Wortenia Senki (NL)

Volumen 5

Capítulo 2: Hacia el Norte

Parte 3

“Escuché muchos rumores sobre la Península de Wortenia durante mi tiempo como mercenario, pero esta es una tierra mucho más difícil de lo que pensaba…”, dijo.

“Tendremos que esforzarnos si queremos hacer algo de este lugar.”

Sus palabras fueron recibidas con pequeños asentimientos de todos. Sabían que sería una tierra difícil desde el momento en que regresaron a la capital.

“Eso significaría que deberíamos priorizar nuestros preparativos en esta ciudad… verdad?” dijo Ryoma.

Ahora mismo, lo que necesitaba era información más detallada sobre la península y sobre esta ciudad, Epirus. Sabía que entrar en Wortenia en su estado actual sería probablemente un suicidio.

Simplemente los dejaría en el estómago de los monstruos. Ryoma y su grupo carecían de todo, desde equipo hasta información topográfica. Al parecer, la península de Wortenia estaba salpicada de enclaves piratas y aldeas semihumanas. La palabra clave era “aparentemente”, ya que no había pruebas concretas de su existencia. Incluso si hubiera tal prueba, no era como si pudieran intercambiar con los piratas y los semihumanos por comida y agua, de todos modos.

Como tal, la comida y el agua eran su mayor preocupación, y hasta que formaran una ciudad autosuficiente, necesitarían depender de Epirus para una corriente de suministros. Tendrían que encontrar una compañía que les ayudara en ese sentido.

Fiel a su nombre como el Fulcro del Norte, Epiro fue salpicado con innumerables firmas de diferentes tamaños. Dado el alcance de sus próximas operaciones, necesitarían una compañía que venda al por mayor, sin tener demasiados apegos al gobernador. Había una posibilidad de que el gobernador intentara interferir con el negocio.

“Tendremos que escoger cuidadosamente de las compañías aquí en Epirus”, dijo Lione.

“Es como dijiste, hermana. Si nos limitamos a tratar con cualquier compañía que encontremos, podríamos terminar con la alfombra sacada de debajo de nuestros pies cuando nos adentramos más en la península.”

Ya habían evaluado la situación a fondo.

Cada uno de ellos estaba haciendo todo lo posible para asegurarse de que sobrevivieran.

“Vamos a buscar la compañía correcta…” Laura rápidamente asignó a los dos un papel.

“Por ahora, vamos a comprobar qué empresas tratan predominantemente con plebeyos. Será eso aceptable?”

“Sí, por favor hazlo.”

Esto era prueba de que Laura tenía una comprensión sólida de la situación. Sara también asintió tranquilamente, mostrando que ella también entendía.

“Entonces Boltz, tú te encargas del gremio. Necesitamos tanta información detallada sobre Wortenia como puedas conseguir. Especialmente las posiciones de cualquier río o lago, y todo lo que se pueda reunir acerca de qué tipos de monstruos se están reproduciendo allí.”

“Entendido, muchacho! Déjame a mí!” Boltz golpeó con un puño su pecho con seguridad.

Ryoma asintió, y esta vez se volvió hacia Gennou. Nadie era más adecuado que él y Sakuya para la tarea de reunir información. Al notar la mirada de Ryoma, los ojos de Gennou brillaron fuertemente.

Gennou, necesito que investigues a las figuras influyentes de esta ciudad, a saber, el conde Salzberg. Sus estructuras familiares, sus debilidades, sus fortalezas, todo! Tendremos que hacer de esta ciudad nuestra base por un tiempo.”

“Ya veo, milord… tener a las influyentes figuras de esta ciudad de nuestro lado sería ideal”, contestó Gennou.

La expresión de Ryoma se alegró

“Pero no hagas nada que te haga destacar. Ten especial cuidado con el conde Salzberg. Por lo que Lady Helena me dijo, tiene una personalidad muy… particular. Lo peor que podemos hacer es provocarle accidentalmente.”

“Considéralo hecho…” Gennou inclinó su cabeza con reverencia.

“No se preocupe, milord, para mañana habré respondido a sus expectativas.”

“Chico… Quieres que me encargue de los mercenarios?” preguntó Lione.

Ryoma volvió su mirada hacia ella. Con Gennou y Sakuya investigando a las influyentes figuras del pueblo, Ryoma y Lione fueron los únicos que quedaron sin tarea. Aunque Lione conocía bien su papel.

