Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 10

Capítulo 6: El Banquete

Parte 2

“S-Sir Pendragon, no lo haría si fuera usted…”

El Vizconde Siemmen trató de advertirme, pero me pareció un queso camembert normal. El olor también era el mismo, y en cuanto al sabor…

“… Esto es delicioso. Qué excelente queso.”

“En efecto. Los nobles del Reino de Nolork lo trajeron, junto con este.” Mejorando su estado de ánimo, el General Erthal mostro otro queso.

Este era un tipo normal.

“Mozzarella, ¿verdad? Esto también es delicioso.”

“¿‘Mosserella’? Este es de la Alianza Garleon. Solo lo llamaban ‘queso blanco’, así que no sabía que se llamaba ‘mosserella’.”

A este paso, el nombre “mosserella” se iba a quedar. Con suerte, para evitar esto, rápidamente dije que lo había confundido con un queso similar.

El “queso blanco” parecido a la mozzarella se vendía en otros lugares de la ciudad, me informó, así que recibí una simple carta de presentación con la que podía comprar queso blanco de primera.

El queso tipo camembert se entregó solo al costado, junto con los envíos de “espina de Nolork”, y el general no sabía cuándo recibirían más.

Debo haber parecido decepcionado, porque el General Erthal se ofreció a compartir la mitad del suyo conmigo. Tendría que prepararle algún plato a base de camembert como agradecimiento, junto con una porción del otro licor que tenía en reserva.

“Este vino es delicioso.”

No hay nada como la combinación de un buen queso y un buen vino.

 El General Erthal continuó ofreciéndome más de sus preciadas variedades de queso, junto con vinos igualmente preciados.

“El vino tinto del Duque Vistall es el mejor del Reino de Shiga. A diferencia del vino tinto suave del Condado de Lessau, tiene un aroma lujoso y una profundidad de sabor.”

Vamos, no es necesario que disgustes el vino de otro lugar de esa manera.

 Me pareció recordar que era un vino tinto delicioso y con cuerpo por derecho propio.

Guardándome mis quejas para mí, probé una copa o dos de vino blanco y rosado del Condado de Zetts. Ambos eran excelentes vinos para principiantes, fáciles de beber, si no demasiado memorables.

Por lo tanto, terminamos disfrutando del licor y los bocadillos juntos hasta el mediodía como viejos compañeros de bebida.

Al Vizconde Siemmen también le gustaba el licor, pero parecía un poco liviano y no tardó mucho en entrar en el proceso.

Según uno de sus vasallos, esto no era nada fuera de lo común para él, por lo que no afectaría el banquete de la noche.

“¿Qué demonios es eso?”

En el campo lleno de maleza que estaba al lado de nuestra nueva casa, crecían algunas coles de colores.

… No. Eran cabezas de niños.

Al principio parecía sacado de una película de terror, pero de hecho tenían cuerpos adheridos.

No pensé que estuvieran jugando al escondite entre la maleza, entonces, ¿exactamente qué estaban haciendo esos niños?

Agradecí al vasallo del Vizconde Siemmen que me había traído a casa en carruaje y luego entré en la casa.

“Volví.”

“Bienvenido a casa, Maestro.” Arisa fue la primera en saludarme.

Según mi mapa, las chicas bestias estaban limpiando las alcantarillas, Lulu y Nana estaban ordenando la despensa y Mia estaba cuidando a los niños enfermos.

“¿Tienes idea de lo que están haciendo esos niños afuera?”

“Ah, se enteraron de la comida anoche, así que esperan con la esperanza de que también haya trabajo hoy.”

Entonces era algo así como los niños portadores de bolsas que esperaban junto a la entrada del laberinto.

“¿No han venido ellos mismos a pedir trabajo?”

“Lo hicieron, pero Liza dijo que como esclavas no podríamos contratarlos por nuestra propia voluntad o incomodaríamos a nuestro amo.”

Correcto. Casi lo había olvidado últimamente, pero las chicas aparte de Nana y Mia eran técnicamente mis esclavas.

Lulu y Arisa estaban atadas por Geis, así que no pude liberarlas, pero con mucho gusto liberaría a las chicas bestias de la esclavitud en cualquier momento si así lo deseaban.

