Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 10

Capítulo 6: La Auto-Denegación del Héroe

Parte 5

 

 

—Así que has ido, Finn…; Loki susurró cuando escuchó el informe del mensajero.

El campamento estaba desprovisto de los principales miembros de la familia. Raúl había perdido la calma y gritó “¡¿Queeeeeeeeé?!” ante el informe de que Finn estaba llevando a Lefiya y los otros miembros de la familia al Calabozo. Cuando Gareth recibió la orden de retirarse del pasaje subterráneo y encontrarse en el Calabozo, él se alejó corriendo, gruñendo: “¡Oy! ¡Realmente me para mandando de un lugar a otro!

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Mirándolo todo desde lo alto de una columna, Loki levantó la cabeza y miró hacia el noroeste del Distrito Laberinto mientras se sentaba con las piernas cruzadas frente a la ventana.

Ahora que Dionysus se había encontrado nuevamente con Filvis y se había ido, Loki estaba sola, pensando en lo que había sucedido unas horas antes.

—–Oye, viejo.

Antes de que la batalla comenzara en el Distrito Laberinto, Loki había ido al Cuartel General del Gremio y se había encontrado con el viejo dios solo en el altar subterráneo.

—Lo escuché todo de Hestia. Sobre los monstruos que llamas Xenos.

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—… ¿Es así?; La expresión de Ouranos no cambió en lo más mínimo mientras descansaba en su asiento, casi como si hubiera anticipado que la información llegaría a Loki por parte de Hestia. Él no entró en pánico.

—Si que conseguiste una bomba. Incluso podría ser un problema mayor que el escenario de destrucción de la ciudad que estamos persiguiendo en este momento.

—…

—El instinto de Dionysus era correcto, en cierto sentido.

Era un Irregular de clase mundial que no se detendría solo con Orario. Con su secreto expuesto, Ouranos cerró los ojos, casi como resignado.

Probablemente el viejo dios estaba a punto de preguntar: ¿Qué piensas hacer ahora?

—Pero en este momento, no me importa una mierda de una forma u otra; Loki habló primero. —Si Finn llega a la respuesta que todos esperan—cuando llegue ese momento, es mejor que no se interpongan en su camino; Advirtió con una cara seria, para sorpresa de Ouranos.

—En este momento, ese chico está tratando de cambiar. ¡Se ha conmovido por el alboroto que trajeron, está preocupado y está tratando de llegar a una respuesta diferente a la que tenía hasta ahora!

Loki vio el corazón vacilante que él había escondido cuando escuchó la respuesta de Ikelos.

Loki lo había vigilado, ya que las acciones de Bell Cranell lo habían sacudido, y el héroe se había cuestionado constantemente con angustia.

Ella no había intervenido.

Ella dejó que Riveria y Gareth se acercaran a él, vigilándolo como un padre mientras él intentaba llegar a su propia respuesta. Ella sabía mejor que nadie que él no quería el consejo o la guía de un dios.

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—¡Yo tampoco sé qué camino va a elegir! ¡Nadie puede predecirlo, y podría correr por un camino accidentado y alto! ¡Pero esa es su historia y su elección!

Porque Finn quería tejer la balada de su propio heroísmo.

—¡Si tratas de aprovecharte de eso, te patearé el trasero en un abrir y cerrar de ojos! ¡Si tratas de extorsionarlo, ten por seguro que te golpearé el trasero!; Reprendió a Ouranos con vehemencia cuando él abrió mucho los ojos.

Finn había aplastado el miedo que había dejado pasar frente a Riveria y Gareth, la semilla de la destrucción en el camino de Braver, el collar que lo obligaría a entrar al campamento de Ouranos extorsionándolo para hacer un trato con los monstruos.

Loki le estaba diciendo al viejo dios que no se interpusiera en el camino de Finn.

—¡Dile a ese playboy también! Si se interpone en su camino, las reglas del reino de los mortales serán condenadas: ¡vendré a matarlo! Que intente correr al cielo—como si me importara. ¡Lo perseguiré hasta que se destruya y no quede ni una pizca de polvo! ¡Y eso también va para ti, viejo!

Ese grito, al borde de las bravuconadas, contenía todo de Loki, todo su amor por Finn. O tal vez fue el grito de una diosa tratando de proteger a su niño.

—Si intentan interponerse en su camino, no se los perdonaré.