“Sí… pero no de la manera que piensas. quiero que escojas a la gente realmente experta, y lo hagas detrás de las escenas…

Honestamente, ahora sería un buen momento para aumentar nuestros números, pero dado que no podemos esperar ningún ingreso en este momento, eso será difícil…”

“Les digo que estamos buscando caballeros?”, preguntó Lione.

“Decir que estamos buscando candidatos a caballero atrae a una multitud diferente en comparación con si decimos que estamos buscando mercenarios.”

Ryoma agitó la cabeza. Era equivalente a buscar trabajadores a tiempo completo en comparación con los trabajadores a tiempo parcial.

“No… por supuesto, en el futuro podrían terminar siendo nuestros caballeros, pero por ahora quiero mantenerlos empleados como mercenarios. Debemos recoger y mantener a quien se ve que vale la pena entre ellos. Y de esa manera, podemos filtrar a los problemáticos… Ves?”

“Los problemáticos…?” Sara repitió las palabras con curiosidad “Como espías enviados desde los gobernadores de los países vecinos”, contestó Ryoma con una ligera sonrisa.

“Eso sería molesto”, dijo Lione en un tono burlón.

“Si estamos contratando a unos don nadie de los que nunca habíamos oído hablar, por qué no contratamos grupos como el de Arand y el de Gran? Tienen mucho respeto por ti.”

Ryoma encontró esas palabras con una sonrisa. Estaba lo suficientemente cerca de esas personas que, si no fuera por la Reina Lupis y sus sucios trucos, todos consideraban formar un nuevo grupo mercenario liderado por Ryoma. Llevarlos con ellos normalmente habría sido el curso de acción obvio, pero Ryoma no eligió hacerlo.

“Bueno, lo consideré… pero pensé que como necesitaré gente de confianza más tarde, preferiría desperdiciar gente a la que no estoy tan apegado… Sabes?”

“Por los dioses, eres un hombre tan aterrador y malvado…” Lione rompió una delgada y oscura sonrisa.

“Invertir en el nombre de un futuro mejor… supongo que eso lo resume.” Ryoma se encogió de hombros.

Se necesitarían años para que este trabajo de base comenzara a dar frutos. En cierto sentido, esta fue una elección un desperdicio en nombre de Ryoma, dado que su vida dependía del éxito de su gobierno sobre la península de Wortenia. Pero por otro lado, prepararse para lo que iba a hacer en el caso de que su trabajo preliminar valiera la pena también era una mano apta para jugar.

Si esta base de trabajo vale la pena o no es todo una apuesta que depende de mí ser capaz de hacer de esta península mi tierra.

La mente de Ryoma vagaba hacia Gran y los otros, que ahora estaban dispersos por todo el continente. Lione probablemente estaba pensando lo mismo. Después de un largo momento de silencio, Lione abrió los labios para hablar de nuevo.

“Bueno, supongo que eso es suficiente sobre Gran… así que, debería contratarlos como mercenarios.”

“Sí, por el momento. Puede que no tengamos dinero para pagar ningún salario después de todo.”

Honestamente quería contratarlos como caballeros, pero dado lo poco clara que era su perspectiva, emplearlos a largo plazo era demasiado peligroso. Estaban mejor con mercenarios que simplemente dejarían de trabajar para ellos una vez que se quedaron sin dinero, que con caballeros que podrían volverse contra ellos una vez que las cosas se amargaran.

“Puede que tengas razón… tal vez hay que abstenerse de contratar más caballeros hasta que el desarrollo de la península esté en marcha.” Ser el líder de un grupo mercenario le dio a Lione una idea de cómo dirigir un ejército es un esfuerzo de alto costo y bajo retorno.

“Bueno, de todos modos, yo lo manejaré! Cuánta gente vas a necesitar, sin embargo? Los expertos cuestan un buen centavo.”

Los mercenarios calificados pedían salarios más altos, por supuesto. Lione no sería capaz de progresar las cosas sin saber cuál era su presupuesto. Ante su pregunta, Ryoma dirigió su mirada a Laura. Dejaba que las hermanas Malfist se encargaran de depositar y retirar su dinero.

“Tenemos aproximadamente cuatro mil monedas de oro a mano”, contestó con fluidez.

“Esa es la riqueza personal del Maestro Ryoma. Además, tenemos las cinco mil monedas de oro prometidas por la reina Lupis, pero estamos listos para recibirlas en una fecha posterior.”

“Diablos, no sabía que eras rico!” Dijo Lione, con sus ojos bien abiertos por la sorpresa.

