Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 10

Capítulo 6: El Banquete

Parte 1

 

 

Aquí Satou. Hay un viejo dicho japonés, “la artesanía no trae nada a casa”, y creo que eso es cierto incluso hoy. Por ejemplo, en los juegos de estrategia en línea, los autoproclamados “tácticos” tienden a caer en las trampas con más facilidad que los novatos que no saben nada sobre las teorías del juego.

“Me han dicho que compraste una casa.”


“Sí, un lugar con el que tenía alguna conexión estaba en el mercado, así que decidí comprarlo.”

A la mañana siguiente, después de que compramos la casa, el Vizconde Siemmen me llevó en un carruaje para visitar al general del ejército del laberinto y agradecerle por preparar tropas para rescatarme.

“¿Ya contrató ayuda?”

“Aún no. Pasaremos mucho tiempo fuera de casa. Me gustaría al menos contratar a alguien para que vigile el lugar mientras no estamos.”

“Entonces tengo un vasallo que podría ser perfecto para ti. Te lo presentaré esta noche antes del banquete.”

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“Muchas gracias. Eso sería de gran ayuda.”

“Si no obtiene una buena impresión, no dude en rechazarla.”

Si contrataba a la persona equivocada, dijo el vizconde, podrían robar mis cosas o hacer mal uso de mi casa u otras cosas por el estilo.

Correcto. Debería hablar con él sobre esos pergaminos antes de que se me olvide.

 “Me disculpo por mencionar esto mientras viajamos en un carruaje, pero…”

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Le ofrecí al Vizconde Siemmen algunos papeles que contenían el canto de Luz de Pixie, el hechizo de luciérnaga que se me ocurrió al combinar Magia de Cuerda y Luz de Maná.

“No puedo leer hechizos, pero a juzgar por la confianza en tu rostro, no tengo ninguna duda de que este es muy bueno.” El Vizconde Siemmen me sonrió.

“¿Estás sugiriendo las mismas condiciones de venta que el hechizo de fuegos artificiales? Si esto se vende tan bien como ese, sería mejor que pida una comisión, en mi opinión…”

“No, las mismas condiciones que antes están bien.”

Ya tenía más dinero del que podía gastar, y esta era mi manera de agradecer al vizconde por ayudarme de tantas maneras, así que eso fue suficiente para mí.

Mientras estaba en ello, también le pedí que hiciera pergaminos de dos de los hechizos que hice durante nuestros viajes por la ruta del azúcar y tres que pensé que serían útiles para explorar el laberinto.

Mientras discutíamos estas cosas, el carruaje llegó a la guarnición del general del ejército del laberinto.

“Pon esa espada de mitril del anciano Dohal en tu cintura.”





Mientras hablaba, el Vizconde Siemmen puso una espada fina en una vaina delicadamente tallada alrededor de su cintura.

Según mi AR, era la espada mágica Akatsuki que vendí en el mercado negro de la antigua capital.

No sabía que él era la persona que lo había comprado. Que genial.

“El General Erthal tiende a despreciar a cualquiera que no sea un compañero guerrero.”

En el fondo de mi mente, me imaginé a un cabeza hueca musculoso riéndose a carcajadas. En ese momento apareció un oficial para guiarnos, junto con varios subordinados.

“¿Oh? Hola de nuevo, joven maestro.”

El guía era el soldado hombre zorro que conocimos en la entrada del laberinto.

“¿Se conocen entre sí?”

“Sí, tuvo la amabilidad de educarme sobre muchas cosas cuando entré por primera vez al laberinto.”

El hombre zorro nos condujo a la oficina del General Erthal, con unos jóvenes subordinados que llevaban los regalos que habíamos traído.

Y cuando entramos en la habitación…

“Bienvenidos. Soy el Conde Honorario Arueton Erthal, el comandante del ejército del laberinto.”

El General Erthal era en verdad un hombre musculoso de mediana edad, pero no pude verlo riendo a carcajadas. Parecía más un noble arrogante con el tipo de nariz aguileña que se ve en una pintura de un oficial militar romano.

“Gracias por su ayuda hace unos días, General Erthal.”

“De ningún modo. Si nos consideras incluso por haber complacido a ese egoísta sobrino mío, eso es más que suficiente para mí.”

“Me gustaría que el Duque Vistall detuviera esta tonta rivalidad con el Ducado de Ougoch.”

“Imposible. Ponerse esos aires es un derecho de nacimiento de un noble.”

