Wortenia Senki (NL)

Volumen 5

Epílogo: Huida

Respiraciones laboriosas escaparon de los labios de Asuka incesantemente. Ella no podía decir lo lejos que ya había corrido.

“Por aquí! Deprisa!” Kusuda, que había tomado la delantera, la apresuró.

Se paró debajo de un árbol cubierto de hojas gruesas.

“Sigue adelante, Tachibana!” Había repetido esas palabras por lo que se sintió como la centésima vez.

Cuánto tiempo ha pasado desde…?

Se sentía como si hubiera estado corriendo durante la mitad del día, pero eso no podía ser. Después de todo, la luna todavía brillaba sobre ellos desde arriba. Probablemente había pasado una hora más o menos. Habían estado huyendo, tratando de llegar sigilosamente lo más lejos posible. Y peor aún, estaban en un bosque oscuro. No había señales ni nadie de quien pudieran pedir indicaciones.

Y, sin embargo, tuvieron la suerte de que Kouichirou Mikoshiba hubiera luchado tan salvajemente como lo hizol y hubiera llamado la atención. Esto les ayudó a escapar del castillo y llegar al bosque. Pero la forma en que esto va…

Tachibana sostenía un pañuelo contra su herida, pero gradualmente se iba manchando de rojo. Su única forma de detener el sangrado era aplicando presión a la herida. Si pudieran parar y descansar en algún lugar quizás podrían tratarlo, pero desafortunadamente estaban huyendo. La sangre coagulada se estaba desprendiendo mientras seguían corriendo. Y, sin embargo, no podían darse el lujo de parar.

“Señorita Kiryuu, de prisa!” Kusuda le hizo un gesto para que se apresurara.

“Lo siento, voy para allá!” Asuka le llamó.

A decir verdad, Tachibana ya era una carga para ellos. Al principio era capaz y lúcido, pero a medida que seguían corriendo su conciencia estaba empezando a desvanecerse.

Pero…

Todos sabían que lógicamente hablando, dejar a Tachibana atrás sería el curso de acción óptimo. Pero ni Asuka ni Kusuda pensaron en sugerirlo. Sabían que se estaban empujando contra una pared al hacer esto, y de hecho, si alguno de ellos sugiriera dejar a Tachibana atrás, probablemente se haría.

Pero esta era la razón por la que no podían parar. Temían que en el momento en que se detuvieran, toda la emoción que mantenían embotellada se elevaría a la superficie.

En poco tiempo, la luz del amanecer comenzó a pintar sobre el cielo. Cuando el sol se acercaba a su cenit, Tachibana se desmoronó. Habían estado corriendo por esta ruta sin pavimentar durante horas sin nada que comer o beber. No sería sorprendente si se desmayaran por la fatiga.

“Sr. Tachibana! Estás bien?! Espera!” Asuka llamó sorprendido.

“Tachibana!” Escuchando la exclamación de Asuka, Kusuda corrió hacia el lado de Tachibana y lo agarró de los hombros.

“Sr. Kusuda, no lo sacuda así!” Asuka lo detuvo, nerviosa.

“Ah, lo siento!” Recordando la herida en la cabeza de Tachibana, Kusuda rápidamente soltó al hombre.

“Pero qué hacemos? Qué diablos podemos hacer en medio del bosque?”

Por el momento, pusieron a Tachibana contra el tronco de un gran árbol y lo dejaron descansar. La expresión de Kusuda era amarga. Normalmente tendría sentido para él asumir el mando como líder, pero todavía era inexperto. Superar esta crisis sería difícil para él. El hecho de que su discurso había estado creciendo más áspero era prueba de que él estaba perdiendo los nervios. Asuka no podía culparlo por ello, sin embargo.

“No creo que podamos seguir así… Tenemos que asegurarnos de que el Sr. Tachibana sea tratado primero. Y necesitamos agua y comida”, sugirió Asuka.