Era la única vez que Loki interferiría, una voluntad divina interviniendo para asegurarse de que Finn pueda caminar por el camino elegido sin que ningún dios se interponga en su camino.

—Si puedes cumplir con eso, entonces … me quedaré callada sobre tu bomba, los Xenos.

—…Muy bien; Ouranos aceptó después de unos momentos de silencio, juzgando que el trato era lo suficientemente valioso.

Las cuatro grandes antorchas en el altar crujieron.

Después de que los dos dioses hicieron su trato en secreto, Ouranos preguntó: —Loki … ¿por qué vas tan lejos para apoyar a Braver?

—¿Huh? Eso es fácil. Como ese playboy podría decirlo—

Casi con desprecio, casi jactanciosa, ella no pudo evitar responder al viejo dios.

——Porque soy un gran fan de ese héroe.

El aire fresco de la noche rozó las mejillas de Loki mientras descendía a sus pensamientos, el viento cálido soplaba desde el noroeste.

El pulso del héroe que había regresado.

—Finn, no te quedes atrás.

Recordando su respuesta a la pregunta de Ouranos, Loki entrecerró los ojos.

—Llevar a cabo tu objetivo inicial es inusual. Me encanta ese lado inquebrantable de ti. Pero sabes … si te queda demasiado tiempo ahí, serás superado en un instante.

Ella envió buenos deseos a su seguidor que seguía preocupado, luchando por llegar a una respuesta incluso en ese momento.

—Pero eres mejor cuando te apegas a tu determinación y deber, llevando todo eso incluso a medida que avanzas. No perderás contra nadie, ni siquiera con el hijo de esa enana. Gana por mí.

Loki abrió sus ojos bermellones y sonrió.

—Gana esta carrera de héroe.

***

 

 

—¡Por nuestro sueñooooooooooooosssssssssssss—!

Otro de los seguidores de Thanatos se inmoló, sacudiendo el pasaje con más explosiones. Dentro de Knossos. El piso doce.

La batalla de tres lados entre la Familia Loki, los Xenos y The Evils continuó.

Era un combate cuerpo a cuerpo en un pasadizo del tamaño de una habitación en el  Calabozo. Bajo el mando de Riveria, las elfos conjuraron mientras las gotas de sudor se dispersaban y dispararon su magia. Los monstruos inteligentes empujaron desesperadamente sus cuerpos maltratados, arrasando con la ayuda del mago de túnica negra.

Los remanentes de The Evils y los monstruos de colores vivos trataron de aplastar a ambas fuerzas a la vez. Los seguidores del Dios de la Muerte embistieron con aullidos bestiales mientras las sondas de las violas y los colmillos de los vargs bailaban sin restricciones.

La gran cantidad de enemigos que los rodeaban era más que suficiente para inquietar a las elfos, incluida Alicia.

Una unidad de asalto que normalmente usaba conjuro simultaneo para atacar con golpes y lanzar hechizos de larga distancia no podía liberar su verdadera fuerza en una gigantesca batalla sin ninguna forma real de moverse. Eso fue lo que sucedió cuando despojaron a Fairy Force de su ventaja del combate a alta velocidad.

Tomando heridas en sus mejillas y brazos mientras soportaba los feroces ataques de The Evils, Alicia estaba luchando por respirar.

—¡—! ¡No se acerquen a mí, monstruos heréticos!

—¡¿Kuh?!

Se dio la vuelta, arremetiendo contra la sirena que involuntariamente se había acercado a ella en la onda expansiva de la explosión.

Los Xenos cayeron al suelo, sus hermosas plumas doradas se cortaron.

—¡Que repulsivo! ¡Conoce algo de vergüenza! ¡Intentando hacerte pasar como una persona con solo decir unas palabras!

——¡Gh…!

—¡No … nos engañes!

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El rostro de la sirena se torció de tristeza, picado por la aguda refutación de la elfo.

La Familia Loki estaba atacando a The Evils, por supuesto, y atacando a cualquier Xenos que se les acercara. El hombre lagarto y el troll no tenían intención de atacar, tratando de defenderse lo mejor que podían.

Pero incluso cuando ambas partes reconocieron esto como la intención de The Evils, incluso en esta situación precaria, los aventureros se negaron a unir sus manos con los monstruos.

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Fue un profundo testimonio de las relaciones entre monstruos y personas.