“Ya veo. En ese caso…”

Decidí contratar a los niños para trabajos como deshierbar las parcelas de tierra vacías, deshacerse de la basura, limpiar las zanjas a lo largo de la carretera, revisar las cubiertas de las zanjas, etc.

Justo cuando había tomado una decisión, Nana se acercó corriendo hacia mí, luciendo extrañamente emocionada.

Por supuesto, su rostro seguía tan inexpresivo como siempre, pero la forma en que sus manos se agitaban transmitía sus sentimientos con bastante claridad.

“¡Maestro! ¡La parcela vacía se ha convertido en un campo de larvas, les informo!”

Debió haber visto a los niños afuera en su camino de regreso de la despensa.

Me llevé a Arisa y Nana para contratar a los niños para los trabajos antes mencionados.

“… Primero, por favor, corten las malas hierbas en las parcelas vacías, luego desechen la basura. Los contrataré a todos, así que asegúrense de trabajar duro y escuchar las instrucciones de Nana y Arisa.”

““¡Sí, señor!”” Corearon los niños.

Como el día anterior, les estaba pagando solo con comida y una moneda de cobre cada uno, pero eso fue suficiente para hacer que los niños gritaran de emoción.

Dejé a Nana a cargo de supervisarlos, luego fui a ayudar a Tama y Pochi.

Mia debía mantenerse en contacto con Lulu y seguir cuidando a los niños enfermos.

Le pedí a Lulu que preparara tanto la comida de los niños como los pasteles que llevaría al banquete de esta noche.

Luego llevé a Liza y Arisa conmigo para saludar a nuestros nuevos vecinos.

“¡Hay que ver! ¿Compraste esa mansión maldita? Te han engañado, muchacho. Si conoce a algún noble o funcionario del gobierno, será mejor que vaya a la oficina del virrey y se queje. Ustedes tres pueden quedarse aquí por la noche si no tienen ningún otro lugar adonde ir.”

El dueño de la primera casa en la que nos detuvimos trató de convencernos de que no nos mudáramos.

Explicó que, desde el momento del incidente hasta hace unos diez años, las personas habían sido engañadas constantemente para que se mudaran al lugar, solo para encontrarse con muertes no naturales o para huir bajo formidables maldiciones.

Hace diez años fue cuando el gremio de exploradores compró todo el lugar, poniendo fin a este tipo de sucesos.

“Paso por ese lugar de vez en cuando, y siempre me hace sentir mal. ¡Muchos pajaritos e insectos mueren por acercarse demasiado, ya sabes!”

La esposa del hombre también se apresuró a advertirnos.

“Aprecio su preocupación, de verdad. Pero llame a un santo muy respetado que disipó la maldición, así que ahora todo está bien.”

“Pero nadie ha podido…”

“Además, anoche pasamos la noche en la mansión a salvo, y ninguno de los niños que contratamos para trabajos ocasionales se ha enfermado.”

“… ¿De verdad?”

Gracias a mis habilidades de “Negociación” y “Fabricación” a toda máquina, pude tranquilizar al vecino y a su esposa.

Tenía el título de Santo, así que técnicamente no era mentira.

Después de cerrar el trato dándoles una canasta de pasteles de miel variados, me moví a la siguiente casa.

Después de eso, fuimos a algunas casas más. Todos reaccionaron de la misma manera que en el primer lugar o cerraron la puerta tan pronto como dije dónde me había mudado.

Al menos la mayoría de ellos cayeron en la primera categoría.

Antes de dirigirme a los ranchos, fui a las granjas locales y compré algunos productos frescos. En un caso, incluso me convencieron de inscribirme para una entrega regular.

La mayoría de las veces estábamos fuera de la mansión, pero pagué con varios meses de anticipación y les pedí que dejaran el producto junto a la puerta principal, por lo que no debería ser un problema.

Además, si contrataba a la persona a la que el Vizconde Siemmen me iba a presentar, todo estaría resuelto.

“¿L-La mansión detrás de nosotros…?”

Cuando visité el rancho detrás de la finca y les dije que me había mudado, el granjero y su esposa parecían horrorizados, pero su actitud se suavizó una vez que les di la misma explicación que había funcionado para la primera familia que encontré.

“¿Una orden recurrente?”

“Si es posible. Una vez al mes está bien para el queso, las salchichas y otros productos en conserva, pero me encantaría recibir leche y huevos todas las mañanas.”