Era una idea razonable. Todos estaban cerca de los límites de sus cuerpos, después de todo. La fuerza de voluntad los mantuvo lejos, pero no duraría mucho más.

“Sin embargo, no podemos volver por donde vinimos… Y si lo que dijo el Sr. Mikoshiba es verdad, este es otro mundo, verdad? Cómo se supone que vamos a tratarlo? Dónde encontraríamos un doctor?” Kusuda disparó sus preguntas una tras otra.

Asuka no era responsable de esta situación, por supuesto, pero el tono de Kusuda parecía culparla, como si fuera de alguna manera su culpa. Pero al verla caer en silencio, Kusuda quedó abrumado por la culpa.

“Lo siento…” Kusuda inclinó su cabeza.

“Eso estuvo mal de mi parte.”

“No… está bien.”

Ambos sabían que pelear aquí sería una tontería, así que llegaron a un acuerdo.

“Dejemos que Tachibana descanse aquí…” dijo Kusuda.

“Iré a buscar comida y agua por el momento.”

Luego sacó su bastón plegable de su bolsa.

“A juzgar por la gente que vimos ayer, no creo que sea de mucha utilidad… pero supongo que es mejor que ir con las manos vacías.”

“Entonces yo…” dijo Asuka, mientras intentaba levantarse.

“No, quédese aquí, Srta. Kiryuu, no podemos dejar a Tachibana solo en este estado.”

Asuka inmediatamente se dio cuenta de que no tenían otra opción.

“Muy bien. Gracias, y buena suerte”, dijo Asuka, inclinando su cabeza.

Kusuda asintió y pronto desapareció en el bosque.

“Probablemente sería mejor si no lo toco directamente…”

Asuka usó su pañuelo para limpiar la herida de Tachibana mientras esté se acostaba. Los coágulos de sangre habían cerrado la herida en su frente, y el pañuelo manchado de sangre, escamoso al tacto, se aferró a su piel. La primera toalla que usó pronto se tiñó de rojo oscuro de sangre, sudor y suciedad.

“Qué nos va a pasar ahora …?” Asuka susurró, secándose la cara con una segunda toalla.

“Aah… está muy sucio…”

Asuka se desanimó mientras veía que la sábana se volvía negra. La ira y la duda surgieron en su corazón. Ella seguía preguntándose por qué habían encontrado su camino en este mundo, pero no pudo encontrar una respuesta.

Pero fue entonces cuando Asuka escuchó un suave repique, como una campana, resonando en sus oídos.

“Huh? No puede ser…”

Se giró para mirar en la dirección del sonido, donde encontró una katana apuntalada contra el tronco de un árbol. Era Ouka, la espada que Kouichirou le dio.

“Por qué? Por qué resuena…?”

Era como si estuviera llamando a Asuka, intentando advertirle de algo. Asuka agarró la katana. Y en ese momento, una enorme sombra se dirigió hacia la chica.

“Aaaaaaaaah?”, exclamó Asuka en shock.

Pero mientras su cuerpo estaba a punto de ponerse en cuclillas en su lugar y congelarse, de repente dejó de moverse. Un calor repentinamente ardió a través de sus miembros. Sentía como si la sangre que corría por sus venas se convirtiera en lava. Y entonces, Asuka inconscientemente liberó a Ouka de su vaina – dibujándola a la velocidad del rayo.

Con su cuerpo posicionado como estaba, se movió como si fuera una muñeca con sus hilos tirados, y empujó la hoja en la masa tendida en el suelo. Un largo y doloroso aullido de agonía sacudió los árboles del bosque.

La mente confundida de Asuka estaba empezando a darse cuenta de lo que acababa de pasar. Lo primero que vio fue el cuerpo de un animal muerto tirado en el suelo.

“De ninguna manera… Es eso un tigre?!” Susurró Asuka sorprendido.