Mientras el Dios de la Muerte se reía entre dientes, observando la escena desde su asiento más allá del tablero, él sonrió ante la actuación predeterminada que había organizado.

—¡¿Kuh—?!

—¡¿Lady Riveria?!

En medio de un combate cuerpo a cuerpo que no permitía predicciones, Riveria estuvo expuesta a los intensos ataques suicidas llevados a cabo por los remanentes de The Evils.

Ellos se convirtieron en armas, explotaron en un intento de detener el fuego de artillería del mago más fuerte de la ciudad. Con ellos entretejidos al usar el caos de la pelea a su favor, sus ataques de sacrificio obligaron a Riveria a detener su conjuro simultaneo. Ni siquiera se negaron a envolver a sus aliados en sus ataques, creando una cadena absurda de explosiones.

—Tienen la intención de derrotarnos por cualquier medio posible, ¿eh?

Se produjeron más detonaciones, los cuerpos gigantes de las violas colapsaron y las elfos gritaron. La túnica negra de Fels tembló cuando el campo de batalla se convirtió en puro caos.

Una gran lucha de todos contra todos entre las tres fuerzas se unió en el espacio cerrado. Y como para anunciar sus condenas de muerte, una puerta se abrió de golpe.

—Aquí es donde estaban—pestes.

—¡¿—?!

Entró una persona de cabello carmesí, del color de la sangre. En medio de la batalla, Riveria se estremeció, reconociendo los ojos verdes que la miraban.

Fue Levis. Había terminado de curar su herida y su brazo perdido, levantando su ominosa arma maldita ahora que había llegado al festín que Thanatos había preparado para ella.

La inquietud visible iluminó la cara de Riveria.

Ahora que ya no tenían un camino para retirarse, la destrucción total era inevitable.

—Muere.

Levis no le dio a Riveria la oportunidad de responder. Ladeando una de sus espadas gemelas a la espalda, Ella lo arrojó con una fuerza inhumana.

El viento rugió y un fuerte ruido retumbó cuando la espada de Levis partió el aire. Las violas y vargs en su camino explotaron en fragmentos de carne como globos reventados. El ataque indiscriminado envió las cabezas y los brazos de The Evils a volar como si fueran juguetes.

Un chorro de sangre llovió a su paso cuando la hoja atravesó el campo de batalla, corriendo a toda velocidad hacia Riveria.

Pero antes de que pudiera alcanzarla, una sola elfo estaba destinada a convertirse en su presa primero.

——¡Alicia!; Solo había tiempo suficiente para que Riveria la llamara.

Cuando noqueó a uno de los miembros de The Evils, Alicia levantó la vista e inmediatamente se congeló cuando el misil del asesino se acercó a ella a una velocidad sónica. La espada maldita, completamente negra, se reflejó en sus ojos, silenciosamente, dictando sin piedad su sentencia de muerte.

Le iba a aplastar la cabeza sin siquiera darle tiempo suficiente para soltar un grito moribundo.

—Guh.Aaa—

—¿Huh?

Justo antes de que la golpeara, un ala dorada se extendió por el campo de visión de Alicia, moviéndose en el camino de la espada maldita. La sirena había cruzado sus brazos y alas, absorbiendo el impacto del golpe.

Le atravesó las alas dobladas, enterrándose en su hombro derecho.

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La sirena puso toda su fuerza y conciencia en los músculos de su torso, evitando que la espada atravesara su cuerpo.

—¡¿Rei?!;Gritó el hombre lagarto, junto con los otros Xenos, cuando la sirena fue derrotada, cayendo sobre Alicia, que estaba justo detrás de ella.

—…¿Por qué?

Alicia había aterrizado con fuerza sobre su espalda. Empujándose lentamente para sentarse en el suelo, apenas logró susurrar eso.

La sirena yacía impotente sobre su pecho, hombros y cara manchada de color carmesí. Con sus largas pestañas temblando, abrió los ojos y sonrió.

—Tu cabello es más bonito que mis alas. Solo pensé que…no quería que…se ensuciara.

——¡¿Qué…?!

—Tuve un sueño…que si alguna vez pudieras…de alguna manera perdonarme…quería ser tu amiga…

La cara de Alicia se quebró mientras miraba a la sirena cuya respiración era irregular, incluso cuando mostró una sonrisa pacífica en su rostro.

