Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 11

Capítulo 6: Y Entonces el Dios Sonrió

Parte 4

Loki se enfrentó a Thanatos.

Con sus largos mechones de cabello morado oscuro y rasgos andróginos, él podía hacerse pasar por un hombre o una mujer. Pero más que nada, emitió una vibra singularmente degenerada como el Dios de la Muerte.

De pie allí sin seguidores restantes, Thanatos sonrió cínicamente ante la situación.

—Esta es la primera vez que nos conocemos.

—Supongo que sí. No teníamos ningún vínculo en los cielos, y siempre estaba encerrado adentro, administrando el flujo de almas.

—Bueno, esto es algo extraño que decir en nuestra primera reunión, pero … este es el final, Thanatos.

—Sí, se acabó el juego; Se encontró con la mirada aguda de Loki con una sonrisa impertinente.

Mientras Gareth observaba el intercambio de los dioses en silencio con el resto de los miembros de la Familia Loki, Loki no evito sospechar. Él está muy tranquilo.

Algo andaba mal con Thanatos. Lo estaba tomando demasiado bien. Lo habían acorralado con facilidad, así que ella se había preparado, suponiendo que había un truco oculto bajo su manga, pero la resignación se filtraba de cada una de sus palabras. Como si ya hubiera abandonado el tablero de ajedrez.

No puedo ponerlo en palabras realmente, pero… Sí, es como si no hubiera reacción.

—¿Fuiste tú quien se llamaba Enyo?; Preguntó Loki mientras trataba de ocultar sus dudas con cuidado. Pero Thanatos solo sonrió y se encogió de hombros.

—¿No le preguntaste a la querida Lefiya? No soy Enyo en absoluto.

—…

—…Oculto a la vista con una voz nunca escuchada. Un dios que puede o no existir… Una entidad que puede o no ser un dios. Ese no soy yo… Hablando de eso, ese enigmático imbécil realmente me atrapó.

—…¿Qué?

Su sonrisa tomó una pista de que se estaba burlando de sí mismo o tal vez enfrentando la desesperación. Loki abrió uno de sus ojos con sorpresa.

—Sí, Enyo me atrapó. Fui completamente engañado. Me preguntaba si estaban jugando algún tipo de juego cuando ni siquiera aparecerían ante mí, pero… era todo para que no me diera cuenta. Es obvio, de verdad. No puedes llegar a ninguna parte tratando de probar las intenciones de alguien si nunca las conoces. Porque ni siquiera pudimos comenzar a burlarnos unos a otros como dioses.

—¿No podrían burlarse el uno al otro?

—Espera… “Lo” atrapó?

Mientras los pensamientos de Loki se detenían, tratando de procesar lo que había dicho, Thanatos continuó —Enyo nunca pensó en este lugar como una fortaleza. Era un altar. Para un sacrificio.

Su temperatura corporal bajó. Un escalofrío le subió por la espalda ante el indicio de una posibilidad que ni Finn ni ella habían podido predecir.

Su corazón latía con fuerza. Latía con mucha fuerza.

¿Un altar? ¿Un sacrificio? ¿Dónde? ¿Quien? ¿Aquí? ¿Nosotros?

En el fondo de su mente, una serie de ruidos de arañazos sonaron, reduciendo su sensación de incomodidad y dando paso a una brillante advertencia roja de muerte inminente.

—Parece que todos fuimos engañados, Loki.

Sus ojos se abrieron de par en par. El óculo en las manos de Gareth de repente dejó escapar un fuerte estruendo.

—¡Sr. Gareth! ¡El ser enmascarado…! ¡Está controlando… monstruos … también, y hombre–

-…! ¡El escuadrón i…retrocedan…!

—¡¿Lefiya?! ¡Lefiya! ¡¿Que está pasando?! ¡Apenas puedo escucharte!

Su transmisión se cortó entre gritos espeluznantes, el violento estruendo de la batalla y los aullidos diabólicos de los monstruos.

Loki no apartó los ojos de Thanatos mientras lo escuchaba. Sus pensamientos zumbaban alrededor de su cabeza a toda velocidad. Imaginando el tablero donde habían comenzado su fama, escrutó miles, decenas de miles de movimientos en un instante. Tenían la intención de controlar al enemigo, pero ¿estaban siendo manipulados por alguien más? La junta había estado señalando claramente su victoria.

Entonces, ¿quién había apuñalado su espada desde fuera del tablero?