Delante de ella yacían los restos de un gran animal que pesaba quinientos kilogramos. Cada uno de los colmillos que se extendían de su boca eran más grandes que la mayoría de los cuchillos que Asuka había visto. Sus garras también eran afiladas, y la forma de su cara era definitivamente felina.

“Pero esto no es un tigre, verdad…?”

Mirando de cerca, lo que debería haber sido el pelaje elegante de un tigre era un abrigo de piel que parecía estar hecho de agujas afiladas. Y más que nada, era demasiado grande para ser un tigre. Típicamente, los tigres pesan trescientos kilogramos como máximo.

Pero el animal parecido al tigre que yacía muerto frente a Asuka era casi tres veces el tamaño de los tigres que había visto en el zoológico. También parecía tener un tercer ojo en la frente. Un tigre de tres ojos.

Una vez que notó el tercer ojo, los engranajes dentro de su cabeza comenzaron a girar.

Sí… Esto no es la Tierra, verdad…?

Incluso después de desafiar tanto peligro y escuchar la explicación de Kouichirou, Asuka todavía no podía decir si la realidad que ocurría ante sus ojos era real o un sueño. No quería admitirlo, y prefería creer que todo esto era producto de su imaginación.

Pero el tigre de tres ojos que acababa de atacarla y que cortó forzó los engranajes dentro de su mente a moverse. El acto de tomar una vida sacudió el corazón de un ser humano normal hasta la médula. Eso dejó claro por qué Kouichirou eligió volver a Rearth para salvar a Asuka.

Pero lo que realmente molestaba a Asuka en este momento era la extraña sensación que había superado su cuerpo cuando el tigre la atacó.

“Pero yo… Cómo lo hice…? Es como si alguien más estuviera moviendo mi cuerpo… Sí, era como si algo me estuviera controlando…”

Pero la indescriptible sensación aún persistía en sus dedos. Sus fosas nasales se sentían cálidas, y estaban llenas del olor de sangre, que había olido demasiadas veces desde ayer. Su mirada giró en la dirección del olor, donde el enorme tigre de tres ojos yacía en el suelo con un corte vertical sobre su estómago.

Parecía que su primer corte cuando desenvainó la hoja terminó siendo un golpe fatal. Los intestinos de la criatura salían de su estómago y caían al suelo. Clavó su espada en su frente, para asegurarse de sacarla de su miseria. Pero aún así, era una cuchillada espantosa.

No puede ser. no podría haber hecho algo así…

Kouichirou la entrenó un poco en el manejo de la espada, pero no estaba cerca del entrenamiento completo que le había hecho a Ryoma.

Y sin embargo, el destino se movía demasiado rápido para permitir que Asuka pensara…

“Oye, creo que ese aullido vino de ese lugar!”

“Sí, eso sonó como el rugido de un Tercer Ojo”

“Muy bien todos, sean cautelosos! Tan grandes como son esas cosas, los Tres ojos son depredadores salvajes y pueden enmascarar su presencia para emboscar a sus presas. Si bajas la guardia, te morderá antes de que te des cuenta! ”

Esas voces fueron acompañadas por el sonido de ramitas siendo aplastadas por múltiples pasos.

Esas voces, hay gente que viene aquí… Qué debo hacer…?

Incapaz de decidir si debía esconderse o pedirles ayuda, Asuka se quedó quieta. Al poco tiempo, un grupo de hombres vestidos con armadura metálica apareció de la maleza.

“Huele a sangre… Finalmente arrinconamos esa cosa?”, comentó el líder del grupo, olfateando sospechosamente el aire.

Era un hombre joven, de unos ciento ochenta centímetros de altura. Tenía una forma delgada pero bien tonificada. Parecía tener unos veinte años. Era un hombre apuesto con pelo dorado, atado a una coleta en la nuca. Parecía ser el miembro más popular de un grupo de ídolos en Japón.

El hombre pronto notó la presencia de Asuka, y su rostro se puso rígido.