La elfo ya no podía controlar el torbellino de emociones que aparecían en su rostro: un bebé al borde de las lágrimas, una hada enfurecida, un niño perdido que no sabía a dónde ir.

No hubo pruebas. No hubo evidencia. No hubo plan. No hubo sinceridad ni lógica para convencer a los que despreciaban a los monstruos.

Había un amor sincero—unilateral, pero era una filia preciosa. Amistad.

Este era un monstruo: un ser noble, hambriento de afecto, que se arriesgó y desechó voluntariamente su propia vida por el bien de los demás.

¿Esto era una bestia?

Si lo fuera, ¿qué haría eso a Alicia, la que no le daría ni una mano a esa noble mujer y le arrojó una espada? ¿La convirtió en un monstruo mucho más depravada?

Esta revelación impactante convocó una tormenta de emociones que se desbordó de su corazón. Su sistema de valores se hizo añicos en su núcleo: la idea de los monstruos como símbolo del mal absoluto había desaparecido. Los ojos de Alicia se movieron rápidamente. No pudo mantener el cuerpo de la sirena cerca, incluso mientras miraba su pecho, donde la muerte se acercaba a cada segundo.

Las elfos de la Familia Loki también vieron eso, y la cara de Riveria se deformó, mostrando la agonía en su corazón mientras permanecía quieta en estado de shock.

Los Xenos estaban al borde de las lágrimas mientras observaban las acciones de su camarada.

—Extrañado, ¿eh …? Bueno, da igual; comentó Levis, observando su drama sin rastro de emoción.

—También cazaré a esos monstruos defectuosos.

Ella balanceó su espada ennegrecida, señalando la tragedia a punto de comenzar.

El verdadero monstruo era la mujer a la que se le había dado rienda suelta en todo el campo de batalla. Un momento de silencio cayó cuando todos, incluso los monstruos, dejaron de moverse, sintiendo el frío helado y la intensa sed de sangre de la criatura abrumadoramente poderosa.

Las elfos palidecieron, los Xenos retrocedieron e incluso The Evils tragaron saliva.

Riveria se movió más rápido que nadie para resistir, comenzando a conjurar. La túnica de Fels se estremeció como para decir aún no puedo morir cuando el mago se movió para romper el punto muerto. Y Levis entrecerró los ojos fríamente, lista para patear el suelo.

—Lo siento, pero no me interesa ver una tragedia.

¡Bam!

Una puerta se abrió de golpe en el lado opuesto al que Levis había entrado en la habitación.

Un héroe con ondulante cabello dorado estaba en la entrada del gran pasillo.

—Especialmente no después de ver la épica de la vida real de un héroe.

Era Finn, sosteniendo la llave en la mano derecha y su larga lanza en la izquierda.

—¡Finn!; Riveria chilló al darse la vuelta y reconocerlo a él y a los otros miembros de su familia.

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Sus ojos de color jade se llenaron de luz. La alto elfo nunca había perdido la esperanza o perdido la fe en su viejo amigo.

Por otro lado, Levis pateó el suelo con una mirada aguda, saltando para cortar el cuello de Riveria antes de que pudiera resistirse.

—¡Como si te dejara!

——¡Gh!

Ella fue detenida por el hacha de batalla de un enano volando en ángulo recto desde detrás de Finn. Gareth se había precipitado a la escena al ser convocado por Finn en la base principal, y ahora cruzó cuchillas con Levis.

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Tras el impacto, una onda de choque masiva se extendió, causando que el aire temblara cuando el guerrero enano chocó de frente con la criatura que había derrotado tanto a la Princesa de la Espada como a Braver. Levis se burló cuando Elgarm sonrió ferozmente.

—Todos, apoyen a Alicia y a los demás. ¡Aseguren un camino para retirarnos!; Finn alzó sus órdenes mientras corría.

Cuando Levis confió en la velocidad sobre el poder para golpear a Gareth, Finn golpeó desde el costado con su Lanza Fortia, desafiándola a pesar de que había sido derribado una vez antes. Él debilitó el impulso detrás de la espada de Levis, apoyando a Gareth a través del trabajo en equipo.

—¡Riveria!; Él llamó a la alto elfo, aprovechando la ventaja en esta pelea.

—¡Heh!

—Tch … ¡Tres nivel seis!

