Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 10

Interludio 3: Sus Respectivas Batallas

Parte 3

Al darse cuenta de que el escuadrón de Gareth se había retirado del subsuelo en el suroeste, The Evils los habían enviado. Envuelto en una densa niebla, era un campo de batalla perfecto para ellos. Habían venido para aprovechar el caos y robar la llave de los monstruos armados.

Originalmente, el plan había sido utilizarlos como cebo para atraer a The Evils, pero la situación actual no era buena en absoluto.

—¡Narfi, frena a The Evils! ¡No dejes que se enfrenten a los monstruos!; Retumbó Gareth.

Los miembros de la familia respondieron valientemente a su orden. Se había convertido en  una lucha de tres lados sin forma de diferenciar a un amigo del enemigo. Familia Loki estaba persiguiendo a los monstruos mientras se enfrentaba a las fuerzas de The Evils para asegurar la llave ante ellos.

El campo de batalla principal había pasado a punto de desorden, pasando al caos en toda regla.

—¡La llave! ¡Roben la llave! Encuentren a los monstruos y …

—¡Cállate!

—¡¿—Geh?!

Durante un momento de relativa paz, Gareth envió a las fuerzas ofensivas de The Evils encapuchados a volar mientras balanceaban salvajemente sus espadas. Estos soldados desplegados eran peones de sacrificio, sin duda, y no tendrían una llave para volver a Knossos.

Gareth ya quería perseguir a los monstruos armados, pero su situación no lo permitía.

—¡Es Elgarm! ¡Aplástenlo!

—¡Hiyo!

—¡Si acabamos de vencer a este enaaaaaaaaaaaano!

—¡Hiyo!

—¡É-él es un monstruo! ¡Rodeeeeenlo!

—¡Hiyo!

—¡P-perdón por el ataque furtivo!

—¡Hiyo!

—¡Shaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

—¡ Hiyo!

—¡Este maldito enano no morirá! ¡Todos ustedes! ¡Ataquen!

—”””¡Uooooooooooooooooooh!”””

Entre voleas de hielo, Los remanentes de The Evils pululaban. Él gritó un nombre que se parecía a una espada mágica. La chica del Lejano Oriente lanzó el ataque sorpresa. Los monstruos de colores vivos embistieron. La risa risueña de un podrido maestro herrero ante el caos hizo eco.

Todo se centró en Gareth. Ellos intentaban desesperadamente sujetarlo.

Todos vieron a Elgarm como una amenaza y lo invadieron.

Bañado en hielo, Gareth seguía causando estragos, su rugido resonaba en el viento.

—¡Cada! ¡Uno! ¡De ustedes! ¡Debería ir mas fácil con un viejo!

“””¡Como no!””” Disparando explosiones de hielo salvajemente, los herreros e incluso los subordinados de The Evils gritaron en coro.

Si dejaban ir al enano, acabaría con su objetivo, los monstruos. Y el resto de ellos.

Estaban absolutamente convencidos de que este era el caso, razón por la cual los jugadores de las ligas menores del lado de The Evils lucharon mientras su sudor y lágrimas se mezclaban y los herreros luchaban desesperadamente por contenerlo.

El plan de dos frentes dejó a Gareth entre una roca y un lugar duro. Indudablemente llevaba la peor parte de la lucha de tres lados, aullando cuando las venas de su frente se ondularon.

—¡Están! ¡En! ¡Mi! ¡camiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiino!

—¡¿GYAAAAAAAAAAAAAAAAAH?!

Al final, la Familia Loki se vio obligada a dejar escapar a los monstruos armados mientras Gareth estaba inmovilizado en el campo de batalla principal.

—Sí, no estoy seguro de por qué vine aquí, pero … no puedo evitarlo si encuentro algo.

Con sus pies marrones desnudos pisando firmemente el techo del edificio, Tiona miró hacia algo.

Mientras revisaba la niebla negra, ella se separó de Tione. Ella había llegado hasta la parte noroeste del distrito, y a su vista había un solo un vouivre que se había escapado de la niebla deambulante.

Era un monstruo humanoide que llevaba una túnica, su piedra roja brillaba desde el interior de su capucha.

—Supongo que lo mataré; Comentó Tiona, empuñando a Urga con una mano mientras saltaba del techo.

Cuando la sombra de la Amazona bailaba en el aire, el vouivre se lanzó en la dirección opuesta, como si estuviera asustada.

—Señorita Tiona!

—¡Arcus! ¡Y los demás! ¿Estás siguiendo a ese vouivre?

—¡Sí! Uno logró escapar del escuadrón del señor Gareth …

—¡Entonces vamos juntos después!

—¡Sí!