“Quién eres tú?! Qué haces aquí? Y eso detrás de ti… Espera, eso es un Tercer Ojo!”

Desde su perspectiva, acababa de encontrar a una chica de pie en medio del bosque, agarrando una espada sangrienta. Su reacción podría ser llamada apropiada. Era como una escena de una película de terror. Y cuando se dio cuenta de que la bestia a la que fue enviado aquí para matar estaba muerta a sus pies, su confusión sólo se profundizó.

Pero lo que vino después sólo sirvió para dejarlo aún más asombrado.

Al ver el rostro del hombre, Asuka colapsó repentinamente.

“Eh?! Qué, qué pasa, de repente?!” exclamó el hombre y se apresuró a ponerse de su lado.

“Ah, qué está pasando aquí?!” El hombre chasqueó su lengua y buscó la cantimplora de agua que colgaba de su cintura.

“Muy bien, toma esto, bébelo!” Golpeó ligeramente la mejilla de Asuka unas cuantas veces y puso la cantimplora contra sus labios. Por supuesto, sabía que no contenía agua, sino un poco de brandy que llevaba en lugar de oler sales. Era naturalmente ilegal hacerlo. Pero en el estado en el que estaba Asuka, el brandy servía tan bien como el agua.

La garganta de Asuka se tragó dos veces, luego tres veces. Sus párpados revoloteaban y se abrían a medias, pero su resistencia ya estaba en sus límites. Dejó escapar su conciencia sin beber mucho.

“Hey! Hey!”

La llamó de nuevo, pero el cuerpo flácido de Asuka no mostró respuesta. El resto del grupo pronto apareció detrás del hombre, vistiendo trajes de armadura a juego. Una insignia de una cruz sostenida contra el sol estaba blasonada en su armadura, probablemente el símbolo de su grupo.

Probablemente eran caballeros sirviendo a algún país.

“Líder! Por qué rompiste la formación?” Uno de sus subordinados se acercó al hombre.

“Normalmente permanecías al final de la línea… Espera, quién es esta chica?”

Notó que Asuka yacía inconsciente en los brazos del hombre e inclinó su cabeza con sorpresa. Ninguno de los hombres presentes entendió esta situación.

“No sé… Qué está haciendo en el bosque…? Pero sigue respirando, así que no creo que esté en peligro de morir.”

El atuendo de Asuka no la hacía parecer una aventurera o una mercenaria. Pero el arma en su mano contaba una historia diferente.

” A juzgar por su atuendo, supongo que es de Rearth”, dijo uno de los caballeros, quitándose el casco.

“No sé si de alguna manera logró cruzar a este lado o si algún país la llamó, sin embargo.” Tenía una voz suave, parecida a una campanilla y un pelo negro elegante. Parecía tener la misma edad que el líder de pelo dorado.

“Y lo que es más… esta chica parece japonesa.”

“Menea, hablas en serio?” preguntó el líder, su expresión nublando con sorpresa.

“Sí, Madre me ha contado mucho de esa tierra, y he visto gente convocada desde allí también. Su atuendo debe ser típico de los japoneses… Excepto que…”

“Excepto qué?”

“La espada que sostiene es un arma usada tradicionalmente en las regiones orientales de Rearth. Pero en ese mundo, llevar armas está mayormente prohibido, así que me pregunto dónde lo encontró… Y la forma en que el cuerpo del Tercer Ojo ha sido rajado también es peculiar. Se dice que su pelaje es como el acero, pero el corte es tan profundo como la carne.”

“Entonces es algún tipo de espada excepcionalmente afilada?” preguntó el hombre.

“No hay duda de que esta katana es bastante afilada, pero la calidad de una herramienta importa poco…”

“Así que esa chica es tan hábil?”