Hice esta solicitud porque dijeron que ofrecían entregas, pero me miraron como si tuviera varias cabezas adicionales.

Parecían tener una buena cantidad de pollos, así que supuse que estarían dispuestos a venderme suficientes huevos para hacer pasteles y demás, pero ¿tal vez tenían un contrato en otro lugar o algo así?

“¿D-De verdad…?”

Las palabras del granjero refrescaron mi memoria.

Me habían dicho que, dado que este rancho estaba detrás de la “mansión maldita”, tenían dificultades para vender sus productos a buenos precios.

“Sí, si no tiene otros contratos. ¿Eso estaría bien?”

“¿Contratos? ¡Cielos, no! ¡Eso sería maravilloso!”

“De acuerdo.”

Era extrañamente barato, así que hice una oferta que era solo un poco más baja que los precios de mercado de los otros ranchos. Me encantan las buenas gangas, pero demasiado baratas y me habría sentido que me estaba aprovechando de ellos.

Además, no tenían pólizas de cancelación de contrato ni nada por el estilo, pero agregué una cláusula de que, si yo terminaba el contrato, pagaría tres meses como multa.

También pagué esa misma cantidad por adelantado como depósito.

Cuando llegué por primera vez, me di cuenta de que su equipo parecía estar considerablemente gastado, así que pensé que podrían usar ese dinero como capital de trabajo.

Debieron estar encantados, porque me enviaron a casa con más productos lácteos y cárnicos de los que podía llevar e incluso bajaron a la carretera para despedirme.

Como beneficio adicional, también los contraté para que se ocuparan de los runosaurios y los caballos cuando estábamos fuera de la mansión.

Siempre era bueno ser amable con los vecinos, especialmente si eran dueños de un rancho.

“Mi nombre es Miteruna. Por ignorante que sea, trabajaré con todas mis fuerzas bajo tu empleo. Gracias por su consideración.”

“Por supuesto. Estoy encantado de conocerte.”

La mujer que conocí en casa del Vizconde Siemmen era muy educada.

Su expresión fría y postura rígida mostraban claramente lo seria y dedicada que era.

La Señorita Miteruna era una humana, de veintiséis años de edad, bastante atractiva con un cuerpo delgado. Ella era más o menos de mi altura, con un largo cabello castaño rojizo en una trenza. Debajo de sus delgadas cejas había ojos color herrumbre.

Ella había estado casada, pero su esposo había fallecido, por lo que se había mudado con su familia y se había dedicado al trabajo.

Aunque se había llamado a sí misma “ignorante”, estaba siendo modesta; de hecho, se había graduado de la academia real de la capital real.

Tenía el nivel 9, con habilidades como “Etiqueta”, “Servicio”, “Negociación” y “Educación”.

“Ella trabajaba como empleada doméstica de otra familia hasta hace poco, pero el jefe de esa familia era un poco… difícil.”

El Vizconde Siemmen estaba siendo vago, pero finalmente supe que la habían despedido después de rechazar al maestro, que la había estado acosando sexualmente.

“Desde que ese bar… quiero decir, esa familia la relevó de sus deberes, ha estado trabajando como mi sirvienta. Sin embargo, tiene demasiado talento para desperdiciarla en un puesto así, por eso pensé en presentártela.”

El vizconde estuvo a punto de dejar escapar que el bastardo acosador era un baronet, pero se corrigió.

Había varios baronets en la Ciudad Laberinto, pero los únicos dos con mansiones en las dependencias de los nobles eran el Sr. Jelil de Rugido del Dragón Rojo y un hombre llamado Dyukeli.

Baronet Dyukeli… Ah, ese era el nombre del hombre a quien el posadero intentó vender mi carruaje.

Eso no significaba necesariamente que uno de esos dos fuera el pervertido, pero tendría que mantener a las chicas alejadas de ellos, por si acaso. No los conocía lo suficiente como para confiar en ellos por completo.

Se decidió que la Señorita Miteruna vendría a trabajar a mi mansión a partir de la mañana siguiente.

Si era posible, quería contratar a dos o tres sirvientas o mayordomos para trabajar con ella, pero era difícil encontrar a alguien dispuesto debido a la reputación de la mansión maldita.

Probablemente podría intentarlo de nuevo una vez que el rumor se haya dispersado.