No tenía ni idea de qué estaban hablando, pero me parecía que el Vizconde Siemmen y el General Erthal eran buenos amigos.

A continuación, a instancias del Vizconde Siemmen, me presenté y también di las gracias, a lo que el General Erthal respondió con una sonrisa.

“Así que usted es Sir Pendragon, ¿eh? El vizconde dice que eres una leyenda viviente que lleva sobre tus hombros el futuro del Reino Shiga.”

No pude evitar congelarme un poco.

No recuerdo haber aceptado llevar algo así…

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 “En efecto. Gracias a él, la Baronía de Muno se salvó de convertirse en un semillero de demonios, y derrotó a los demonios menores del infierno en la Ciudad Gururian y la antigua capital con sorprendentemente pocas bajas.”

El Vizconde Siemmen enumeró mis logros para el General Erthal.

¿De cuál estaba hablando en la antigua capital? ¿El que derroté en el Templo Tenion, tal vez?

“Su fuerza individual, así como la de su grupo, está a la par con cualquier orden de caballeros.”

Deja de matarme con halagos, por favor. Mi pobre “Cara de Póker” sólo puede aguantar hasta cierto punto.

“Y sobresale tanto en las artes mágicas como en la batalla. Ha desarrollado muchos hechizos nuevos, incluso fuegos artificiales, un hechizo deslumbrante que deleita a todos los que lo presencian.”

“¿Oh? Así que este es el tipo que creó ese hechizo de fuegos artificiales, ¿eh?”

El General Erthal parecía estar mordiendo el anzuelo.

¿Ahora los pergaminos de fuegos artificiales también eran populares en la Ciudad Laberinto?

“Vaya, gracias a su cocina y carácter general que sirve como un bálsamo para nuestra gente, los enfrentamientos entre nuestras facciones políticas en el territorio de mi señor se han calmado. Casi nunca se oye hablar de asesinatos y otras formas de violencia.”

Espera, ¿ahora soy un bálsamo?

 Si hubo asesinatos en el pacífico ducado, ¿tal vez tuvo algo que ver con el culto Alas de la Libertad que adora al señor demonio?

“Si cocinar es suficiente para cambiar esas cosas, le pediría que hiciera algo sobre el Marqués Ashinen.”

“Te sorprenderías. Incluso reparó la amistad entre el Marqués Lloyd y el Conde Hohen.”

“¡¿Qué?! ¿Esos dos? ¡Pero pelearon como perros y gatos!”

También había oído rumores de que la noble pareja amante de los gourmet no se había llevado bien antes.

Mientras los conocía personalmente, me parecían los amigos más cercanos, así que no tenía mucho sentido para mí.

“Por cierto, ¿es esa la espada mágica por la que pregunté? Déjame verla de inmediato.”

“Puedes mirar, pero nada más. Después de todo, es un préstamo de Su Majestad el duque.”

“Sí, lo sé.”

El General Erthal desenvainó la Espada Mágica Akatsuki con la expresión de un niño que había recibido un juguete nuevo.


“Qué espada tan hermosa.”

Era una hoja de acero azul, chapada con mitril. Si recordaba bien, lo había logrado mientras jugaba con mi habilidad de “trabajar metales”.

“¿Es una hoja de mitril?”

“No, según Sir Ipasa, carece de la variación de peso única de una espada de mitril.”

“Entonces solo esta chapada…”

Ese era un nombre que no había escuchado en un tiempo. Sir Ipasa era el hijo del Marqués Lloyd, un caballero imperial del Ducado de Ougoch con quien me hice amigo en nuestros viajes desde la Baronía de Muno a la antigua capital.

“… Esto es increíble. Nunca había visto una espada mágica que produjera ‘Hoja Hechizada’ tan fácilmente.”

El General Erthal produjo una luz roja alrededor de la Espada Mágica.

“Me encantaría luchar incluso contra un monstruo fuerte con una espada tan maravillosa como esta…”

“Mis disculpas, pero me temo que no tengo la autoridad para permitir eso. Tendrás que preguntarle al Duque Ougoch directamente en la reunión del reino al amanecer del nuevo año.”

El rostro del General Erthal se contrajo ante las palabras del Vizconde Siemmen.

“Después de todo, nuestras facciones son diferentes. Supongo que tendré que rendirme…¿Hmm? Sir Pendragon, ¿esa espada es del anciano Dohal?”

Cuando sus ojos se posaron en la espada de hadas en mi cintura, la chispa de emoción reapareció en sus ojos.