Como si empatizara—o simpatizando—con la revelación interna de Loki, un indicio de compasión se filtró en la sonrisa de Thanatos.

—Loki, ¿estabas sola cuando viniste aquí? ¿No tenías un amigo importante contigo?

—¡—!

Su pregunta hizo que Loki finalmente se diera cuenta de que Dionysus estaba desaparecido. Después de mirar en estado de shock, sacó su óculo.

—¡¿Oye, Dionysus?! ¡¿Dónde estás?!

—¡¿Oye, Dionysus?! ¡¿Dónde estás?!; Sonó la voz de la diosa.

Dionysus se llevó el cristal brillante a la boca.

—En uno de los pasajes divergentes … Me disculpo por moverme solo sin consultarlo. Por favor perdóname. Yo … voy a exigir mi venganza.

—¡¿De qué diablos estás hablando?!

Él apretó la espada corta mientras hablaba. En el pasaje negro azabache, confió en el débil parpadeo del óculo en busca de luz, pero él fue a lo más profundo sin ningún temor.

—Ellos están aquí. Más adelante. La mente maestra detrás de todo… El dios maldito que mató a mis hijos.

Estaba seguro de eso—del hecho de que su enemigo estaba casi ante él.

Sus rasgos estaban coloreados por la ira. Alejando el silencio que se enroscaba a su alrededor, él atravesó la oscuridad con la luz de su espada y siguió moviéndose.

Adelante. Continuó, como deslizándose hacia ellos, asegurándose de no perder de vista a su objetivo.

—¡¿…—?! ¡Espera! ¡Solo espera, Dionysus!; Ella gimió, tratando desesperadamente de detenerlo con una voz inusitadamente sacudida por el cristal.

Pero Dionysus no pudo ser detenido. Él siguió la oscuridad que lo llamaba hacia adelante, como impulsado por las llamas de su ira.

—¡Vuelve! ¡Esto es muy malo! Sé algo—¡algo está por suceder! ¡No puedes estar solo!

La luz del cristal brilló más intensamente, como si estropeara la intuición del dios. Las súplicas de Loki sonaron huecas en el espacio abierto. Este lugar estaba lleno de oscuridad—un negro sombrío e impenetrable. Y dentro estaba el enemigo de Dionysus.

—No es un problema. Tengo a Filvis; Dijo, fijando su mirada en la oscuridad que tenía delante. —¿Verdad, Filvis?

—Sí, Lord Dionysus.

Al escuchar la voz detrás de él, asintió.

—…Espera. ¡Espera! ¡¿Dionysus?!

Comprobando el agarre de su espada, Dionysus estaba a punto de lanzarse, persiguiendo las sombras—-

—¡¿Con quién estabas hablando ahora?!

Su grito finalmente lo hizo detenerse en seco.

***

—¡Ooooooooooooooooooooooooooooooooooh!

—¡¿Gaaaaaaaaaaaaagh?!

Voces quebradas. Rugidos intercambiados. Un enjambre de monstruos con tentáculos agitados y mordazas espantosas enganchó a los aventureros.

—¡Suelta sus flechas, arqueras hadas! ¡perforen, flecha de precisión!—¡Arcs Ray!; Lefiya trató de devolver el fuego, pero fue solo una gota en el cubo. Obviamente.

Después de todo, el ser enmascarado había descendido sobre ellos con una bandada gigante de violas sin previo aviso.

—Vamos.

——-¡Aaaaaaaah!

La horda de monstruos obedeció la ondeante túnica púrpura, retorciéndose en su serpentina mientras atacaban a los aventureros. Lefiya dispersó intencionalmente su poder mágico, tratando de cubrir a los aventureros dispersos atrayendo la atención de los monstruos hacia ella mientras usaba el conjuro simultáneo para acabar con todos.

—¡!

—¡¿Ugh?!

La figura enmascarada captó y concentró sus ataques en ella. Con los ataques del enemigo intensificándose, Lefiya no tuvo la oportunidad de seguir hablando con Gareth. El óculo recogió los sonidos del choque agitado entre personas y monstruos.

Una serie de retiros hizo que el campo de batalla siguiera retrocediendo. De alguna manera se las arregló para bloquear los guantes de metal, pero la fuerza detrás de ellos era inhumana, y seguía siendo expulsada.

—¡¿Lefiya?!

Al sonido de la batalla, el escuadrón de Anakity corrió a la escena, pero ya era demasiado tarde. La figura enmascarada estaba presionando, empujando a Lefiya hasta la entrada del Calabozo que estaba asegurada por el escuadrón de personas animales.

