Wortenia Senki (NL)

Volumen 5

Capítulo 4: La Compañía Christof

Parte 4

 

 

“Bien… Y qué vas a hacer? Pretendes oponerte a mí?” preguntó Ryoma, la sed de sangre irradiaba de su cuerpo.

Esto era una amenaza, por supuesto. Si Ryoma estuviera realmente interesado en matarla, le habría aplastado la garganta sin decir nada con un gesto de su mano. Simone también entendió esto, y no se movió tanto a pesar de estar expuesta a la sed de sangre de Ryoma.


“No… no tengo intención de hacer eso. A decir verdad, acepté esta reunión por dos razones. El primero fue confirmar los hallazgos de mi red de inteligencia, y el otro fue demostrar que no tengo la intención de convertirte en un enemiga, Barón”.

Es cierto que ninguna persona que comparta abiertamente su fuente de información con la otra parte podría considerarse hostil. Si Simone tuviera la intención de oponerse a él, no le habría contado a Ryoma sobre esto.

“Cierto… supongo que deberíamos poner todas nuestras cartas sobre la mesa esta vez”, dijo Ryoma, permitiendo que su sed de sangre retrocediera.

“Admito que eres tan fuerte como dicen… La presión era tan grande que ni siquiera podía moverme…”

“Parecías bastante serena para mí”.

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“Solo porque sabía que esa no era realmente tu intención…” La expresión de Simone cambió a una sonrisa caprichosa y seductora.

Wortenia Senki Volumen 5 Capítulo 4 Parte 4 Novela Ligera

 

“Sí… aunque las personas que se esconden en las paredes no parecen pensar de esa manera… puedo sentirlos, ya sabes”.

“No nos culpes por ello. Los subordinados de Mystel siempre están conspirando contra nosotros… Mi gente simplemente estaba preocupada por mi bienestar. Por favor, paselo por alto, por respeto a mí.”

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Simone inclinó su cabeza para disculparse.

Con eso, la espesa intención asesina que Ryoma sintió desde las paredes se calmó.

“Fue ese el hombre que nos llevó a esta habitación?”

“Si. Él es mi secretario y guardaespaldas… Y, sí, mis disculpas por tener que pedirte que dejes tus armas atrás.

“Esta bien. Digamos que me siento más seguro de asociarme con una persona que sabe cómo mantenerse a salvo”.

Simone miró las palabras de Ryoma con una sonrisa amarga y volvió a sentarse en el sofá.

“Entonces comencemos las negociaciones. Ya entendemos sus demandas, barón. Estás tratando de asegurarte de tener una fuente de provisiones en Epirus por un período de tiempo hasta que puedas convertir la península de Wortenia en una tierra autosuficiente, verdad?”

La expresión de Simone seguía siendo amigable, pero al entrar en negociaciones, el aire a su alrededor cambió. Miró a Ryoma con un aura que parecía una cuchilla viva y afilada.

“Sí… Y en el futuro, tengo la intención de construir puertos en la península y comerciar con otros continentes. Queremos que la Compañía Christof nos proporcione productos exclusivamente para nosotros, de modo que podamos venderlos como productos comerciales”.

Simone probablemente no planeó tan lejos. Esas palabras hicieron que su expresión se agitara.


“Oh… Usted planea en una escala muy grande… Si eso se convirtiera en una realidad, la península de Wortenia se convertiría en una fuente extraordinaria de ganancias. Y una fuente permanente, autosuficiente de ganancias, en eso… Y deseas que te ayude con eso?”

Hubo un escalofrío en la voz de Simone. Comprensiblemente; si las intenciones de Ryoma se hicieran realidad, a la Compañía Christof se le otorgaría una gran cantidad de riqueza y privilegio para ayudarlo – el tipo de riqueza y privilegio que otras compañías no tendrían derecho a recibir.

Un comerciante impotente se burlaría de este plan y lo descartaría como imposible. Pero la mente de Simone podía imaginar el puerto que se haría en la península de Wortenia.