“Sí, es una espada de mitril que el anciano Dohal fue lo suficientemente generoso como para forjarme.”

Como Trazayuya parecía ser un nombre famoso en la Ciudad Labirinto, decidí no mencionar que la espada se llamaba Espada de Hadas Trazayuya.

Claramente quería tocar la espada de hadas, así que se la entregué al general.

“Oh-ho, una fina espada digna del sello del anciano Dohal. Y una hermosa, además. Incluso podría superar esa espada mágica.”

El general uso “Hoja Hechizada” en la espada de hadas y le dio un ligero movimiento.

“Sin embargo, una espada de mitril elige a su portador.”

Mientras decía eso, noté que la espada del General Erthal también era una espada de mitril hecha por el anciano Dohal, incluso si no tenía su sello.

“Una hoja de mitril es liviana sin magia, pero si uno carece de fuerza, es imposible moverla mientras se le pone suficiente magia para producir ‘Hoja Hechizada’. Y se vuelve más pesada cuando se le proporciona más magia, por lo que es bastante difícil de usar.”

Eso tiene sentido. Incluso con mi habilidad de “Espada de Una Mano” al máximo, me tomó un tiempo acostumbrarme a usar mi espada de hadas.

“En manos de un maestro espadachín que pueda usar una hoja de mitril correctamente, esta espada probablemente sea más fuerte que la otra.”

Con eso, el General Erthal volvió a poner la espada de hadas en su vaina.

“Sin embargo, si uno puede usar ‘Hoja Hechizada’, una Espada Mágica sería la mejor opción. Sus circuitos mágicos son casi demasiado perfectos. Recomendaría una espada así a cualquiera. Si tuviéramos una espada así en grandes cantidades, el Reino Shiga podría luchar incluso contra el ejército de un señor demonio.”

Agradecí el cumplido a mi espada, pero deseaba que no dijera cosas tan siniestras. ¿Y si el ejército de un señor demonio realmente atacara?

Aunque eso probablemente era poco probable, ya que derroté al Señor del Jabalí Dorado bajo la antigua capital, otro señor demonio no debería aparecer durante sesenta y seis años.

“¿Te he disgustado? Si tienes las habilidades para manejar esta espada de mitril, entonces serás más que un rival para la espada mágica del duque. Tendrás que estudiar mucho.”

“Lo hare. Gracias por el consejo.”

Finalmente, agregó el general:

“Los hombres menores estarían muy tentados a robar tal espada. Tenga cuidado de no dejar que mucha gente la vea.”

Justo cuando me estaba devolviendo mi espada de hadas, la puerta se abrió sin ni siquiera un golpe.

“Le hemos traído algo de comida, general.”

“Es de los regalos que te trajo el vizconde.”

El soldado hombre zorro y el hombre al que había llamado “Capitán” en el laberinto entraron. Sorprendentemente, el capitán parecía ser el número dos del ejército del laberinto.

El plato estaba lleno con algunos de los bocadillos que había traído para acompañar el vino dulce.

Detrás de ellos, vi subordinados empujando carros cargados con comida y barriles. A juzgar por el hecho de que se habían preparado lo suficiente para todos, parecían totalmente decididos a beber a la mitad del día.

“… Ustedes dos, ¿eh?”

“Soy el probador de veneno, así que primero tengo que probar todo.”

“¿No tienes la habilidad ‘Analizar’? Solo mirar mi taza debería ser suficiente.”

“¡Eso no basta, Capitán!”

Estos dos fueron tan entretenidos como siempre.

“Muy bien. De todos modos, no podemos beber todos esos barriles con solo nosotros tres. Ustedes dos pueden unirse a nosotros si detienen el acto de comedia.”

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Ante eso, el capitán y el oficial hombre zorro parecieron tan felices que casi arrojaron sus platos al aire.

Supongo que el General Erthal era más amable de lo que parecía.

“Debe ser vino tinto del Condado de Zetts y este vino de frutas del Marquesado de Eluette. Pero, ¿qué es este licor claro aquí?”

“Yo tampoco lo sé. Es un regalo de Sir Pendragon.” Ambos hombres se volvieron para mirarme.


“Es ron del Reino Lalagi llamado Paraíso y licor del Reino Ishrallie llamado Mares Calmos. Ambos tienen un ligero dulzor y son fáciles de beber…”

“Paraíso de Lalagi, ¿eso dijo?”

El General Erthal se levantó de un salto sorprendido y luego tomó la botella de ron Paraíso.