—Esto es el fin.

El apoyo del escuadrón de Anakity no llegaría a tiempo. El apretado puño de la criatura estaba a punto de golpear a Lefiya con un golpe fatal.

—¡Dio Thyrsos!

Un relámpago brilló en el aire, repeliendo el ataque de la figura enmascarada justo a tiempo.

—¿Estás bien, Lefiya?; preguntó una chica parada frente a ella, impidiendo el paso de la criatura como un caballero.

—¡Señorita Filvis!; Lefiya se alegró.

***

— —————

El tiempo se detuvo para Dionysus. Cuando se detuvo y se dio la vuelta, la chica llamada Filvis Challia no estaba allí en absoluto.

Todo lo que había allí era oscuridad.

El seguidor que mantenía una conversación con él se había dispersado como una ilusión.

—¡Ella no está a tu lado en absoluto! ¡Ella está con Lefiya! ¡Ella no puede estar allí!; Loki gritó con vehemencia, repitiendo las noticias que había recogido del oculus de Lefiya.

Dionysus no pudo moverse. Dionysus no pudo entender. Ella desapareció—simplemente desapareció.

No. ¿Había estado ella allí para empe—?

—Sí, Lord Dionysus; Sonó una voz en sus oídos, acompañado de una estática desagradable, antes de desmoronarse como una bella y dulce ilusión.

Su expresión se quebró, deformando sus facciones en una extraña confusión.

—Hah-hah-hah-hah.

Un jadeo desagradable, un ruido caótico crujiendo contra sus oídos.

Finalmente se dio cuenta con un sudor frío que estaba hiperventilando. Que él era la fuente del sonido.

Había una oscuridad fascinante al lado de Dionysus, arrastrándose sobre él. El laberinto se distorsionó mientras se doblaba, enrollando su brazo alrededor del cuerpo de Dionysus.

—¿…Qué…? ¿Qué era…? ¿Qué es…? ¿Cómo?

¿Es esto una alucinación? O ¿Es un sueño?

Imposible. Soy un dios, uno de los deusdea, omnipotente. No hay forma de que la brujería funcione en mí. De ninguna manera algo del reino de los mortales podría engañarme. No es factible. Eso sería imposible.

—¡No es posible! ¡Imposible! ¡Imposible!

—¡¿Dionysus?! ¡Dionysus!

Él no sabía lo que le estaba pasando a su cuerpo.

¿Quién es este lugar? ¿En qué tiempo estoy? ¿Dónde está la hora? ¿Quién eres tú?

El mundo entero se puso patas arriba. El contexto se convirtió en inconsciencia. El orden se convirtió en caos. Y se perdió.

Fue el comienzo de una comedia, el comienzo de un drama, una ópera, una pantomima, una farsa, una tragedia, una parodia.

Dionysus el intérprete y Dionysus en la audiencia. Dionysus fue el guionista, el director, el escenógrafo. Una carcajada acompañó un estruendoso aplauso. Ridiculizando a Dionysus de los labios de Dionysus.

¡Un brindis! ¡Un brindis! ¡Hay que hacer un brindis!

Las lágrimas gotearon sobre sus mejillas; la baba le salía por la comisura de la boca; sus mejillas se sonrojaron como una chica enamorada por primera vez.

Un dolor de cabeza que rugió en el tono de un animal. Su personalidad se hizo trizas. Su fachada borrada en pedazos.

Bebe más. Bebe más. Bebe más.

Borracho en la oscuridad. Borracho en la oscuridad. Borracho en la oscuridad.

Ah, es como si me hubiera convertido …

Conviértete en un verdadero tonto.

—————-

Y luego, la oscuridad temblando, después de haberlo hecho esperar tanto tiempo. Al frente. Desde el frente. Justo delante de sus ojos.

El enemigo que Dionysus había estado persiguiendo apareció gradualmente ante él, agarrando una daga.

Reflejado en sus ojos había una sola figura divina.

—Qué ridículo; Dijo la figura, con los labios curvados en una media luna condescendiente. El deslumbrante destello de la espada en sus manos ardió en los ojos de Dionysus.

Imposible … No puede ser …

El enemigo que había perseguido, la venganza que había buscado, la verdadera identidad de Enyo…

—¡¡Dionysus!!; Gritó la diosa al final. Dionysus respondió huecamente.

—Lo siento, Loki.