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“Pero hacer que eso suceda llevaría mucho tiempo y requeriría una gran cantidad de fondos… Y una vez que se haya involucrado en ello, no habrá salida a mitad de camino”. En otras palabras, si ayudas a financiar esto, estás con nosotros si nos hundimos o nadamos”.

Las palabras de Ryoma eran sólo una promesa para lo que pudiera venir. Para llegar allí, tendrían que construir ciudades en la península y rutas comerciales seguras. Era un esfuerzo que tomaría años. Simone eligiendo ayudarles sería equivalente a poner el destino de la compañía Christof en manos de Ryoma.

Pero Simone ya había hecho su elección. Tenía la intención de ofrecerles fondos incluso si Ryoma no hubiera dicho nada.

“Está bien… Esta fue mi intención para empezar. Aunque no imaginé que tus planes se extendieran tanto…”

“Lo entiendo…” dijo Ryoma, captando el significado detrás de sus palabras.

“Estás colgando de un hilo, verdad?”

Ryoma dirigió una mirada inquisitiva a Simone. El negocio de Christofs estaba bien mantenido y tenían muebles caros transmitidos a través de los siglos. Solo en términos de apariencia, uno no podría decir que Christof Company estaba en problemas financieros.

Pero ese no fue el caso. Habían perdido a todos sus clientes y no pudieron establecer nuevas conexiones comerciales. Una empresa así no tenía futuro.

“Sí… A la compañía le quedan algunos fondos, así que no nos hundiremos de inmediato. Pero como van las cosas, nos quedan tres años, en el mejor de los casos. Necesitamos hacer una elección para entonces. O dejamos atrás a Epirus y buscamos suerte en nuevas tierras, o luchamos contra el Conde Salzberg y la Compañía Mystel lo mejor que podemos…”

“Ya veo. Supongo que tendremos que hablar de esto un poco más”, dijo Ryoma.

“Si.” Simone asintió con la cabeza.

“Deberíamos conocernos un poco mejor”.

Ryoma describió sus planes y perspectivas futuras, y luego explicó por qué eran algo más que un sueño imposible. Y para demostrarlo, Ryoma necesitaría exhibir su poder.

“Por cierto, cómo conseguiste esas hojas de té de Qwiltantia?” Ryoma mencionó una preocupación que surgió en el fondo de su mente ya que Simone reveló los problemas de la Compañía Christof.

“Son una de las potencias más grandes del continente. No va a tomar días llegar allí, ya sea a través de una ruta marítima o terrestre?”

Los bienes traídos desde lejos eran caros, ya que los costos de transporte se reflejaban en el precio. La Compañía Christof eligió expresamente utilizar costosas hojas de té. Y de Qwiltantian, por cierto. Eso hizo que Ryoma pensara que podría haber habido una agenda oculta allí.

“Te diste cuenta… Pedimos esas hojas de Pherzaad el otro día”. Simone sacó un mapa del continente occidental de un gabinete y lo extendió sobre la mesa. No era tan detallado como una proyección de Mercator, pero probablemente era bastante preciso, ya que parecía similar al que vieron en Pireas.

“Sabes de Pherzaad, una ciudad comercial en el Reino de Myest?”

“Sí, he estado allí antes.”

Simone asintió ante las palabras de Ryoma y señaló el lado izquierdo del mapa a continuación.

“Las hojas de té que te servimos eran de la clase más alta incluso en el Sacro Imperio de Qwiltantia. Cuestan bastante incluso en otros países… Se producen aquí, en las regiones del noroeste de Qwiltantia”. Señaló a un pueblo de montaña ubicado a poca distancia de la costa.

“Las hojas de té producidas aquí se entregan a la ciudad comercial de Lorcana, donde luego se envían al este en barco”.