Su sorpresa era comprensible. Cuatro mil monedas de oro era la riqueza de un noble de nivel medio. Había algunas razones de por qué Ryoma había amasado tal fortuna. Primero, estaba el dinero y las joyas que robó del esclavista Azoth cuando rescató a las hermanas Malfist. Eso representó la mayor parte de sus fondos, pero también estaba el dinero que ganó como aventurero y la recompensa que recibió por sus actividades en la guerra civil.

A esto se agregaron las cinco mil monedas de oro que el Reino de Rhoadseria les entregaría en fondos de desarrollo. Dio la ilusión de que su situación financiera era segura, pero había muchos problemas que resolver.

“Pero vamos a empezar por construir un pueblo, y será en una tierra sin urbanizar, despoblada…”

No era imposible desarrollar un páramo desde cero en este mundo, pero eso era asumiendo que era sólo una frontera sin desarrollar, y no un maldito infierno de una tierra.

“Necesitaremos un poco más de margen que esto, eh?” preguntó Lione.

Ryoma asintió. Tardarían años desde el momento en que construyeran una fortaleza en la península hasta que sus ingresos se estabilizaran, y hasta entonces, estas nueve mil piezas de oro eran el salvavidas de Ryoma. Honestamente, no importaba lo económicos que pudieran ser. No sería suficiente.

“Entonces, qué tal 500 de oro?” sugirió Lione.

“Con eso conseguiré suficiente gente para un año… unos 200 hombres. Eso debería darnos cierto margen para comprar agua y provisiones, verdad?”

“Sí, creo que seremos capaces de manejar tanto.” Laura asintió.

“Entendido, entendido.” Lione asintió vigorosamente.

“Estás bien con eso, muchacho?”

Después de haber dirigido un grupo de mercenarios durante años, Lione era capaz de discernir la habilidad de un mercenario con facilidad. Ella era un ajuste perfecto para este papel. Excepto… Doscientos hombres… doscientos treinta, incluyéndonos a nosotros…

Cuan hábiles los hombres que encontraron podían influir grandemente en su potencial de guerra, pero comparado con la lógica de esta Tierra, este era el número de hombres usualmente afiliados con la familia de un conde. Excepto, esos números normalmente consistían en caballeros, y un noble normal podría reclutar a sus súbditos para reforzar su ejército.

Ambos tenían el mismo título de conde, pero el conde Salzberg estaba a cargo de defender una frontera y el conde Bergstone estaba situado en la capital. El número de caballeros que les servían no era el mismo, por supuesto.

Pensando en ello desde esa perspectiva, el número actual de hombres de Ryoma era ciertamente pequeño. Tal vez podría ser visto como más que suficiente de una fuerza militar dada su condición como un recién formado hogar barón, pero ya que no tenía ninguna gente a la que reclutar, su número total de tropas era muy evidentemente poca.

La pregunta es si podemos controlar Wortenia con todos esos monstruos poderosos arrastrándose… Eso probablemente será una tarea difícil.

La verdad sea dicha, si esta península pudiera ser controlada con una fuerza de este tamaño, un noble u otro probablemente habría tratado de hacerlo ya. Después de todo, desde un punto de vista geográfico, la región estaba desbordando de beneficios. Una mirada superficial al mapa lo hizo evidente.

Siendo una península, Wortenia obviamente tenía acceso al mar desde el norte, este y oeste, siendo la única ruta interior hacia el sur. Esa ruta era también un camino serpenteante y sinuoso, sembrado de peligrosos acantilados y bosques. No daba la impresión de una isla solitaria, pero al examinarla más de cerca, se revelaría que la tierra de nadie tenía una montaña de tesoros.

Por tontos que hayan sido los nobles, era difícil creer que nadie intentara hacer suya esta región. Y de hecho, alguien más parecía haber llegado a la misma conclusión que Ryoma.

“Pero creo que estamos un poco cortos de personal para desafiar esa tierra maldita…” Boltz, que se había mantenido callado hasta ahora, separó sus labios para hablar.

“Es obvio que nuestros fondos no son infinitos, pero qué tienes en mente, muchacho?” Lideró un grupo de mercenarios junto a Lione, así que quizás era natural que tuviera estas dudas. El propio Ryoma no estaba seguro de que su fuerza de un poco más de doscientos sería suficiente.