“No es de extrañar que lo llamen el chef milagroso.”

“Sí, nunca había probado pasteles tan deliciosos.”

Después de mi reunión con la Señorita Miteruna, comenzó la cena y pude disfrutar de una comida al estilo de la vieja capital por primera vez en mucho tiempo.

Las castellas que ofrecí para la fiesta del té después de la cena parecieron ser un éxito entre las damas presentes.

Tratando de reproducir la textura del azúcar granulada, Lulu y yo habíamos experimentado con los azúcares que habíamos adquirido en Lalagi, hasta que finalmente pudimos lograrlo rompiendo un caramelo de roca.

Como símbolo de amistad, les di a las mujeres los mismos accesorios de piedra clara y surtidos de pastelería que habían sido tan populares en la antigua capital.

“Pensé que el ron era solo una bebida para marineros humildes, pero esto está en otro nivel.”

“Es un poco demasiado fuerte para mí. Me gusta este hidromiel de orquídeas.”

“¿No es eso lo que está hecho con materiales monstruosos?”

“Sí, pero ha sido completamente purificado. Ya no es un problema.”

No estaba seguro de si sacar el hidromiel de orquídeas, pero el Vizconde Siemmen me dio el visto bueno, así que seguí adelante y traje un poco.

Afortunadamente, la mayoría de los asistentes tenían un gusto sofisticado.

Para los regalos de los hombres, elegí portalápices blancos que había hecho con cuernos de narval y una muestra de rones Lalagi.

Teniendo en cuenta la naturaleza del hidromiel de orquídeas, solo traje lo suficiente para beber en la fiesta.

“Hmm, entonces chocaste con Sokell, ¿eh?”

Una vez que me hice amigo de los nobles que el Vizconde Siemmen me presentó, decidí pedirles la última primicia sobre los aristócratas de la Ciudad Laberinto.

“Él es de una familia de la capital real, pero no pudo conseguir un puesto gubernamental decente allí, así que entró sigilosamente en la Ciudad Laberinto a petición del Consejero Poputema.”

“Aunque en ese momento, todo lo que tenía a su favor era que era el amante del virrey.”

Dado que hablaban con tanta franqueza al respecto, ¿tal vez las relaciones entre personas del mismo sexo no eran inusuales en el Reino de Shiga?

Yo no me incliné de esa manera, pero tampoco discriminaría a nadie por eso. El amor es amor.

“… Pero cuando le ofreció una medicina que funcionó en la enfermedad de la hija del virrey, la esposa del virrey también le tomó simpatía. Es por eso que incluso ahora confía en él como virrey interino.”

“Bajo la supervisión del consejero Poputema, por supuesto.” Ah, por eso a Sokell no parecía gustarle Poputema.

Sin embargo, por la forma en que se decía, tuve la impresión de que la esposa del virrey tenía más fuerza que el propio virrey.

Pensé que eso era inusual, ya que el Reino Shiga tendía a tener inclinaciones chovinistas. Pregunté más al respecto y supe que la esposa del virrey era la heredera de la casa Ashinen, mientras que el virrey solo había heredado al marquesado por matrimonio, por lo que la esposa tenía más poder político.

“En la Ciudad Laberinto, las únicas personas que podrían hablar en pie de igualdad con la esposa del virrey son el líder del gremio de exploradores y el General Erthal.”

Así que había formas de tratar con el virrey y su esposa si era necesario. Era bueno saberlo.

No había conocido al maestro del gremio, así que, si pasaba algo, tendría que hablar con el General Erthal.

A juzgar por su comportamiento el día de hoy, una copia de la Espada Mágica Akatsuki probablemente sería más que suficiente para ganarme el favor que necesitaba.

“Pero con el nivel de poder del virrey, ¿no podría adquirir ningún medicamento que necesite para su hija?”

Debido a que una duda todavía me molestaba, le pregunté a alguien que parecía estar al tanto.

“Cualquier alquimista común puede transmutar esa droga, o poción para beber, pero la única forma de obtener los ingredientes es enviando un grupo de insignias granates a lo más profundo del laberinto.”

“No solo eso, sino que la poción es solo un supresor, no una cura. Y ni la poción ni sus ingredientes se conservan por mucho tiempo, por lo que es necesario seguir haciendo esas expediciones de forma regular.”