Arrastró el dedo por el mapa, dibujando una línea desde Lorcana, hacia el sur y hacia Pherzaad. Lorcana estaba ubicada en el extremo noroeste de Qwiltantia: la ruta marítima que usaban era claramente una rotonda que rodeaba dos tercios del continente occidental. Ryoma dirigió una mirada sospechosa a Simone.





“Entonces te diste cuenta…”

“Por qué están tomando ese desvío…? Espera no! Lo entiendo, es la península de Wortenia!”

“Precisamente. La razón por la que tienen que tomar una ruta indirecta es la península de Wortenia… No hay puerto de suministro en esta región. Esa es la razón principal por la que las rutas marítimas del norte no están en uso”.

La gente de mar había estado evitando las rutas marítimas del norte desde que la península se convirtió en una guarida de piratas.

Y la razón de esto era bastante simple: no había personas viviendo en Wortenia, por lo que no había un puerto de suministro.

Lo que significa que los barcos que pasan por el norte no pueden esperar ningún rescate o reabastecimiento en caso de emergencia. No se sabía lo que podría pasar en el mar. Incluso en una región costera, había monstruos que habitaban el mar, y las tormentas siempre eran una posibilidad. El timón roto por cualquier razón tampoco era improbable. Y si alguna de esas cosas ocurriera, no sería posible aterrizar en la península para reparaciones o rescate. Un barco ordinario requeriría de siete a diez días para cruzar la península. Dados los peligros que podrían surgir durante ese período de tiempo, era natural que los marineros se negarían a tomar la ruta del norte.

Y sin embargo, las compañías todavía habían usado algunos barcos comerciales para cruzar la ruta del norte.

“Ahora que la península es un refugio para piratas, la ruta del norte tuvo que ser abandonada por completo… Sin embargo”.

Ryoma se sobresaltó de sorpresa y emoción.

“Si lo giraras en sentido contrario, hipotéticamente, construyendo un puerto en la península de Wortenia y tratando con los piratas… Hay ganancias que hacer allí. Simone, serviste ese té Qwiltantian para poder sacar el tema? Porque quería ver un puerto establecido allí?”


“Sí… con un puerto allí, podremos comerciar con Qwiltantia directamente, y no sólo con ellos. Helnesgoula y los otros continentes también estarían abiertos al comercio… La península es efectivamente un tesoro.”

Wortenia Senki Volumen 5 Capítulo 4 Parte 4 Novela Ligera

 

Los ojos de Simone se iluminaron hechizantemente. Ella estaba apostando mucho en el ingenio de Ryoma

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“Ya veo… Así que no fui yo quien te probó. Me estabas probando”. Toda esta reunión fue una prueba para ver si él se daría cuenta de su plan y podría ayudarla. Y si Ryoma resultaba ser un tonto, estaba preparada para dejar atrás a Epirus.

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“Honestamente, no esperaba que estuvieras tan interesado en los negocios, barón. No imaginé que se te ocurriera la misma idea…  Sin embargo, con esto, yo y la Compañía Christof estamos dispuestos a depositar nuestra fe en ti”.

“Así que pasé?” Ryoma preguntó.

Simone extendió su mano derecha hacia Ryoma.

“Por supuesto. Por favor, preste su fuerza a la compañía Christof.”

“En ese caso, llámame por mi nombre.” Preguntó Ryoma.

“Ser llamado Barón no me sienta bien.”

Simone se rió a carcajadas por primera vez.

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“Oh, no podría hacer nada tan grosero.  Y considerando lo que está por venir, creo que deberías acostumbrarte a esto “, dijo juguetonamente.

“Pero si insiste, Barón, podría considerarlo un favor para un compañero y llamarlo Mikoshiba cuando esté en privado”.

“Eso estaría mejor. Espero que tengamos buenos negocios en el futuro”.

“Sí. Puedes contar conmigo”, dijo Simone, con su sonrisa austera y justa.

Su rostro era el de un guerrero orgulloso, decidido a entrar en batalla.

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