Tiene razón, pero incluso si queremos reunir más tropas, no podemos hacerlo ahora. Necesitamos información más detallada para diseñar un plan…

En los juegos de estrategia, los soldados no eran más que un número, una estadística en la pantalla, pero en realidad las cosas eran diferentes. Necesitan comida, sueño y ropa. La parte importante era saber cómo medir el número correcto. Ryoma respiró profundamente y puso sus pensamientos en palabras.

“Sí, estoy de acuerdo con tus preocupaciones, Boltz. Puede que necesitemos más gente… Pero Lione, sigue reuniendo gente como decidimos. Observaré la situación y pensaré en algo que podamos hacer.”

Sólo estaba empujando el problema a una fecha posterior, pero su conclusión era que no tenía sentido pensar en ello en este momento.

“Entendido, muchacho… mis disculpas por hablar fuera de lugar.” Boltz bajó su cabeza, sintiendo el conflicto en el corazón de Ryoma.

“Entendido, me encargaré de ello!” Lione golpeó su pecho con su puño.

Esto dejó a Ryoma como el único sin tarea.

“Qué pretendes hacer, Maestro Ryoma?”, preguntó Sara.

“Yo…? Creo que iré a ver al conde Salzberg”, dijo Ryoma.

“El gobernador de Epiro? Por qué molestarse en reunirse con él…? No te menospreciará por ser un plebeyo advenedizo?” Dijo Lione, con casi todos los demás asintiendo de acuerdo.

Sus sospechas eran fundadas. Fue la traición de la reina Lupis lo que los metió en este aprieto, después de todo, y por lo que sospechar de la nobleza se sentía como la respuesta natural.

Gennou, sin embargo, parecía estar de acuerdo con Ryoma.

“Ah… una buena idea”, dijo.

“Qué quieres decir, Gennou?” Lione aún no había comprendido la razón.

Su mirada se fijó en el anciano. Aunque no era una mirada antagónica; simplemente una mirada curiosa y cuestionadora. Aquí fue donde Lione sobresalió. Estaba preparada para escuchar y entender la opinión de la otra parte.

Puede parecer un rasgo simple de tener, pero en realidad fue bastante difícil de acatarlo en la práctica. Era algo que a los nobles de este mundo les faltaba como un todo, siendo la aristocracia de Rhoadseria el ejemplo más notable.

“Es verdad, los nobles de esta tierra están podridos en su mayor parte. Lo hemos visto bastante bien… Y de hecho, como usted sospecha, Lione, es muy probable que el conde Salzberg no esté tramando nada bueno. Pero la realidad de las cosas es que Epirus es vecino de Wortenia, y por lo que reunirse con su gobernador sería sabio… Y, por el contrario, si milord no saluda, el conde puede reprochárselo e intentar hostigarlo por ello.”

La idea de que el conde usara eso como una pretensión para tratarlos injustamente le pareció vívidamente real a Lione. Después de todo, si fueran a sobrevivir en la península, tendrían que depender del Epiro para las provisiones. Si ellos atraían la ira del gobernador por cualquier razón, él podría presionar a las compañías locales, y eso aumentaría sus gastos.

“Sí… puedo ver que sucede.”

“Cierto? Los nobles tienen una manera de ser muy frágiles acerca de su sentido de orgullo…”

El orgullo noble pudo haber tenido un anillo agradable a él, pero era en realidad altivez y arrogancia para la mayor parte. Eran ciegos a su propia falta de respeto hacia otros, mientras que extremadamente agudos cuando otros eran insolentes hacia ellos. Nobles de ese tipo eran la mayoría abrumadora. Todos parecían satisfechos con la explicación de Gennou.

“Entonces sería mejor si el Maestro Ryoma se le acerca primero. De esa manera el conde no tendrá una excusa que pueda usar en su contra”, concluyó Sara.

“Estoy de acuerdo con Sara. Conocerlo debería darnos una mejor idea del tipo de persona con la que vamos a tratar. En realidad puede resultar a nuestro favor.”

Ryoma asintió al consejo de las hermanas Malfist.

“Sí, por ahora sólo me reuniré con él y ver qué tipo de hombre que es. Debe ayudarme a medir si es un enemigo o un amigo para nosotros…”

Y luego está la advertencia de Lady Helena… Cuidado con Thomas Salzberg, el gobernador de Epirus y jefe de las diez casas nobles del norte…

Helena le dijo esto antes de dejar Pireas, durante su reunión final. Cuando Ryoma le preguntó por qué debía tener cuidado con él, simplemente agitó la cabeza en silencio.