está bien, puedo…”

“Un momento, Satou.”

Estaba a punto de estar de acuerdo, pero la maestra del gremio me detuvo con firmeza.

“¿Le está pidiendo a un noble, con un título nada menos, que se someta a un examen de análisis? ¿Tienes idea de lo que estás diciendo?”

La maestra del gremio estaba tan furiosa que prácticamente pude ver llamas ardiendo en sus ojos.

La mujer altiva palideció y dio un paso atrás.

“Pero… pero… pero…”

Mientras la mujer repetía la misma palabra como un disco rayado, la maestra del gremio continuó.

“Tu petición es un insulto a un vasallo de otro señor. ¿Supongo que estás preparada para aplastar la reputación de la empresa comercial de tu familia?”

La palabra insulto me recordó algo que había escuchado en la clase de nueva nobleza en la Baronía Muno.

Tener un noble sometiéndose al examen de un analista significaba que no confiabas en él incluso si juraban por su apellido y el nombre del rey Yamato, lo que lo convierte en un insulto del más alto nivel.

“¿O es que estás tratando de provocar al joven Satou para que sentar el precedente deshonroso de que ha tomado el examen de un analista? ¿Lo estás preparando para una trampa aún mayor?”

La maestra del gremio miró a la mujer altiva con la suficiente intensidad como para convertirla en piedra.

Parecía que la mujer podría desmayarse por el estrés en cualquier momento.

“N-No, eso es…”

“¡Entonces fuera! Si realmente estás al servicio de este gremio, ¡debes priorizar los intereses del gremio sobre los de tu amante!”

Ese fue el golpe final: la mujer se desplomó al suelo, prácticamente echando espuma por la boca.

“Sácala de aquí. Está despedida de su puesto. Ushana, inventa alguna razón en el papeleo, por favor.”

“Sí, señora.”

Supongo que, en una sociedad feudal, podrías despedir a la gente por cualquier motivo que quisieras.

“¿Qué? Date prisa y presenta la documentación.”

La maestra del gremio miró a Ushana con el ceño fruncido, quien sonrió y no se movió.

“Iré tan pronto como le otorgue a Sir Pendragon su nueva insignia de gremio.”

“Ah bien. Iremos de fiesta después de eso.”

La maestra del gremio abrió la caja, produciendo suficientes insignias del gremio para todo nuestro grupo.

“Satou, toma esta insignia granate.”

¿Eh? Pensé que íbamos a conseguir insignias de bronce.

 “Oh, no parezcas tan sorprendido. Ese noble conocido tuyo estuvo hablando de tus logros con cualquiera que lo escuchase.”

Correcto. El Vizconde Siemmen había hecho todo lo posible para buscarme con un grupo de rescate.

“Creo que te llamó el ‘Salvador de la Ciudad de Muno’ y el ‘Asesino de Demonios de la Ciudad de Gururian’, ¿no? Uno de nuestros mejores hombres estuvo allí en ese incidente de la Ciudad de Gururian. ¿Lo recuerdas?”

Nadie me vino a la mente. Debe haber sido una de las personas que estaban luchando contra el demonio antes de que nos presentáramos.

¿Podría ser el guerrero con el gran escudo que luchaba junto a Sir Ipasa?

“También recibimos un informe de él. Menor o no, un grupo que derrotó a un demonio sin un rasguño merece más que una insignia de madera o bronce.”

“Aun así, una insignia de mitril sería demasiado.” Agregó Ushana.

“Tendrías que al menos derrotar a un demonio de grado medio para eso.”

“Hmph, si tan solo la junta de fideicomisarios del gremio lo hubiera aceptado, podrías haber establecido un nuevo récord.”

Supongo que la maestra del gremio había planeado darnos a todos insignias de mitril en su lugar.

En silencio, agradecí a los fideicomisarios su buen sentido.

Escuché a Arisa murmurar:

“¡Tsk, malditos fideicomisarios!” Mientras miraba por la rendija de la puerta, pero si me preguntas, estaríamos mejor así.

“Ahora, sobre la insignia granate…”

La Señorita Ushana explicó nuestras nuevas insignias.

Por supuesto, todo el grupo recibió sus insignias granates, no solo yo.

Normalmente, solo se otorgaban a los exploradores con insignias de bronce que traían núcleos de alta calidad al gremio durante un largo período de tiempo, pero habían hecho una excepción para nosotros.

A menudo tomaba de cinco a diez años, por lo que el simple hecho de obtener estas insignias granates parecía atraer problemas.

“¿Estás segura acerca de esto? Solo hemos entrado en el laberinto una vez.”

“La maestra del gremio tiene la autoridad para repartir insignias granates para abajo como desee. Debe estar dentro de lo razonable, por supuesto, pero aún no hemos otorgado ninguna este año. Estoy segura de que no habrá quejas de la capital real.”

La Señorita Ushana continuó explicando los beneficios de nuestras nuevas insignias granates.

Había todo tipo de pequeñas ventajas, como obtener la mitad de todos los gastos de gestión del gremio y el alquiler a través del gremio.

Sin embargo, no tenía escasez de dinero, así que eso realmente no me importaba.

“Finalmente, y este es el punto más importante…”

Entonces, ¿por qué no empezaste con eso? 

“… Cualquier persona con una insignia granate es considerada cuasi noble. A diferencia de su título de caballero hereditario, no viene con los privilegios especiales de un noble, pero le otorga al poseedor un estatus social equivalente al de un caballero. Esto está garantizado por el rey Shigan, por lo que se aplica no solo dentro del reino sino también en otros reinos.”

Por supuesto, esto se aplica tanto a los semihumanos como a los humanos. Eso significaba que las posadas y demás ya no podían rechazar el servicio a las chicas bestias, incluso en un lugar con prejuicios como Ciudad Seiryuu.

“Eso es bastante notable.”

“Es posible que ya sepas de esto, pero, aunque nos llaman el gremio de exploradores, en realidad somos administrados por el departamento de recursos del laberinto del Reino Shiga. La maestra del gremio también asume el papel de ministra de recursos del laberinto, lo que le otorga el estatus de conde honorario, lo que le otorga la autoridad para otorgar tales privilegios.”

Le di las gracias a Ushana por su explicación.

Ya sabía la primera mitad de eso, pero el hecho de que la maestra del gremio fuera considerada ministro era una novedad para mí.

Había asumido que el puesto era algo así como una gerencia media, pero en realidad era mucho más impresionante.

Por curiosidad, pregunté por las insignias de mitril y supe que le otorgaron al poseedor un título noble honorario en nombre del rey Shigan.

“Por cierto, Satou. ¿Es esta noche un buen momento para esa fiesta?”

“Tengo un compromiso previo esta noche. ¿Está bien mañana por la noche?”