“No puedo decirte… Tan debilitado como puede haber estado, sigue siendo un tercer ojo masculino. El hecho de que ella lo mató por sí misma y sin ninguna lesión visible significa que su habilidad está en algún lugar en el nivel de un capitán de los Caballeros del Templo. Pero honestamente, si ella fuera tan hábil, no se desmayaría por agotamiento como este.”

El líder miró al cuerpo de Asuka, confirmando que las palabras de la mujer eran ciertas. De hecho, su cuerpo estaba cubierto de muchos rasguños y una buena cantidad de tierra, pero no había heridas graves que encontrar. Su atuendo no parecía algo que uno pudiera usar para una exploración del bosque, lo que hizo probable que no estuviera en este bosque por su libre albedrío.

Y sin embargo, el cuerpo del Tercer Ojo que mató era un problema.

Bueno… ahora que…?

En verdad, no pudo encontrar otra manera de describir su actual situación. La realidad estaba a punto de volverse mucho más cruel, sin embargo.

“Líder, hay otro hombre aquí! Está herido, y no parece estar consciente!”

“Qué demonios está pasando hoy?!”

La situación estaba introduciendo un sorprendente desarrollo tras otro, y el hombre no tenía más remedio que pronunciar el nombre del Dios que adoraba.

“Meneos, qué significa esto…?”

Hace nueve días, al atardecer, recibieron la orden de volver a la Iglesia y abandonaron la ciudad en la que estaban destinados. Fue una orden repentina, pero fue firmada tanto por el capitán caballero al mando de los Caballeros del Templo y un cardenal, y por lo que no podían negarse.

Y sin embargo, el anciano del pueblo en el que permanecían les rogó que mataran al Tercer Ojo que hizo del bosque su hogar. Así que pasaron los últimos nueve días rastreando a la criatura, y cuando pensaron que finalmente la acorralaron, todo lo que encontraron fue un cadáver y esta chica desconocida.

Y ahora encontraron a un hombre inconsciente y herido. El líder no pudo evitar quejarse.

“Cómo abordamos esto, Líder?” preguntó Menea, de pie detrás de él.

“Me estás preguntando eso…?”

“Teniendo en cuenta cuando se supone que debemos regresar a casa, no tenemos tiempo para volver a la aldea. Nos llevaría demasiado tiempo.”

La cara del hombre se endureció ante sus palabras.

“Entonces qué sugieres? Que los abandonemos aquí?!”

“Por supuesto que no”, dijo Menea, con una amarga sonrisa en sus labios.

“No quise decir eso. Nuestro Dios nunca toleraría tal acto… Y aunque lo sugiriera, nunca lo harías, Líder.”

La unidad de este hombre siempre había sido vista como herejes por los otros miembros de los Caballeros del Templo, quienes siempre priorizaban las órdenes de la Iglesia. Esto fue a pesar de que, en cierto modo, este hombre y sus compañeros eran los que se atenían a las enseñanzas de la Iglesia más estrechamente que nadie.

Este hombre nunca había hecho la vista gorda a los problemas de los débiles y los oprimidos. Esta fue la razón por la que eligió ayudar al anciano de la aldea, aunque sólo se quedaron allí por una noche. Y lo hizo sabiendo que retrasaría su regreso, que era una orden militar.

Escuchar las palabras de Menea calmó un poco la ira del líder. Suspiró profundamente.

“Entonces, qué se supone que hagamos?”

“Que nuestros hombres los lleven hasta que regresemos a la Iglesia. Si tenemos suerte, encontraremos un pueblo en el camino, donde podamos dejarlos con algo de dinero.”

Como abandonarlos no era una opción, Menea naturalmente sugirió que se los llevaran.

Supongo que es la única opción que podemos tomar aquí… El hombre suspiró de nuevo y miró al cielo.

Qué es lo que buscas de mí Dios…?

El sol, por supuesto, no respondió a su pregunta. Simplemente brilló en los cielos, haciendo lo mismo que siempre hacía, bendiciendo la tierra con su suave calidez.

-FIN DEL VOLUMEN 5-