De alguna manera, me recordó vívidamente los eventos que sucedieron en el Reino de la Hechicería Lalagi.

“Pero se dice que este licor nunca sale del Reino Lalagi.”

Podía entender por qué la gente pensaría eso.

El Reino de la Hechicería era prácticamente una reunión de nobles amantes del alcohol, por lo que probablemente se negaron a exportar buen licor.

“El Reino de Ishrallie es famoso por las gemas Lagrimas Celestiales, pero nunca antes había visto este licor. Y este vino tinto está en una botella diferente… ¿no es también del Condado de Zetts?”

“No, eso se llama ‘vino de hadas’…”

“¡¿Qué?! ¡¿La bebida de los elfos de la que el maestro del gremio siempre se jacta?!”

¿Maestro del gremio? ¿El jefe del gremio de exploradores? El vino de hadas no debe ser tan raro en la Ciudad Laberinto como en Lalagi.

Cuando el Vizconde Siemmen parecía envidioso, le susurré que le enviaría algo de lo mismo más tarde.

“¡Ahora bien, un brindis por nuestra amistad, Sir Pendragon y Vizconde Siemmen!” El brindis del General Erthal comenzó una especie de fiesta para beber.

El capitán y también el oficial hombre zorro se unieron, por supuesto.

“Está bien, no hay veneno en este.”

“Realmente no necesitas beberlo para darte cuenta de eso, ¿verdad?”

“Eso no es cierto, Capitán. Incluso ‘Analizar’ no es perfecto, ¿sabes?”

El hombre zorro tenía razón: si utilizaba un elemento inhibidor del reconocimiento superior a la habilidad “Analizar” del observador, esta última no funcionaría.

“Incluso se menciona en los cuentos del gran rey ancestral. Cuando el rey Sharik II asumió el trono y el rey ancestral viajó por el mundo, se corrió la voz de una habilidad misteriosa que ni siquiera la piedra Yamato original pudo identificar.”

“Eso es una tontería inventada que algún escritor agregó más tarde.”

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El capitán golpeó al oficial hombre zorro en la cabeza. Hablando sobre el acoso laboral. Sin embargo, el hombre zorro siguió hablando. Qué tipo tan duro.

“Entonces, ¿qué pasa con el demonio mayor verde del infierno que aparece en los libros de historia? Engañó a una piedra Yamato y se infiltró en el ejército del rey ancestral, luego hizo un intento de asesinato, ¿no es así?”

“He oído hablar de eso. Pero el rey ancestral vio a través de él, ¿verdad?”

La frase “demonio mayor verde del infierno” me hizo pensar en el noble vestido de verde que decía “de hecho” mucho, el Consejero Poputema, pero mi pantalla AR decía que era humano.

Si el rey ancestral Yamato, que era un héroe, podía ver a través de él, entonces seguramente mi Menú y “Buscar en Todo el Mapa” no podían ser engañados, ya que recogieron información que incluso la habilidad de “Analizar” de Arisa no podía.

A menos que Yamato lo haya descubierto usando algo más que la habilidad de “Analizar”, por supuesto.

Dudaba que alguien, rey legendario o no, tuviera una habilidad tan conveniente y omnipotente si no era un protagonista de manga o novela ligera.

“Hmm. Pensé que había probado todas las delicias de este mundo, pero esto es realmente delicioso.”

El General Erthal felicitó la comida que traje.

Para acompañar el vino dulce, hice todo tipo de canapés, tres variedades de gyoza frito y, por supuesto, pizza y pollo frito a la naranja.

No mucha gente comía la pizza, probablemente porque no la conocían, pero los alimentos fritos y los canapés estaban desapareciendo rápidamente.

“Nunca había visto una comida tan dorada.”

“Se conoce como ‘gyoza frito’. Pruébalo con esta salsa, por favor.”

El Vizconde Siemmen se sorprendió con el gyoza frito, que había entrado en mi cartel de cocina en la antigua capital, así que le ofrecí la salsa gyoza.

“¡Nunca había probado algo tan sabroso! No llaman a este tipo el ‘chef milagroso’ por nada. ¡Oiga, capitán, no acapare toda la bondad frita!”


“Tranquilízate tú. ¿Por qué no te quedas con el queso mohoso o la cecina tostada?”

“Eso es malo, Capitán.”

¿Mohoso? 

“¡Hmph, se supone que tiene moho! Aquí pensé que tendría la amabilidad de ofrecer el famoso queso del Reino de Nolork…”

“¿Puedo probar un poco?”

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