Con su largo bastón, Riveria se unió a la línea del frente con Finn y Gareth, sumándose a la furiosa batalla.

El trabajo en equipo entre los tres líderes de la Familia Loki fue divino, atacando a Levis desde tres lados diferentes para crear una tormenta de ataques continuos. Los Xenos, que habían sido barridos a un lado en el flujo de los eventos, estaban llenos de asombro.

A pesar de que era un mago, Riveria se mantenía a la velocidad y trabajaba al unísono con el hobbit  y el enano en el combate a corta distancia. Ella siempre había tenido más habilidades y tacto que cualquier otra persona, trabajando con Finn para cortar los contraataques de Levis de raíz mientras que la fuerza de primer nivel de Gareth compensaba su falta de poder.

Estos tres habían luchado juntos por más tiempo que cualquier otro equipo. Esa fue la razón por la que fueron llamados la fuerza de combate más fuerte en la Familia Loki.

——¡Presagio del final, nieve blanca!

——¡¿Rg?!; Los hombros de Levis temblaron cuando Riveria comenzó decisivamente su conjuro simultáneo mientras atacaba con su bastón.

Cuando la criatura actuó con cautela, recelosa de la explosión que le había robado el brazo, Gareth intervino y aprovechó la ventaja.

—¡Estás lleno de aperturas!

—¡¿Guh?!

Su hacha de batalla se levantó, golpeando el costado de su espada maldita, apenas logrando bloquearla. El cuerpo de Levis fue arrojado hacia atrás cuando su espada se hizo añicos, aterrizando a cierta distancia de ellos.

Riveria cortó su hechizo a mitad de finalizar.

Al llamar la atención de su enemigo sobre sus conjuros, Finn y Gareth habían atacado. Su plan original para plantar un señuelo.

—Es la primera vez que lo hago con una criatura, pero … ciertamente es peligroso. ¡Esa mujer está llena de energía!

—Eso es lo que te dije, ¿no? Luchar contra ella de frente no es un buen plan.

El tono de Gareth era más áspero de lo habitual, tal vez porque era la primera vez en mucho tiempo que los tres luchaban juntos. Finn respondió con una queja que recordaba los viejos tiempos. Riveria finalmente tuvo su sabor de alivio desde que esta batalla había comenzado.

—Lo siento … Finn, Gareth. Gracias por la ayuda.

—¡Aún no ha terminado! ¿Lo olvidaste? ¡La aventura dura hasta que regreses!

—Sí, no te descuides conmigo, Riveria.

Riveria se permitió sonreír mientras los demás miraban a Levis sin bajar la guardia. Su cara se tensó rápidamente, haciendo juego con la de ellos.

—¡Narfi, seremos la retaguardia! ¡Cura a Alicia y a ellos, luego regresa por el camino que encontramos!

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Los otros miembros de la familia se habían mudado de los alrededores en un ataque sorpresa para rescatar a Fairy Force. Derribando a los miembros de The Evils que se habían agrupado en pánico, habían regresado a ese camino con las elfos a cuestas.

—¿Crees que los dejaré ir tan fácilmente, Hobbit?; Los ojos verdes de la criatura ardieron mientras se balanceaba, tratando de ponerse de pie.

Sin palabras, ella proclamó su intención de exterminarlos a todos, desatando una abrumadora sed de sangre. Incluso con Finn, Gareth y Riveria uniéndose, ellos todavía luchaban en la base de The Evils. Incluso si de alguna manera lograran detener a Levis, los demás serían aplastados por The Evils, que tenían una ventaja en sus números.

Y por su parte, Riveria estaba exhausta, por lo que sería la primera en quedarse sin resistencia. Sin su trabajo en equipo, ese sería el final. No eran rival para Levis individualmente. Sería una derrota en detalle.

Finn respondió a la declaración de Levis. —Lo siento, pero no tenemos intención de pelear contra ti.

No estuvo a la altura de su desafío, alzando la voz en el momento en que Rakuta y las elfos habían sido evacuadas.





—Lefiya—¡Hazlo!

Al siguiente instante, un círculo mágico se extendió desde sus pies.

———; Levis se congeló cuando el círculo de color jade se expandió a través del gran pasaje, más allá de donde había estado parada.

Desde el interior del camino por el que había entrado el grupo de Finn, una elfo de cabello dorado había quedado atrás.

Fue Lefiya.

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