Uniéndose a los demás que perseguían al vouivre, ella corrió por la calle, acelerando y cerrando la brecha constantemente.

Tiona inusualmente tenía algo en mente.

El monstruo humanoide es un vouivre… pero es diferente de los demás … Este

es definitivamente el que apareció en la ciudad la primera vez … Sí. Ella reflexionó mientras perseguía al vouivre que se parecía a una lamia—mitad serpiente y mitad humana—que huía desesperadamente.

Cuando miró su espalda, no pudo evitar pensar que parecía una niña asustada.

Pero fue el monstruo humanoide que apareció en la ciudad hace una semana, el monstruo alado que atacó a un niño.

Había sido el primer impulso para la conmoción en la ciudad, el punto de partida de todo este problema.

De todos modos, eso fue lo que inició todo esto, ¿verdad? Eso fue casi todo lo que Tiona entendió, definiendo a la bestia ante sus ojos con un simple juicio.

Eso significa—que si de alguna manera lo entiendo, ¡todo tendrá sentido!

Tiona era una idiota furiosa.

De hecho, ella era tan estúpida que Bete, su rival mortal que no hacía nada más que lanzarle abusos verbales, la miraría lastimosamente si escuchaba su pensamiento interno.

Estaba pensando seriamente que podría llegar al fondo del complejo incidente, el que preocupaba a Finn y los demás, solo probando a un solo monstruo.

Ella creía que el sentimiento incierto en su corazón desde su primer encuentro con los monstruos armados se aclararía.

Para repetir: Tiona era una verdadera idiota.

—¿Señorita Tiona?

—¡¿Oh, qué?!

Pero esa era la razón por la que podía ver esa escena sin odio o ira o cualquier preconcepción hacia los monstruos.

Cuando se acercaban a una intersección, apareció un chico medio elfo. El chico se congeló cuando el vouivre avanzó hacia ellos. Al mismo tiempo, un edificio en ruinas comenzó a temblar violentamente sobre la cabeza del chico, incapaz de resistir el impacto de las batallas cercanas. Este comenzó a desmoronarse.

Justo cuando Tiona se preparaba para golpear a Urga para tratar de salvar al chico, el vouivre corrió al rescate.

——-

El monstruo se convirtió en una flecha azul plateada, lanzándose hacia adelante para empujar al chico hacia abajo cuando sus alas salieron de su túnica y se extendieron para cubrirlos

a ambos de la lluvia de escombros.

—¡Ruu!; Gritaron los otros huérfanos que persiguieron al medio elfo. Los miembros de la Familia Loki jadearon.

Cuando cayó la avalancha de escombros, Tiona murmuró: “—Lo protegió”. Pero fue ahogado por el ruido del edificio cayendo.

¿Cómo vieron los huérfanos esta secuencia de eventos? ¿Cómo fue para Arcus y los demás?

Debe haber parecido un monstruo extendiendo sus alas diabólicas e intentando asaltar a un niño cuando un montón de escombros cayó sobre su cabeza por casualidad.

Pero fue diferente para Tiona, cuya visión dinámica era muy superior.

Solo ella pudo reconstruir correctamente los movimientos que ocurrieron en esa fracción de segundo. Ella sabía que el vouivre notó la caída del edificio y empujó al niño hacia abajo para protegerlos.

Y como era una niña estúpida, la simple verdad de la situación estaba grabada en sus ojos.

——¡Suéltalo!

Cuando el polvo se despejó, los miembros de la familia vieron al monstruo en medio de los escombros, luciendo furiosos mientras disparaban sus flechas. Las escamas del monstruo desviaron las puntas de flecha cuando se retiró de encima del niño antes de salir corriendo.

—¡Voy sola! ¡Ustedes protejan a esos niños!

—¡Entendido!

Con Urga en la mano, Tiona ordenó a los demás a que se quedaran atrás y ella persiguió al vouivre por si sola, mirando fijamente la espalda del monstruo. Ella había llegado a una respuesta.

Finn … Tione … Lo siento …

Pensó en las historias de una semana antes sobre el monstruo atacando a un niño. ¿Pero no era solo proteger a alguien como lo hacía ahora?

Cuando Argonauta intentó protegerlo, ¿no era el mismo tipo de cosas?

Tiona podía sentir que sus preguntas comenzaban a disiparse, sentir la incertidumbre en su corazón derritiéndose.

Mientras se disculpaba con el líder de su facción y su hermana, la estúpida niña instintiva entrecerró los ojos.

—Yo … no quiero luchar contra estos monstruos, creo.

Al final, justo cuando Tiona arrinconó a la niña en un callejón, perdió la noción de sus movimientos.